Cortes de Santiago y La Coruña para niños
Las Cortes de Santiago y La Coruña fueron importantes reuniones de representantes del reino de Castilla que se llevaron a cabo en las ciudades de Santiago de Compostela y La Coruña. Estas reuniones ocurrieron al principio del reinado de Carlos I, entre el 31 de marzo y el 25 de abril de 1520.
Datos para niños Cortes de Santiago y La Coruña |
|||||
---|---|---|---|---|---|
![]() Escudo de la Corona de Castilla
|
|||||
Localización | |||||
País | Castilla | ||||
Información general | |||||
Término | 25 de abril de 1520 | ||||
Tipo | Cortes extraordinarias | ||||
Límite | Hasta el fin de las Cortes | ||||
Inicio de sesiones | 31 de marzo de 1520 | ||||
Salario | Variable fijado por los territorios más sobornos dados por el rey | ||||
Liderazgo | |||||
Mercurino Arborio Gattinara y Pedro Ruiz de la Mota (Carlos I de España) |
|||||
Composición | |||||
Miembros | 34 procuradores, de los 16 de 18 territorios llamados a Cortes que los enviaron | ||||
![]() |
|||||
Grupos representados | Territorios que no asistieron como acto de protesta: 2 (Salamanca y Toledo) Territorios que permitieron el servicio con procuradores que recibieron priliegios del rey: 11 Territorios que permitieron el servicio sin que consten procuradores que recibieran privilegios del rey: 5 | ||||
Sucesión | |||||
|
|||||

A finales de 1519, el joven Carlos I fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Pocos meses después, en febrero de 1520, convocó a las Cortes. Su objetivo era conseguir una gran cantidad de dinero, llamado "servicio". Este dinero le permitiría pagar su viaje a Alemania y devolver los préstamos que había usado para ser elegido emperador.
A pesar de la presión de los representantes del rey, y en medio de un ambiente tenso por las protestas de ciudades como Toledo, la mayoría de las ciudades decidieron enviar a sus representantes con instrucciones claras. Estas instrucciones les impedían votar a favor del dinero que pedía el rey.
Las Cortes comenzaron el 31 de marzo sin la presencia de Toledo y Salamanca, que se negaron a asistir. El obispo Pedro Ruiz de la Mota dio un discurso. Durante varios días, los representantes se negaron a aprobar el impuesto si el rey no escuchaba sus peticiones. Esta situación llevó a Carlos a suspender las reuniones el 4 de abril.
Las Cortes se reanudaron dos semanas después en La Coruña. Durante ese tiempo, la corte real intentó convencer a los representantes más difíciles. Finalmente, en La Coruña, las Cortes aprobaron el dinero que el rey pedía por una gran mayoría.
Después de esto, el rey nombró a Adriano de Utrecht, un extranjero, como regente de sus territorios en España. El 20 de mayo, Carlos se fue a Alemania. La situación en Castilla empeoró, y las Cortes de Santiago y La Coruña tuvieron un papel muy importante en el inicio de la Guerra de las Comunidades de Castilla.
Contenido
¿Por qué Carlos I necesitaba dinero?

En 1519, se eligió al nuevo emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. La mayoría de los votantes eligieron a Carlos I para suceder a su abuelo, Maximiliano. Para celebrar su victoria y pagar los gastos del viaje, Carlos necesitaba mucho dinero. También debía devolver los préstamos que le habían dado banqueros importantes, como los Welser y los Fugger.

La ciudad de Toledo fue una de las primeras en protestar contra la elección de Carlos como emperador. Les preocupaba el papel de Castilla en este nuevo imperio y los gastos que esto traería. Al principio, Toledo pidió que se volviera a un sistema de impuestos más justo. Pero pronto, su principal preocupación fue la partida del rey y quién gobernaría en su ausencia. También protestaron porque Carlos se hacía llamar primero "rey de Romanos" y luego "rey de Castilla". Finalmente, se acordó una forma de llamarlo que incluía a su madre, Juana.
¿Cómo se prepararon las Cortes?
Las Cortes fueron convocadas desde Calahorra el 12 de febrero de 1520. Se fijó el 20 de marzo para la reunión en Santiago de Compostela, en Galicia. Elegir un lugar tan lejos de Castilla no gustó a muchos. Se esperaba que las Cortes se reunieran en Burgos.
Algunos rumores extraños empezaron a circular. Uno decía que el reino sería destruido si las Cortes se reunían en Galicia. Más seriamente, el 1 de marzo, la ciudad de Córdoba pidió al rey que las Cortes se hicieran en Castilla, porque era "una gran novedad y en perjuicio de estos reinos". Otras ciudades como León y Astorga también lo pidieron. Otro argumento era que Santiago de Compostela no tenía representación en las Cortes.
Presiones a las ciudades
Para asegurarse de que los representantes votaran a favor del rey, los corregidores (representantes del rey en las ciudades) presionaron a los ayuntamientos. Les dieron instrucciones ya escritas para que los representantes votaran a favor del dinero que pedía el rey. También les pidieron que evitaran que personas no autorizadas, como miembros del clero, participaran en las discusiones.
El plan de Salamanca
La oposición a las órdenes del rey se hizo evidente en un documento escrito por miembros del clero de Salamanca. Este documento pedía que los representantes tuvieran instrucciones más específicas. El punto principal era que estas nuevas instrucciones debían incluir peticiones que el rey tendría que aceptar antes de que se votara el dinero. Si el rey no las aceptaba, no se aprobaría el impuesto.
Entre las peticiones, se pedía que las Cortes se aplazaran medio año y que se celebraran en Castilla. También se pedía que no se sacara dinero ni caballos del país. Además, se exigía que los puestos importantes en Castilla y sus colonias fueran solo para castellanos. También querían que la Casa de Contratación (que controlaba el comercio con América) se mantuviera en Sevilla.
El documento de Salamanca también decía claramente que no se aprobaría el dinero que el rey pedía.
También se hablaba de la partida del rey. Se le pedía a Carlos que aplazara su viaje a Alemania hasta que se casara y asegurara quién lo sucedería. Si se iba, se pedía que su hermano Fernando regresara a España. Además, la persona que gobernara en su ausencia debía tener mucho poder.
Si el rey no consideraba estas peticiones, los representantes le advertirían que las "Comunidades del reino" (las ciudades y sus habitantes) tomarían sus propias decisiones. Se negarían a dar dinero para una política que no beneficiaba a Castilla.
El plan de Salamanca terminaba pidiendo a las demás ciudades que se unieran a su protesta. Los frailes aseguraban que todos en Salamanca estaban listos para resistir cualquier amenaza.
Elecciones en otras ciudades
En varias ciudades, la elección de los representantes para las Cortes fue complicada:
- Ávila: Los frailes franciscanos influyeron para que la ciudad cambiara su postura. Los representantes recibieron instrucciones de no votar el dinero si el rey no aceptaba sus peticiones.
- Madrid: El rey pidió que se cambiaran las instrucciones de los representantes para que votaran a favor del impuesto. Pero la ciudad se opuso firmemente.
- Segovia: El corregidor intentó imponer su voluntad, pero los representantes de la ciudad lograron añadir sus propias peticiones, aunque no eran obligatorias para el rey.
- Valladolid: Hubo discusiones sobre quiénes debían elegir a los representantes. El corregidor intentó evitar que personas ajenas al ayuntamiento participaran. La ciudad se opuso a un nuevo impuesto.
- Burgos: Los representantes de los barrios lograron que se respetara el tiempo acostumbrado para elegir a los representantes. Se les dio instrucciones de no votar el impuesto.
- Soria: La elección de los representantes fue sospechosa, ya que se eligieron personas que apoyaban al rey.
- Córdoba: Los representantes recibieron instrucciones de pedir al rey que no pidiera más dinero después de este impuesto.
- Zamora: El corregidor intentó evitar que se leyera el manifiesto de Salamanca y que los representantes recibieran instrucciones de la ciudad.
- León: Se eligieron representantes siguiendo un turno establecido.
- Toledo: La ciudad se opuso firmemente a la política del rey. El rey intentó influir en la elección de los representantes, pero Toledo se negó a enviar a sus representantes a las Cortes.
Representantes en las Cortes
Aquí tienes una lista de los representantes que las ciudades eligieron para las Cortes. Algunos recibieron regalos o permisos especiales del rey:
Por Burgos
- García Ruiz de la Mota (recibió dinero y permiso para dejar su cargo).
- Juan Pérez de Cartagena (recibió el mismo permiso).
Por Granada:
- Francisco de los Cobos y Molina (recibió permiso para dejar varios de sus cargos).
- Gonzalo de Salazar.
Por Sevilla
- Sancho Martínez de Leiva.
- Cristóbal Pinedo (recibió permiso para dejar sus cargos).
Por Murcia:
- Juan Vázquez.
- Anton Saorin.
Por Jaén
- Rodrigo Mejía el mozo (recibió permiso para dejar sus cargos).
- Cristóbal de Biedma (recibió lo mismo).
Por Zamora:
- Bernaldino de Ledesma.
- Francisco Ramírez (recibió dinero y permiso para dejar sus cargos).
Por Ávila:
- Diego Hernández de Ávila (recibió dinero).
- Juan de Henao.
Por Segovia:
- Rodrigo de Tordesillas (recibió dinero y permiso para dejar sus cargos).
- Juan Vázquez de El Espinar (recibió dinero y el mismo permiso).
Por Cuenca:
- Luis Pacheco (recibió dinero).
- Juan Álvarez de Toledo (recibió dinero y permiso para dejar sus cargos).
Por Valladolid:
- Francisco de la Serna (recibió dinero y un pago diario).
- Gabriel de Santiesteban (recibió un pago diario).
Por Toro:
- Gutierre de Fonseca.
- Diego de Ulloa.
Por Soria:
- Ramir Nuñez de Aguilera (recibió derechos sobre minas y permiso para traspasar su cargo).
- Alonso de Torres.
Por Guadalajara:
- Diego de Guzmán (recibió permiso para dejar sus cargos).
- Luis Suárez de Guzmán.
Por Madrid:
- Francisco de Vargas.
- Francisco de Lujan.
Por Córdoba:
- Francisco Pacheco.
- Pedro de los Ríos.
Por León:
- Francisco Fernández de Quiñones (conde de Luna).
- Pedro de Villamizar.
Por Toledo (no asistieron a las Cortes):
- Juan de Ribera.
- Alonso de Aguirre.
Por Salamanca (no asistieron a las Cortes):
- Pedro Maldonado Pimentel.
- Antonio Fernández.
Primeras reuniones en Santiago
Sesión del 31 de marzo
La corte real llegó a Santiago de Compostela el 26 de marzo. Las Cortes comenzaron el sábado 31 en el convento de San Francisco. Estuvieron presididas por Mercurino Gattinara y el obispo de Badajoz, Pedro Ruiz de la Mota.
Los encargados de revisar los poderes de los representantes no dejaron entrar a los de Salamanca. Dijeron que sus instrucciones no venían de las personas correctas. Los representantes de Salamanca se negaron a usar otras instrucciones, así que no se les permitió asistir.
Así, las Cortes se reunieron sin los representantes de Salamanca y Toledo, que se oponían al rey.
Petición de los nobles gallegos
Antes de que empezara la primera sesión, el arzobispo de Santiago y otros nobles gallegos pidieron tener sus propios representantes para Galicia. Argumentaron que la ciudad de Zamora los representaba injustamente.
Hubo una discusión fuerte entre el conde de Villalba y el representante de Burgos, García Ruiz de la Mota. El rey ordenó al obispo Mota que interviniera. El conde de Villalba fue desterrado de la corte, pero cuando las Cortes se trasladaron a La Coruña, el rey le levantó el destierro.
El discurso del obispo Mota
Después de estos incidentes, los representantes juraron guardar secreto. Las Cortes comenzaron con un discurso leído por el obispo Pedro Ruíz de la Mota. El discurso hablaba de la necesidad de amor entre el rey y el reino.
Mota dijo que Carlos era "más rey" que cualquier otro, por tener muchos reinos y ser "rey de reyes". También afirmó que Carlos amaba mucho a Castilla y la había elegido como su verdadera patria.
El obispo explicó que ser emperador era una misión sagrada para Carlos, no por ambición personal, sino por voluntad de Dios. Dijo que la elección imperial era una gloria para España, recordando que en el pasado España había dado emperadores a Roma.
Para cumplir con sus responsabilidades, Carlos debía ir a Alemania para ser coronado y prometió regresar a España en tres años. Mota recordó que otros reyes también se habían ausentado por motivos importantes.
Finalmente, el obispo Mota pidió que se extendiera por tres años más el impuesto que se había aprobado en 1518. Este dinero era necesario para cubrir los gastos del viaje, la elección imperial y el mantenimiento del ejército.
Al terminar el discurso, el rey Carlos añadió unas palabras. Confirmó que no quería dejar España, pero era necesario. Prometió volver en tres años y que los cargos públicos serían solo para castellanos.
Después, el representante de Burgos, García Ruiz de la Mota, respondió. Dijo que era extraño y duro saber que el rey se iría pronto. Reconoció que la causa era justa y la necesidad grande. Aseguró que Burgos y las demás ciudades serían leales al rey.
Los demás representantes pidieron permiso para discutir entre ellos las peticiones de sus ciudades antes de dar una respuesta al rey.
Sesión del 1 de abril por la mañana
La sesión del 1 de abril comenzó con la llegada de los representantes de León y Córdoba. El canciller pidió a los representantes que dieran su respuesta sobre el impuesto. Los de Burgos dijeron que mantenían su postura. Los de León y Córdoba pidieron que, antes de hablar del impuesto, se presentaran y respondieran sus peticiones. Gattinara se negó, diciendo que la tradición era votar el impuesto primero.
A la postura de Córdoba y León se unieron Jaén, Valladolid, Murcia, Toro, Segovia, Zamora, Guadalajara, Soria, Cuenca y Madrid. Los representantes de Granada, Burgos y Sevilla apoyaron la costumbre. Los de Ávila pidieron tiempo para decidir.
Después de esta votación, Gattinara terminó la sesión para informar al rey. En realidad, el problema principal era que la mayoría de los representantes no querían votar un impuesto que financiaría una política que no beneficiaba a Castilla.
Protestas de Salamanca y Toledo
Según un cronista, los representantes de Toledo y Salamanca fueron al convento de San Francisco y pidieron una audiencia. Como se les negó, pidieron que las Cortes se suspendieran y que todo lo acordado fuera nulo.
Sesión del 1 de abril por la tarde
En la sesión de la tarde del 1 de abril, se hizo una segunda votación sobre el impuesto. Esta vez, siete ciudades, que antes se habían negado, aceptaron dar el dinero sin condiciones: Burgos, Cuenca, Ávila, Soria, Sevilla, Guadalajara y Segovia. También lo hicieron Francisco de los Cobos (de Granada) y Cristóbal de Biedma (de Jaén), cuyas delegaciones estaban divididas.
Destierro de los mensajeros de Toledo
Al anochecer, el rey ordenó a los mensajeros de Toledo que abandonaran la corte. A Alonso Suárez y Pero Laso de la Vega se les ordenó ir a sus fortalezas bajo pena de perder sus bienes. A los demás, simplemente se les dijo que se fueran.
Sesión del 3 de abril
El 2 de abril no hubo sesión. El 3 de abril, la postura de Granada se unificó cuando Gonzalo de Salazar aceptó votar el impuesto, siguiendo la opinión de su colega Francisco de los Cobos.
Ese mismo día, el rey firmó un documento que liberaba a algunos representantes del compromiso con sus ciudades. Así, quienes querían votar a favor del impuesto podían hacerlo.
Sesión del 4 de abril y suspensión de las Cortes
El 4 de abril, Gattinara insistió en que el rey no cambiaría la forma tradicional de las Cortes. Pidió a los representantes que simplemente votaran a favor o en contra del impuesto, sin discutir el procedimiento.
Los resultados fueron confusos. León, Toro, Murcia, Zamora y Madrid dijeron que no se oponían al impuesto. Córdoba, Valladolid y el representante de Jaén dieron respuestas más ambiguas. Por ejemplo, los de Valladolid dijeron que tenían dos poderes: uno para dar el dinero y otro para pedir ciertas cosas al rey.
De todos modos, todas las ciudades insistieron en que primero se examinaran sus peticiones. Por esto, el 4 de abril, las Cortes se suspendieron con el pretexto de la Semana Santa y el traslado del rey a La Coruña.
¿Qué pasó entre las sesiones?
Después de estos resultados, la corte intentó conseguir el apoyo de la mayoría de los representantes. Usaron métodos irregulares, como promesas y regalos. El 5 de abril, el rey extendió a los representantes de Zamora el permiso especial que había dado a otros.
Pero lo más importante fue lo que pasó en Toledo. El rey llamó a los representantes más opuestos a su autoridad, como Juan de Padilla. Al mismo tiempo, envió a otros para que eligieran representantes que sí votaran a favor del impuesto. Este plan fracasó el 16 de abril y provocó el inicio de la revuelta de los Comuneros en Toledo. Esta revuelta se extendió por gran parte de Castilla después de que las Cortes terminaran.
El mismo día de la revuelta en Toledo, la ciudad de Zamora envió a un representante con cartas para sus delegados, pidiéndoles que se mantuvieran firmes en su oposición.
Continuación de las Cortes en La Coruña
Sesión del 22 de abril
Las Cortes se reanudaron el 22 de abril en La Coruña. El secretario Juan Ramírez leyó algunas decisiones del rey para evitar que se sacara dinero y caballos de Castilla. Los representantes agradecieron al rey y pidieron más concesiones.
Sesión del 23 de abril
El 23 de abril, Juan Ramírez leyó otras dos decisiones del rey. La primera prometía que los cargos públicos serían solo para castellanos. La segunda aseguraba que antes de irse a Alemania, nombraría a una persona adecuada como regente y le daría amplios poderes. No se dijo el nombre del regente para evitar una reacción negativa. El hecho de que el gobernador pudiera "pasar por renunciación" los cargos (es decir, permitir que alguien dejara un cargo a favor de otra persona) fue una forma de ganarse a los representantes.
Después de esta lectura, Gattinara exigió a los representantes que se pronunciaran claramente sobre el impuesto. Sin embargo, los resultados fueron los mismos que el 4 de abril. Siete ciudades, incluyendo el representante de Jaén, insistieron en que se estudiaran sus peticiones antes de votar el impuesto. Gattinara consideró esto como una negativa y se negó a seguir el debate.
Pero justo antes de que terminara la sesión, Valladolid cambió su voto por escrito y aceptó el impuesto. Sus representantes solo pidieron que el monto no fuera mayor que el de hace tres años y que el rey cumpliera lo que les había prometido en Valladolid.
Sesión del 25 de abril y organización del gobierno
El 25 de abril, el obispo de Badajoz dio un nuevo discurso. Explicó por qué las Cortes no se habían terminado antes. Primero, por la división entre los representantes al votar el impuesto. Segundo, por la necesidad de respetar la costumbre de votar el impuesto primero. Y tercero, por tener que preparar los documentos necesarios para dejar el reino en orden.
Agradeció en nombre del rey a las ciudades que habían aprobado el impuesto y les prometió recompensas. A las que no lo habían hecho, les dijo que les escribiría después.

Luego, anunció algunas decisiones del rey sobre cómo se organizaría el gobierno en su ausencia. Se reforzarían las fronteras y la costa, y el Consejo Real se encargaría de la justicia. Pero lo más importante fue el nombramiento de Adriano de Utrecht, un extranjero, como regente del reino. A pesar de haber vivido en España, su condición de extranjero causó protestas entre los representantes de Murcia, Valladolid, León y Córdoba. Los de Córdoba advirtieron que esta decisión iba en contra de las leyes del reino.
Los de Ávila y Cuenca solo pidieron que el impuesto se cobrara al mismo precio que en 1517 y que no se cobrara más de lo aprobado en las Cortes anteriores. También pidieron que el rey emitiera documentos para evitar problemas entre el regente y el Consejo.
Votos a favor de Zamora, Jaén y León
El 25 de abril, los representantes de Zamora y el de Jaén, Rodrigo Mexía, también aceptaron el impuesto. Finalmente, León cedió el 19 de mayo, un día antes de la partida de Carlos y después de que las Cortes terminaran. El cambio de actitud de Zamora se debió a que su ciudad representaba a todo el reino de Galicia, que apoyaba al rey. Rodrigo Mexía, de Jaén, dijo que sus poderes le permitían aceptar el impuesto.
Decisiones del rey
Algunas decisiones importantes que se tomaron en estas Cortes fueron:
- Durante la ausencia del rey, los cargos importantes serían solo para castellanos.
- Se prohibiría sacar caballos, dinero y otros productos del país.
- La Casa de Contratación se mantendría en Sevilla.
- Se dejaría una cantidad importante de armas para mantener la justicia y la paz en el reino.
- Los jueces y otros funcionarios recibirían su salario normal, no de los bienes de los condenados.
- No se darían permisos de ciudadanía a extranjeros.
- Se cumplirían las decisiones de las Cortes de Valladolid de 1518.
- Se evitarían los abusos de los vendedores de documentos religiosos.
- Los corregidores (representantes del rey en las ciudades) serían investigados dos años después de empezar sus cargos.
- Se elegirían personas adecuadas para los cargos de justicia.
- Se confirmarían los privilegios de las ciudades de Antequera y Alcalá.
- Se acuñaría moneda.
- Se atenderían las peticiones de investigaciones sobre los funcionarios.
- Se ordenaría que los extranjeros con títulos eclesiásticos (como obispos) vivieran en Castilla.
- No se darían títulos de nobleza a campesinos ni a personas que pagaban impuestos.
- No se darían regalos de los bienes de personas que no hubieran sido condenadas.
- Solo en caso de necesidad se enviarían investigadores a las ciudades; de lo contrario, los corregidores se encargarían.
- Se respetarían las leyes sobre la siembra y conservación de bosques.
- Se pagarían las deudas de los Reyes Católicos.
- Los jueces solo podrían celebrar juicios en lugares públicos.
- Se resolvería rápidamente un problema sobre una feria concedida al marqués de Astorga.
- En ausencia del rey, los gobernadores del reino tendrían amplios poderes para perdonar delitos.
- No se suspenderían los juicios.
Consecuencias en Castilla

Las críticas a las Cortes de Santiago y La Coruña se centraron en los impuestos. Se extendió el rumor de que los representantes habían aprobado impuestos muy altos. Por ejemplo, se decía que cada hombre casado pagaría un ducado por él, otro por su esposa, y dinero por cada niño, sirviente u oveja.
Muchos representantes que votaron a favor del impuesto fueron criticados por sus ciudades. En algunos casos, la furia contra los impuestos causó problemas graves, como en Segovia o Burgos. El rey intentó calmar los ánimos en agosto, diciendo que no se cobraría el impuesto. Pero esta medida no funcionó porque el movimiento de los Comuneros se hizo más fuerte.
Más tarde, en un documento de los Comuneros al rey de Portugal, se mencionaron los métodos que el rey Carlos usó para conseguir el impuesto. Hablaron de arrestos, amenazas y regalos, llamando a esas Cortes "arrebatadas".
La ciudad de Soria también criticó las Cortes de Santiago en una carta. Culpó a los representantes por los problemas que Castilla estaba viviendo.
Las Cortes de 1520 en la historia
La publicación de los documentos de las Cortes de Santiago y La Coruña en 1882 por la Real Academia de la Historia corrigió varios errores de cronistas e historiadores. Por ejemplo, se aclaró la fecha de inicio y quién las presidió. También se supo que el monto del impuesto aprobado fue el mismo que en 1518, es decir, se extendió su duración por tres años más.
El historiador Joseph Pérez analizó el resultado de estas Cortes como un conflicto entre las ciudades que se beneficiaban del comercio de lana y del sur (como Ávila, Cuenca, Sevilla) y las ciudades del interior del país (como Córdoba, Madrid, Valladolid), que se opusieron o cedieron a regañadientes. Según Pérez, estas mismas divisiones se vieron después en la Guerra de las Comunidades de Castilla.