Comercio exterior de Cataluña entre los siglos XII y XV para niños
Durante la Edad Media, Cataluña tenía un comercio muy activo con las regiones del Mar Mediterráneo. Se establecieron al menos cinco rutas principales por donde se importaban y exportaban productos, usando el puerto de Barcelona como base.
Cataluña contaba con oficinas comerciales (consulados) y bancos en varios lugares de la costa mediterránea, además de empresas que aseguraban los envíos de mercancías. La época de mayor actividad comercial fue entre los años 1280 y 1348.
Contenido
Rutas comerciales de Cataluña en la Edad Media
Ruta del Norte de África: Conectando continentes
Esta fue la ruta más antigua. Comenzaba en Barcelona y terminaba en Ceuta, haciendo paradas en puertos como Valencia, Málaga y Almería. Dependiendo de la época del año, los barcos también viajaban a puertos de la región bereber, con un movimiento constante entre Ceuta y la ciudad de Argel. Este comercio era más intenso cuando las caravanas del África subsahariana llegaban a los puertos con productos como especias, marfil y oro.
Esta ruta también permitía a Cataluña conectarse por mar con el Reino de Granada. A veces, los barcos llegaban hasta las Islas Canarias desde Ceuta, pero esa ruta estaba más controlada por comerciantes de Mallorca y Génova.
Ruta de Egipto: El camino a Alejandría
Hasta finales del siglo XIII, la ruta hacia Egipto era muy importante para las empresas catalanas. Los barcos salían de Barcelona y llegaban a Alejandría. Sin embargo, gran parte de este comercio se hacía en secreto porque estaba prohibido y podía acarrear multas o castigos.
Después del año 1291, cuando cayó San Juan de Acre (la última posesión cristiana en Palestina), las aseguradoras catalanas dejaron de cubrir los envíos a Alejandría, y el comercio por esta ruta disminuyó. Las paradas comunes eran Mallorca, Malta, Argel y Alejandría. Los productos principales que se importaban eran especias, papiro, seda y marfil.
Ruta de Oriente Próximo: Nuevos horizontes
Cuando el comercio con Alejandría bajó, los comerciantes buscaron otras formas de llegar a Oriente. Aunque eran viajes más largos y con más riesgos, desde finales del siglo XIII aumentó la ruta hacia Chipre (puerto de Lárnaca), Trípoli, Alepo y, a veces, Acre, con una parada en Malta. La seda y los textiles eran los productos más importantes de esta ruta.
Ruta del Mediterráneo y Bizantina: El corazón del comercio
La ruta más activa económicamente era la del Mediterráneo occidental. Partía de Barcelona y llegaba a Cerdeña y Sicilia. Desde Sicilia, una línea iba hacia Zante (en la actual Croacia) y los puertos del mar Adriático, y otra se dirigía al Egeo, con bases en Atenas y Esmirna. El comercio con Sicilia era muy importante porque era un punto de encuentro para el intercambio entre Occidente y el Imperio bizantino, que era muy activo y rico. Se comerciaba con todo tipo de productos, y Cataluña tenía consulados y bancos en varias zonas de este recorrido.
Ruta Atlántica: Explorando el Norte
Esta fue la última de las rutas que se exploraron. A principios del siglo XIV, los barcos catalanes empezaron a cruzar el estrecho de Gibraltar y a navegar hacia el Norte de Europa. Para el año 1330, Cataluña ya tenía una oficina comercial (Consulado) en Brujas. Aunque esta ruta nunca fue tan importante como las del Mediterráneo, abrió nuevas oportunidades para el comercio.