Invernadero para niños
Un invernadero es un lugar especial, como una casa transparente, que se usa para cultivar plantas y vegetales. Su objetivo principal es proteger a las plantas del frío extremo en ciertas épocas del año. Los invernaderos suelen tener techos y paredes de vidrio o plástico transparente. Esto permite controlar la temperatura, la humedad y otros factores del ambiente, lo que ayuda a las plantas a crecer mejor.
Contenido
¿Cómo funciona un invernadero?
Un invernadero funciona gracias a un efecto parecido al que ocurre en un coche cuando lo dejas al sol. La luz del sol, que es una forma de energía, atraviesa el vidrio o el plástico transparente y calienta el aire y los objetos dentro del invernadero. Estos objetos calientes, a su vez, emiten calor en forma de una radiación diferente, llamada infrarroja.
El vidrio o el plástico dejan pasar la luz del sol, pero no permiten que todo el calor infrarrojo salga. Es como una trampa de calor. Así, el calor se queda dentro del invernadero, haciendo que la temperatura suba y se mantenga cálida, lo cual es ideal para muchas plantas.
¿Por qué el calor se queda dentro?
El vidrio o el plástico actúan como una barrera. Impiden que el calor acumulado se escape fácilmente por corrientes de aire (convección) y también bloquean parte de la radiación infrarroja que las plantas y el suelo emiten. Si abrieras una ventana en el techo de un invernadero, verías cómo la temperatura baja rápidamente, demostrando que el calor se escapa. Este principio se usa en los sistemas de ventilación automática para enfriar el invernadero cuando hace demasiado calor.
Es importante saber que, aunque el vidrio atrapa el calor, también puede perderlo si la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior es muy grande. Por eso, a veces, los invernaderos más modernos tienen sistemas de calefacción adicionales para mantener una temperatura constante.
Usos modernos de los invernaderos
Hoy en día, los invernaderos se usan mucho para cultivar vegetales de hoja verde como acelgas, espinacas y lechugas, así como brócoli, coliflor y rábanos. Al proteger estas plantas de los cambios bruscos del clima, se consiguen mejores cosechas. Muchos invernaderos modernos tienen sistemas automáticos para controlar la humedad, la temperatura, el riego y la ventilación, lo que facilita mucho el trabajo de los agricultores.
Historia de los invernaderos
La idea de cultivar plantas en ambientes controlados no es nueva. Ya en la época de los romanos, el emperador Tiberio comía un vegetal parecido al pepino todos los días. Sus jardineros usaban métodos especiales para tenerlo disponible todo el año. Plantaban los pepinos en carros con ruedas que ponían al sol durante el día y luego los metían en casas cubiertas con telas aceitadas o láminas transparentes para mantenerlos calientes por la noche.
Primeros invernaderos en Asia y Europa
La primera descripción de un invernadero con calefacción se encuentra en un libro coreano llamado Sanga Yorok, escrito alrededor de 1450. Este libro explicaba cómo construir un invernadero usando el sistema tradicional coreano de calefacción por suelo radiante, llamado ondol, para mantener el calor y la humedad. También usaban paredes de barro para retener el calor y ventanas de papel aceitado para dejar pasar la luz.
En Europa, a partir del siglo XVI, la gente rica empezó a coleccionar árboles cítricos como naranjos. Al principio, los protegían del frío con estructuras de madera temporales. Pero luego, empezaron a cultivar estas plantas en macetas que se movían a edificios cubiertos, que poco a poco se fueron acristalando. En Italia, a estos lugares los llamaban limonaia, pero en el resto de Europa se hicieron conocidos como orangeries.
Una de las orangeries más famosas fue construida en el Palacio de Versalles en Francia entre 1684 y 1686. Era un edificio enorme, de más de 150 metros de largo, 13 metros de ancho y 14 metros de alto.
La piña y el desarrollo de los invernaderos
La moda de coleccionar plantas exóticas, especialmente de Asia, América y Australia, impulsó el desarrollo de los invernaderos. La piña fue una fruta que fascinó mucho a los europeos por su sabor y forma. Como era muy difícil transportarla desde los trópicos, se hizo popular cultivarla en Europa.
Los primeros éxitos en el cultivo de piñas en invernaderos se lograron en los Países Bajos a finales del siglo XVII. Se construyeron invernaderos especiales que podían mantener una temperatura alta y constante, tanto en el suelo como en el aire. El primer invernadero diseñado para piñas se construyó en Ámsterdam en 1682. Tenía tres lados acristalados y el suelo se calentaba con estufas de turba.
Cultivar piñas se convirtió en un símbolo de estatus para la gente adinerada en los siglo XVIII y siglo XIX. A pesar de lo caros que eran de construir y mantener, los invernaderos para piñas se extendieron por toda Europa.
Invernaderos en el siglo XIX
La Revolución Industrial trajo nuevas posibilidades para construir invernaderos usando hierro y vidrio. A principios del siglo XIX, en Inglaterra, se experimentó con diseños de techos curvos de hierro y vidrio para aprovechar mejor la luz del sol.
La época dorada de los invernaderos fue en la Inglaterra victoriana, cuando se construyeron los más grandes. Muchos de ellos eran tan altos que podían albergar árboles grandes y se llamaban "casas de palmeras". Estos invernaderos eran una muestra de la nueva arquitectura de vidrio y hierro, que también se usaba en estaciones de tren y mercados.
Algunos ejemplos famosos de esta época incluyen la Palm House en el Real jardín botánico de Kew en Londres y el The Crystal Palace, un enorme edificio de vidrio y hierro construido para una exposición en 1851, que lamentablemente ya no existe.
Invernaderos en el siglo XX
En el siglo XX, se añadieron nuevos diseños, como la cúpula geodésica. Un ejemplo famoso es el Climatron en los Jardines Botánicos de Misuri, terminado en 1960, que fue el primer invernadero con aire acondicionado y una cúpula geodésica de paneles rígidos. Otro ejemplo impresionante son los invernaderos del Eden Project en Cornualles, Inglaterra, que se abrieron en 2001 y son de los más grandes del mundo.
En la década de 1960, la disponibilidad de láminas de plástico de polietileno más anchas hizo que los invernaderos fueran mucho más baratos de construir. Esto permitió que muchas granjas pequeñas y centros de jardinería pudieran tener sus propios invernaderos. La durabilidad de estas láminas mejoró mucho en los años 70 con la adición de protectores UV, extendiendo su vida útil a varios años.
Más tarde, en los años 80 y 90, se hicieron populares los invernaderos conectados por canalones. Estos tienen dos o más secciones unidas por una pared común, lo que reduce la pérdida de calor y los hace más eficientes.
Invernaderos en España
En España, especialmente en la costa mediterránea, el cultivo en invernaderos creció mucho a finales de los años 70. Las provincias de Almería, Murcia, Alicante y Granada fueron las principales zonas de desarrollo.
La Costa de Almería es un ejemplo muy claro, donde una gran parte de su superficie está cubierta por lo que se conoce como el "mar de plástico". Es tan grande que es una de las pocas construcciones humanas que se pueden ver desde el espacio.
En lugares como el Campo de Dalías y el Campo de Níjar en Almería, se usan mucho los invernaderos tipo "parral", también conocidos como malla sombra o casa sombra. La extensión total de invernaderos en Almería es de más de 30.000 hectáreas, lo que la convierte en la región con la mayor superficie de invernaderos del mundo.
Galería de imágenes
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Vista panorámica del interior de un invernadero en los Kew Gardens, Londres.
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Luces térmicas en un invernadero en Närpes, Finlandia.
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Interior del The Crystal Palace en la Gran Exposición de 1851.
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The Great Conservatory (1837-1840) en el parque de la Chatsworth House, obra de Paxton demolido en los años 1920.
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Palm House (1839-1840) en el Jardín botánico de Belfast, obra de Charles Lanyon.
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Palm House en el Real jardín botánico de Kew.
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The Crystal Palace (1850-1851), ya desaparecido, en una fotografía de 1854.
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Palmhouse en el Real jardín botánico de Edimburgo (1858).
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«Invernadero de los bosques tropicales húmedos», uno de los grandes invernaderos del Jardín de plantas de París.
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Jardín de palmeras de Fráncfort del Meno (1868-1870).
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Serre des cactées (1834-1836), restaurado en 2010, en el Jardin des Plantes en París, uno de los invernaderos más antiguos del mundo, obra de Charles Rohault de Fleury (1777-1846).
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Conjunto de los Invernaderos Reales de Laeken (1874-1895) de Bruselas, un ejemplo de arquitectura de invernadero del siglo XIX.
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Palacio de Cristal de Nueva York construido en 1853 y perdido en un incendio en 1856.
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Eden Project, en Cornualles, Inglaterra.
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Pepinos que llegaban al techo en un invernadero en Richfield, Minnesota, donde los horticultores cultivaban una gran variedad de productos para vender en Minneapolis, c. 1910.
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Un invernadero de plástico con aislamiento de aire en Nueva Zelanda.
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Invernaderos gigantes en Westland, los Países Bajos.
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Climatron, con 42 m de diámetro y 21 m de altura, en los Jardines Botánicos de Missouri en St. Louis, Missouri, terminado en 1960.
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Vista satélite de los invernaderos de Almería.
Véase también
En inglés: Greenhouse Facts for Kids