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Noviazgo para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:La confesión, por Vicente Palmaroli
La confesión, de Vicente Palmaroli, 1883.
Archivo:Rudolf Jordan Heiratsantrag a Helgoland
Proposición de matrimonio en Helgoland, de Rudolf Jordan, 1834.
Archivo:Spooning couple 1908
Postal alemana de 1908.

El noviazgo es la condición de los novios, es decir, una relación amorosa mantenida entre dos personas con la posible intención de matrimonio, es un proceso por el cual dos personas desarrollan una asociación íntima más allá de la amistad.

Actividades y características antropológicas

A su actividad se le puede denominar «salir» (frecuentar, por motivos amorosos o amistosos, el trato de otra persona, fuera de su domicilio), «hablar» (tener relaciones amorosas con otra persona), o «ligar» (entablar relaciones amorosas). En el contexto previo al noviazgo se realiza el cortejo, la actividad denominada «tontear» (dar los primeros pasos en la relación amorosa), coqueteo o flirteo (juego amoroso que no se formaliza, dar señales sin comprometerse) y las citas («quedar» - dating en el uso anglosajón contemporáneo, en la costumbre japonesa, 見合い miai-), que son los encuentros con propósito de conocerse; en caso de quedar conformes en entablar la relación, se considera que la pareja se ha «ennoviado» («echarse novio» o novia).

La formalización de la relación de noviazgo es el «compromiso» o petición de mano, una ceremonia que, según distintas costumbres, debe hacer el novio ante la familia de la novia o bien ante la propia novia (de forma tópica, hincando una rodilla, y ofreciéndole un anillo de pedida o de compromiso). A partir de ese momento a los novios se les denomina «prometidos». Entendido el compromiso como «desposorio» o «esponsales», puede tener valor jurídico, pero es únicamente un paso previo a la celebración de las nupcias (boda o casamiento), que es posible romper (ruptura del compromiso) incluso unilateralmente o en el último momento («al pie del altar»), dejando «plantado» a uno de los desposados («compuesto y sin novio» o novia).

Cada cultura y época tiene distintas características antropológicas que se expresan en el noviazgo; particularmente el papel que se da a los propios novios, que en muchos casos no tienen ninguna iniciativa en la relación, siendo resultado de negociaciones familiares, de los buenos oficios de un casamentero o de estudios de compatibilidad astrológica (astrological compatibility, sinastria -synastry-, sincronicidad, compatibilidad interpersonal -interpersonal compatibility-), que conducen a un matrimonio concertado (no debe confundirse con un matrimonio forzado). En cambio, los novios tienen todo el protagonismo en el ideal del amor romántico, en el que se supone que hay una atracción inicial, «amor a primera vista» o «flechazo», o al menos una búsqueda voluntaria de la pareja. En ciertas culturas hay rituales de rapto de la novia, de compra de la novia o, por el contrario, el pago de una dote. En los ambientes sociales más puritanos (los propios de la denominada moral victoriana), a los novios no se les consentía estar juntos a solas, debiéndose acompañar de una «carabina» o chaperón. En los años del nacionalcatolicismo en España (los cuarenta y cincuenta del siglo XX) provocaba escándalo el «baile agarrado».

Algunas relaciones afectivas se plantean como platónicas, al menos en teoría, como fue el amor cortés de los trovadores medievales (chevalier servant) y el chichisbeo o «cortejo» del siglo XVIII.

Frente a la costumbre tradicional de matrimonios en torno a los 17 años, en el siglo XVII la edad del matrimonio en Europa noroccidental se situó en torno a los 20 años; al mismo tiempo, se observan comportamientos nupciales distintos según la riqueza: el matrimonio tardío es más propio de las clases populares que de las clases altas.

Etimología

Mientras que para «noviazgo» el DRAE no indica etimología, para novio/novia indica que viene de latín novius, y este de novus («nuevo»). No obstante, su posible relación con una palabra muy próxima: «nupcias» (del latín nuptiae), no está muy claramente definida; siendo según algunas fuentes derivada de nubus, el velo («nube») de la novia, y esta compartiría el origen por asociación (nova nupta). Más propiamente parece que el latín nupta sea el participio pasado femenino de nubere (casarse, tomar marido), verbo derivado del preindoeuropeo *sneubh- («casarse»), que origina también vocablos en otros idiomas indoeuropeos: el griego nymphe («novia»), el eslavo eclesiástico snubiti («amar», «cortejar»), el checo snoubiti («buscar marido») y el eslovaco zasnubit («prometerse en matrimonio»). Del mismo origen son las palabras latinas connubium («matrimonio») y nubilis («núbil», la edad a la que puede contraerse matrimonio -marriageable age, nubilité, majorité matrimoniale, ehemündigkeit, en cambio, el término italiano nubilato se aplica al celibato femenino, mientras que connubialis, conubialis o coniugalis («conyugal») viene de iungo («juntar»).

Noviazgo gitano

En la cultura gitana tradicional, el matrimonio se concierta por las familias de los novios (llegamiento) y se hace público con una fiesta (pedimento), muy a menudo en edad infantil, aunque no se consume hasta llegar a una edad que se considera apropiada para comenzar la convivencia matrimonial, tras otra fiesta a la que se convoca a toda la familia extensa (boda gitana). No son infrecuentes las relaciones que no se ajustan a este modelo, considerándose que la pareja se ha «escapado» para vivir juntos, lo que da o no lugar a conflictos según pueda o no ser admitido por las familias. El cortejo gitano se denomina «roneo».

Noviazgo en las clases altas en la Inglaterra del siglo XIX

Las novelas románticas de las hermanas Brontë o Jane Austen (y producciones actuales, como la serie Bridgerton) reflejan los usos sociales de las clases altas en la Inglaterra de comienzos del siglo XIX: a lo largo de season o "temporada", las "debutantes" (mujeres jóvenes que llegaban a la edad de su "puesta de largo") y los varones solteros de distintas edades se enfrentaban a lo que Lord Byron denominó marriage marts ("mercado matrimonial"), incluyendo fiestas y bailes en que se consentía el acercamiento, y posteriores citas que podían desembocar en pedidas de mano.

Noviazgo en Estados Unidos en el siglo XX, según Jason King

En la «guía católica práctica» que Jason King, un sacerdote estadounidense, hace del noviazgo (dating —«citas»— en el título inglés original), se indica que este concepto, tal como se entiende en el contexto cultural del público al que se dirige, no existió hasta el siglo XX; no había ningún estado de «transición» entre la soltería y el matrimonio. Se llamaba novio/a al recién casado y por extensión al participante de la ceremonia de casamiento, incluso antes de concluida la ceremonia.

A principios del siglo XX, era el varón quien tomaba la decisión de conocer a una mujer soltera, la cual típicamente vivía en su casa paterna. El interesado se presentaba frente a los padres y, si estos lo autorizaban, podía conversar con la joven. Esta visita consistía en una charla a cierta distancia bajo supervisión de los padres y en casa de estos. De la continuidad y exclusividad de las visitas se entendía la cercanía del matrimonio.

Según la misma fuente, el noviazgo, como una relación con una duración considerable, aparece en los años 1920 y 1930, y durante la primera mitad del siglo XX, estaba fuertemente vinculado al matrimonio. En esta época, el novio/a tiene las características de «prometido/a». Con el acceso al automóvil por parte de las nuevas clases medias de esos países, el noviazgo pasó de tener lugar en la casa y de ser supervisada por la familia de la mujer, a tener lugar en el auto del varón y a centrarse en actividades (bailar, ir al cine, etc) pagadas con el dinero del varón ya que no era usual que las mujeres trabajaran.

Características actuales

Una definición del noviazgo tal y como se entiende actualmente en la sociedad occidental de Latinoamérica puede ser:

«...una relación social explícitamente acordada entre dos personas para acompañarse en las actividades recreativas y sociales, y en la cual se expresan sentimientos amorosos y emocionales a través de la palabra y los contactos corporales».

Para describir las relaciones de pareja actuales, Luis Miguel Lazo López, identifica dos modelos, uno que llama tradicional, relacionado con el amor romántico, la fidelidad, la lealtad, el compromiso y el noviazgo y otro que llama liberador, relacionado con relaciones temporales, casuales y centradas en la búsqueda del placer donde prima la autonomía y la ruptura del orden tradicional. Dado que, según Anthony Giddens, la vida moderna presenta continuidades y discontinuidades, la continuidad hace posible la coexistencia de ambos modelos en el imaginario de los jóvenes, aunque, en el mencionado estudio, situado en una ciudad de más de 300 mil habitantes, el autor detecta que el discurso liberador es hegemónico.

Por otro lado, Verónica Vázquez García y Roberto Castro, cuyo estudio está situado en el medio rural, afirman que, si bien ha habido cambios en cuanto a la espontaneidad, la duración y la cantidad de relaciones, se mantienen patrones desiguales de poder entre los géneros tales como presiones hacia las mujeres, sentido de propiedad sobre las mujeres, control de los desplazamientos y salidas de las mujeres e imposición masculina de la decisión de unirse. Todos estos, elementos que nada tienen que ver con un modelo liberador; más bien están vinculados al carácter de prevalencia masculina de los noviazgos del pasado.

Las características del noviazgo y otras relaciones de pareja actuales, pueden ser extraídas de un estudio de campo realizado por José María Romo Martínez. El cual se llevó a cabo sobre jóvenes estudiantes universitarios de ambos sexos con edades entre 18 y 26 años.

  • Cantidad de relaciones: la mayoría de los entrevistados ha tenido por lo menos una relación en noviazgo, las cuales han durado de 10 meses a más de 4 años.
  • Intensidad: Algunos se refieren a sus relaciones en buenos términos con añoranza y ensueño, otros, en cambio, las valoran como desastrosas, tempestuosas cargadas de celos, de sentimientos posesivos y de las cuales siguen dolidos.
  • Duración: Se registraron relaciones de noviazgo de corta duración, de apenas un par de semanas o meses hasta relaciones de 4 o 5 años. Hay casos en que se combinaban relaciones breves con extensas de manera consecutiva o simultánea.
  • Formalidad: Hay relaciones de pareja llamadas «serias» o «formales», para lo cual es necesario expresar una especie de pacto de exclusividad y continuidad y que la relación sea pública, especialmente frente a las familias. Por otro lado, existen relaciones de amistad o relaciones informales. Muchos valoran fuertemente las relaciones formales. En cuanto a las relaciones informales, para unos parecieran ser más atractivas, mientras que otros no las descartan.
  • Finalidad: Algunos buscan pareja para pasarlo bien, por el bienestar y la satisfacción que les brinda e incluso para evitar el aburrimiento. Esta finalidad ha sido muy criticada, pero es la que más se practica. La finalidad de otros es que se trate de una preparación para el matrimonio.
  • Sentido de propiedad: El sentido de pertenencia es una manera distinta de expresar los celos o inseguridad que sientes cuando tu pareja esta con alguien más, específicamente con personas del mismo sexo que tú o distinto al de tu pareja. Para evitar que esto lleve al rompimiento es mejor hablar con la pareja y/o también intentar socializar más con sus amigos y reducir tu inseguridad.
Archivo:John Everett Millais The Black Brunswicker
The Black Brunswicker, de John Everett Millais.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Dating Facts for Kids

Imágenes

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Noviazgo para Niños. Enciclopedia Kiddle.