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Sixto V para niños

Enciclopedia para niños

Sixto V, cuyo nombre de nacimiento era Félix Peretti, fue el papa número 227 de la Iglesia católica. Nació el 13 de diciembre de 1521 en Grottammare, un pequeño pueblo en lo que hoy es Italia, y falleció en Roma el 27 de agosto de 1590.

Viniendo de una familia sencilla, Félix ingresó de joven en la orden franciscana, donde siempre fue conocido por su piedad y disciplina. Fue un predicador muy reconocido y trabajó con mucho entusiasmo para mejorar la vida religiosa dentro de la Iglesia. Llegó a ser el líder de su orden (vicario general) y luego fue nombrado cardenal. En 1585, después de la muerte del papa Gregorio XIII, fue elegido papa y gobernó la Iglesia por cinco años. Durante este tiempo, realizó un trabajo muy intenso y enérgico para fortalecer y renovar la Iglesia católica.

Datos para niños
Sixto V
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Papa de la Iglesia católica
24 de abril de 1585-27 de agosto de 1590
Predecesor Gregorio XIII
Sucesor Urbano VII
Información religiosa
Ordenación sacerdotal 1547
Ordenación episcopal 12 de enero de 1567
Proclamación cardenalicia 17 de mayo de 1570
por Pío V
Información personal
Nombre Félix Peretti (en italiano: Felice Peretti)
Nacimiento 13 de diciembre de 1521
Grottammare, Bandera de Estados Pontificios Estados Pontificios
Fallecimiento 27 de agosto de 1590
Roma, Bandera de Estados Pontificios Estados Pontificios
Padres Piergentile Peretto y Marina

Firma Firma de Sixto V
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Aqua et panis, vita canis

Orígenes y primeros años de Félix Peretti

Félix Peretti nació en Grottammare, un pueblo de pescadores en la región de Las Marcas. Su familia era de origen dálmata y había llegado a Italia huyendo de los turcos. Su padre, Peretto de Montalto, trabajaba como jardinero. Debido a sus orígenes humildes, algunos de sus oponentes le criticaban por haber sido, según ellos, cuidador de cerdos en su niñez.

A los nueve años, Félix ingresó en el monasterio franciscano de Montalto. Allí comenzó sus estudios, que continuó en las universidades de Ferrara y Bolonia. En 1548, obtuvo su título de doctor en teología, que es el estudio de temas religiosos.

Carrera en la Iglesia

Félix fue ordenado sacerdote en 1547. Hacia 1552, se hizo conocido como un orador y predicador muy hábil. Esto llamó la atención de dos cardenales que más tarde serían papas: Ghislieri (quien sería Pío V) y Caraffa (quien sería Paulo IV).

Gracias a ellos, Félix comenzó su carrera en la Iglesia. En 1557, fue enviado a Venecia como inquisidor general, un puesto importante para investigar asuntos religiosos. Fue tan estricto en su trabajo que los venecianos pidieron que lo quitaran de su cargo en 1560.

De regreso en Roma, después de un tiempo como procurador general de los franciscanos, fue enviado a España en 1565. Allí formó parte de una misión especial para un caso importante contra el cardenal de Toledo, Bartolomé Carranza. Durante esta misión, surgió una fuerte rivalidad entre Félix y el cardenal Buoncompagni, quien más tarde sería el papa Gregorio XIII.

Cuando Pío V se convirtió en papa, Félix regresó a Roma. En 1566, fue nombrado vicario general de los franciscanos y obispo de Santa Águeda. En 1570, fue nombrado cardenal. En 1571, fue trasladado a la diócesis de Fermo, cargo al que renunció en 1577.

Cuando Gregorio XIII se convirtió en papa, Félix Peretti se retiró de la vida pública. Se dedicó a estudiar y difundir los escritos de san Ambrosio. Este retiro voluntario fue una de las razones por las que, al morir Gregorio en 1585, Félix fue elegido como su sucesor.

Su tiempo como Papa

Archivo:Portrait of Pope Sixtus V Met DP885760
Sixto V, litografía de Pietro Facchetti (1585, Museo Metropolitano de Arte de Nueva York)

El cardenal Peretti fue elegido papa por unanimidad el 24 de abril de 1585. Eligió el nombre de Sixto V en honor a Sixto IV, quien también había sido franciscano. El papa Gregorio XIII había dejado muchos desafíos, como problemas de orden público y conflictos con la reina Isabel I de Inglaterra. Sixto V enfrentó todos estos problemas con gran determinación.

Cambios en la Iglesia

El objetivo principal de Sixto V fue reformar la Iglesia, organizar mejor su gobierno y aplicar estrictamente las decisiones del Concilio de Trento. Quería que obispos y líderes religiosos tuvieran una conducta más ejemplar.

Inició su papado con una investigación sobre el cardenal Matteo Contarelli, quien había sido acusado de prácticas indebidas. Sixto V eligió a Ippolito Aldobrandini, quien más tarde sería el papa Clemente VIII, para un puesto importante en la administración de la Iglesia. El papa quería que sus colaboradores fueran un ejemplo de buen comportamiento.

En 1589, emitió una ley para que los obispos evitaran cualquier tipo de irregularidad al otorgar las órdenes sagradas. También reforzó las normas contra la ilegitimidad en 1587 y 1588.

El papa insistió en que los obispos, cardenales y párrocos vivieran en sus diócesis, como lo había establecido el Concilio de Trento. También reformó las órdenes religiosas en los países católicos de Europa, que habían relajado su disciplina.

Envió a personas especiales para reformar las órdenes religiosas en ciudades italianas como Salerno, Nápoles y Ferrara, y también en Portugal y España. En 1585, publicó una ley que obligaba a los obispos a visitar Roma cada cuatro años para informar al papa sobre el estado de sus diócesis.

Mejoras en el clero de Roma

Sixto V se encargó personalmente de reformar la diócesis de Roma, de la que era obispo, y las órdenes religiosas que allí se encontraban.

En 1585, encargó a dos obispos que visitaran todas las iglesias y escuelas de Roma para asegurarse de que los clérigos fueran adecuados para sus funciones. En 1586, se visitaron los monasterios y conventos de Roma, y se establecieron reglas estrictas para mejorar la disciplina de los religiosos.

Reglas para los ciudadanos de Roma

Sixto V estaba preocupado por el comportamiento de los ciudadanos en Roma. Por eso, impuso castigos severos para restaurar la disciplina en la ciudad, siguiendo el ejemplo de su predecesor Pío V.

Se establecieron penas para eliminar el juego, el lujo excesivo, las palabras ofensivas, la adivinación, las imágenes inapropiadas, las noticias falsas, la profanación del domingo y los excesos del carnaval.

Reorganización de las congregaciones

Para enfrentar los problemas religiosos y políticos, y para modernizar Roma, Sixto V reorganizó la Curia Romana, que es el conjunto de organismos que ayudan al papa a gobernar la Iglesia. En 1588, estableció quince congregaciones permanentes de cardenales, cada una con tareas específicas. Diez se encargaban del gobierno de la Iglesia en todo el mundo y cinco de la administración de los Estados Pontificios.

En 1586, Sixto V también reformó el Colegio de Cardenales, limitando su número a setenta miembros y estableciendo reglas estrictas para ellos.

Su Biblia

Durante su papado, Sixto V continuó el trabajo de revisar la Vulgata, una antigua traducción de la Biblia al latín. Esta tarea se completó en 1590, el último año de su vida. Aunque el texto de la Vulgata sixtina podía mejorarse, el hecho de que la siguiente edición se conozca como sixto-clementina muestra la importancia del trabajo realizado bajo su pontificado.

Orden público y economía

El nuevo papa, con experiencia en los tribunales de la inquisición, era la persona adecuada para enfrentar el problema de los grupos de bandidos que habían surgido en la península italiana tras la muerte de Gregorio XIII. Desde el inicio de su papado, Sixto V se mostró muy estricto en el cumplimiento de las leyes.

Utilizando al cardenal Colonna, persiguió a los grupos de malhechores que atacaban campos y ciudades. Pronto, el puente de Sant'Angelo se llenó de cabezas de bandidos, lo que sirvió como una fuerte advertencia.

Sixto V también se preocupó por la seguridad marítima de sus estados, amenazados por la piratería berberisca que impedía el comercio y secuestraba a la gente. Por ello, decidió crear una flota naval especial con base en la ciudad de Civitavecchia.

El papa también puso orden en las finanzas de los Estados Pontificios. A pesar de los grandes gastos en sus proyectos de construcción, logró crear un fondo especial de dinero para emergencias.

Apoyo a las misiones en Asia

En 1588, Sixto V creó un obispado para las islas de Japón, con sede en Funai, para que el país tuviera su propia jerarquía eclesiástica. Envió hermosos objetos y reliquias para las iglesias de Japón y aumentó la ayuda económica anual para las escuelas jesuitas japonesas.

Su papado coincidió con el inicio de las persecuciones contra el catolicismo en Japón, que había sido recientemente evangelizado por la Compañía de Jesús. En 1587, se emitió el primer decreto de persecución contra los misioneros. Se destruyeron iglesias y se obligó a los misioneros a salir del país, aunque muchos lograron quedarse debido a que las autoridades no siempre aplicaban el decreto.

Las islas de las Filipinas también fueron elevadas a la categoría de provincia eclesiástica por Sixto V.

Relaciones internacionales

El cardenal Peretti estaba tradicionalmente alineado con la política del Rey de España, Felipe II. Sin embargo, como Papa, Sixto V creía que era necesario equilibrar el poder de España con el de Francia para asegurar una mayor libertad para la Iglesia.

La situación en Francia era complicada: los hugonotes (calvinistas) querían que Enrique de Navarra ocupara el trono francés. La Liga Católica, apoyada por España, se oponía. Pero otros católicos no veían bien la intervención española y parecían dispuestos a apoyar a Enrique de Navarra. Sixto V dudó por un tiempo, pero finalmente apoyó las aspiraciones de Enrique de Navarra, y ayudó a su conversión del calvinismo al catolicismo.

El papa también deseaba el restablecimiento del catolicismo en Inglaterra y admiraba la capacidad de gobierno de la reina Isabel. Por un tiempo, confió en su conversión, pero al ver que no era posible, apoyó la invasión planeada por Felipe II. Sin embargo, el fracaso de la Armada Invencible hizo que Sixto V abandonara ese objetivo. Algo similar ocurrió con el peligro turco: dio ayuda económica a Esteban Bathory, rey de Polonia, pero a su muerte en 1587, ese camino se cerró.

Embellecimiento de Roma

La Roma medieval había quedado muy dañada. Durante el tiempo en que los papas estuvieron en Aviñón (1309-1417), la ciudad sufrió muchos desórdenes, lo que afectó la conservación de sus edificios.

Una vez que Roma volvió a ser la sede principal del papado, se inició un plan para recuperar el prestigio de la ciudad. La mayoría de los papas después de Martín V (1417) querían aumentar el prestigio de la Iglesia a través de la magnificencia de una nueva Roma, buscando revivir su antigua grandeza. Estos planes de recuperación fueron impulsados con el espíritu de la Contrarreforma.

La transformación de la ciudad comenzó fuera del centro medieval, en la zona que conectaba el Vaticano con el Castillo de Sant'Angelo. Este castillo servía a los papas como tesorería, prisión y refugio.

Cuando Sixto V llegó al papado, ya se estaban realizando obras en el Acqua Felice y la Strada Felice, que unían Santa Croce in Gerusalemme con Santa Trinità dei Monti. Estas obras se terminaron durante su primer año de pontificado y recibieron su nombre de pila (Félix). Él también se encargó de trasladar el obelisco que hoy está frente a la Basílica de San Pedro. Además, puso a unos 2000 obreros a trabajar en el drenaje de las marismas del Pontino. Sixto V aportó muchas de las ideas que dieron forma final a la Roma del Renacimiento y del Barroco, por lo que se le llamó Restaurador de la ciudad.

Sixto V llevó a cabo un gran programa de obras, no solo de arquitectura, sino también de urbanismo, con la ayuda del arquitecto Doménico Fontana. Su plan tenía tres objetivos principales: primero, repoblar las colinas de Roma; segundo, conectar las iglesias más importantes y otros puntos clave de la ciudad con un sistema de calles principales; y tercero, crear una ciudad hermosa que superara la forma desordenada de calles y espacios públicos. En 1480, ya se había ordenado eliminar salientes de edificios y obstrucciones en las calles para mejorar las condiciones urbanas.

Consciente de los grandes problemas urbanísticos de Roma y de su poco tiempo, Sixto V ideó un método único para trazar los ejes principales de la futura reconstrucción: colocó obeliscos en los puntos donde, en el futuro, se construirían las plazas más importantes.

Otro de los planes de Sixto V fue unir los lugares de peregrinación. Se logró ir de San Juan de Letrán a Santa María la Mayor, terminando la Via Merulana, y también al Coliseo y a San Pablo Extramuros. La Via Panisperna permitió ir de Santa María la Mayor a San Lorenzo Extramuros. Una calle recta de 3300 metros, la Strada Felice, conectó la Santa Cruz de Jerusalén con la Trinità dei Monti.

Archivo:Mapa de la ciudad de Roma, siglo XVI
Mapa de los trazados de Sixto V en la ciudad de Roma

Estas intervenciones muestran cómo querían transformar Roma, con sus cerca de 100.000 habitantes, en una capital y ciudad internacional, un punto de referencia esencial en el mundo moderno.

Durante su papado, Sixto V construyó, finalizó o reparó muchos monumentos y edificios importantes en Roma. Entre sus obras arquitectónicas destacan la construcción de la Capilla Sixtina de Santa María la Mayor, la finalización del Palacio del Quirinal, las modificaciones del Palacio de Letrán, la terminación de la cúpula de la Basílica de San Pedro y la restauración del acueducto de Septimio Severo. En la cúpula de San Pedro, hizo escribir: "Para la gloria de San Pedro, Sixto V, papa, en 1590 y el quinto año de su pontificado".

Algunos critican su poco aprecio por las obras de la Roma clásica, ya que usó muchas de ellas como material de construcción. Sin embargo, es importante recordar que el uso de materiales de construcciones en ruinas o peligrosas era común entre los arquitectos de la época. El papa encargó la restauración de las columnas de Trajano y Marco Aurelio. Estos trabajos se completaron en 1587, colocando sobre la columna de Trajano una estatua de San Pedro y sobre la de Marco Aurelio, una de San Pablo. Esto buscaba resaltar el papel de estos apóstoles como "príncipes gloriosos de la tierra, lámparas o faros de la fe, columnas de la Iglesia".

Aunque otros papas habían restablecido el suministro de agua en las partes bajas de la ciudad, no habían podido hacerlo en los barrios altos. Para llevar agua a las colinas del Quirinal, Viminal y Esquilino, Sixto V construyó el Acqua Felice entre 1585 y 1589 (llamado así por su nombre, Felice Peretti). Este acueducto incorporó partes de antiguos acueductos romanos y tenía una longitud de unos 25 kilómetros. Suministraba más de 18.000 metros cúbicos de agua al día.

En cuanto a las condiciones ambientales, además de aumentar el suministro de agua potable, creó un servicio de carros de basura para la recogida periódica de residuos domésticos. También mejoró el sistema de alcantarillado y construyó lavaderos públicos. Aunque su programa de inversión pública dio trabajo a miles de personas, no logró resolver el problema del desempleo en Roma. En su último año, planeó convertir el Coliseo en una fábrica de lana, pero el proyecto no se inició.

Plan urbanístico de Sixto V (1585-1590)

Este plan tenía como objetivo transformar Roma en una capital cristiana digna de ser la sede de la Iglesia Católica. Buscaba conectar grandes puntos religiosos y mejorar la circulación en una ciudad que había crecido de manera desordenada. También se buscaba embellecer la ciudad y crear nuevos puntos de referencia religiosos, así como mejorar el sistema de calles e infraestructuras.

Principales objetivos del plan:

  • Organización del espacio religioso: El plan se centraba en unir y dar más valor a los principales centros de peregrinación de Roma. Sixto V quería que los peregrinos pudieran moverse fácilmente entre las grandes basílicas y monumentos de la ciudad, conectándolos con avenidas directas.
  • Mejora de la movilidad: En esa época, Roma era un laberinto de calles estrechas y desorganizadas, lo que dificultaba el tránsito de personas y mercancías. Sixto V propuso abrir avenidas amplias para conectar los puntos clave de la ciudad.
  • Desarrollo de infraestructuras modernas: Sixto V impulsó la modernización de la ciudad en términos de infraestructura, construyendo acueductos y fuentes que no solo embellecían Roma, sino que mejoraban el suministro de agua para sus habitantes. Restauró el Acueducto Aqua Alexandria, que había estado abandonado por siglos.

Medidas sobre los judíos

Con una ley llamada Christiana pietas (1586), Sixto V eliminó algunas de las reglas que se consideraban demasiado estrictas para los judíos, establecidas por Pío V en 1569. Permitió a los judíos vivir en las ciudades y centros principales, y les permitió comerciar (excepto con trigo y otros alimentos). También abolió el uso de la "rueda amarilla" (una señal que debían llevar) y permitió que los médicos judíos atendieran a los cristianos. Los judíos pudieron volver a vivir en Roma sin la obligación de residir en el gueto.

Canonizaciones

Fallecimiento

Sixto V falleció a causa de malaria la tarde del 27 de agosto de 1590 en el Palacio del Quirinal. Fue sepultado en la capilla que él mismo había construido en la Basílica de Santa María la Mayor. Su corazón se conserva en la Iglesia de los Santos Vicente y Anastasio en Trevi, en la Piazza Trevi.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Pope Sixtus V Facts for Kids

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Sixto V para Niños. Enciclopedia Kiddle.