Teoberto Maler para niños
Teoberto Maler (nacido el 12 de enero de 1842 y fallecido el 22 de noviembre de 1917) fue un explorador de origen austríaco y alemán. Dedicó gran parte de su vida a descubrir y documentar las antiguas ciudades y ruinas de la cultura maya. Es considerado un experto en el estudio de los mayas.
Datos para niños Teoberto Maler |
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Información personal | ||
Nacimiento | 12 de enero de 1842 Roma (Estados Pontificios) |
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Fallecimiento | 22 de noviembre de 1917 Mérida (México) |
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Nacionalidad | Austríaca | |
Información profesional | ||
Ocupación | Explorador, antropólogo, arquitecto, arqueólogo, fotógrafo y mesoamericanista | |
Años activo | 1864-1910 | |
Contenido
Primeros años y llegada a México
Teoberto Maler nació en Roma, Italia, en 1842. Sus padres eran alemanes y su padre trabajaba como diplomático. Estudió arquitectura e ingeniería en Karlsruhe, una ciudad en Alemania.
Cuando tenía 21 años, se mudó a Viena, Austria, donde comenzó a trabajar con un arquitecto llamado Heinrich von Ferstel. Años después, obtuvo la nacionalidad austríaca.
Con ganas de viajar y conocer el mundo, Teoberto se fue a México como soldado. Rápidamente ascendió de rango, llegando a ser capitán. Después de que las fuerzas mexicanas ganaran la guerra, él decidió quedarse en el país. Fue entonces cuando cambió su nombre de Teobert a Teoberto, para que fuera más fácil de pronunciar en español.
Un fotógrafo de las antigüedades
Maler desarrolló un gran interés por la fotografía y por las antigüedades de Mesoamérica, la región que abarca parte de México y Centroamérica. Gracias a estos intereses, realizó un trabajo muy importante documentando las ruinas antiguas, especialmente las de la civilización maya.
En 1876, tomó fotografías muy detalladas de Mitla, un sitio arqueológico. Al año siguiente, en 1877, viajó a San Cristóbal de las Casas y visitó las ruinas de Palenque. En esa época, explorar estos lugares era muy difícil. Tenía que abrirse camino con machetes y contratar a personas de las comunidades locales para ayudarle a adentrarse en la selva, hacer dibujos, tomar medidas y fotografiar los sitios.
Se dio cuenta de que las publicaciones anteriores sobre Palenque eran incompletas. Mientras estaba allí, conoció a Gustave Bernoulli, un botánico suizo que había visitado Tikal, otro importante sitio maya. Bernoulli le confirmó que aún quedaba mucho por descubrir y documentar en el mundo de las ruinas mayas.
En 1878, Teoberto tuvo que regresar a Europa por un tiempo debido a asuntos familiares. Vivió en París, donde estudió todo lo que pudo sobre Mesoamérica. En 1884, después de heredar algo de dinero, decidió volver a América para dedicarse por completo al estudio de las antigüedades mayas.
Exploraciones arqueológicas en Yucatán

Una vez en Yucatán, México, compró una casa en el pueblo de Ticul. Allí instaló un pequeño estudio fotográfico y aprendió la lengua maya. Combinó su trabajo como fotógrafo con la exploración arqueológica de la región.
Comenzó visitando las ruinas más conocidas, como Chichén Itzá y Uxmal. En Chichén Itzá, vivió tres meses y documentó el lugar de una manera más completa que nadie hasta ese momento. Sin embargo, su objetivo principal era explorar lugares que nunca antes habían sido visitados. Por eso, recorrió la región del Petén en Guatemala, navegó por los ríos La Pasión y Usumacinta, y visitó el estado mexicano de Chiapas.
A partir de 1898, Maler trabajó con el Instituto Peabody de la Universidad de Harvard. Entre ese año y 1905, exploró las ruinas de Ceibal para esta institución, y sus descubrimientos se publicaron en sus informes. Sin embargo, debido a los largos períodos que pasaba explorando la selva y la dificultad para comunicarse, su acuerdo con el Instituto Peabody terminó en 1909. A pesar de esto, sus trabajos siguieron apareciendo en publicaciones hasta 1912.
Maler fue uno de los primeros en preocuparse por la conservación del patrimonio arqueológico. Denunció al gobierno mexicano que algunos exploradores se llevaban piezas de los sitios arqueológicos a sus países. Un ejemplo fue el caso de Edward Herbert Thompson, un ex-cónsul de Estados Unidos, quien, haciéndose pasar por un experto en la cultura maya, extrajo objetos del cenote sagrado de Chichén Itzá para venderlos en su país.
Descubrimientos en Tabasco
En 1907, después de una larga expedición en la selva de Tabasco, Maler descubrió el sitio arqueológico de Moral-Reforma en el municipio de Balancán. Durante esta expedición, Maler viajó desde la ciudad de Tenosique de Pino Suárez, en Tabasco, hacia la parte central del río Usumacinta. En su recorrido, escuchó a los habitantes locales hablar de grandes montículos de tierra cubiertos por vegetación, que escondían antiguas pirámides. Maler registró el sitio en sus notas con el nombre de "La Reforma", siendo el primero en darlo a conocer. Hoy en día, este lugar es conocido como la zona arqueológica de Moral Reforma.
Últimos años y legado
En sus últimos años, Maler vivió de forma más solitaria. Debido a que algunas de sus inversiones perdieron valor durante una crisis económica en Yucatán en 1907, se quedó con poco dinero. Sobrevivió vendiendo fotografías a coleccionistas, turistas y jóvenes arqueólogos, y dando clases de arte maya en la Escuela de Bellas Artes de Mérida.
En 1910, viajó a Europa para intentar que se publicaran sus estudios, pero no tuvo éxito. Solo logró vender algunos de sus trabajos a la Biblioteca Nacional de Francia en París. Regresó a la ciudad de Mérida, donde falleció el 22 de noviembre de 1917, a los 75 años. En su testamento, que escribió un día antes de morir, indicó cómo debían distribuirse sus muchas fotografías, cuadernos de notas y trabajos académicos.
Muchos de sus escritos fueron publicados después de su muerte, algunos incluso en la década de 1990.
La Colección Fotográfica "Teoberto Maler” se encuentra actualmente en el Fondo Audiovisual del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, donde se conserva su valioso trabajo.
Véase también
En inglés: Teoberto Maler Facts for Kids