Manuel Ascencio Segura para niños
Datos para niños Manuel Ascencio Segura |
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Información personal | ||
Nacimiento | 23 de junio de 1805 Lima, Virreinato del Perú |
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Fallecimiento | 18 de octubre de 1871 Lima, ![]() |
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Sepultura | Cementerio Presbítero Matías Maestro | |
Nacionalidad | Peruana | |
Información profesional | ||
Ocupación | Dramaturgo, poeta, novelista, militar, funcionario público, periodista | |
Movimiento | Costumbrismo | |
Géneros | Teatro, poesía, novela, artículos de costumbres | |
Manuel Ascencio Segura y Cordero (nacido en Lima, el 23 de junio de 1805, y fallecido en la misma ciudad el 18 de octubre de 1871) fue un importante escritor y dramaturgo peruano. Es conocido por ser uno de los principales representantes del costumbrismo en los inicios de la literatura de la República del Perú. El costumbrismo es un estilo que describe las costumbres, tradiciones y formas de vida de una sociedad.
Se le considera el fundador del teatro nacional peruano, junto con Felipe Pardo y Aliaga (1806-1868). A menudo, Segura y Pardo tenían debates literarios. Manuel Ascencio Segura se destacó por sus comedias y sainetes (obras cortas y divertidas) que mostraban la vida diaria y el lenguaje popular. Mientras que Felipe Pardo representaba ideas más tradicionales, Segura reflejaba los valores de la nueva sociedad peruana, con un estilo muy cercano a la gente común. Por su gran aporte, el Teatro Principal de Lima fue nombrado en su honor en 1929, llamándose Teatro Segura.
Contenido
¿Quién fue Manuel Ascencio Segura?
Sus primeros años y carrera militar
Manuel Ascencio Segura fue hijo de Juan Segura, un teniente del ejército español, y de Manuela Cordero, nacida en Lima. Su familia paterna venía de Huancavelica, pero ya vivían en Lima, la capital del Virreinato del Perú, en el barrio de Santa Ana.
A los 13 años, siguiendo los pasos de su padre, Manuel se unió al ejército realista como cadete. Luchó junto a su padre en la batalla de Ayacucho, la última batalla de la Independencia del Perú, el 9 de diciembre de 1824.
Después de la derrota de los realistas, Manuel y su padre se quedaron en Perú. El joven Manuel se unió al ejército patriota y llegó a ser capitán en 1831. En esos años, apoyó al gobierno del general Agustín Gamarra.
De militar a escritor: Sus primeras obras
Entre 1833 y 1834, Manuel A. Segura escribió su primera comedia, La Pepa. En esta obra, criticaba la actitud de algunos militares. Sin embargo, no pudo ser representada ni publicada porque su crítica podía afectar su carrera en el ejército.
Durante los años siguientes, Segura participó en varias guerras internas del país. Apoyó a Felipe Santiago Salaverry y fue nombrado administrador de la aduana de Huacho. Luego, se fue al sur para luchar junto a Salaverry contra una invasión boliviana en 1835. Su bando fue derrotado, y él fue tomado prisionero en Camaná, logrando salvar su vida con dificultad.
Cuando se estableció la Confederación Perú-boliviana, Segura se mantuvo alejado del ejército. Pero en 1839, después de que la Confederación fuera derrotada, el general Gamarra lo llamó de nuevo al servicio. Finalmente, se retiró del ejército en 1842 con el grado de teniente coronel. En ese tiempo, el país vivía un periodo de desorden que duró hasta 1845. Segura entonces empezó a trabajar como empleado en el Ministerio de Hacienda.
Su vida como periodista y dramaturgo
En esos años, Segura escribió para varios periódicos, como 'El Comercio' de Lima, donde fue redactor. Allí publicó su única novela, Gonzalo Pizarro, por partes. En 1841, dejó 'El Comercio' para crear su propio periódico, La Bolsa. En este periódico, publicó sus artículos de costumbres, como "Los Carnavales" y "Me voy al Callao". Estos textos, aunque no muy elaborados en el estilo, usaban un lenguaje directo y cercano que gustaba mucho a los lectores, retratando a las personas de su época. También publicó poemas y canciones satíricas, como "A las muchachas". Al mismo tiempo, publicó El Cometa, un pequeño periódico que solo tuvo doce números (1841-1842).
Otros de sus artículos de costumbres, publicados en diferentes periódicos, fueron "El té y la mazamorra" y "Las calles de Lima". Así, se convirtió en el principal representante del costumbrismo, junto a Felipe Pardo y Aliaga.
Cuando Felipe Pardo y Aliaga lanzó su publicación satírica El Espejo de mi tierra (1840), Segura colaboró en Lima contra El espejo de mi tierra, una respuesta a Pardo. Segura y sus colegas criticaban a Pardo por su actitud que consideraban despectiva hacia los gustos populares. Un ejemplo de esta "conversación" literaria fueron los poemas "Los tamales" (de Segura) y "El tamalero" (la respuesta de Pardo).
En esos años, Segura también era muy importante en el teatro de Lima. Entre 1839 y 1845, fue el único que estrenaba obras regularmente. En 1839, presentó el drama Amor y política y la comedia El sargento Canuto, que nuevamente criticaba a los militares y fue muy bien recibida por el público. Luego estrenó el drama histórico Blasco Núñez de Vela (1840) y la comedia La saya y el manto (1841 o 1842).
La noche del 24 de enero de 1845, estrenó en Lima la primera versión de Ña Catita, una obra de 3 actos (que luego amplió a 4). Esta es, sin duda, la más famosa de sus obras de teatro.
El 20 de abril de 1843, a los 37 años, se casó con Josefa Fernández de Viana, de 23 años. Se mudaron a Piura, donde él fue nombrado Secretario de la Prefectura. Allí vivieron once años. En Piura, fundó y dirigió el semanario El Moscón, que se caracterizaba por su sátira y burla, criticando los problemas de la política local. Esta publicación duró solo tres años (1848-1851). En esos años, también escribió La Pelimuertada (1851), un poema satírico lleno de ingenio, donde volvió a criticar a su rival literario, Felipe Pardo.
El 12 de octubre de 1858, fue jubilado con sueldo completo por haber servido a la nación por más de treinta años. Tenía 53 años y ya empezaba a tener problemas de salud. De regreso en Lima, se dedicó por completo a la literatura.
Entre 1854 y 1862, su actividad teatral fue muy intensa. Se dedicó a la comedia costumbrista y se consolidó como el creador del teatro peruano. Estrenó obras como La espía (1854), El resignado (1855), y reestrenó Ña Catita el 7 de septiembre de 1856, con gran éxito. También estrenó Nadie me la pega (1856), Un juguete (1858), y en colaboración con el joven Ricardo Palma, el sainete El santo de Panchita (1859). En 1861, estrenó Percances de un remitido, y en 1862, el sainete Lances de Amancaes y la comedia Las tres viudas.
Entre 1860 y 1861, fue diputado suplente por el departamento de Loreto, pero su participación en el congreso fue discreta. Palma comentó que le costaba superar su timidez para hablar en público, pero que se destacaba por su buen sentido práctico y su independencia.
En sus últimos años, Manuel Ascencio Segura era una figura central en la vida intelectual de Lima. Asistía a reuniones literarias en librerías o en la Plaza de Armas. Así pasó sus últimos años, entre la escritura y animadas tertulias (reuniones sociales).
Fue un buen padre de familia. Con su esposa Josefa tuvo dos hijos, uno que falleció joven y otra llamada María Josefa del Rosario. Afectado por problemas de salud, como el asma, y por varias tristezas familiares, falleció el 18 de octubre de 1871.
Trabajó como funcionario público entre 1823 y 1828.
Sus obras más importantes
Las obras de Segura se clasifican en tres tipos: poesía, teatro y periodismo (artículos de costumbres). A esto se suma su única novela, Gonzalo Pizarro.
Poesía
En poesía, sus versos son a menudo críticos y divertidos, al estilo de otros grandes poetas. Buscaba "corregir riendo", es decir, enseñar a través del humor. Sus poemas más conocidos son:
- "A las muchachas": Poemas cortos dirigidos a las mujeres limeñas, tanto las muy religiosas como las presumidas.
- La Pelimuertada, subtitulada Epopeya de última moda (Piura, 1851): Un poema largo, burlesco y satírico. Fue publicado en un folleto de 84 páginas y tiene 16 cantos. En él, hizo referencias claras a su rival literario, Felipe Pardo, y a otros escritores de la capital. Su estilo directo y a veces atrevido hizo que no fuera incluida de manera completa en el volumen que recopiló sus obras literarias, donde solo se incluyeron cinco cantos (Artículos, poesías y comedias, 1885).
- Muchas otras canciones cortas publicadas en "La Bolsa" y "El Moscón", dirigidas contra figuras políticas como Andrés de Santa Cruz y otros adversarios literarios.
Un ejemplo de su habilidad para escribir versos y su humor se ve en La Pelimuertada:
Cantó Ercilla al araucano,
Tasso cantó a Godofredo,
cantó a Bolívar Olmedo,
y a César cantó Lucano;
vate del codo a la mano,
como me suelen llamar,
yo también voy a cantar
más que alborote el cotarro,
y aunque estoy con un catarro
que no puedo resollar.
Si epopeyas hacen cien,
aun los que van a la escuela,
sobre el muerto y quien lo vela,
he de hacerla yo también.
Con un trés bon o un trés bien
no es Béranger quien me ofusca;
y aunque la gente parduzca
después se devane el seso,
he de soltar la sin-hueso
más recio que la Cuyusca.
Las referencias a Felipe Pardo son claras: "gente parduzca" se refiere al apellido de su rival, y Pardo había traducido al poeta Béranger. La "Cuyusca" era el apodo de una mujer muy popular en Piura en la década de 1840, conocida por sus cantos y música en las calles.
Teatro
En el teatro, Segura escribió principalmente sainetes (obras cortas y cómicas) y comedias. En total, compuso diecisiete obras de teatro, de las cuales se han perdido cuatro. Sus personajes son en su mayoría de la clase media: a veces graciosos, amables o sencillos, pero siempre representando a la sociedad de su tiempo. Sus historias son fáciles de seguir, sus versos fluyen con naturalidad y su lenguaje es ágil y lleno de expresiones populares.
Según el escritor Menéndez y Pelayo, Perú le debe a Segura una gran cantidad y calidad de obras cómicas teatrales, comparable a la de cualquier otro país de América. Su producción fue mucho más abundante que las tres comedias de Felipe Pardo.
Segura creía que su trabajo literario era un servicio a la sociedad. Sus artículos y comedias buscaban motivar un cambio en las costumbres que, según él, afectaban la imagen de la sociedad limeña. En un fragmento de La saya y el manto, decía que su obra estaba hecha para: «corregir las costumbres / los abusos, los excesos / de que plagado se encuentra / por desgracia nuestro suelo.» Este deseo de corregir casi nunca era agresivo, excepto cuando criticaba las pasiones políticas, el desorden en las instituciones o la falta de patriotismo.
Aquí tienes una lista de sus obras de teatro:
- La Pepa (1833): Su primera comedia escrita, pero no fue estrenada.
- Amor y política (1839): Su primera obra estrenada, de tipo histórico, pero el texto original se ha perdido.
- El sargento Canuto (1839): Una obra que se burla de un militar inculto y presumido que es expulsado de la casa de la mujer a la que intenta conquistar. Lo más destacado de esta comedia son la espontaneidad de los personajes y los diálogos llenos de expresiones populares, que muestran un retrato divertido y crítico de la sociedad peruana en sus primeros años como república.
- Blasco Núñez de Vela (1840): Drama histórico en 6 actos. Su estreno causó debates entre quienes preferían las ideas europeas y quienes defendían lo nacional. El original se ha perdido.
- La saya y el manto (1841 o 1842): Comedia sobre un hombre que busca un empleo público. Para conseguirlo, enamora a una joven y le promete matrimonio, esperando que ella, con la ayuda de su cuñado, logre que un ministro apruebe su solicitud.
- La mozamala (1842): Obra corta cuyo título se refiere a un baile muy popular de la época.
- Ña Catita (1845; corregida en 1856): Comedia. Es la obra que mejor muestra el humor y la gracia de Segura. El personaje principal, Ña Catita, es considerado uno de los más importantes del teatro peruano. La historia es así: Don Jesús y Doña Rufina tienen una hija, Juliana, en edad de casarse. Doña Rufina, influenciada por Ña Catita —una anciana astuta, chismosa e intrigante—, quiere que su hija se case con Don Alejo, un hombre que aparenta ser de buena familia y tener dinero. Pero Juliana ama a Don Manuel, un joven pobre, y se opone a los deseos de su madre. Justo cuando Juliana y Don Alejo están a punto de casarse, llega Don Juan, un viejo amigo de la familia. Sin querer, Don Juan revela que Don Alejo es un impostor, que ya está casado y vive en el Cuzco. Rufina se desmaya del susto. Ña Catita, por ser tan intrigante y malintencionada, es expulsada de la casa. Finalmente, se acuerda el matrimonio de Juliana y Manuel, y Don Jesús, gracias a Don Juan, perdona a su esposa Rufina. Esta obra se estrenó el 24 de enero de 1845 y se reestrenó con más escenas el 7 de septiembre de 1856, siendo un gran éxito.
- Nadie me la pega (1845): Obra breve.
- La espía (1854): Comedia.
- El resignado (1855): Comedia con muchas referencias a la guerra civil entre Echenique y Castilla. Fue un gran éxito y le ganó la admiración de jóvenes escritores.
- Un juguete (1858): Comedia.
- El santo de Panchita (1859): Sainete, escrito en colaboración con Ricardo Palma.
- Percances de un remitido (1861): Comedia. Una crítica a la libertad de la prensa limeña, que a veces no respetaba la reputación de las personas.
- Las tres viudas (1862): Comedia que muestra un ingenio más maduro de Segura, con toques psicológicos que no se veían en sus obras anteriores.
- Lances de Amancaes (1862): Sainete.
- El cacharpari: Sainete creado a partir de otra obra de un solo acto llamada "Dos para una".
Periodismo
En el periodismo, sus primeros trabajos fueron en El Comercio de Lima. Luego fundó sus propios periódicos, La Bolsa y El Moscón. En ellos, escribió canciones divertidas y artículos de costumbres, mostrando siempre su ingenio burlón y su habilidad para crear caricaturas. En total, escribió muchos más artículos que Felipe Pardo, aunque Pardo lo superó en calidad con sus artículos en El espejo de mi tierra.
Los artículos de costumbres de Segura ampliaban los temas y a veces profundizaban la crítica de sus comedias. Estos artículos solían tener una breve presentación, un relato humorístico de uno o varios eventos de la ciudad (desde funerales hasta carnavales) y una conclusión que juzgaba lo sucedido. Son un claro antecedente de las Tradiciones peruanas de Ricardo Palma.
¿Qué hace especial a sus obras?
Los críticos y biógrafos de Segura, desde Juan de Arona hasta José de la Riva-Agüero y Osma, están de acuerdo en que tenía un talento único para escribir comedias ingeniosas. Describía lugares y, sobre todo, personajes con gran habilidad. La caricatura era su forma favorita de describir. En el fondo, no buscaba criticar de forma cruel las costumbres, sino mejorarlas.
Sus personajes más representativos eran: las mujeres limeñas muy religiosas y chismosas, los militares aventureros, los políticos sin escrúpulos, los falsos aristócratas, los empleados públicos ambiciosos y todos los diferentes tipos de personas que vivían en Lima. Logró crear escenas llenas de gracia, ironía e inteligencia, tan llenas de vida que aún hoy podemos reconocer muchos de esos tipos de personas en la sociedad.
En cuanto al lenguaje, Segura no se preocupó por usar un castellano "puro", como defendía Felipe Pardo y Aliaga. En esto, superó a su colega, ya que renovó el vocabulario del teatro y de la poesía. El lenguaje literario en castellano a veces se había vuelto pobre. Segura usó, con originalidad, palabras que no estaban en el diccionario pero sí en el habla diaria de la gente común. Así, incluyó los llamados criollismos (expresiones propias de Perú) y también la forma curiosa de hablar del pueblo, adelantándose a escritores como Ricardo Palma y Leonidas Yerovi. Por eso, sus obras tienen una alegría que no viene tanto de las historias, que son sencillas, ni de las ideas, sino de las palabras mismas. A un lector de hoy le sorprenderá encontrar en los diálogos de El sargento Canuto y Ña Catita expresiones populares que todavía se usan (como «hacerse el sueco» o «váyase a freír monos»). Con razón, Ricardo Palma defendió a Segura de quienes lo acusaban de usar un lenguaje "vulgar": «Lo que estos críticos olvidan es que cuando se pinta al pueblo debe pintársele tal cual es. Si existe algo en las comedias de nuestro compatriota que ofenda a quisquillosos lectores, culpa será del original, no del retrato».
La rivalidad entre Pardo y Segura
A menudo se comparan las figuras de los dos grandes escritores del inicio de la República del Perú: Felipe Pardo y Aliaga y Manuel Ascencio Segura. Ambos eran de Lima y vivieron en la misma época. Es cierto que tuvieron muchos debates literarios y periodísticos por diferentes razones (por ejemplo, Pardo mostraba indignación ante los carnavales de Lima, mientras que Segura expresaba alegría y picardía por esta fiesta). En estos enfrentamientos, ambos mostraron su gran talento para criticarse mutuamente.
Sin embargo, no es del todo correcto clasificarlos solo como "criollistas" (defensores de lo peruano popular) o "anticriollistas". Si leemos con atención la obra de Pardo, también vemos su profundo amor e interés por Perú. Por otro lado, Segura también hizo críticas fuertes a la sociedad peruana.
Véase también
- Literatura peruana
- Literatura alemana