Historia del Tíbet para niños
La meseta tibetana ha estado habitada desde hace mucho tiempo, incluso antes de que se registrara la historia. Gran parte de lo que sabemos sobre el Tíbet comenzó a escribirse con la llegada del budismo tibetano alrededor del siglo VI.
Los textos antiguos mencionan un reino llamado Zhangzhung, que existió antes de los reinos tibetanos que conocemos y que fue el origen de la religión Bön. Aunque hay historias legendarias sobre los primeros gobernantes de la dinastía Yarlung, la historia más documentada empieza con la llegada del budismo desde la India en el siglo VI y la aparición del Imperio tibetano unificado en el siglo VII.
Después de que este imperio se desintegrara y hubiera un tiempo de división en los siglos IX y X, el budismo resurgió en los siglos X y XII. Esto llevó al desarrollo de tres de las cuatro escuelas principales del budismo tibetano.
Más tarde, el Tíbet estuvo bajo el control del Imperio mongol y la dinastía Yuan. En el siglo XIV, el Tíbet se volvió independiente y fue gobernado por varias familias nobles durante 300 años.
En el siglo XVII, el líder principal de la escuela Gelug, el Dalái lama, se convirtió en el jefe de estado con la ayuda del Kanato de Khoshut. A principios del siglo XVIII, el Kanato de Zungaria ocupó el Tíbet, pero una fuerza de la dinastía Qing los atacó y tomó el control del Tíbet en 1720. El Tíbet siguió siendo parte del territorio Qing hasta la caída de esa dinastía.
En 1959, el decimocuarto Dalái lama se fue a vivir a la India debido a tensiones con la República Popular China. La entrada del ejército chino y la partida del Dalái lama provocaron que muchos tibetanos buscaran refugio, creando comunidades tibetanas en la India, Estados Unidos y Europa.
Durante un período de dificultades en China, el Tíbet también sufrió una gran escasez de alimentos entre 1958 y 1962. Se dice que esto ocurrió porque el gobierno de la República Popular China tomó los cultivos y alimentos tibetanos.
Después de que el ejército chino tomara el control, la situación del Tíbet y los derechos de sus habitantes se convirtieron en temas importantes a nivel internacional. El decimocuarto Dalái lama ayudó a que estos temas fueran más conocidos en las décadas de 1980 y 1990. Las autoridades chinas han buscado mantener el control sobre el Tíbet y han sido señaladas por la destrucción de lugares religiosos y por prohibir algunas prácticas religiosas tibetanas, como tener imágenes del Dalái lama.
La República Popular China no está de acuerdo con estas afirmaciones y destaca sus inversiones en la infraestructura, educación e industria del Tíbet. También mencionan la abolición de la esclavitud y la servidumbre como prueba de que han reemplazado un antiguo sistema de gobierno con un estado moderno.
Contenido
- Entorno geográfico del Tíbet
- Historia del Tíbet
- Véase también
- Galería de imágenes
Entorno geográfico del Tíbet
El Tíbet se encuentra entre las grandes civilizaciones de China y el subcontinente indio. Grandes cadenas montañosas al este de la meseta tibetana marcan su límite con el centro de China. Al sur, la cordillera del Himalaya, en Nepal e India, separa la meseta del subcontinente. Por su altura, al Tíbet se le conoce como "el techo del mundo" y "el país de las nieves".
Los expertos en idiomas clasifican la lengua tibetana y sus diferentes formas como parte de las lenguas tibeto-birmanas, que a su vez pertenecen a la familia lingüística sinotibetana.
Historia del Tíbet
La historia del Tíbet se puede dividir en varias etapas importantes.
Los primeros habitantes del Tíbet
Según los descubrimientos arqueológicos, se cree que los primeros seres humanos llegaron al Tíbet alrededor del año 10000 a.C. Sin embargo, debido a que las tribus tibetanas eran nómadas, no fue hasta el año 300 a.C. cuando comenzaron a tener una presencia clara en la historia de Asia. En ese momento, apareció el rey Nyakhri Tsampo, quien estableció una dinastía militar que se expandió por la meseta tibetana, entre los reinos de China, India, Nepal, Birmania y Bután. La religión chamánica llamada "bon" fue la primera religión practicada por los tibetanos antes de la llegada del budismo.
La Dinastía de los Treinta Reyes y la llegada del Budismo
Esta dinastía continuó hasta que, treinta reyes después, el famoso rey Songtsen Gampo (siglo VII d.C.) tomó el poder. Con este rey, el Tíbet alcanzó su mayor extensión, llegando a tener 40 millones de habitantes y expandiendo sus fronteras hasta entrar en China y tomar Chang’an (Xi’an) en el año 763.
El rey Songtsen Gampo se casó con dos princesas budistas, una de China y otra de la India. Esto le permitió conocer ambas culturas y también el budismo majaiana. El País de las Nieves, que hasta entonces era un estado con 17 regiones separadas, fue convertido por este rey en una nación unificada y más pacífica.
El rey envió estudiantes a la India, donde aprendieron sánscrito y comenzaron a traducir al tibetano muchos textos budistas. A finales del siglo VIII, se invitó al maestro Padmasambhava, conocido en el Tíbet como Gurú Rinpoché (‘maestro precioso’), para enseñar la filosofía budista. Gracias a él, el budismo se introdujo en el Tíbet. Los tibetanos consideran a Gurú Rinpoché como el segundo Buda después de Gautama Buda. El emperador Trisong Detsen y el maestro Padmasambhava construyeron templos importantes como el Jokhang y Ramoche (ambos en Lhasa, la nueva capital tibetana), así como muchos monasterios.
En el año 821, el Tíbet firmó un acuerdo de paz con China. Durante algunos años, el budismo fue perseguido y el rey Yeshe-Ö fue capturado para que abandonara sus ideas. Este rey intentaba convencer al maestro indio Atisha de que fuera al Tíbet. El sobrino del rey, Jangchub Oe, envió traductores y otras personas hasta que lograron que Atisha visitara el Tíbet.
En el Tíbet, Atisha escribió "Una luz en el camino", una obra espiritual muy valiosa que dio origen a una importante tradición de enseñanzas. Bajo la influencia de Atisha (quien vivió en el Tíbet entre 1042 y 1055), las enseñanzas budistas volvieron a florecer, se construyeron más monasterios y se completó la traducción de textos budistas. Esto también llevó a la creación de textos propios del Tíbet. Gracias a la importancia de la "Política de la No-Violencia", no surgieron nuevas dinastías. Las instituciones de los monjes comenzaron a ganar poder, mientras que las familias nobles que gobernaban lo perdían.
El Tíbet bajo el Imperio mongol
En el siglo XIII, el Tíbet fue dominado por el Imperio mongol, que también fundó las dinastías chinas Yuan y Ching. Los gobernantes mongoles dieron mucha autonomía a la escuela de Sa-skya del budismo tibetano. Durante tres siglos, el Tíbet siguió siendo gobernado por dinastías no religiosas.
En el siglo XVI, Altan Khan, de la tribu mongol de Turnet, apoyó el gobierno religioso del Dalái lama, y el budismo se convirtió en la religión principal entre mongoles y tibetanos. En el siglo XVII, el jesuita Antonio de Andrade logró cruzar las montañas del Himalaya y entrar en el Tíbet, siendo el primer europeo en conseguirlo.
El Tíbet bajo el control de China
A principios del siglo XVIII, China envió un representante a Lhasa para encargarse del gobierno. Diferentes grupos tibetanos se rebelaron contra este representante, quien fue asesinado. Después, el ejército Qing invadió el Tíbet y derrotó a los rebeldes, instalando a otro representante. Dos mil soldados chinos permanecieron en el Tíbet y sus tareas de defensa fueron apoyadas por fuerzas locales organizadas por el representante.
En 1904, los británicos enviaron un gran grupo militar e invadieron Lhasa, forzando así la apertura de la frontera entre la India (que entonces era una colonia inglesa) y el Tíbet. En 1906, los británicos firmaron un acuerdo con China por el cual el Tíbet se convertiría en un protectorado británico.
En 1907, se firmó un nuevo acuerdo entre Gran Bretaña, China y Rusia que le daba a China el control sobre el Tíbet. En 1910, el gobierno central Qing ejerció por primera vez el control directo sobre el Tíbet.
El Tíbet independiente (1912-1950)
En 1911, se proclamó la República en China, lo que obligó a las tropas chinas estacionadas en el Tíbet a regresar. El dalái lama aprovechó esta oportunidad para recuperar el control sobre el Tíbet. En 1913, el Tíbet y Mongolia firmaron un acuerdo reconociendo su independencia mutua de China.
En 1914, se negoció un acuerdo entre China, el Tíbet y el Reino Unido llamado Convención de Simla. Durante esta convención, los británicos intentaron dividir el Tíbet en dos regiones, pero esto no prosperó. Sin embargo, los representantes del Tíbet y de Gran Bretaña firmaron un acuerdo sin el conocimiento de China, por el cual el Tíbet sería una región autónoma de China y los británicos se quedarían con 90,000 kilómetros cuadrados de territorio tradicionalmente tibetano, que es el actual estado de Arunachal Pradesh.
Después de que la India se declaró independiente, consideró esta región como suya basándose en la frontera establecida en dicho acuerdo. China, sin embargo, rechazó esta posición, diciendo que el acuerdo no tenía validez porque no fue firmado por ellos y el Tíbet no era una nación independiente, sino un protectorado de China. La disputa por esta región causó un conflicto entre China e India en 1962.
Cuando estalló la Revolución de Xinhai y la Primera Guerra Mundial, el Tíbet perdió interés para las potencias occidentales y para China. En ese momento, el decimotercer Dalái lama tomó el gobierno del Tíbet sin interferencia de otros países.
El Tíbet bajo el control de la República Popular China
En 1950, el ejército chino entró en el Tíbet, derrotando fácilmente al pequeño ejército tibetano. En 1951, se redactó un plan para la "Liberación Pacífica del Tíbet", que fue firmado por representantes del Dalái lama y el Panchen Lama bajo la presión del gobierno chino. Este plan preveía una administración conjunta del gobierno chino con el gobierno del Tíbet.
El plan se implementó, pero no en todo el territorio, ya que las regiones de Kham Oriental y Amdo fueron consideradas provincias chinas, y se llevó a cabo una reforma importante de la propiedad de las tierras. En junio de 1956, a causa de esta reforma, estalló una protesta en estas dos regiones, la cual, con apoyo externo, se extendió hasta Lhasa.
El ejército chino logró controlar la protesta en 1959, en acciones militares que causaron la pérdida de vidas de miles de tibetanos. El decimocuarto Dalái lama y sus principales colaboradores tuvieron que huir a la India, desde donde continuaron apoyando acciones contra el ejército chino hasta 1969, cuando la ayuda externa cesó.
Aunque el Panchen Lama estaba bajo vigilancia en Lhasa, los chinos lo presentaron como el jefe del gobierno del Tíbet en ausencia del Dalái lama, quien tradicionalmente había sido el gobernante de la región. En 1965, China introdujo cambios importantes al quitar las tierras a los lamas e introducir la educación no religiosa.
Durante la Revolución Cultural en China, el Tíbet sufrió graves daños en su patrimonio cultural, incluyendo su herencia budista. Miles de templos y monasterios budistas fueron afectados.
En 1979, se restableció la libertad religiosa (y miles de templos budistas volvieron a abrir sus puertas), aunque con condiciones y limitaciones importantes, como la prohibición a los lamas de cuestionar el derecho de China a gobernar el Tíbet.
En 1989, el Panchen Lama falleció, y el Dalái lama y el gobierno de China reconocieron diferentes reencarnaciones. Respetando la religión de los tibetanos, el gobierno de China reconoció oficialmente la reencarnación del Panchen Lama, de acuerdo con la tradición Vajrayāna budista. Para ello, utilizaron un procedimiento que se usó en la dinastía Qing, donde el Panchen Lama era elegido en una especie de sorteo usando una urna de oro. Por su parte, el Dalái lama nombró a Gedhun Choeky Nyima como el undécimo Panchen Lama, mientras que el gobierno chino eligió al niño llamado Gyancain Norbu. Gyancain fue criado en Pekín y aparece en público muy pocas veces. Choeky y su familia, según los tibetanos en el exilio, parecen estar retenidos. El gobierno chino afirma que está libre bajo una identidad diferente para proteger su privacidad.
El Tíbet desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008
La celebración de los Juegos Olímpicos en Pekín en 2008 generó muchas protestas por parte de tibetanos y personas que apoyan la causa tibetana en todo el mundo. La policía de países con muchos refugiados tibetanos como India y Nepal tuvo que mantener el orden durante las protestas. En Japón, se realizaron grandes protestas a favor del Tíbet cuando llegó el presidente chino Hu Jintao.
Además del apoyo de los japoneses, el entonces candidato presidencial Barack Obama pidió al presidente George W. Bush que no asistiera a los Juegos Olímpicos de Pekín si el gobierno chino no dialogaba con el Dalái lama. El presidente de Francia Nicolas Sarkozy y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, no asistieron a la apertura de los Juegos Olímpicos. También hubo un comunicado de 12 intelectuales chinos que apoyaban la autonomía del Tíbet y pedían al gobierno de Pekín que detuviera el conflicto.
Grupos de jóvenes tibetanos, como los de la organización Estudiantes por un Tíbet Libre, que buscan la independencia total del Tíbet (no solo la autonomía que propone el Gobierno tibetano en el exilio liderado por el Dalái lama), han tenido diferencias con el liderazgo tradicional tibetano. El gobierno chino los ha señalado por estar detrás de las protestas populares en el Tíbet. Sin embargo, el Dalái lama se reunió con Tsewang Rigzin, líder del Congreso de Juventud Tibetana, y otros dirigentes para resolver las diferencias. Lhadon Tethong, directora de Estudiantes por un Tíbet Libre, reconoció que nadie duda de la autoridad del Dalái lama, pero que los jóvenes tibetanos, al haber crecido en naciones democráticas, son más exigentes en su búsqueda de la libertad del Tíbet.
Tibetanos en el exilio
Después de la protesta en Lhasa y la huida del Dalái lama del Tíbet en 1959, el gobierno de la India aceptó a los refugiados tibetanos. La India asignó tierras para los refugiados en la región montañosa de Dharamsala (India), donde ahora se encuentran el Dalái lama y el gobierno tibetano en el exilio.

La difícil situación de los refugiados tibetanos atrajo la atención internacional cuando el Dalái lama, líder espiritual y religioso del gobierno tibetano en el exilio, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1989. El Dalái lama recibió el Nobel por su firme compromiso con la protesta pacífica. Por ello, goza de gran respeto y ha sido recibido por líderes de gobierno de todo el mundo. Entre los reconocimientos más recientes, el presidente Bush le concedió la Medalla de Oro del Congreso en 2007, y en 2006 fue una de las seis únicas personas en recibir la ciudadanía honoraria canadiense. La República Popular China protesta constantemente por cualquier contacto oficial con el líder tibetano en el exilio.
La comunidad de tibetanos en el exilio, establecida en Dharamshala y Bylakuppe, cerca de Mysore, en Karnataka, al sur de la India, ha crecido desde 1959. Los tibetanos han duplicado los monasterios tibetanos en la India, que ahora albergan a decenas de miles de monjes. También han creado escuelas y hospitales tibetanos, y fundado la Biblioteca de Obras y Archivos Tibetanos, todo con el fin de mantener vivas la tradición y la cultura tibetanas. Los festivales tibetanos, como las danzas de los lamas, la celebración de Losar (el Año Nuevo tibetano) y el festival de oración Monlam, continúan en el exilio.
En 2006, Tenzin Gyatso, el XIV Dalái lama, declaró que "el Tíbet quiere autonomía, no independencia", pero los chinos desconfían de él, pues creen que no ha renunciado realmente a la búsqueda de la independencia tibetana.
Las conversaciones entre representantes del Dalái lama y el gobierno chino se reanudaron en mayo de 2008, con pocos resultados.
Véase también
En inglés: History of Tibet Facts for Kids
- Tíbet
- Gobierno tibetano en el exilio
- Refugiados tibetanos
- Feudalismo en el Tíbet
Galería de imágenes
-
Imagen del Potala.