Expediente Picasso para niños
El Expediente Picasso es el nombre de un informe muy importante que redactó el general Juan Picasso. Este informe investigó lo que pasó en la ciudad de Melilla en los meses de julio y agosto de 1921. Esos eventos son conocidos como el «Desastre de Annual», una gran derrota militar para España.
En 1922, el general Picasso presentó sus conclusiones, que ocupaban unas cuatrocientas páginas, al Consejo Supremo de Guerra y Marina. El gobierno de ese momento, liderado por José Sánchez Guerra, decidió que el Expediente Picasso se presentara en el Congreso de los Diputados. Allí se creó una Comisión de Responsabilidades en julio de 1922. Esta comisión presentó sus conclusiones en noviembre, lo que generó muchos debates. De hecho, el Expediente se convirtió en el tema político más importante del país en ese tiempo.
En julio de 1923, se formó una segunda Comisión de Responsabilidades, pero no pudo terminar su trabajo. Esto se debió a un golpe de Estado que ocurrió en septiembre de 1923. Miguel Primo de Rivera cerró el Congreso y detuvo la investigación del Expediente.
Cuando se proclamó la Segunda República Española en abril de 1931, se formó una nueva Comisión de Responsabilidades. Esta comisión se centró en la actuación del exrey Alfonso XIII, quien fue condenado por «alta traición» en noviembre de 1931. Las nuevas Cortes, elegidas en noviembre de 1933, decidieron pasar el asunto al Tribunal Supremo. Sin embargo, el Tribunal Supremo decidió en julio de 1935 que no había más hechos que juzgar, aparte de los que ya se habían resuelto. La única condena por el «Desastre de Annual» había sido un arresto militar de seis meses para el general Dámaso Berenguer. Así terminó el recorrido judicial y político del Expediente Picasso.

«Lo que Diógenes quería
encontrar con su mechero,
en Picasso, el justiciero,
nuestro país poseía.
Y así, al escuchar su nombre,
orgullosa y placentera,
dice al mundo España entera:
"¡Es mi hombre!"»
Contenido
¿Qué ocurrió antes del Expediente Picasso?
El Desastre de Annual: Una gran derrota militar
Entre finales de julio y principios de agosto de 1921, el Ejército español sufrió su mayor derrota en el Protectorado de Marruecos. Este evento se conoció como el «Desastre de Annual». Murieron más de 8.000 soldados, la mayoría de ellos jóvenes que estaban haciendo el servicio militar. También falleció el general Fernández Silvestre, quien estaba al mando de las tropas.
El territorio que España controlaba en Marruecos se redujo mucho, quedando solo las ciudades de Ceuta, Melilla, Tetuán y Larache. Se perdieron todos los avances que se habían logrado en campañas anteriores. Los vencedores de Annual, la República del Rif liderada por Abd el-Krim, se quedaron con 20.000 rifles y 200 cañones, y tomaron cientos de prisioneros españoles.
La conmoción en España y la reacción política
La noticia de esta tragedia causó una gran conmoción en España. El gobierno, presidido por Manuel Allendesalazar, intentó ocultar lo sucedido con censura de prensa. Sin embargo, los hechos se supieron y el gobierno dimitió el 11 de agosto. El rey Alfonso XIII encargó a Antonio Maura formar un nuevo gobierno.
Maura apoyó la decisión de nombrar al general Juan Picasso para que investigara lo ocurrido en Marruecos y elaborara un informe. Un ejemplo del impacto del «Desastre de Annual» fue la intervención del diputado socialista Indalecio Prieto en el Congreso el 27 de octubre de 1921. Prieto criticó la guerra en Marruecos y acusó directamente al rey Alfonso XIII. Dijo que los campos de Marruecos se habían convertido en "campos de muerte" y que 8.000 cadáveres pedían justicia. Por estas declaraciones, Prieto fue llevado a juicio.
¿Cómo se desarrolló el Expediente Picasso?
La investigación del general Picasso
Después de la derrota militar, el general Dámaso Berenguer, que era el Alto Comisario de España en Marruecos, pidió al ministro de la Guerra que un oficial investigara los hechos. El 4 de agosto de 1921, el ministro de la Guerra, Luis de Marichalar y Monreal, nombró al general Juan Picasso para investigar en Melilla.
Picasso empezó sus investigaciones en Melilla. El 15 de agosto, pidió al general Berenguer los planes de operaciones que había seguido el general Silvestre. Berenguer respondió que no podía dar esa información porque era secreta. Entonces, el 24 de agosto, se emitió una nueva orden que limitaba la investigación de Picasso. Se le dijo que solo debía investigar las acciones de jefes, oficiales y soldados, y no los planes del Alto Comisario.
El 31 de agosto, el general Picasso expresó su desacuerdo con esta orden. Argumentó que la investigación debía incluir a todos, sin excepción, incluso a los mandos más altos. Ofreció dejar la comisión si no se le permitía investigar libremente. La respuesta fue positiva: una orden del 1 de septiembre le permitió examinar a todo el personal militar, sin excepción.
En Melilla, el general Picasso tomó declaración a 79 personas solo sobre Annual. Anotó "Muerto", "Desaparecido", "Presente" o "Plaza" junto a los nombres de los soldados y oficiales. El 23 de enero de 1922, después de seis meses de trabajo, Picasso regresó a Madrid con un expediente de 2.433 páginas. El 18 de abril de 1922, entregó el expediente y un resumen al Ministerio de la Guerra.
Mientras Picasso investigaba, algunas personas en el país pensaban que la investigación no llevaría a nada. El diputado socialista Indalecio Prieto, por ejemplo, dijo que el informe de Picasso sería una "montaña de papel" donde "veinte generaciones de ratones harán sus nidos". El escritor Miguel de Unamuno también se mostró escéptico.
El Expediente Picasso en el Consejo Supremo de Guerra y Marina
El 21 de abril de 1922, el Consejo Supremo de Guerra y Marina recibió el expediente. El 26 de junio, el fiscal militar, José García Moreno, sugirió que se abriera un proceso judicial por posibles responsabilidades. El 28 de junio, el fiscal Ángel Romanos apoyó esta idea.
El resumen de Picasso, de unas cuatrocientas páginas, señalaba al Mando como el principal responsable de la derrota. Decía que la "desorganización, la incompetencia y los errores estratégicos del mando" habían causado el desastre.
El 6 de julio, el Consejo Supremo de Guerra y Marina decidió procesar a 39 militares por negligencia o abandono de su deber en Annual. Entre ellos estaba el general Dámaso Berenguer, Alto Comisario de Marruecos. Aunque el Expediente Picasso no lo acusaba directamente, sí criticaba su estrategia. El 10 de julio, el Consejo acordó procesar a Berenguer, quien era senador, y por eso dejó su cargo. También se decidió no procesar a ningún civil, como el presidente del gobierno Manuel Allendesalazar o el ministro de la Guerra Juan de la Cierva, porque no era competencia de este tribunal.
Las comisiones parlamentarias de responsabilidades
Gracias a la insistencia de algunos diputados, como el socialista Indalecio Prieto, el presidente del gobierno, José Sánchez Guerra, decidió enviar el Expediente Picasso al Congreso de los Diputados. Esta decisión cambió la opinión de Prieto y los socialistas, quienes antes eran escépticos. Prieto elogió al gobierno por su respeto al Parlamento y al general Picasso por su trabajo.
El 21 de julio, se formó una Comisión de Responsabilidades en el Congreso, conocida como la de los «Diecinueve». El ministro de la Guerra envió documentos y telegramas relacionados con el expediente. A medida que la gente conocía el contenido del Expediente, la indignación y la exigencia de responsabilidades crecieron. El Expediente Picasso se convirtió en el centro de la vida política en España en la segunda mitad de 1922.
La Comisión de Responsabilidades publicó su informe el 14 de noviembre de 1922. En realidad, hubo tres informes diferentes:
- El de la mayoría conservadora: Decía que las responsabilidades eran solo militares y que ya las estaba juzgando el Consejo Supremo de Guerra y Marina.
- El de los liberales: También señalaba al mando militar, pero incluía al gobierno conservador de Allendesalazar.
- El del socialista Indalecio Prieto: Hacía responsables del «Desastre de Annual» a todos los gobiernos desde 1909 y pedía que se juzgara al Alto Comisario Berenguer y al general Felipe Navarro. También pedía que los gobiernos de Allendesalazar y Maura fueran juzgados por el Senado.
Los debates en el Congreso fueron muy intensos, especialmente cuando hablaron Indalecio Prieto y el conde de Romanones, quien había perdido un hijo en los combates. Prieto acusó directamente al rey Alfonso XIII de lo sucedido, como jefe del Ejército y del Estado. Ante la tensión, el presidente del gobierno Sánchez Guerra dimitió. El rey nombró a Manuel García Prieto como su sustituto, y el debate sobre las responsabilidades continuó. El Parlamento se convirtió en un gran problema para el rey.
El 29 de abril de 1923, se celebraron elecciones generales. El 24 de mayo, el Consejo Supremo de Guerra y Marina pidió al Senado que se permitiera juzgar al general Berenguer. En el Congreso, el 3 de julio, se formó una segunda Comisión de Responsabilidades, presidida por Bernardo Mateo Sagasta. El 7 de agosto, el general Berenguer fue llamado a declarar. Comenzaron a circular rumores de que el propio rey estaba implicado. La Comisión acordó convocar una votación general para el 2 de octubre.
Sin embargo, esa votación nunca se realizó. El 13 de septiembre, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado. Disolvió el Congreso y proclamó una dictadura con el apoyo del rey. El rey justificó su apoyo diciendo que era necesario aplicar medidas fuertes para solucionar los problemas del país.
El fin del Expediente Picasso durante la Dictadura de Primo de Rivera
En el manifiesto que publicó para justificar el Golpe de Estado en España de 1923, el general Miguel Primo de Rivera mencionó las "pasiones" alrededor del tema de las responsabilidades. Dijo que el país quería que las responsabilidades se exigieran "pronta y justamente" y que esto se encargaría a "Tribunales de autoridad moral". Al día siguiente del golpe, toda la documentación de la Comisión de Responsabilidades del Congreso fue incautada, y la sesión prevista para el 3 de octubre fue suspendida. Nunca se volvió a celebrar, lo que dio tranquilidad a Alfonso XIII.
Para no parecer que el golpe solo buscaba enterrar el Expediente Picasso, Primo de Rivera permitió que el Consejo Supremo de Guerra y Marina continuara con las responsabilidades militares. Sin embargo, algunos de sus miembros fueron reemplazados por otros que eran más favorables a absolver a los militares acusados. El general Aguilera, presidente del Consejo, dimitió en marzo de 1924 por esta razón. Tres meses después, se hizo pública la sentencia contra el general Navarro (segundo jefe de Melilla) y el general Dámaso Berenguer (Alto Comisario). Navarro fue absuelto, y Berenguer fue condenado a una pena leve: la separación del servicio y el pase a la reserva. Dos semanas después, el 4 de julio, el rey decretó una amnistía para todos los implicados en la derrota de Annual, incluido Berenguer, aunque luego se le impuso una condena de seis meses de arresto militar. Más tarde, el rey Alfonso XIII nombraría a Berenguer jefe de su Casa Militar. Así, el asunto de las responsabilidades se cerró sin grandes consecuencias. La decisión del rey de apoyar al dictador le costaría cara, ya que lo llevaría al exilio siete años y medio después.
Indalecio Prieto, en un artículo escrito poco después del golpe, señaló al propio rey Alfonso XIII como el instigador del mismo. Su objetivo, según Prieto, era evitar que la Comisión de Responsabilidades pudiera hacer acusaciones.
El Expediente Picasso durante la Segunda República
Bernardo Mateo Sagasta, presidente de la Segunda Comisión de Responsabilidades, estaba convencido de que Primo de Rivera quería destruir el Expediente. Por eso, se lo llevó de los archivos del Congreso y lo escondió en la Escuela Especial de Ingenieros Agrónomos, donde él era director. Allí permaneció hasta la llegada de la Segunda República Española en abril de 1931. Entonces, Sagasta devolvió el expediente al Congreso. Las Cortes Constituyentes, elegidas en junio, decidieron retomar el trabajo de la Comisión de Responsabilidades.
La comisión republicana no se centró en el «Desastre de Annual» directamente, sino en las responsabilidades de Alfonso XIII. No solo investigó su actuación en el "problema de Marruecos", sino también su aceptación de la Dictadura de Primo de Rivera, que se consideró inconstitucional. Así, el exrey fue juzgado y condenado en el Congreso el 19 y 20 de noviembre de 1931 por haber cometido un delito de alta traición contra la soberanía del pueblo. Además, el resumen de cuatrocientas páginas que había hecho el general Picasso en 1923 fue publicado ese mismo año, junto con los informes de la Comisión de Responsabilidades.
Las nuevas Cortes, elegidas en noviembre de 1933, no continuaron con la Comisión de Responsabilidades. En su lugar, el 10 de mayo de 1934, decidieron que todos los documentos de la Comisión pasaran al Tribunal Supremo para que continuara la investigación. El Tribunal Supremo abrió una investigación para "determinar las responsabilidades del Mando" por los sucesos de Melilla en julio y agosto de 1921. Sin embargo, el 9 de julio de 1935, el Tribunal decidió archivar el caso. Concluyó que no había más hechos que castigar aparte de los ya juzgados (la única condena había sido el arresto militar de seis meses del general Dámaso Berenguer). Sobre las posibles responsabilidades políticas, el Tribunal Supremo dijo que estas solo podían ser juzgadas por la historia y la opinión pública.
Durante la dictadura del general Francisco Franco, no se supo nada del famoso expediente.
¿Cuáles fueron las conclusiones del Expediente Picasso?
Según la historiadora María Ángeles Recio García, el general Picasso señaló en su informe las siguientes razones para la derrota:
- La zona de operaciones era demasiado grande, con muchas guarniciones (puestos militares) que no tenían suficientes soldados. Picasso lo calificó de "absurdo".
- Otro error importante fue dejar a grupos armados en la retaguardia (la zona de atrás) a medida que se sometían.
- También fue un error avanzar sin cuidado por territorio no controlado, sin aprender de errores anteriores.
- Se confió la seguridad de la retaguardia a puestos militares mal organizados, con pocas provisiones y pocos soldados.
- Faltaban líneas de apoyo en caso de que fuera necesario retirarse.
- Una vez que ocurrieron los hechos, al enviar todas las fuerzas disponibles al frente, se dejó sin protección la retaguardia y la ciudad de Melilla.
Picasso escribió que la combinación de estos motivos provocó la "derrota y la desastrosa retirada, que sorprendió al mando".
¿Cómo se puede acceder al Expediente Picasso hoy?
El informe Picasso, que durante mucho tiempo se conoció solo en partes, fue recuperado por completo y llevado al Archivo Histórico Nacional en 1990. El Expediente Picasso tiene 10 partes y 2.418 páginas. Todo este contenido ha sido digitalizado y se puede consultar en el Portal de Archivos Españoles (http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/6831854). Allí aparece como "Información Gubernativa instruida para esclarecer los antecedentes y circunstancias que concurrieron en el abandono de posiciones del territorio de la Comandancia General de Melilla en el mes de julio de 1921 (Expediente Picasso)". La primera parte tiene un índice muy útil, y en las páginas web de cada parte se describen sus contenidos.
Además del Expediente Picasso, el Archivo Histórico Nacional tiene otro documento relacionado. Este incluye testimonios obtenidos más tarde, por ejemplo, de los prisioneros españoles del Desastre de Annual que fueron liberados años después. Se llama "Causa en única instancia instruida por el Consejo Supremo de Guerra y Marina para depurar las responsabilidades en que pudiera haber incurrido el Mando con motivo de los sucesos desarrollados en el territorio de la Comandancia General de Melilla en los meses de julio y agosto de 1921." Este documento tiene 39 partes separadas, todas accesibles al público.
Galería de imágenes
Véase también
- Desastre de Annual
- Reinado de Alfonso XIII
- Dictadura de Primo de Rivera