Levantamientos jacobitas para niños
Los levantamientos jacobitas fueron una serie de conflictos y rebeliones que ocurrieron en las islas británicas entre 1688 y 1746. El objetivo principal de estos levantamientos era devolver el trono a Jacobo II de Inglaterra y, después de él, a sus descendientes de la Casa de Estuardo. Ellos habían perdido el trono por decisión del Parlamento después de un evento importante conocido como la Revolución Gloriosa de 1688.

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¿Qué fueron los levantamientos jacobitas?
El nombre "jacobitas" viene de Jacobus, que es la versión en latín de "Jacobo". Estos conflictos buscaban restaurar a la familia Estuardo en el trono. Entre 1692 y 1708, el ejército francés apoyó a los Estuardo, y algunas de sus tropas llegaron a las islas británicas.
Después de la Revolución Gloriosa, entre 1688 y 1692, unas 40.000 personas que apoyaban a Jacobo se fueron a vivir a Francia. Allí, a estos exiliados se les conoció como los oies sauvages, que significa "Gansos Salvajes".
La Guerra en Irlanda y el intento de Jacobo II
En 1689, Jacobo II de Inglaterra intentó recuperar su trono. Para ello, viajó a Irlanda, que en ese momento era parte de Inglaterra. Su plan era formar un ejército allí y enfrentarse al nuevo gobierno de la Casa de Orange.
Con la ayuda de soldados franceses que le dio el rey Luis XIV, Jacobo desembarcó en Irlanda el 12 de marzo de 1689. Así comenzó la Guerra guillermita de Irlanda. Jacobo II recibió mucho apoyo de los irlandeses católicos, a quienes prometió que terminaría el trato injusto por su religión. Sin embargo, en Inglaterra y Escocia, la causa de Jacobo se había vuelto muy impopular, especialmente por el apoyo abierto de Francia.
Aunque Jacobo II y sus tropas controlaron casi toda Irlanda por varios meses, en junio de 1690, el propio Guillermo III de Inglaterra llegó a la isla con más tropas. Guillermo III derrotó de manera decisiva a los jacobitas en la batalla del Boyne el 12 de julio de 1690. Después de esta derrota, Jacobo II huyó a Francia de inmediato. Esto hizo que perdiera gran parte del apoyo que tenía entre los católicos de Irlanda.
Luis XIV le dio a Jacobo II un lugar para vivir en el exilio en su castillo de Saint-Germain en Laye, donde Jacobo vivió con una corte de jacobitas exiliados hasta su muerte en 1701. Esta ciudad francesa se convirtió en una especie de "capital en el exilio" para los ingleses leales a los Estuardo. En el año 1700, había más de 1.700 jacobitas viviendo allí.
Levantamiento jacobita de 1715
A pesar de algunos eventos difíciles, las revueltas continuaron e incluso se hicieron más fuertes después de que la casa de Hannover subiera al trono británico en 1714. Al principio, Jacobo II tuvo el apoyo económico y político de Francia. El rey Luis XIV sabía que mantener viva la idea de que los Estuardo debían volver al trono era útil para sus propios intereses contra Gran Bretaña.
En 1715, estalló una rebelión de jacobitas leales a los Estuardo en Escocia. Esta rebelión estaba coordinada con el hijo y sucesor de Jacobo II de Inglaterra, Jacobo Francisco Eduardo Estuardo, a quien llamaban el "Viejo Pretendiente" (o "Jacobo III" para sus seguidores). Los jacobitas escoceses comenzaron su revuelta el 6 de septiembre de 1715 y tomaron la ciudad de Perth poco después. La rebelión creció, pero tuvo poco apoyo fuera de las Highlands escocesas.
El 22 de diciembre de 1715, Jacobo Francisco Eduardo Estuardo llegó a Escocia en un barco que le dio Francia y estableció su corte en Scone. Sin embargo, no pudo ayudar a detener a las fuerzas de la casa de Hannover, que eran mucho más numerosas. El 4 de febrero de 1716, el Viejo Pretendiente huyó de vuelta a Francia y les pidió a sus seguidores de los clanes escoceses que dejaran de luchar, lo cual hicieron de inmediato.
Levantamiento jacobita de 1719
Después de la firma del Tratado de Utrecht en 1713, Francia dejó de apoyar un regreso forzado de los Estuardo. Por eso, el pretendiente jacobita pidió ayuda a España. El primer ministro español, el cardenal Giulio Alberoni, convenció al rey español Felipe V de ayudar a Jacobo Francisco Eduardo Estuardo.
Como resultado, en 1718, se planeó enviar soldados españoles a Gran Bretaña para apoyar una revuelta que los jacobitas estaban preparando en Gales y Escocia, junto con el "Viejo Pretendiente". Un primer grupo de 300 soldados de infantería de marina española iría a Escocia para iniciar la rebelión. Un grupo más grande de 7.000 españoles apoyaría la revuelta jacobita desde Gales, buscando una rebelión masiva que permitiera a los Estuardo y sus seguidores tomar Londres y coronar allí a Jacobo III. Ambos grupos salieron de Cádiz en marzo de 1719, liderados por jacobitas ingleses exiliados.
La fuerza principal española de 7.000 hombres no pudo avanzar debido a fuertes tormentas en el océano Atlántico. Pero la fuerza más pequeña de 300 soldados españoles sí desembarcó en las Highlands del noroeste de Escocia. Allí se unieron a los clanes escoceses jacobitas, que comenzaron la revuelta en abril de 1719. El Gobierno británico reaccionó rápidamente, enviando un gran número de tropas bien armadas. Los jacobitas y sus aliados españoles fueron derrotados en la batalla de Glenshiel el 10 de junio de 1719, y este nuevo levantamiento fracasó.
Levantamiento jacobita de 1745
En el contexto de la guerra de Sucesión austriaca, Luis XV de Francia intentó apoyar al príncipe Carlos Eduardo Estuardo, conocido como "Bonnie Prince Charlie" o "El Joven Pretendiente". El plan era un gran levantamiento armado para derrocar a la monarquía británica de los Hannover y reemplazarla con los católicos Estuardo.
El Joven Pretendiente logró reunir una pequeña fuerza de exiliados ingleses, apoyados por barcos franceses y soldados del ejército de Luis XV. Desembarcaron en Escocia el 5 de septiembre de 1745. Después de esto, Carlos Eduardo Estuardo consiguió formar un ejército, principalmente con clanes de las Highlands. Con este ejército, tomó Edimburgo y derrotó al Ejército Real en Escocia en la batalla de Prestonpans. Ante este nuevo peligro, el Gobierno británico comenzó a traer de vuelta algunas de sus tropas que estaban luchando en Flandes contra el ejército francés para que se encargaran de la rebelión jacobita.
Después de una larga espera, Carlos convenció a sus generales de que los jacobitas ingleses podían organizar una revuelta en todo el país, que sería apoyada por una invasión francesa. Con esta idea, el ejército de unos 5.000 hombres invadió Inglaterra el 8 de noviembre de 1745. Avanzaron por Carlisle y Mánchester hasta Derby. Desde allí, los rebeldes parecían amenazar la propia Londres, lo que hizo que Jorge II planeara trasladar el Gobierno a Hanóver.
Hasta ese momento, las fuerzas jacobitas encontraron poca resistencia. Sin embargo, los problemas se acumulaban para el joven Carlos: hubo muy poco apoyo de la gente común hacia los jacobitas. Dos ejércitos leales a Jorge II, bajo el mando del general George Wade y de Guillermo Augusto, duque de Cumberland, se estaban acercando. La invasión francesa se retrasaba, se estaba formando una milicia en Londres, y llegaron informes (falsos) de un tercer ejército. El general jacobita lord George Murray y el resto del Consejo de Guerra insistieron en regresar a Escocia para reunir un ejército más grande. El 6 de diciembre de 1745, comenzó la retirada, y el príncipe dejó el mando a Murray.
Las fuerzas jacobitas llegaron a Glasgow el 25 de diciembre, donde se reabastecieron y se les unieron algunos miles de hombres. Allí se enfrentaron y vencieron a las fuerzas del gobierno comandadas por el general Henry Hawley cerca de Falkirk. El duque de Cumberland llegó a Edimburgo el 30 de enero de 1746 y tomó el mando del ejército, reemplazando a Hawley. Luego marchó hacia el norte siguiendo la costa y recibiendo suministros por mar. Reorganizó a sus fuerzas en Aberdeen y pasó allí seis semanas entrenando duramente a sus tropas.
Mientras tanto, las fuerzas del gobierno seguían presionando a Carlos, quien se retiró hacia el norte, perdiendo hombres y sin lograr capturar el castillo de Stirling ni Fort William en febrero y marzo de 1746. Carlos volvió a tomar el mando del ejército, insistiendo en una actitud defensiva a la espera de una batalla decisiva. Para entonces, los líderes militares jacobitas estaban decepcionados al ver que el Joven Pretendiente tenía pocos conocimientos de guerra y exigía presentar batalla en campo abierto, a pesar de que los jacobitas estaban en desventaja numérica y militar frente a las tropas de Jorge II.
La última rebelión jacobita, conocida como "la cuarenta y cinco", liderada por Carlos Eduardo Estuardo, terminó cuando el levantamiento fue derrotado decisivamente en la batalla de Culloden el 16 de abril de 1746. Después de esta batalla, la fuerza militar de los jacobitas quedó completamente destruida, y el Joven Pretendiente tuvo que huir de Gran Bretaña para siempre.
Consecuencias de los levantamientos
Estas revueltas tuvieron varias consecuencias importantes. Una de ellas fue la emigración de muchos pueblos escoceses, un proceso conocido como Highland Clearances. Se trasladaron a las tierras bajas y a América, especialmente a los valles de los Apalaches. Esto también puso fin al sistema de apoyo social que existía dentro de los clanes escoceses, y sus jefes se convirtieron en grandes dueños de tierras.
Durante este periodo, Irlanda vivió la "Fuga de los Gansos Salvajes", donde muchos irlandeses católicos en edad militar salieron de la isla para servir en ejércitos de otras partes de Europa. Esto ocurrió porque, debido al apoyo que dieron a los jacobitas en 1690, el gobierno británico prohibió a los católicos de todo el reino llevar armas o unirse a la milicia.
Aunque Carlos Eduardo Estuardo nunca renunció a sus derechos como monarca, la derrota final de 1746 eliminó cualquier posibilidad seria de que los Estuardo volvieran al trono británico. Los gobiernos de Francia y la Santa Sede dejaron de apoyar la causa de los Estuardo poco después del fracaso de 1746. La muerte del último descendiente masculino directo de los Estuardo, el "Cardenal de York" Enrique IX, puso fin a la línea de sucesión jacobita en 1797.
Los jacobitas en la cultura
La canción Crua Chan, lanzada en 1987 en el disco After Chabón del grupo de rock argentino Sumo, habla sobre el último levantamiento jacobita. La canción cuenta cómo lograron invadir Inglaterra hasta llegar al pueblo de Derby, y cómo después fueron derrotados en la Batalla de Culloden. En la última parte, habla de "Bonnie Prince" (refiriéndose al Príncipe Carlos Eduardo Estuardo) diciendo que él se va a su casa y nunca volverá.
En la música que acompaña la letra, hay un sonido de guitarra que, con efectos, imita el sonido de una "gaita". Este sonido aparece al principio y se repite en medio de la canción. Cuando los jacobitas invadieron Inglaterra, los gaiteros marchaban delante de los highlanders, por lo que fueron los primeros en morir en la batalla. De ahí la importancia de las gaitas en la canción. El tema está cantado en inglés de principio a fin, como la mayoría de las canciones de la banda. El nombre de la canción, Crua Chan, se refiere al grito de guerra del Clan Campbell.
Véase también
En inglés: Jacobitism Facts for Kids