Manuel Verdugo y Albiturría para niños
Datos para niños Manuel Verdugo y Albiturría |
||
---|---|---|
![]() Manuel Verdugo y Albiturría. Luis de la Cruz y Ríos. Obispado de Canarias.
|
||
Información personal | ||
Nacimiento | 22 de agosto de 1749 Las Palmas de Gran Canaria (España) |
|
Fallecimiento | 29 de septiembre de 1816 | |
Nacionalidad | Española | |
Religión | Iglesia católica | |
Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote católico y obispo católico (desde 1796) | |
Cargos ocupados | Obispo de la diócesis de Canarias (desde 1796) | |
Manuel Verdugo y Albiturría, conocido como Obispo Verdugo, fue una figura muy importante en la historia de las Islas Canarias. Nació en Las Palmas de Gran Canaria, España, el 22 de agosto de 1749, y falleció en la misma ciudad el 29 de septiembre de 1816.
Fue el primer obispo nacido en las islas que llegó a gobernar la Diócesis de Canarias. Antes que él, en 1521, se había nombrado a Fray Juan de Peraza, también nacido en Fuerteventura, pero él no pudo tomar posesión de su cargo debido a su avanzada edad.
Contenido
¿Quién fue Manuel Verdugo y Albiturría?
Manuel Verdugo y Albiturría fue un líder religioso y social que dedicó su vida a mejorar las condiciones de vida en las Islas Canarias. Su trabajo como obispo dejó una huella duradera en la educación, la salud y la infraestructura de la región.
Sus primeros años y estudios
Manuel Verdugo nació en Las Palmas el 22 de agosto de 1749. Desde joven, mostró interés por el estudio y la vida religiosa. Ingresó en el convento de Santo Domingo para iniciar su formación.
Continuó sus estudios en importantes universidades de España, como las de Alcalá de Henares y Valladolid. A los 19 años, obtuvo su doctorado en la Universidad de Valencia.
Después de sus estudios, se trasladó a la Corte, donde fue nombrado catedrático de Sagrados Cánones. También ocupó cargos como fiscal de la Academia Litúrgica y profesor de Ciencias Eclesiásticas.
Su carrera en la Iglesia
En 1781, Manuel Verdugo siguió avanzando en su carrera eclesiástica. En Canarias, ocupó varias posiciones importantes.
A partir de 1790, fue provisor, racionero de la Catedral de Canarias, arcediano de Gran Canaria y gobernador eclesiástico.
Antes de convertirse en obispo, el rey Carlos IV de España lo nombró ministro del Tribunal de la Rota española. Finalmente, el rey lo propuso a la Santa Sede para ser obispo de la Diócesis de Canarias. Recibió la confirmación en agosto de 1796 y se convirtió en el sucesor de monseñor Antonio Tavira Almazán. En ese tiempo, Canarias era una sola diócesis con sede en Las Palmas de Gran Canaria.
Un obispo al servicio de su comunidad
Una vez en Las Palmas, el Obispo Verdugo trabajó incansablemente por el bienestar de la gente. Apoyó asilos, hospitales, iglesias, conventos y familias que lo necesitaban.
Incluso usó parte de su propia fortuna para ayudar a terminar el hospital de la ciudad y crear un hospicio. También contribuyó a la construcción del Seminario Conciliar, al arreglo del cementerio y a la decoración de la Plaza de Santa Ana.
Grandes obras para las islas
El Obispo Verdugo también se preocupó por mejorar la infraestructura de la isla. Ayudó en el diseño y mejora de los caminos del interior de Gran Canaria.
Además, contribuyó a la construcción de varias parroquias en pueblos como Ingenio, Santa Lucía de Tirajana, San Mateo y Valsequillo. Su influencia también llegó a otras islas, como Tenerife, donde apoyó la restauración de iglesias en San Cristóbal de La Laguna.
Una de sus obras más destacadas fue su contribución a la construcción de un puente de sillería sobre el barranco Guiniguada. Este puente fue muy importante porque conectaba de forma permanente los barrios de Vegueta y Triana. Antes, estos barrios quedaban aislados cuando las crecidas del barranco destruían el antiguo puente de madera.
En reconocimiento a su labor, la ciudad nombró el nuevo puente en su honor. Aunque ese puente fue demolido a mediados del siglo XX para construir una autovía, su recuerdo perdura.
Su visión de la justicia
El Obispo Verdugo fue un firme defensor de la abolición de la Inquisición, una institución judicial de la época. Cuando se decidió eliminarla por primera vez a principios del siglo XIX, él se encargó de cerrar sus prisiones y de recopilar sus archivos. Estos documentos eran muy valiosos, ya que contenían gran parte de la historia de Canarias.
Su legado
En 1808, cuando se establecieron las Juntas Administrativas en las islas, el Obispo Verdugo fue una de las pocas autoridades que mostró una actitud equilibrada y justa.
Falleció en Las Palmas el 29 de septiembre de 1816, a los 67 años de edad. Fue sepultado en la capilla del Santísimo de la Catedral de Canarias. En su memoria, su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria, ha nombrado uno de sus barrios con su segundo apellido.
Véase también
- Diócesis de Canarias