Desembarco almorávide en Algeciras para niños
Datos para niños Desembarco almorávide en Algeciras |
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Parte de Reconquista española | ||||
![]() Estrecho de Gibraltar.
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Fecha | 1086 | |||
Lugar | Al-Yazira Al-Jadra actual Algeciras. |
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Conflicto | Asedio a la ciudad. | |||
Resultado | Toma de la ciudad. | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Unidades militares | ||||
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El desembarco almorávide en Algeciras fue un evento importante que ocurrió el 30 de julio de 1086. En ese momento, las tropas de los Almorávides, un grupo poderoso del norte de África, llegaron a la ciudad de Al-Yazira Al-Jadra, que hoy conocemos como Algeciras.
Los reyes de los pequeños reinos musulmanes de la península ibérica, llamados reinos taifas (como los de Sevilla, Granada, Málaga, Almería y Badajoz), pidieron ayuda a los Almorávides. Estaban preocupados por el avance de los ejércitos del rey Alfonso VI de León.
La llegada de este gran grupo de soldados africanos, después de un breve cerco a Algeciras, ayudó a fortalecer las fronteras de los reinos musulmanes. Esto ocurrió justo antes de su victoria en la batalla de Zalaca. Sin embargo, con el tiempo, esta ayuda llevó a que los Almorávides conquistaran por completo estos reinos.
Contenido
¿Qué llevó a los Almorávides a Algeciras?
Desde mediados del Siglo XI, los reinos taifas se habían debilitado mucho debido a sus propias luchas internas. Esto hizo que los ejércitos de Castilla, bajo el mando del rey Alfonso VI de León, se hicieran cada vez más fuertes en las fronteras.
Los conflictos entre reinos
Los enfrentamientos entre los reinos taifas y el reino de Castilla y León a menudo terminaban con victorias para Castilla. Los reyes musulmanes se veían obligados a pagar tributos, conocidos como "parias", a los cristianos.
En 1082, la tensión era muy alta. Un grupo de emisarios de Castilla llegó a la taifa de Sevilla para cobrar estos pagos. Los musulmanes de Al-Mutamid, el rey de Sevilla, se sintieron ofendidos y ordenaron matar a uno de los emisarios.
La respuesta de Alfonso VI fue reunir un gran ejército. Sitió la ciudad de Sevilla durante tres días y causó daños en la región cercana. Para mostrar su poder, las tropas castellanas llegaron hasta Tarifa, en el extremo sur de Al-Ándalus. Se dice que Alfonso VI se acercó al estrecho de Gibraltar y dijo: "este es el final del país de al-Andalus, y yo lo he pisado".
La caída de Toledo y la búsqueda de ayuda
Este incidente demostró lo débiles que eran los reinos musulmanes. La situación empeoró con el cerco de Toledo por parte de Castilla. El 25 de mayo de 1085, el rey de la taifa de Toledo tuvo que entregar la ciudad.
Con la caída de Toledo, que fue la primera ciudad importante en manos de Castilla desde la división del califato de Córdoba, los reyes taifas se dieron cuenta de que no podían detener el avance cristiano solos. Comprendieron que solo podrían contrarrestar este poder con la ayuda de una nueva dinastía que se había establecido en el norte de África: los Almorávides.
¿Quiénes eran los Almorávides?
Los Almorávides eran una dinastía muy estricta en su fe Islam. Habían logrado controlar rápidamente todo el norte de África. Desde 1058, el líder de los Almorávides era Yusuf ibn Tašufin. Él fundó la ciudad de Marrakesh en 1062, convirtiéndola en su capital. Para 1084, ya habían consolidado su poder en todo el Magreb, muy cerca de Al-Ándalus.
El desembarco Almorávide en Algeciras
A principios de 1086, los reyes de las taifas de Sevilla, Granada, Málaga, Almería y Badajoz decidieron pedir ayuda a Yusuf ibn Tašufin. Enviaron mensajeros a Marrakesh para solicitar tropas almorávides que detuvieran el avance de Castilla.
El rey de la taifa de Badajoz fue el encargado de escribir la carta. En ella, ofrecían a los Almorávides la ciudad de Al-Yazira Al-Jadra (Algeciras) como base de operaciones. Esta ciudad había sido conquistada por el propio Al Mutamid en 1055. La idea era que la ciudad fuera entregada a los Almorávides después de que todos sus habitantes fueran evacuados.
Algeciras era un lugar estratégico. Había sido un punto clave para la llegada de tropas a Al-Ándalus desde el año 711. La ciudad estaba en la orilla izquierda del río de la Miel, que tenía un estuario amplio que servía de puerto. Frente a ella estaba la Isla Verde, que le daba nombre a la ciudad y la protegía de las tormentas. Su ubicación en la bahía de Algeciras, con un puerto seguro y bien abastecido, y su cercanía a la costa de África, la convertían en el lugar perfecto para que los Almorávides se establecieran.
La toma de la ciudad
Aunque Yusuf ben Tasufin aceptó el acuerdo, a mediados de 1086 la ciudad de Algeciras aún no había sido evacuada. El 30 de julio, Yusuf, desconfiando de las autoridades de Sevilla, envió un pequeño ejército al mando del general Dawud ben Aisa. Este ejército desembarcó durante la noche en las atarazanas (astilleros) de la ciudad. El resto de las tropas llegó por tierra y se dirigió a las murallas.
Al amanecer, Algeciras estaba completamente rodeada por un ejército de 70.000 hombres. Su bahía estaba ocupada por la poderosa flota del líder de Marrakesh.
El general Dawud ben Aisa, que ya estaba dentro de la ciudad, pidió hablar con el líder de Algeciras, que era uno de los hijos de Al-Mutamid, llamado al-Radí. Dawud solicitó la entrega de la ciudad. Después de la reunión, al-Radí se comunicó con su padre en Sevilla usando palomas mensajeras para pedir consejo.
Al-Mutamid respondió desde Sevilla, confirmando que la ciudad debía ser entregada al ejército Almorávide. La ciudad fue desalojada bajo el control de al-Radí y luego entregada a Dawud ben Aisa, en nombre de Yusuf ibn Tašufin. Pocos días después, el propio Yusuf cruzó el estrecho de Gibraltar para establecerse en Algeciras y dirigir las operaciones militares desde allí.
Fortificación de Algeciras
Desde su llegada, los Almorávides reforzaron la posición de Algeciras. Construyeron una muralla fuerte para mejorar la que ya existía desde los tiempos de Abd al-Rahman II, que se había hecho para protegerse de ataques como el de los vikingos en 859. Esta nueva muralla se completó con una barbacana (una defensa exterior) y un foso profundo. También reconstruyeron el alcázar (fortaleza) para albergar a las nuevas tropas y los astilleros para la flota.
Durante la ocupación almorávide, Algeciras tuvo un estatus especial, similar al de otras ciudades del norte de África, lo que la diferenciaba de otras ciudades de Al-Ándalus que fueron conquistadas más tarde.
Consecuencias del desembarco
En Algeciras, las tropas almorávides se unieron a los ejércitos de Sevilla, Granada y Málaga. Luego marcharon hacia Badajoz, donde se les unieron los soldados de ese reino.
El rey Alfonso VI de León estaba sitiando Zaragoza cuando se enteró del desembarco almorávide y de la unión de los ejércitos musulmanes. Nombró a Álvar Fáñez como general de sus ejércitos y le ordenó ir al encuentro de los invasores.
La Batalla de Zalaca
El 23 de octubre de 1086, el ejército de Alfonso VI se enfrentó a las tropas almorávides y andalusíes en la batalla de Zalaca. Los cristianos fueron derrotados y tuvieron que retirarse hacia el norte.
En las semanas siguientes, el líder Almorávide, Yusuf ibn Tašufin, tuvo que regresar rápidamente a su capital en Marrakesh porque uno de sus hijos había fallecido. Dejó a cargo de su ejército, con unos 3.000 soldados, a un general de su confianza llamado Sir ibn Abu Bakr.
A pesar de la derrota en Zalaca, los castellanos continuaron atacando territorios musulmanes, especialmente en la zona este de la península, como Valencia, Lorca, Murcia y Almería, desde la fortaleza del castillo de Aledo.
La conquista Almorávide de los reinos taifas
Las derrotas sufridas por los musulmanes en los meses posteriores a la batalla de Zalaca hicieron que el emir de Sevilla enviara mensajeros al norte de África. Acusaron a Abu Bekr de no saber liderar el ejército y pidieron a Yusuf que regresara a Al-Ándalus.
Yusuf regresó por Algeciras en 1088 con la mayor parte de su ejército. Junto a sus aliados musulmanes, sitió el castillo de Aledo, pero se retiró al saber que las tropas de Alfonso VI se acercaban.
Yusuf ibn Tašufin volvió a Algeciras varias veces más. En su visita de 1090, finalmente dio la orden de invadir los reinos musulmanes de Al-Ándalus. Sir ibn Abu Bakr tomó la ciudad de Tarifa antes de que terminara el año y marchó sobre Sevilla en 1091. En los años siguientes, todos los reinos taifas de la península cayeron en manos de los Almorávides.