Palacio de Altamira (Torrijos) para niños
Datos para niños Palacio de Altamira |
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Datos generales | ||
Tipo | Palacio | |
Estado | demolido o destruido | |
Estilo | gótico isabelino, arquitectura del Renacimiento y arquitectura mudéjar | |
Localización | Torrijos (España) | |
Coordenadas | 39°58′50″N 4°17′06″O / 39.980675, -4.2849555555556 | |
Construcción | siglo XV | |
Destrucción | comienzos del siglo XX | |
El Palacio de Altamira fue un edificio muy importante en la localidad de Torrijos, en la provincia de Toledo, España. Fue construido a finales del siglo XV y era un gran ejemplo de la arquitectura de esa época. En su diseño se mezclaron varios estilos: tenía un patio y una fachada de estilo renacentista, una entrada principal de estilo gótico isabelino y, por dentro, varios techos con decoración mudéjar.
Lamentablemente, el palacio fue desmantelado a principios del siglo XX. Sin embargo, se lograron conservar su entrada principal y cuatro de sus impresionantes techos de madera, conocidos como artesonados. Hoy en día, estas piezas se encuentran en diferentes museos alrededor del mundo. El palacio estaba ubicado en el lado oeste de la actual Plaza de España en Torrijos.
Historia del Palacio de Altamira
El Palacio de Altamira se encontraba en la ciudad de Torrijos, en la provincia de Toledo. Fue una obra arquitectónica muy destacada.
¿Quiénes construyeron el palacio?
El palacio fue mandado construir a finales del siglo XV por Gutierre de Cárdenas y Teresa Enríquez. Ellos eran personas importantes de la época. Se dice que el Palacio de Altamira pudo haberse inspirado en el palacio de Cárdenas de Ocaña, que también fue construido por Gutierre de Cárdenas.
¿Cómo era el palacio en el siglo XIX?
En el siglo XIX, un libro llamado Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, escrito por Pascual Madoz, describió el palacio. Mencionaba que era un edificio grande y antiguo, que aún conservaba su entrada, una escalera y cuatro salones con techos de madera tallada y dorada. El patio interior era cuadrado, con pasillos de piedra y dos niveles con columnas. La fachada exterior también era de piedra y tenía balcones decorados.
¿Cuándo desapareció el palacio?
El palacio de Altamira desapareció a principios del siglo XX, entre 1902 y 1904. Antes de su demolición, en 1886, la entrada principal del edificio apareció en un dibujo de Josep Pascó en un libro sobre los monumentos de España. Un experto en arquitectura, Francisco Alcántara, lo describió como "uno de los ejemplos más típicos de la arquitectura civil de Castilla", donde se mezclaban los estilos renacentista, gótico y mudéjar.
¿Qué partes del palacio se conservan hoy?
Aunque el palacio ya no existe, se lograron salvar sus cuatro techos de madera (artesonados) y su entrada principal. Estos elementos se encuentran ahora en diferentes lugares:
- Una cúpula de madera está en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, España.
- Otro techo se conserva en el Museo Legion of Honor de California, Estados Unidos.
- Un tercer techo se encuentra en el castillo de Villandry en Francia.
- El cuarto artesonado está en el Victoria and Albert Museum de Londres, Reino Unido.
- La entrada principal del palacio se encuentra en una finca privada llamada El Alamín, en Santa Cruz de Retamar, formando parte de la fachada de una capilla.
Detalles Arquitectónicos del Palacio
El Palacio de Altamira era un edificio con una arquitectura muy especial, que combinaba diferentes estilos y técnicas.
La fachada y su entrada principal
La fachada del palacio, que fue modificada durante el reinado de Felipe II, mantenía la entrada principal original. Esta entrada era de estilo gótico, con un gran dintel (la parte superior horizontal de una puerta) sostenido por columnas decoradas. Encima del dintel, había un gran arco con forma de hoja de trébol, adornado con figuras y rematado por una punta alta llamada pináculo.
Dentro de este arco, destacaba el escudo de los Reyes Católicos, sostenido por un águila. A los lados, se veían los símbolos de estos reyes: el yugo y el haz de flechas. Debajo, inclinados en señal de respeto, estaban los escudos de los fundadores del palacio. El resto de la fachada, hecha de piedra granítica, tenía un estilo más sobrio, típico de las obras del arquitecto Juan de Herrera y sus seguidores. Contaba con cuatro niveles de ventanas y balcones, siendo los del piso principal grandes y decorados con escudos.
El patio interior
Al entrar al palacio, después de un amplio vestíbulo con techo de madera, se llegaba a un gran patio casi cuadrado, de unos 22 por 20 metros. Este patio tenía dos filas de arcos superpuestos, con columnas de estilo orden dórico y arcos redondos. Había seis arcos en cada lado del patio. El piso superior era similar al de abajo, con barandillas de piedra. Las galerías de ambos pisos, de unos 4 metros de ancho, tenían techos de madera tallada.
El patio fue remodelado al mismo tiempo que la fachada, mostrando el estilo más austero del reinado de Felipe II. Sin embargo, se conservaron las entradas a la escalera y a otras partes del palacio, que estaban decoradas con estilos gótico, mudéjar y renacentista.
La escalera y los salones
La escalera principal, situada a la derecha de la entrada al patio, tenía una barandilla de piedra calada de estilo gótico. Al final de la escalera, se llegaba a una galería superior desde donde se accedía a varios salones. Cuatro de estos salones, de forma cuadrada, estaban cubiertos con preciosas cúpulas de madera tallada, conocidas como artesonados, al estilo mudéjar. Estas cúpulas, aunque parecidas en tamaño, eran todas diferentes.
El primer salón: colores y detalles
El primer salón, ubicado al noreste, medía unos 5.50 metros por lado. Sus paredes lisas, pensadas para ser cubiertas con tapices, terminaban en una franja con inscripciones góticas. Encima, había un friso (una banda decorativa) de estuco con diseños entrelazados. En las esquinas, para pasar de la forma cuadrada a la octogonal, había elegantes elementos de madera con formas de estalactitas, al estilo árabe. La cúpula semiesférica estaba llena de diseños arabescos, dorada y pintada en azul y rojo, creando un efecto muy rico y suave.
El segundo salón: inscripciones y escudos
El segundo salón tenía en la parte superior de sus muros un gran friso arabesco de estuco. Encima, una franja de madera con adornos y otra con inscripciones en caracteres cúficos. Seguía un friso octogonal con elementos en forma de conchas y decorado con escudos. El techo era octogonal, también con lazos y conchas, y estaba dorado y pintado de azul y rojo.
El tercer salón: riqueza y complejidad
El techo del tercer salón era similar a los anteriores, pero más elaborado. Tenía su friso de estuco y una franja con inscripciones árabes. La construcción de madera incluía una franja con decoración morisca, otra ajedrezada, elementos en las esquinas con escudos, y dos franjas decoradas. El techo formaba un doble artesonado octogonal, dividido en dieciséis compartimentos, más uno central del que colgaba una piña. Los elementos de madera formaban lazos, y los espacios estaban ocupados por estrellas y otros adornos, incluyendo las conchas de peregrino. En este artesonado predominaba el oro, con toques de azul, rojo y blanco.
El cuarto salón: sencillez y geometría
La cuarta sala tenía su artesonado en peor estado que los anteriores, y era más sencillo en su forma y detalles. Su friso inferior era estrecho, y sobre él se elevaban franjas pintadas y elementos en las esquinas para sostener la cúpula octogonal. Esta cúpula no tenía divisiones y estaba decorada con diseños geométricos.
Además de estos cuatro artesonados principales, había otro techo plano en un salón contiguo, que parecía más moderno. Estaba formado por vigas talladas que creaban cuadrados profundos, con estrellas en el centro y piñas en los cruces de las vigas. Los muros de este salón estaban coronados por un friso arabesco. Otros salones también tenían techos más sencillos, con vigas de madera.
El palacio también contaba con grandes salones, amplias caballerizas y un extenso jardín con fuentes y un estanque.
Galería de imágenes
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Artesonado en el Museo Arqueológico Nacional (España)
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Artesonado en el Victoria and Albert Museum (Reino Unido)