Sepulcro de Gutierre de la Cueva para niños
El sepulcro de Gutierre de la Cueva es una impresionante obra de arte en alabastro creada entre los años 1500 y 1510. Fue hecho para el lugar de descanso final de Gutierre de la Cueva, quien fue obispo de Palencia y conde de Pernía. Él falleció en 1469.
Este sepulcro fue encargado por su hermano, Beltrán de la Cueva, el primer duque de Alburquerque, una figura importante en la corte del rey Enrique IV de Castilla. La obra estaba destinada al monasterio de San Francisco en Cuéllar (Segovia), que la familia del duque usaba como panteón.
Aunque no se sabe con total certeza quién fue el artista, muchos expertos creen que la mayor parte de esta escultura fue realizada por Vasco de la Zarza, un escultor muy talentoso de la época. También se notan influencias de otros grandes artistas góticos de Burgos, como Gil de Siloé, Simón de Colonia y Felipe Bigarny.
Hoy en día, la mayor parte de este sepulcro se encuentra en la Hispanic Society of America en Nueva York, donde es considerada una de las esculturas renacentistas más destacadas de su colección. También se conservan algunas partes en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y en la catedral de Segovia.
Datos para niños Sepulcro de Gutierre de la Cueva |
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Autor | Atribuido a Vasco de la Zarza | |
Creación | c. 1500-1510 | |
Ubicación | Hispanic Society of America | |
Material | Alabastro | |
Dimensiones | 3,87 m x 1,12 m aprox. | |
Contenido
Historia del Sepulcro de Gutierre de la Cueva
¿Cómo se encargó la construcción del sepulcro?
Beltrán de la Cueva, el primer duque de Alburquerque, dejó escrito en su testamento de 1472 que quería que se construyeran varios sepulcros de alabastro. Uno de ellos era para su hermano Gutierre. Estos sepulcros debían colocarse en la capilla principal del monasterio de San Francisco en Cuéllar. El duque había adquirido el patronato de este monasterio en 1476 para convertirlo en el lugar de descanso de su familia.
¿Quién supervisó el inicio de la obra?
El duque Beltrán falleció en 1492. Su viuda, María de Velasco, fue la primera encargada de cumplir su deseo. Ella probablemente contactó con talleres de Burgos, ya que se ven influencias de esa ciudad en la base del sepulcro. María de Velasco tenía una conexión con Burgos, pues su padre, Pedro III Fernández de Velasco, había construido su propio mausoleo en la catedral de Burgos pocos años antes.
¿Cuándo se completó y se instaló el sepulcro?
Después de algunas diferencias sobre la posesión de Cuéllar, el hijo mayor del duque, Francisco Fernández de la Cueva y Mendoza, tomó el control del proyecto. Él encargó la obra al escultor Vasco de la Zarza. Se sabe que el nuevo diseño ya estaba en marcha en 1498. La construcción del sepulcro se realizó entre los años 1500 y 1510.
Sin embargo, en 1525, el segundo duque Francisco mencionó en su testamento que los sepulcros aún no estaban colocados en la capilla. No se sabe con certeza si fue él o su hijo, Beltrán II de la Cueva y Toledo, el tercer duque, quien finalmente los instaló. Se cree que la instalación se completó entre 1526 y 1538.
¿Qué le pasó al sepulcro a lo largo del tiempo?
Durante la Guerra de la Independencia Española, las tropas francesas ocuparon el monasterio y causaron daños importantes en la iglesia y en las esculturas. Algunos rostros de las figuras quedaron parcialmente dañados.
Más tarde, con la Desamortización, el monasterio dejó de funcionar y se deterioró. Incluso se instaló una fábrica de harina dentro de la iglesia. Finalmente, en 1906, el duque José Isidro Osorio y Silva-Bazán vendió el sepulcro a un comerciante que trabajaba para Archer Milton Huntington, el fundador de la Hispanic Society of America. Los sepulcros fueron trasladados a Nueva York. No se sabe el precio exacto de la venta, ya que Huntington solía mantener en secreto los detalles de sus compras.
Descripción Detallada del Sepulcro
El sepulcro de Gutierre de la Cueva estaba ubicado en el lado derecho del crucero (la parte de la iglesia que forma una cruz) del monasterio. Está hecho completamente de alabastro y mide aproximadamente 3,87 metros de largo por 1,12 metros de ancho. Es más grande que otros sepulcros importantes de la época.
Niveles y escenas del sepulcro
El monumento se organiza en cuatro niveles:
- Primer nivel (la base): Originalmente, comenzaba desde el suelo con una losa de jaspe rojizo. Sobre ella, se levantaba una estructura con cuatro columnas decoradas con motivos vegetales. En el centro, había un panel con el escudo de armas de la familia Cueva. A los lados, dos paneles con figuras de sirenas y cornucopias. Algunas de estas partes se encuentran hoy en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y en la catedral de Segovia.
- Segundo nivel: Aquí se encuentra la estatua de Gutierre de la Cueva, representado de forma yacente (acostado). Delante de él, hay una escena del Descendimiento de Cristo, que simboliza la esperanza en la resurrección. Junto a esta escena, hay un relieve de Nuestra Señora de la Piedad.
- Tercer nivel: En este nivel se representa la escena de la Anunciación, que refuerza el mensaje de fe. Se ve al arcángel San Gabriel y a San Buenaventura en un lado, y a la Virgen María con San Jerónimo en el otro. Todo esto está bajo cinco elementos decorativos llamados guardapolvos.
- Cuarto nivel (la parte superior): Corona el sepulcro una imagen de Dios Padre sentado, rodeado de siete grandes agujas decorativas. Sobre ellas, se encuentra el armorial con las armas de la Casa de la Cueva, adornadas con símbolos que representan las dignidades eclesiásticas y nobiliarias de Gutierre de la Cueva.
Detalles artísticos y estilo
Actualmente, el sepulcro está desmontado en tres alturas, lo que permite apreciar mejor sus detalles. Su estilo recuerda a otras obras de artistas como Felipe Bigarny y Gil de Siloé. Destaca la calidad de los finos detalles en los rostros, las joyas y los trajes, especialmente los bordes y encajes de las túnicas. Las molduras, las formas de conchas y los fondos decorados en bajorrelieve también le dan una gran belleza.
Debates sobre la Autoría del Sepulcro
Aunque la mayoría de los expertos atribuyen la obra a Vasco de la Zarza, existen diferentes opiniones sobre quién la realizó.
Argumentos a favor de Vasco de la Zarza
El primer historiador en sugerir que la obra era de Vasco de la Zarza fue Manuel Gómez-Moreno. Él consideró que era una de las primeras y mejores obras del maestro. Según Gómez-Moreno, el artista la hizo antes que otros sepulcros importantes en la catedral de Ávila.
La profesora Beatrice Gilman Proske también cree que es de Vasco de la Zarza, situando su creación entre 1508 y 1517. Miguel Ángel Marcos Villán, del Museo Nacional de Escultura, está de acuerdo con las ideas de Gómez-Moreno.
Otras perspectivas sobre la autoría
La Hispanic Society of America, actual propietaria del sepulcro, considera que es una obra con un estilo muy similar a otras esculturas de Burgos de la misma época. Aunque no la atribuyen a un artista específico, creen que el creador estuvo influenciado por las obras de Diego y Gil de Siloé, así como por Felipe Bigarny.