Salustio para niños
Datos para niños Salustio |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Gaius Sallustius Crispus | |
Nombre en latín | C. Sallustius Qui. Crispus | |
Nacimiento | 1 de octubre de 86 a. C. Amiternum |
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Fallecimiento | 13 de mayo de 34 a. C. Roma |
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Nacionalidad | Romana | |
Familia | ||
Cónyuge | Terencia | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político, militar, historiador | |
Cargos ocupados | Tribuno de la plebe | |
Obras notables | Conjuración de Catilina, Guerra Jugurtina, Historias |
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Partido político | Populares | |
Cayo Salustio Crispo (nacido en Amiternum el 1 de octubre de 86 a.C. y fallecido en Roma el 13 de mayo de 34 a.C.) fue un importante historiador romano. Es considerado uno de los historiadores latinos más destacados del siglo I a.C. y de toda la historia romana.
Contenido
La vida de Salustio: Un historiador romano
Salustio nació en una familia común en Amiternum. Desde joven, se mudó a Roma, donde empezó su carrera en la política. Él mismo escribió que, aunque se dedicó a la política con entusiasmo, encontró muchas dificultades.
Durante su formación en Roma, Salustio observó muchos problemas en la sociedad. Lamentaba que los antiguos valores romanos se estuvieran perdiendo. En esos años, también se interesó por la filosofía, especialmente por las ideas de Pitágoras.
¿Cómo fue la carrera política de Salustio?

Salustio ganó las elecciones para ser cuestor plebeyo en el año 54 a.C. y fue elegido tribuno de la plebe en 52 a.C. Ese mismo año, Publio Clodio Pulcro fue asesinado en una pelea callejera. Salustio no siguió una carrera política tradicional, pues ocupó varios cargos de forma rápida. Esto pudo deberse a su cercanía con Julio César o a su relación con Marco Licinio Craso, quien pudo haberle dado acceso a cargos importantes y a información para sus obras.
En el año 52 a.C., como tribuno de la plebe, Salustio vivió un ambiente tenso en Roma. Había mucha rivalidad entre dos grupos políticos: los optimates y los populares. Estos grupos tenían ideas diferentes sobre cómo gobernar y a menudo se enfrentaban. Julio César se convirtió en líder del grupo popular. Salustio apoyó a César y se opuso a Milón, quien era defendido por Cicerón. Milón fue condenado al exilio.
En el año 51 a.C., Salustio fue elegido senador. Allí siguió apoyando a César en su conflicto con Pompeyo. Sin embargo, un año después, fue expulsado del Senado por el censor Apio Claudio Pulcro. Se cree que esta expulsión fue una venganza política de los senadores que apoyaban a Pompeyo.
Salustio y Julio César: Un equipo en África
Después de ser expulsado del Senado, Salustio fue a la Galia para unirse a César. Luego, estuvo junto a César durante la guerra civil del 49 a.C. Ese mismo año, gracias a la influencia de César, Salustio fue admitido de nuevo en el Senado.
En el año 46 a.C., Salustio fue pretor y acompañó a César en su campaña en África. Tuvo importantes tareas militares, como dirigir una expedición exitosa contra la isla de Cercina (hoy Chergui) para quitarles las reservas de trigo a los seguidores de Pompeyo. Ese mismo año, participó en la derrota de los últimos partidarios de Pompeyo en la Batalla de Tapso.
Como recompensa, Salustio fue nombrado gobernador de la provincia de Africa Nova. Durante su tiempo como gobernador, se enriqueció mucho, lo cual era común en esa época. A su regreso a Roma, fue acusado de mal manejo de fondos públicos.
El retiro de Salustio de la política

Al volver a Roma, Salustio usó su fortuna para comprar una propiedad en Tívoli y construir una lujosa casa en Roma, conocida como los Horti Sallustiani. Estos jardines, con el tiempo, pasaron a ser propiedad de los emperadores.
Aunque fue acusado de nuevo por problemas con el dinero, logró evitar una condena. Sin embargo, su carrera política terminó. Es posible que el propio César le sugiriera retirarse para evitar más problemas.
Después, Salustio se casó con Terencia, quien había sido la esposa de Cicerón. Tras el asesinato de César, Salustio se alejó de la vida pública. Se dedicó por completo a escribir sobre historia y a embellecer sus jardines. Murió el 13 de mayo de 34 a.C., dejando su obra histórica incompleta.
Salustio siempre quiso dedicarse a la historia, y la política fue solo una etapa. Él mismo escribió que, una vez libre de ambiciones y preocupaciones, decidió escribir sobre los hechos del pueblo romano. Aunque no tuvo un papel principal en la política, su fama se debe a sus escritos históricos.
Las obras de Salustio: Un legado histórico
Las obras más conocidas de Salustio son La conjuración de Catilina y La guerra de Jugurta, que han llegado completas hasta nosotros. También escribió Historiae (Historias), una obra más grande sobre la historia de Roma desde el 78 a.C. hasta el 67 a.C., que continuaba el trabajo de Lucio Cornelio Sisenna. Estas obras fueron escritas en un momento de grandes conflictos en Roma.
La conjuración de Catilina: Un relato de la moral romana

La conjuración de Catilina fue el primer libro publicado por Salustio. Cuenta la historia del año 63 a.C. Salustio describe a Catilina como un enemigo de la ley y el orden. Aunque Catilina apoyaba a un grupo político opuesto a Salustio, el historiador también señala que Catilina tenía cualidades nobles.
Al escribir sobre esta conspiración, Salustio muestra su preocupación por el declive de la moral en Roma. Critica el comportamiento de la antigua aristocracia romana, mostrando su lado más oscuro. Sin embargo, es justo con Cicerón en su relato.
La guerra de Jugurta: Un análisis de la debilidad del Senado
En su obra La guerra de Jugurta, Salustio ofrece un relato interesante y valioso. Se cree que Salustio reunió información para este libro mientras fue gobernador en Numidia. En esta obra, también se queja de la debilidad del Senado y de la aristocracia. Aunque es una historia militar, Salustio se enfoca en los problemas morales y filosóficos.
Otros trabajos importantes de Salustio
Después de sus dos monografías (obras sobre un solo tema), Salustio escribió Historiae, una obra más extensa. Esta obra narraba la historia de Roma desde la muerte de Sila en el 78 a.C. hasta la campaña de Pompeyo contra los piratas en el 67 a.C. Este período fue crucial para la República romana, que estaba en un proceso de cambio y problemas.
Los fragmentos que se conservan de Historiae muestran el punto de vista político de Salustio. Describen la reacción contra las políticas del dictador Sila después de su muerte. La obra estaba dividida en cinco volúmenes, cubriendo eventos como la guerra de Pompeyo en Hispania, las guerras mitridáticas, la revuelta de Espartaco, y las victorias de Pompeyo el Grande en el este.
Es una pena que gran parte de esta obra se haya perdido, ya que podría haber dado mucha información sobre este período. Los textos que quedan incluyen discursos y cartas, que se usaban para estudiar en las escuelas de retórica. En general, la obra muestra un gran pesimismo sobre el futuro de Roma.
Obras que no son de Salustio o se perdieron
Existen algunas obras que se le atribuyeron por error a Salustio o que se perdieron. Por ejemplo, las Epistulae ad Caesarem senem de re publica (Cartas a César el viejo sobre la República) y la Invectiva in Ciceronem (Invectiva contra Cicerón) probablemente no fueron escritas por él. Se cree que estas obras fueron ejercicios de escritura de estudiantes de retórica mucho después de la muerte de Salustio.
El pensamiento de Salustio: Un crítico de su tiempo
Salustio es un ejemplo de la complejidad de la sociedad romana en su época. Vivió durante una grave crisis que llevó al fin de la República y al inicio del Imperio con Octaviano Augusto. En un momento tan difícil, con una lucha brutal por el poder y una falta de ideales, era difícil tener una posición clara.
Salustio tuvo un comportamiento político que algunos consideraron oportunista. Sin embargo, sus ideas estaban llenas de un fuerte sentido moral. Sentía nostalgia por las antiguas virtudes romanas y criticaba duramente la falta de moral de los gobernantes de Roma.
¿Por qué Salustio se hizo historiador?
Salustio fue el primer gran historiador de Roma, sin contar los escritos de César. Él cambió la forma de escribir historia, convirtiéndola en una obra literaria que analizaba los eventos políticos y buscaba influir en la vida del Estado.
Salustio sentía la necesidad de explicar al público romano que escribir historia era una forma diferente, pero útil, de trabajar por el bien de la ciudad. Por eso, eligió escribir monografías (libros sobre un tema específico), lo cual era una novedad en Roma. Esta elección le permitía concentrarse en un problema único y reflexionar profundamente sobre la historia de Roma, especialmente sobre temas sociales y políticos.
La investigación histórica de Salustio se convirtió en una forma de mostrar la crisis de la República. Aunque se centró en temas como la conspiración de Catilina o la guerra de Jugurta, Salustio analizó las razones profundas de la caída moral e institucional del Estado romano.
Salustio y la caída de la República
Salustio, en sus dos monografías, ilumina la crisis de la República. En La conjuración de Catilina, describe los problemas ocultos de una sociedad que se había vuelto rica y poderosa, pero que había abandonado los valores que la hicieron grande: la justicia, la honestidad, la rectitud y el altruismo. Después de perder estos ideales, la ciudad se dividió en grupos.
Salustio también analiza las causas que llevaron a la gente común a apoyar la revolución de Catilina. La nobleza, que antes guiaba al Estado, ahora podía caer en la criminalidad política. Catilina representa el peligro que amenazaba a la República.
En La guerra de Jugurta, Salustio se enfoca en una época anterior para encontrar el origen de los problemas. Denuncia la corrupción de la aristocracia romana en tiempos de la Guerra de Jugurta. Según él, esta corrupción fue la causa de la mala dirección de la guerra y de los problemas de la República.
Finalmente, en Historiae, Salustio describe una crisis que parecía imparable. El proceso de desintegración de la República se extendía por todo el Mediterráneo, y los fragmentos que se conservan muestran un profundo pesimismo.
Las críticas de Salustio a la nobleza
Salustio creía que las principales causas de los problemas del Estado eran la ambición (el deseo de poder) y la avaricia (el deseo de dinero) de la aristocracia senatorial. Criticaba a los demagogos que engañaban al pueblo con falsas promesas, y a los nobles que usaban sus cargos para aumentar su riqueza.
Después de la dictadura de Sila, la nobleza senatorial perdió el control y estaba dispuesta a cualquier cosa por el poder. Roma se convirtió en un lugar donde se reunían personas sin hogar, pobres, campesinos endeudados y esclavos, lo que creaba un ambiente inestable. Fuera de Roma, las poblaciones de las provincias ya no toleraban los crímenes de los gobernantes.
El análisis de Salustio es directo y a veces duro. Aunque no profundiza en la desigualdad entre ricos y pobres, se mantiene en una posición moderada. No quería destruir las bases de la sociedad, sino encontrar las causas morales de la enfermedad de Roma. Su análisis también toca algunos aspectos económicos y sociales de la crisis, lo cual era algo nuevo en la historiografía de su tiempo.
¿Qué soluciones proponía Salustio?
Salustio deseaba que terminara el "régimen de las facciones" (la división en grupos políticos) y que llegara un poder imparcial, en manos de César. Este poder debería reorganizar el Estado y fortalecer sus estructuras sociales. Además de restablecer la armonía entre las clases ricas, era necesario ampliar el Senado con nuevas personas de la élite de las ciudades.
Estos eran los puntos clave del programa de César durante su dictadura. Salustio, además de oponerse a la clase senatorial, apoyaba abiertamente las políticas de César. El plan de César se basaba en una alianza entre los equites (que controlaban el comercio) y el poderoso ejército.
Salustio no creía que la revolución social, la distribución de tierras o la cancelación de deudas fueran la solución a la crisis. En cambio, pensaba que era necesario ampliar la clase dirigente y, sobre todo, que hubiera una profunda mejora moral.
El estilo de escritura de Salustio
Salustio es considerado quien renovó la forma de escribir historia en latín. Su estilo se basaba en la "inconcinnitas" (desarmonía), inspirándose en sus maestros Tucídides y Catón el Viejo. En su época, la oratoria y la poesía estaban cambiando, y la historiografía también necesitaba un cambio.
¿Quiénes fueron los modelos de Salustio?
De Tucídides, Salustio tomó la habilidad de explicar la importancia de un hecho al insertarlo en un contexto más amplio de causas. También imitó la forma de incluir discursos de los personajes, que servían para interpretar los hechos.
De Catón el Viejo, Salustio adoptó la idea de que la historia debe servir como una lección moral para la sociedad. Por eso, en sus obras, celebra con nostalgia un pasado glorioso y lo compara con los problemas de su tiempo.
¿Cómo era el estilo de Salustio?
A diferencia de Cicerón, que usaba un estilo amplio y armonioso, Salustio prefería un lenguaje irregular, con asimetrías y contrastes. Este estilo se llama "inconcinnitas" y crea un efecto de seriedad y una imagen esencial de lo que se describe.
De Tucídides, Salustio tomó la forma de expresarse de manera directa, con frases cortas y a veces elípticas. Evitaba las estructuras equilibradas y los ritmos del discurso oratorio. De Catón, tomó el lenguaje solemne y moralizante, a veces severo y formal, otras veces más popular y rudo, con un tono antiguo.

En sus escritos, Salustio usaba muchas palabras y formas gramaticales antiguas, como:
- novos en lugar de novus (nuevo).
- pessumus en lugar de pessimus (pésimo).
- lubido en lugar de libido (placer).
- advorsus en lugar de adversus (contra).
- vostra en lugar de vestra (vuestra).
También usaba terminaciones antiguas en los verbos y sustantivos, y palabras poéticas. Su estilo era antiguo pero innovador, introduciendo un vocabulario y una sintaxis que contrastaban con el lenguaje literario de la época. Salustio prefería describir los eventos de manera realista para generar emociones, creando un efecto dramático.
La importancia de Salustio en la historia
En general, Salustio es considerado un gran historiador. Poco después de su muerte, circularon escritos que lo criticaban, pero se cree que eran falsos. Sin embargo, Tácito lo citaba a menudo en sus Anales y lo usó como modelo para su propio estilo. Tácito también se inspiró en Salustio para criticar la política imperialista de Roma.
Quintiliano también mencionaba con frecuencia las obras de Salustio, considerándolo superior a Tito Livio y al mismo nivel que Tucídides. Otros escritores como Marcial también lo apreciaron.
Salustio fue muy imitado en la época de los Antoninos. Su forma de escribir historia fue valorada tanto por autores paganos como cristianos, y también en la Edad Media y el Renacimiento por sus enseñanzas morales.
Durante el Humanismo, fue un modelo para la prosa, especialmente para autores como Leonardo Bruni y Angelo Poliziano. Poliziano incluso escribió un comentario sobre la conspiración de los Pazzi en 1478, usando el estilo de Salustio.
En el siglo XVIII, Vittorio Alfieri tradujo las monografías de Salustio al italiano. El filósofo alemán Nietzsche reconoció que Salustio le había enseñado a apreciar el epigrama (una frase corta e ingeniosa).
Salustio, casi por sí solo, impulsó una nueva forma de escribir historia. Mientras que sus predecesores eran más bien cronistas, él se dedicó a explicar las conexiones y el significado de los acontecimientos, y también era muy bueno describiendo a los personajes.
Es importante recordar que Salustio relató eventos que vivió en primera persona, lo que hacía difícil ser completamente imparcial. Por eso, pudo haber adoptado una actitud crítica para mantener la credibilidad. A diferencia de Tito Livio, Salustio presentaba ejemplos de lo que se debía evitar.
Su conocimiento de los problemas de su tiempo pudo haberlo llevado a tener una visión pesimista sobre la moral de sus compatriotas y a juzgarlos con severidad. Su modelo era Tucídides, a quien imitaba en sus frases, su imparcialidad, sus reflexiones filosóficas y discursos, y en la brevedad de su estilo. Estos elementos tomados de Tucídides son la base de la historia como género literario.
Su preferencia por palabras y frases antiguas (arcaísmos), que imitaba de su contemporáneo Catón el Joven, fue criticada por autores como Tito Livio.
Véase también
En inglés: Sallust Facts for Kids