Falange para niños
La falange fue una formación militar muy importante en la Antigua Grecia. Era como un gran bloque rectangular de soldados de infantería, que iban muy bien armados con lanzas largas. Estos soldados se colocaban hombro con hombro, en varias filas, formando una pared impenetrable.
Esta forma de luchar fue desarrollada por los antiguos griegos y se usó durante mucho tiempo, incluso con algunos cambios, hasta que apareció la pólvora. Se considera un punto de partida clave en la historia militar de Europa.
La falange fue una estrategia de guerra creada en la Antigua Grecia, inspirada en algunas ideas de los sumerios. Otras civilizaciones del Mediterráneo la copiaron. El nombre "falange" viene del griego phálanx, que se usaba para describir esta formación defensiva de los hoplitas. Los hoplitas eran los soldados que formaban la falange clásica.
Los hoplitas griegos eran soldados de infantería con armadura pesada. Llevaban un escudo redondo, una coraza de cuero y metal, protecciones para las espinillas (grebas), una lanza de unos 2,4 metros para atacar y una espada de doble filo de 60 centímetros. La falange se mantenía en filas muy unidas. Avanzaban al ritmo de una flauta, lo que ayudaba a que todos se movieran juntos. Esta formación era impresionante para el enemigo, pero era difícil de mover y, si el enemigo lograba romperla, se desorganizaba fácilmente.
Contenido
¿Cómo se usaba el término "falange" en la Antigüedad?
El término phálanx es muy antiguo en la literatura griega. Aparece muchas veces en los escritos de Homero.
La palabra parece venir de una raíz antigua que significa "hincharse" o "crecer". En la antigüedad, se usaba para referirse a un trozo largo y sólido de cualquier material, a veces con forma cilíndrica. En el ámbito militar, se relacionaba con la forma rectangular de la formación, como si fueran "segmentos" del ejército.
Sin embargo, en la época de Homero, la palabra phálanx no se refería a una unidad militar específica con un número fijo de soldados o una formación táctica concreta. Era una forma general de llamar a las tropas. En los poemas épicos y líricos de esa época, las falanges eran unidades que se movían rápido y con iniciativa en el campo de batalla. Esto es diferente de la formación cerrada y unida que se vería en la época clásica.
Más tarde, en la época clásica, el escritor Jenofonte fue el primero en usar la palabra phálanx muchas veces para describir una formación de infantería pesada. Él la usaba para referirse al grupo de soldados griegos de infantería pesada que se formaban en líneas. Esta formación solía ocupar el centro del campo de batalla y era muy importante en el combate.
La falange de los hoplitas clásicos
La falange clásica estaba formada por los hoplitas. Al principio, desde el siglo VII a.C. hasta la guerra del Peloponeso (a finales del siglo V a.C.), la falange estaba compuesta solo por ciudadanos de las ciudades-estado griegas (polis). Estos ciudadanos luchaban para defender su ciudad y su posición social. La falange no era solo una formación militar, sino también una forma de mostrar la unión entre ciudadanos iguales.
Si un soldado intentaba destacar saliendo de la fila, ponía en peligro su vida porque no tenía compañeros que protegieran sus costados. Además, ponía en peligro a toda la falange al dejar un hueco por donde el enemigo podía romper la línea. No había lugar para combates individuales heroicos, como los que se contaban en las historias de Homero.
Ser hoplita era un honor y significaba tener una posición social importante en la polis. También implicaba un gasto, ya que el ciudadano debía pagar su propio equipo. Solo los más ricos podían permitirse una armadura completa de hierro.
Durante la guerra del Peloponeso, la falange perdió parte de su significado social. Las guerras duraron mucho tiempo y fue necesario contratar mercenarios, que eran guerreros que luchaban por dinero. Así aparecieron los soldados de infantería ligera, llamados peltastas. Ellos luchaban con menos armadura o usaban hondas y arcos para molestar al enemigo. Su nombre viene de la pelta, un escudo ovalado que usaban.

El modelo de falange solo con hoplitas fue superado cuando el general Epaminondas, al mando del ejército de Tebas, derrotó a la famosa falange hoplítica de Esparta en la Batalla de Leuctra (371 a.C.). Epaminondas logró esto con un ejército más pequeño gracias a una nueva estrategia. Colocó la mayor parte de su falange en un ángulo oblicuo, y concentró en el lado izquierdo un grupo de hoplitas de unos cincuenta hombres de profundidad. Este grupo rompía la línea de la falange enemiga, que era mucho menos profunda. Gracias a esta formación en ángulo, la falange tebana superaba al enemigo por ese punto y lo rodeaba. A este modelo se le llamó "martillo".
La caballería y la infantería ligera se volvieron muy importantes. Defendían los lados del grupo que rompía la línea enemiga y ayudaban a rodear al enemigo después.
La falange de Filipo II de Macedonia
La siguiente gran mejora la hizo el rey Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro Magno, a mediados del siglo IV a.C. Filipo había sido rehén en Tebas y aprendió las tácticas tebanas. Cuando regresó a Macedonia, decidió mejorarlas.
Los soldados macedonios, llamados pezhetairoi, empezaron a usar una lanza de 6 metros de largo, llamada sarissa, que tenían que manejar con ambas manos. También aligeraron el peso de su escudo, que lo llevaban colgado del cuello. Así, las primeras filas de la falange formaban un "bosque" de lanzas que podía atravesar cualquier cosa que se acercara, desde infantería hasta elefantes.
Además, Filipo cambió la estructura de la falange. Agrupó a los hombres en bloques independientes de 16 hoplitas de frente por 16 de profundidad (256 hombres), llamados syntagmas. Cada falange se dividía en dos alas de 32 syntagmas cada una, sumando un total de 16.384 hombres, bajo el mando de un stratego. Esta división permitía mayor flexibilidad en el combate. Fue esta flexibilidad la que permitió a su hijo Alejandro conquistar desde la península de Anatolia hasta el norte de la India. La caballería y la infantería ligera se volvieron muy importantes para los movimientos de flanqueo, aunque la falange seguía siendo la parte principal del ejército.
Sin embargo, esta falange tenía sus puntos débiles: solo funcionaba bien en terreno llano. A pesar de ser muy sólida, era vulnerable a un ataque por los lados o por la retaguardia.
El fin de la falange: la legión romana
Todas las formaciones militares tienen su momento. El de la falange llegó con la aparición de la legión romana, que era mucho más flexible y móvil.
La falange al estilo macedonio, usada por Pirro, rey del Epiro, invadió Italia en el siglo III a.C. y derrotó a las primeras legiones romanas. Sin embargo, las legiones romanas se retiraban del campo de batalla con pocas pérdidas. Más tarde, en ese mismo siglo y en el siglo II a.C., Roma derrotó a Cartago, que tenía falanges mercenarias en su ejército, aunque no eran su fuerza principal.
Finalmente, en la batalla de Pidna, cerca del monte Olimpo en Grecia, en el año 168 a.C., la legión romana aplastó por completo a la falange del rey Perseo. Esto demostró que la falange, tan imitada en todo el Mediterráneo, ya estaba desactualizada.
En Pidna, al principio, la falange logró imponerse a la legión en un combate muy reñido. Los legionarios no podían abrirse paso entre las picas. Sin embargo, al retroceder, los romanos llevaron accidentalmente a la falange a un terreno irregular. Esto, junto con el forcejeo del combate, creó pequeños huecos en el "bosque" de lanzas de la falange. El general romano aprovechó la flexibilidad de los legionarios, que podían luchar en unidades pequeñas o solos, para explotar estos huecos y romper la formación de la falange. Si no hubieran entrado en terreno difícil, es muy posible que la falange hubiera ganado.
La ventaja de la legión fue aún más clara en la batalla de Magnesia, donde el rey Antíoco III fue derrotado por Lucio Cornelio Escipión. Aunque la Cinoscéfalos (197 a.C.) es a menudo reconocida como la derrota definitiva de la falange, su reputación es un poco exagerada. La victoria romana en Cinoscéfalos fue en parte por suerte. La principal razón de la derrota del ejército macedonio no fue la formación en falange en sí, sino la lentitud del flanco izquierdo para formarse, lo que permitió a los romanos abrir una brecha fatal y ganar la batalla.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Phalanx Facts for Kids