Historia de Burundi para niños
Burundi es un país en África que tiene una historia muy antigua, similar a la de su vecino Ruanda. Fue una colonia de Alemania y luego de Bélgica. En 1962, Burundi logró su independencia y se restauró la monarquía con el rey Mwambutsa IV. Sin embargo, en 1966 se proclamó una república.
Desde los años 60, Burundi ha vivido momentos difíciles con cambios de gobierno y conflictos entre sus dos grupos principales, los hutus y los tutsis. Esto causó que muchas personas tuvieran que dejar sus hogares y buscar refugio en otros países. Aunque algunos han regresado, los conflictos han continuado. Para proteger sus fronteras, las tropas de Burundi también han participado en conflictos en la República Democrática del Congo.
Contenido
El Reino de Burundi: Una Historia Antigua
Los primeros datos sobre Burundi vienen de historias contadas de generación en generación y de descubrimientos arqueológicos. Hay dos leyendas sobre cómo se fundó Burundi. Una dice que un hombre de Ruanda llamado Cambarantama fundó la nación. Otra versión, más antigua, dice que Cambarantama venía de una región del sur. Los colonizadores europeos apoyaron la idea del origen ruandés porque les gustaba la idea de una clase gobernante que venía del noreste. Hoy, los historiadores creen que los ancestros de los tutsis llegaron a lo que hoy es Burundi alrededor del siglo XV.
Las primeras pruebas de la existencia del estado de Burundi son del siglo XVI, cuando comenzó a crecer al pie de las colinas del este. Con el tiempo, se expandió y compitió con Ruanda. Alcanzó su mayor tamaño durante el reinado de Ntare Rugama, quien gobernó entre 1796 y 1850, duplicando el tamaño del reino.
El Reino de Burundi tenía un sistema de gobierno donde el rey, llamado U(mwami), estaba al mando. Debajo de él, había una aristocracia (A(baganwa)) que poseía la mayoría de las tierras y recibía pagos de los agricultores y ganaderos. A mediados del siglo XVIII, la realeza Tutsi fortaleció su poder sobre la tierra y los recursos con un sistema llamado ubugabire, parecido al feudalismo europeo, donde la gente recibía protección del rey a cambio de tributos.
Aunque algunos exploradores y misioneros europeos visitaron la zona desde 1856, no fue hasta 1899 que Burundi pasó a formar parte del África Oriental Alemana. A diferencia de Ruanda, el rey de Burundi, Mwezi Gisabo, se opuso a la influencia europea. Los alemanes usaron la fuerza, pero no pudieron derrotar completamente al rey. Finalmente, apoyaron a su yerno, Maconco, en una revuelta contra Gisabo. Gisabo tuvo que aceptar la protección alemana, y los alemanes le ayudaron a terminar con la revuelta. Los pequeños reinos cerca del lago Victoria se unieron a Burundi.
Época Colonial
Aunque la presencia extranjera fue pequeña y los reyes mantuvieron gran parte de su poder, el contacto con los europeos trajo enfermedades graves que afectaron a personas y animales. Burundi fue especialmente afectado. Hubo hambrunas en 1905, y luego en 1914, 1923 y 1944 en toda la región de los Grandes Lagos. Entre 1905 y 1914, la mitad de la población de las llanuras occidentales falleció.
En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, tropas belgas conquistaron la zona. En 1923, la Sociedad de Naciones le dio a Bélgica el control del territorio de Ruanda-Urundi, que incluía lo que hoy son Ruanda y Burundi. Bélgica gobernó el territorio de forma indirecta, con una estructura dominada por los Tutsi.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Ruanda-Urundi se convirtió en un territorio bajo la supervisión de las Naciones Unidas. A partir de 1948, Bélgica permitió la formación de partidos políticos. Entre ellos, destacaron la Unión para el Progreso Nacional (UPRONA), un partido con miembros de diferentes grupos, liderado por el príncipe Tutsi Louis Rwagasore, y el Partido Cristiano Democrático (PDC), apoyado por Bélgica. En 1961, Rwagasore fue asesinado después de que su partido ganara las elecciones.
Independencia y Desafíos
Burundi obtuvo su independencia completa el 1 de julio de 1962. El rey tutsi Mwambutsa IV estableció una monarquía constitucional que buscaba incluir tanto a hutus como a tutsis.
El 15 de enero de 1965, el primer ministro, Pierre Ngendamdumwe, fue asesinado. Su muerte, siendo él un hutu, provocó conflictos que desestabilizaron el país. Esto fue en parte una reacción a lo que sucedía en Ruanda, donde había conflictos violentos. En Burundi, los tutsis buscaron protegerse, y gran parte del ejército y la policía quedaron bajo su control. Durante la Guerra Fría, Ruanda se alineó con los Estados Unidos, mientras que Burundi lo hizo con China.
En 1966, el rey Mwambutsa fue depuesto por su hijo, el Príncipe Ntare V, quien a su vez fue depuesto por su primer ministro, el Capitán Michel Micombero ese mismo año. La monarquía fue eliminada y se proclamó la república. Se estableció un gobierno militar, y los conflictos continuaron a finales de los años sesenta y principios de los setenta.
En 1972, hubo una rebelión en algunas ciudades, y se reportaron actos de violencia. En respuesta, el presidente Michel Micombero (tutsi) declaró la ley marcial. Las fuerzas armadas actuaron contra los hutus. Se estima que entre 80,000 y 210,000 personas perdieron la vida en este periodo. Cientos de miles de hutus huyeron a Zaire, Ruanda y Tanzania.
En 1976, el coronel Jean-Baptiste Bagaza tomó el poder sin violencia. Aunque su gobierno militar estaba dominado por los tutsis, impulsó cambios en la propiedad de la tierra y en las elecciones, buscando la reconciliación. En 1981 se aprobó una nueva Constitución. En 1984, Bagaza fue elegido jefe de Estado como único candidato. Después de su elección, la situación de los Derechos Humanos empeoró, ya que se restringieron algunas actividades religiosas y se detuvo a miembros de la oposición.
En 1987, el Comandante Pierre Buyoya derrocó al Coronel Bagaza. Disolvió los partidos de oposición, suspendió la Constitución y creó un Comité Militar. En 1988, la tensión entre la minoría tutsi (en el poder) y la mayoría hutu aumentó, llevando a enfrentamientos violentos. Se calcula que unas 150,000 personas murieron, y cientos de miles de refugiados huyeron a países vecinos. Buyoya formó una comisión para investigar los conflictos y proponer reformas democráticas.
En octubre de 1990, exiliados ruandeses, en su mayoría tutsis, invadieron Ruanda. Esto llevó a una guerra de tres años. En 1993, las Naciones Unidas y la Organización de la Unidad Africana (OUA) lograron un acuerdo de paz.
En junio de 1993, en Burundi, el partido hutu, FRODEBU, y su candidato presidencial, Melchior Ndadaye, ganaron las elecciones y formaron el primer gobierno hutu del país. Las tensiones aumentaron rápidamente. Pequeños grupos de hutus y tutsis se enfrentaban constantemente, a menudo con machetes.
La situación empeoró el 21 de octubre de 1993, cuando el presidente Ndadaye fue asesinado, y el país entró en un periodo de conflicto civil. Algunas partes del FRODEBU respondieron con violencia. Para restaurar el orden, elementos del ejército de Burundi y civiles tutsis atacaron a hutus, lo que causó muchas más muertes.
En 2002, una comisión de las Naciones Unidas calificó los asesinatos masivos de tutsis en 1993 como un acto de gran violencia.
El país se vio envuelto en la Guerra Civil de Burundi, que causó la muerte de decenas de miles de personas y el desplazamiento de cientos de miles. El gobierno del FRODEBU recuperó el control y eligió a Cyprien Ntaryamira como presidente en enero de 1994. Sin embargo, la situación seguía siendo difícil.
En abril de 1994, el presidente Ntaryamira y el Presidente de Ruanda Juvénal Habyarimana murieron cuando su avión fue derribado. Este evento marcó el inicio de un periodo de gran violencia en Ruanda. En Burundi, la muerte de Ntaryamira también aumentó la violencia, aunque no hubo una masacre generalizada. Sylvestre Ntibantunganya asumió la presidencia el 8 de abril, pero la situación empeoró. La llegada de cientos de miles de refugiados ruandeses y las actividades de grupos armados desestabilizaron el gobierno.
El 25 de julio de 1996, el gobierno fue derrocado en un cambio de poder liderado por Buyoya. La guerra civil continuó, a pesar de los esfuerzos internacionales para lograr la paz. El proceso de paz avanzó desde 2001, cuando se formó un gobierno donde el poder era compartido. En 2003, Domitien Ndayizeye, el vicepresidente hutu, fue nombrado presidente, siguiendo el acuerdo de reparto de poder.
Burundi también estuvo involucrado en la segunda guerra del Congo, primero como aliado de Ruanda y Uganda y luego como participante en este importante conflicto internacional.
Las elecciones de 2005 fueron ganadas por el antiguo grupo rebelde hutu Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD).
Crisis Política de 2015
Pierre Nkurunziza fue presidente de Burundi desde 2005 y fue reelegido en 2010. El 25 de abril de 2015, anunció que se presentaría de nuevo a las elecciones presidenciales de 2015 para un tercer mandato. El 5 de mayo, la Corte Constitucional aprobó su candidatura, lo que generó controversia. Su vicepresidente renunció, diciendo que había recibido "presiones enormes y amenazas".
El 13 de mayo de 2015, el general Godefroid Niyombare, exjefe del ejército, anunció por radio un intento de cambio de gobierno contra el presidente Nkurunziza, quien estaba de viaje en Dar es-Salaam, Tanzania. Nkurunziza negó el intento y anunció su regreso al país. El general que intentó el cambio ordenó el cierre de las fronteras y del aeropuerto de Buyumbura.
El 14 de mayo, los que intentaron el cambio de gobierno intentaron tomar el control de la Radio-Televisión Nacional de Burundi, que seguía bajo el control de las fuerzas leales al gobierno. También hubo combates por el control de otros medios de comunicación. Esa noche, Pierre Nkurunziza anunció que había regresado a Burundi. Los grupos de oposición anunciaron el 26 de junio que no participarían en las próximas elecciones.
El 6 de julio, uno de los líderes del intento de cambio, el general Leonard Ngendakumana, llamó a la rebelión armada contra Nkurunziza. Se reportaron combates en el norte de Burundi el 10 y 11 de julio. El ejército dijo el 13 de julio que 31 rebeldes habían muerto y 170 habían sido capturados; también seis de sus soldados resultaron heridos. El gobierno de Burundi afirmó que los rebeldes habían cruzado desde Ruanda, pero el gobierno ruandés lo negó. Ngendakumana dijo que los rebeldes eran de su grupo.
Poco después de las elecciones del 21 de julio, sin la participación de la oposición, el líder opositor principal, Agathon Rwasa, propuso formar un gobierno de unidad nacional, advirtiendo sobre la posibilidad de más violencia. Rwasa dijo que el tercer mandato de Nkurunziza debería ser mucho más corto y que se deberían celebrar nuevas elecciones, aunque dudaba que Nkurunziza aceptara. También pidió a quienes buscaban derrocar a Nkurunziza por la fuerza que se enfocaran en el diálogo. El gobierno aceptó la idea de un gobierno de unidad nacional, pero rechazó acortar el mandato de Nkurunziza.
Los resultados de las elecciones presidenciales se anunciaron el 24 de julio de 2015. Nkurunziza ganó con el 69.41% de los votos. Agathon Rwasa quedó en segundo lugar con el 18.99%, a pesar de haber pedido un boicot.
El 30 de septiembre de 2016, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas creó una Comisión de Investigación sobre Burundi. Su misión es investigar los problemas de derechos humanos desde abril de 2015, identificar a los responsables y hacer recomendaciones. El 29 de septiembre de 2017, la Comisión instó al gobierno de Burundi a detener las graves situaciones de derechos humanos. También destacó que el gobierno de Burundi se había negado a cooperar con la Comisión.
Actualidad
En un referéndum constitucional en mayo de 2018, los burundeses votaron con un 79.08% a favor de una constitución que permitiría a Nkurunziza permanecer en el poder hasta 2034. Sin embargo, para sorpresa de muchos, Nkurunziza anunció más tarde que no buscaría otro mandato, abriendo el camino para la elección de un nuevo presidente en las elecciones generales de 2020.
El 24 de diciembre de 2018, el gobierno trasladó la capital política de Burundi de Buyumbura a Gitega, donde había estado hasta 1966.
La amenaza de la pandemia de Covid-19 fue minimizada oficialmente por el gobierno. La Presidencia advirtió a su población contra "medidas precipitadas, extremas y unilaterales" contra el virus. Human Rights Watch informó que a algunas enfermeras se les había dicho que "no hablaran sobre casos sospechosos, patrones de síntomas o recursos insuficientes".
Después de Nkurunziza (2020-presente)
El 20 de mayo de 2020, Évariste Ndayishimiye, un candidato elegido por Nkurunziza para sucederlo, ganó las elecciones con el 71.45% de los votos. Poco después, el 9 de junio de 2020, Nkurunziza falleció de un paro cardíaco a los 55 años. Según la constitución, Pascal Nyabenda, presidente de la asamblea nacional, dirigió el gobierno hasta la toma de posesión de Ndayishimiye el 18 de junio de 2020.
Inicialmente, Ndayishimiye adoptó una respuesta más firme a la pandemia de covid-19 que su predecesor, llamando al virus el "peor enemigo" de la nación. En enero de 2021, cerró las fronteras nacionales. En febrero de 2021, sin embargo, Burundi se unió a Tanzania como las únicas naciones africanas en rechazar las vacunas del programa COVAX. El ministro de salud Thaddee Ndikumana afirmó que "dado que más del 95% de los pacientes se están recuperando, estimamos que las vacunas aún no son necesarias". Hasta junio de 2021, Burundi no había hecho ningún esfuerzo para adquirir vacunas.
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Véase también
En inglés: History of Burundi Facts for Kids