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Vehículo autónomo para niños

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Un vehículo autónomo, también llamado robótico o sin conductor, es un coche que puede manejar y controlarse a sí mismo, como si fuera un conductor humano. Estos vehículos pueden "sentir" lo que hay a su alrededor y moverse de forma segura. El pasajero solo necesita elegir el destino, sin tener que manejar el volante ni los pedales.

Estos coches usan tecnologías avanzadas como láser, radar, lidar, sistema de posicionamiento global (GPS) y visión computarizada para entender su entorno. Con esta información, sus sistemas de control eligen la mejor ruta, detectan obstáculos y reconocen señales de tráfico. Los vehículos autónomos suelen seguir rutas que ya están programadas en sus mapas. Si una ruta no está en el sistema, el coche podría tener dificultades para avanzar.

Varias empresas importantes como Google, Daimler AG, BMW, Renault, Ford y Volvo, junto con fabricantes de componentes como Bosch y Delphi, están trabajando para que estos coches sean una realidad. Aunque ya hay muchos proyectos activos, aún se necesita ajustar algunos aspectos de la seguridad vial y los seguros antes de que se usen masivamente.

En agosto de 2016, la empresa nuTonomy, del MIT, lanzó el primer taxi autónomo en Singapur. Uber también probó coches autónomos en Pittsburgh y San Francisco a finales de 2016. Lamentablemente, en marzo de 2018, ocurrió un accidente fatal en Tempe, Arizona, con un vehículo autónomo de Uber. Después de esto, Uber detuvo sus pruebas en varias ciudades.

Todos los coches de Tesla fabricados desde octubre de 2016 incluyen un equipo que les permite conducir de forma completamente autónoma (Nivel 5 de seguridad). Este sistema funciona en "modo de prueba", enviando datos a Tesla para mejorar sus capacidades hasta que el software esté listo para ser usado por completo a través de actualizaciones.

Waymo ofrece un servicio de robotaxis al público en Phoenix desde octubre de 2020. También lo hace en San Francisco desde agosto de 2021 y planea expandirse a Austin y Los Ángeles. En marzo de 2021, Honda empezó a vender coches de Nivel 3 en Japón. En julio de 2021, DeepRoute.ai lanzó su servicio de robotaxi en Shenzhen, China. En diciembre de 2021, Mercedes-Benz obtuvo permiso para vender coches autónomos de Nivel 3 en Alemania. En febrero de 2022, Cruise comenzó a ofrecer robotaxis en San Francisco.

¿Qué son los niveles de automatización de los coches?

Hay diferentes formas de entender qué tan "autónomo" es un coche. Varias organizaciones han creado sistemas para clasificar estos vehículos. La organización SAE International publicó en 2014 un sistema con seis niveles, desde coches totalmente manuales hasta los que se conducen solos por completo. Esta clasificación se basa en cuánto necesita intervenir el conductor.

Niveles de conducción autónoma explicados

Nivel 0: El coche solo te avisa de peligros o interviene muy brevemente, pero no tiene control continuo. El conductor hace todo.

Nivel 1: El conductor y el sistema automatizado comparten el control. Por ejemplo, el coche puede mantener una velocidad (control de crucero) o ayudarte a aparcar, pero el conductor siempre debe estar listo para tomar el control.

Nivel 2: El sistema automatizado controla la aceleración, el frenado y la dirección. El conductor debe supervisar la conducción y estar listo para intervenir de inmediato si algo sale mal. A menudo, se requiere que el conductor mantenga las manos en el volante y los ojos en la carretera.

Nivel 3: El conductor puede desviar su atención de la carretera, por ejemplo, leyendo o viendo una película. El coche se encarga de situaciones que requieren una respuesta rápida, como un frenado de emergencia. Sin embargo, el conductor debe estar preparado para tomar el control cuando el coche se lo pida, en un tiempo limitado.

Nivel 4: Similar al Nivel 3, pero la atención del conductor nunca es necesaria para la seguridad. El conductor podría incluso dormir. Sin embargo, la conducción autónoma solo funciona en áreas o situaciones específicas. Fuera de estas, el coche debe poder detenerse de forma segura si el conductor no toma el control. Un ejemplo es un taxi robotizado que solo opera en ciertas zonas.

Nivel 5: (También llamado "volante opcional"): No se necesita ninguna intervención humana. El coche puede conducir solo en cualquier tipo de carretera, en cualquier lugar del mundo, en cualquier momento del año y bajo cualquier condición climática.

¿Cómo se comparan los humanos y las máquinas al conducir?

Lucia Errandonea, experta en Algoritmic Societies, explica que para entender cómo se mueve un coche autónomo, primero debemos entender cómo nos movemos nosotros. Los humanos usamos nuestros sentidos y conocimientos para reaccionar al entorno, y todo esto se coordina con nuestro sistema nervioso para tomar decisiones y movernos. Para un sistema automatizado, combinar todo esto puede ser más difícil.

Errandonea también señala que las máquinas no pueden interpretar el entorno como los humanos, lo que crea dilemas. Por ejemplo, el dilema del tranvía plantea qué debería hacer un coche autónomo si tiene que elegir entre salvar a una persona u otra en una situación de emergencia.

Julián Estévez, investigador en Robótica e inteligencia artificial, dice que es complicado lograr que los coches con inteligencia artificial sean lo suficientemente precisos para una conducción perfecta. Además, es un desafío integrar estos sistemas autónomos en la sociedad. Estévez menciona que hay un problema de convivencia entre coches autónomos y no autónomos, lo que lleva a ideas como tener carriles separados o zonas diferentes en las ciudades para cada tipo de vehículo. Así, la conducción autónoma no es solo un reto tecnológico, sino también un desafío para el diseño de nuestras ciudades.

Un poco de historia

La idea de un vehículo autónomo es antigua. La primera vez que se mostró algo parecido fue en la feria Futurama de General Motors en la Exposición Universal de 1939. Allí, Norman Bel Geddes presentó un vehículo eléctrico que se controlaba por un circuito en el pavimento.

En 1980, una furgoneta de Mercedes-Benz, diseñada por Ernst Dickmanns y su equipo de la Universidad de Múnich, alcanzó los 100 km/h en calles sin tráfico. La Comisión Europea invirtió 800 millones de euros en el proyecto EUREKA Prometheus para desarrollar vehículos autónomos.

También en 1980, la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) logró el primer vehículo que funcionaba con radar, láser y visión computarizada. En 1987, los laboratorios HRL demostraron un vehículo que podía crear su propia ruta fuera de un mapa, moviéndose más de 600 metros por terrenos difíciles.

En 1994, dos coches robot, VaMP y Vita-2, de Daimler-Benz y Ernst Dickmanns, condujeron solos más de mil kilómetros en una autopista de París. Lo hicieron en días normales, con tráfico intenso y a 130 km/h. Los coches funcionaron de forma autónoma con muy poca ayuda humana, demostrando que podían conducir en carriles libres, en caravana y cambiar de carril solos.

En 1995, el equipo de Dickmanns modificó un Mercedes-Benz Clase S para un viaje de ida y vuelta entre Múnich y Copenhague. El coche usó visión computarizada y un ordenador para reaccionar en tiempo real. Alcanzó velocidades de más de 175 km/h en las autopistas alemanas, conduciendo de forma autónoma el 95% del tiempo y realizando adelantamientos.

En España, el CSIC fue pionero. En 2012, el grupo AUTOPIA del Centro de Automática y Robótica realizó las primeras pruebas de conducción autónoma en España, en un trayecto de 100 km de El Escorial a Madrid. Un coche manual creaba un mapa de alta precisión para que lo siguiera un vehículo totalmente autónomo. El viaje incluyó zonas urbanas, carreteras secundarias y autopistas con tráfico normal.

Audi anunció en 2014 que su modelo RS7 autónomo alcanzó los 240 km/h en el circuito de Hockenheim en Alemania, completando una vuelta en poco más de dos minutos. Un conductor humano fue cinco segundos más lento que el coche autónomo.

Archivo:Google driverless car at intersection.gk
Automóvil sin conductor de Google

En abril de 2015, un Audi SQ5 con un sistema de conducción autónoma de Audi y Delphi recorrió 5400 kilómetros en 9 días, con los ingenieros tocando el volante solo un par de veces. Semanas después, una flota de 25 vehículos autónomos de Google salió de las pistas de prueba para ser evaluados en el tráfico diario de Mountain View, California, sin superar los 40 km/h. El prototipo de Google usó el mismo software de navegación que sus coches Lexus, que ya habían recorrido más de un millón de kilómetros de forma autónoma bajo supervisión humana.

En el verano de 2015, la Universidad de Míchigan inauguró MCity, un pueblo de prueba con calles, curvas, rotondas, semáforos y diferentes superficies para probar vehículos autónomos. También se conectaron 9000 vehículos en Ann Arbor y otros 20000 en carreteras cercanas. En la misma semana, en Buenos Aires (Argentina), se probó el primer prototipo de vehículo autónomo eléctrico fabricado en ese país, sin volante ni pedales.

Es importante recordar que un coche autónomo es como un gran ordenador con ruedas. Toma decisiones basándose en reglas muy claras. Por ejemplo, si el límite de velocidad es 80 km/h, el coche autónomo nunca lo excederá, a menos que se cambien sus ajustes. Las máquinas no tienen ambigüedad al tomar decisiones.

En teoría, el coche autónomo es un sistema de transporte perfecto porque siempre cumple las leyes y directrices. No interpreta ni viola las normas, a menos que haya un fallo. Por eso, se considera que el coche autónomo es uno de los mayores avances en seguridad de los últimos años, ya que su funcionamiento ofrece un control y una prudencia que un ser humano no puede igualar.

En 2021 y 2022, las terminologías "sistema de conducción automatizada" y "conducción automatizada" se incluyeron en la Convención sobre la Circulación Vial de 1968.

¿Qué impacto tienen los coches autónomos?

La creación y el uso de los vehículos autónomos tienen muchos efectos positivos, como mejorar la seguridad en las carreteras, hacer el transporte más accesible y ser más eficientes en el uso de la energía. Pero también presentan desafíos.

Lo que los vehículos autónomos pueden mejorar
La seguridad vial en comparación con los conductores humanos.
La accesibilidad para personas que no pueden conducir.
La eficiencia energética y la calidad del aire al mejorar el flujo del tráfico.
La calidad del espacio público:
  • Necesitan menos espacio para estacionamiento (pueden aparcar más cerca).
  • Podrían aliviar la falta de aparcamiento, ya que el coche dejaría a los pasajeros y luego buscaría un lugar para aparcar solo.
  • Aumentan la capacidad de las carreteras al reducir la distancia de seguridad entre vehículos.
La eficiencia económica:
  • Reducen los costos de contratar conductores humanos (para transporte público o vehículos comerciales).
  • Como no pueden violar la ley, se reducirían las multas, los costos de la policía de tráfico y los costos de los seguros.
  • Las señales de tráfico en las carreteras no serían tan necesarias, ya que los vehículos podrían recibir la información por tecnología móvil.
La circulación eficiente:
  • Los ocupantes del vehículo no tienen que preocuparse por conducir o navegar.
  • Evitan viajes innecesarios, como cuando un conductor lleva a alguien a un lugar y luego tiene que volver solo.

Entre los desafíos que trae esta tecnología están los cambios en la industria automovilística (nuevas empresas entran al sector), los seguros (menos accidentes podrían significar primas más bajas y nuevas reglas sobre quién es responsable en caso de accidente), el mercado laboral (muchos conductores profesionales, como taxistas o camioneros, y empleados de talleres mecánicos podrían perder su trabajo, mientras que se necesitarán más expertos en robótica) o el suministro de órganos para donación (una disminución significativa en el número de fallecimientos podría reducir los posibles donantes).

¿Cómo funcionan por dentro?

Programas (Software)

Para que un coche conduzca solo en una ciudad con tráfico impredecible, necesita muchos sistemas que trabajen juntos en tiempo real. Por ejemplo, necesita un sistema para saber dónde está, para "ver" lo que hay a su alrededor, para planificar su ruta y, por supuesto, para controlar el coche. Además, necesita muchos sensores que recojan la información necesaria para tomar decisiones.

Podríamos pensar que los programas que controlan un coche autónomo son como reglas simples, del tipo "si pasa un peatón, entonces frena". Pero la realidad es que hay muchísimas situaciones posibles, así que se necesita un sistema que pueda aprender y generalizar.

En lugar de programar miles de reglas para reconocer objetos, es mucho más práctico usar un algoritmo de aprendizaje automático. Este algoritmo se "entrena" con muchas imágenes que muestran todas las situaciones posibles.

Cada imagen se asocia con el tipo de vehículo que contiene. El algoritmo procesa las imágenes e intenta adivinar qué vehículo hay en cada una. Al principio, se equivocará mucho. Pero como "sabe" la respuesta correcta, ajusta sus parámetros internos y lo intenta de nuevo. Este proceso se repite, reduciendo los errores poco a poco. Así, cuando se le presenten nuevas imágenes, podrá clasificarlas correctamente. ¡Podemos decir que el algoritmo ha aprendido!

Este mismo método se usa para tomar decisiones. En lugar de dar una lista de reglas para cada situación, se entrena al algoritmo con situaciones de tráfico donde se le dice cuál es la acción correcta. El algoritmo intenta adivinar la acción y ajusta sus parámetros según acierte o se equivoque.

Otra técnica usada en la conducción autónoma son los modelos de probabilidad. Para tomar decisiones, el coche necesita predecir su propia posición y la de todos los objetos que detecta (peatones, otros vehículos), ya que se están moviendo. Como no sabe su posición exacta, la predice usando distribuciones de probabilidad. Tesla y Nissan son algunas marcas que impulsan estas innovaciones.

Archivo:Nio EP9
En febrero de 2017, el NIO EP9 completó una vuelta al Circuito de las Américas sin piloto en 2:40:33, alcanzando una velocidad máxima de 257 km/h, lo que lo convierte en uno de los coches autónomos más rápidos del mundo.

Partes físicas (Hardware)

Para tomar decisiones correctas, el coche necesita recopilar toda la información de su entorno. Para esto, los coches autónomos tienen varios sensores y cámaras. Cada vehículo suele tener un GPS, un sistema de navegación inercial y sensores como medidores láser, un radar, un lidar y cámaras de vídeo.

Los datos de cada sensor se filtran para eliminar información innecesaria y se combinan para entender mejor el entorno y actualizar el mapa, evitando obstáculos. La información se recoge constantemente porque el coche siempre está localizándose, mapeando el entorno y detectando obstáculos.

Uno de los procesos más importantes es crear un mapa del entorno y saber dónde está el coche en ese mapa. Para esto se usan cámaras y medidores láser. El medidor láser escanea el entorno y calcula la distancia a los objetos cercanos midiendo el tiempo que tarda un rayo de luz en volver. Combinar esta información con la de la cámara permite crear un modelo 3D del entorno.

Para ubicarse en el mapa, el coche usa el GPS y el sistema de navegación inercial. La posición del GPS puede tener un error de varios metros, por lo que se usa el sistema de navegación inercial para mayor precisión.

El sistema de navegación inercial (INS) ayuda a la navegación usando acelerómetros y sensores de rotación para calcular continuamente la posición, orientación y velocidad del coche. Al combinarlo con la posición del GPS, se obtiene una ubicación mucho más exacta.

¿Qué dicen las leyes?

Uno de los mayores desafíos para que los vehículos autónomos se usen masivamente es la falta de leyes claras.

La Convención de Viena sobre la Circulación Vial de 1968, firmada por más de 70 países, establece las reglas básicas del tráfico. Un principio clave era que el conductor siempre tiene el control y la responsabilidad total del vehículo. En 2016, una reforma de esta convención abrió la puerta a las funciones automatizadas.

En 2020, más de 50 países firmaron un reglamento en la ONU que limita el uso y funcionamiento de los vehículos de conducción automática. Según esta norma, los sistemas que mantienen el coche en el carril solo pueden activarse en carreteras donde no haya peatones ni ciclistas y que tengan una separación física entre los carriles de diferentes sentidos. Por ahora, la velocidad máxima para estos sistemas es de 60 km/h.

En Europa

Archivo:Drive Me Volvo S60 SAO 2014 0255
El Volvo S60 Drive Me es un vehículo autónomo de prueba con nivel 3 de automatización.

En la Unión Europea, la legislación sobre conducción autónoma empezó poco a poco a principios de siglo. En 2010, se aprobó una directiva para establecer un marco común que permitiera la implementación coordinada de estas nuevas tecnologías en el transporte por carretera.

En octubre de 2015, varios vehículos autónomos se integraron en el tráfico de Burdeos (Francia) durante el Congreso Mundial de Transporte Inteligente. Los coches, de cinco empresas diferentes, tenían un registro especial para que los demás conductores supieran de su presencia. Para poder circular en vías públicas, se tuvieron que levantar algunas restricciones; por ejemplo, un conductor profesional siempre estaba presente en los vehículos durante las pruebas. Otros prototipos solo se probaron en circuitos cerrados. El gobierno británico también ha dicho que no hay barreras legales para probar vehículos autónomos en sus calles, pero que se necesitarán cambios en las normas de tráfico.

En Estados Unidos

Archivo:Tesla Model S Hwy 40
El sistema "Autopilot" del coche eléctrico Tesla Model S funciona con un nivel de autonomía de 3 a 4 solo en autopistas y no en vías urbanas.

En Estados Unidos, unas veinte empresas han obtenido permiso para probar vehículos autónomos, y se espera que se usen de forma generalizada antes de que termine esta década.

California, Nevada y Florida han autorizado el uso de vehículos autónomos en vías públicas. Sin embargo, la mayoría de los estados de Estados Unidos no tienen leyes específicas sobre la conducción autónoma. Los pocos que sí las tienen, las ajustaron para permitir la investigación y las pruebas.

En junio de 2011, Nevada fue el primer estado en crear leyes sobre coches sin conductor. La ley entró en vigor el 1 de marzo de 2012, y el Departamento de Vehículos a Motor de Nevada otorgó la primera licencia a un coche sin conductor en mayo de 2012. Era un Toyota Prius modificado con tecnología experimental de Google.

En 2015, Daimler AG anunció que su prototipo Freightliner Inspiration se convirtió en el primer camión autónomo en recibir autorización para circular en Nevada junto al tráfico normal. Este vehículo ya había sido probado antes en Alemania.

En marzo de 2022, la U.S. National Highway Traffic Safety Administration, el organismo federal de seguridad en Estados Unidos, aprobó que se pudieran fabricar y vender coches sin volante ni pedales.

En otras partes del mundo

Otros países que están creando leyes para los vehículos autónomos son Reino Unido, Corea del Sur, China y Australia.

Galería de imágenes

Ver también

  • Automatización vehicular
  • Sistemas inteligentes de transporte
  • Roborace

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Driverless car Facts for Kids

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Vehículo autónomo para Niños. Enciclopedia Kiddle.