Antoine de Roten para niños
Antoine de Roten, conocido en España como Antonio de Rotten, fue un militar suizo que nació en Rarogne, Alto Valais, en 1780 y falleció en Palma de Mallorca en 1845. Desde muy joven, a los diecisiete años, comenzó su carrera militar al servicio de España durante las Guerras revolucionarias francesas. Fue oficial en un regimiento de suizos llamado Courten-de Preux.
Antonio de Rotten tenía ideas progresistas para su época. Llegó a ser el líder militar interino de Cataluña en los últimos meses del Trienio Liberal. Durante este tiempo, tuvo que defender la ciudad de Barcelona de la invasión de un ejército francés conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis. Finalmente, en octubre de 1823, tuvo que entregar la ciudad al duque de Conegliano.
El escritor Pío Baroja lo describió como un extranjero con ideas muy firmes, amigo del general Mina. Baroja mencionó que Rotten tenía opiniones muy fuertes sobre la iglesia y que era muy estricto con sus oponentes políticos. Por ejemplo, se le atribuye haber ordenado la destrucción de San Lorenzo de Piteus (hoy San Lorenzo de Morunys) y haber sido muy duro con quienes apoyaban la monarquía.
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¿Quién fue Antonio de Rotten?
Sus primeros años y carrera militar
Antonio de Rotten provenía de una familia importante del Alto Valais. Su padre, Nicolas de Roten, fue gobernador de Monthey, y su hermano menor, Maurice-Fabien, llegó a ser obispo de Sion.
En abril de 1797, con el rango de teniente, se unió a un regimiento suizo que servía a España durante las guerras contra Francia. Cuando comenzó la Guerra de la Independencia española, en septiembre de 1808, ya era capitán del regimiento de Almería. En 1810, fue reconocido por su valentía en la defensa de Tarragona.
Su carrera militar avanzó rápidamente. En 1811, pasó de teniente coronel a coronel en pocos meses. Aunque Fernando VII de España volvió al trono, la carrera de Rotten no se detuvo. Sin embargo, en 1819 fue encarcelado en Cádiz por participar en una conspiración. Después del triunfo de un movimiento político en septiembre de 1820, ya era brigadier de infantería.
Acciones militares y liderazgo
Como general de división, bajo las órdenes de Francisco Espoz y Mina, Antonio de Rotten fue enviado a Cataluña a mediados de 1822. Su misión era luchar contra los grupos que apoyaban la monarquía y se habían levantado en nombre de la Regencia de Urgel.
Se le recuerda por la dureza de algunas de sus acciones militares. Por ejemplo, a finales de 1822, en el pueblo de San Lorenzo de Morunys, se organizó un saqueo. Se dice que Rotten asignó a cada batallón una zona para buscar bienes y luego impidió que se reconstruyeran las casas destruidas. Los habitantes fueron obligados a vivir en los montes, con la amenaza de muerte si intentaban establecerse en Berga o Solsona.
Como gobernador militar de Barcelona, se le atribuye haber implementado un método de represión. Según Vicente de la Fuente, Rotten enviaba a los prisioneros a otras ciudades, y en el camino, la escolta los atacaba, diciendo que habían intentado escapar. Los prisioneros eran transportados en una carreta que se hizo famosa por su triste destino, conocida como la "tartana de Rotten". Se sabía que quien subía a ella, no regresaba. Así fue asesinado el obispo de Vich, Raimundo Strauch, en abril de 1823.
Estanislao de Cosca Vayo añadió que este mismo método se usó para asesinar a veinticuatro personas de Manresa, incluyendo quince religiosos, mientras eran trasladados a Barcelona por orden de Rotten.
En julio de 1823, cuando Espoz y Mina fue herido, Rotten asumió el gobierno militar y político de Barcelona. Creó una "Comisión de Vigilancia", que era un grupo de diez personas con ideas progresistas que gobernaban la ciudad. Durante los tres meses que esta comisión estuvo activa, se realizaron muchas ejecuciones y juicios militares.
Regreso a Suiza y últimos años
Después de firmar la rendición de Barcelona en condiciones honorables ante el mariscal Moncey, el 6 de noviembre de 1823, Antonio de Rotten viajó a Génova y de allí regresó a su país. En Ginebra, el 9 de diciembre, fue recibido como un "héroe de la democracia". Se mostró con su uniforme lleno de condecoraciones y una insignia republicana en el sombrero, siendo homenajeado en varias ciudades suizas.
Sin embargo, en su familia y en Sion, fue recibido con cierta desconfianza. Se le consideraba una persona con ideas muy diferentes a las tradicionales, debido a sus acciones en España contra el clero y sus opiniones contrarias a los antiguos privilegios. También se decía que había acumulado una gran fortuna en un banco de Génova, supuestamente de bienes de conventos.
En Sion, intentó dedicarse al comercio y a la política local, pero le resultó difícil. La vigilancia de las potencias europeas de la Santa Alianza frustró sus planes políticos.
La Revolución de 1830 en Francia lo trajo de nuevo a la acción. La Dieta Federal de Suiza lo nombró coronel federal para representar al cantón de Valais y defender la neutralidad del país.
Cuando Fernando VII de España falleció en 1833, Rotten aprovechó una amnistía y regresó a España en 1835, llamado por el general Mina. En febrero de 1836, recibió el título de mariscal de campo del nuevo gobierno progresista, y en octubre, una importante condecoración militar.
En abril de 1840, se rumoreó que Rotten podría haber tomado las armas en nombre del Alto Valais en un conflicto político, pero es probable que fueran solo rumores para desacreditarlo. También se habló de que un año después reclutaba hombres en secreto para oponerse al gobierno local, pero no hay pruebas claras de esto.
Falleció en 1845, dejando dos hijos: Nicolás, que llegó a ser alcalde de Sion, y Adolfo, quien se estableció en Mallorca y obtuvo el título de marqués de Campo Franco por matrimonio.