Historia cultural de la papa para niños
La papa o patata es un alimento muy importante que se cultivó por primera vez hace miles de años, entre el 8000 y el 5000 antes de Cristo. Su origen se encuentra en una zona que hoy forma parte del sur de Perú y el noroeste del Altiplano boliviano. Desde entonces, la papa se ha extendido por todo el mundo y se ha convertido en un alimento básico en la mayoría de los países.
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El viaje de la papa: De América a Europa
Los primeros rastros de que la papa fue cultivada por humanos con herramientas de piedra se encontraron en Jiskairumoko, Puno, Perú. Esto ocurrió hace mucho tiempo, entre el 3400 y el 2200 antes de Cristo. Con el tiempo, cultivar papas de esta manera ayudó a producir más comida, lo que a su vez impulsó el crecimiento de grandes civilizaciones en los Andes.
Civilizaciones como Tiahuanaco en Bolivia (500-1000 d.C.), Chavín (1200-400 a.C.), Nazca (100 a.C.-800 d.C.), Moche (0-600 d.C.) y Chimú (900-1470 d.C.) en Perú, hicieron de la papa su alimento principal. Cultivaban tantas variedades de papa que eran muy diferentes de las plantas silvestres originales. Para estos pueblos, la papa era su principal sustento.
En lugares como el pueblo Kayambi en el actual Ecuador, las papas se cultivaban hasta los 4000 metros de altura. En las zonas más cálidas, donde no había heladas, también se cultivaba maíz. El calendario de los Cayambi terminaba con la época de la cosecha de la papa.
Más tarde, durante el Imperio Inca, la producción de papa creció aún más. Los Incas construyeron terrazas, canales y sistemas de riego para cultivar papas, maíz y quinua. Debido al clima difícil, con inundaciones y sequías, los Incas desarrollaron formas de almacenar sus cultivos para que duraran muchos años.
En América del Sur, especialmente en el archipiélago de Chiloé en Chile, las papas, conocidas como papas chilotas, son muy importantes. Son parte de su comida tradicional, de su medicina popular e incluso de su mitología chilota.
Los europeos descubrieron la papa en 1532, cuando los españoles llegaron al Imperio Inca. Les pareció sabrosa y la llevaron en grandes cantidades para sus viajes de regreso. Al principio, en Europa, la papa era vista como una planta rara y bonita. Los religiosos y los españoles la cultivaban en macetas, pero no la usaban para comer. A veces, comer los frutos de la planta (no la parte que crece bajo tierra) causaba malestar, lo que hizo que la gente tuviera prejuicios contra ella.
No se sabe con exactitud cómo la papa llegó a los campos de Europa, ya que hay muchas historias diferentes. Lo que sí se sabe es que se extendió por el continente principalmente por dos rutas: una que pasaba por Irlanda, Inglaterra y los Países Bajos, y otra por Portugal, España, Francia e Italia. Los registros de esa época no son muy claros, porque a menudo confundían la papa con otros alimentos parecidos como el ñame, el tupinambo, la batata y la mandioca, que son muy diferentes.
La papa fue de gran ayuda para la alimentación en Europa, que pasaba por momentos difíciles.
La papa llega a Europa
Pasaron varias generaciones hasta que esta planta exótica se convirtió en un alimento esencial para la gente de Europa. Había muchos prejuicios y costumbres que lo impedían. Además, las papas silvestres necesitaban suficiente oscuridad para crecer bien. En Europa, con días más largos en verano, la planta producía papas más pequeñas que en su lugar de origen, cerca del ecuador. Este problema tuvo que ser descubierto y luego se tuvieron que adaptar las formas de cultivo para resolverlo.
En Irlanda, las papas ya se cultivaban a principios del siglo XVII. Parecía ser el cultivo perfecto para una isla con dificultades económicas. Se podía cultivar y cosechar sin herramientas especiales. Los animales salvajes y el ganado no dañaban la planta, y además crecía bien en suelos con piedras y en laderas empinadas. La mayor ventaja era que producía un 150% más de alimento por hectárea que los cereales. Además, preparar la papa era mucho más fácil que los cereales: no había que trillarla ni molerla, y no era necesario cocerla para hacer pan. Irlanda era entonces una colonia inglesa que debía exportar ganado y cereal a Inglaterra. En estas condiciones, las papas eran a menudo la única fuente de alimento para los agricultores. Irlanda estaba tan lejos de Europa que pasó un siglo hasta que los gobernantes europeos llevaron la papa de los jardines a los campos de cultivo.
Un estudio de varias universidades importantes encontró que la papa ayudó a reducir la hambruna en Europa, especialmente en el siglo XVIII. También notaron que su llegada disminuyó los conflictos de forma duradera durante casi dos siglos, sobre todo los levantamientos de campesinos en Europa.
La papa se cultivó por primera vez en Alemania en 1647 en Pilgramsreuth, cerca de Rehau, y en 1649 en el Lustgarten de Berlín. En Prusia, el rey Federico II el Grande hizo todo lo posible para que la papa se cultivara mucho. Se dice que plantó los primeros campos de papas en Berlín y pidió a los soldados que los cuidaran. Así, los campesinos, como quería el rey, robaron y probaron esta "manzana de tierra" y luego la cultivaron ellos mismos. Es seguro que Federico II ayudó a que la papa fuera aceptada con una orden, ya que el 24 de marzo de 1756 publicó una circular que mandaba cultivar la papa.
En Suiza también se introdujo la papa primero como una planta decorativa. Cien años después, a principios del siglo XVIII, se empezó a cultivar como alimento. Las condiciones para cultivarla eran parecidas a las de Perú. Las papas se hicieron muy populares rápidamente, lo que dio origen a platos como el Rösti, típico de la zona alemana de Suiza.
En 1793, Joaquín Fernando Garay llevó papas de Galicia al valle de Benasque, en el pueblo de Villanova, donde se hicieron los primeros experimentos de plantación de este tubérculo en España.
La papa en la era industrial
Cuando comenzó la Revolución industrial en Inglaterra y luego en el resto de Europa, alimentar a la creciente población de las ciudades se volvió muy importante. La gente del campo se alimentaba principalmente de lo que ellos mismos producían. Tenían pequeños huertos donde cultivaban sus propias verduras. Pero para los habitantes de las ciudades, las frutas y verduras eran muy difíciles de conseguir. Las papas les daban las calorías necesarias, además de vitaminas y otros nutrientes que ningún otro alimento a su alcance podía ofrecerles.
La papa hoy y en el futuro

La época de mayor éxito del cultivo de la papa en Europa fue el siglo XIX. Hoy en día, la papa es el único producto vegetal que se produce en grandes cantidades en los mercados agrícolas de la Unión Europea que no tiene una regulación especial de mercado. La comida rápida y la comida precocinada usan mucho las papas, incluso si hay otros productos más baratos. La papa también es necesaria para producir alimentos para el ganado.
La papa en España
En las Islas Canarias, hay 102 variedades de papas únicas que se cultivan desde el siglo XVI. Estas papas tendrán un sello de calidad europeo, algo que solo tiene una variedad de papa en Italia. En el resto de España, la Patata de Galicia y las Patatas de Prades también están protegidas con una Indicación Geográfica Protegida (IGP).
Algunas de las variedades de Papas Antiguas de Canarias con denominación de origen protegida son: Negrita de El Hierro, Buena Moza o Palmera, Blanca, Colorada, Corralera Tijarafera, Corraleda Colorada, Corraleda Legítima, Carralera, Negra de La Palma, Negra Veteada, Haragana, De Ojo Azul, Blanca, Moñigo de Camello, Azucena Negra, Azucena Blanca, Bonita Negra, Bonita Blanca, Bonita Colorada, Bonita Llagada, Bonita Ojo de Perdiz, Borralla, Colorada de Baba, Negra Yema de Huevo, Peluca Negra, Peluca Roja y Terrenta.
Las Islas Canarias fueron y son un pequeño laboratorio natural para los productos que llegaron de América en el siglo XVI, y la papa no fue una excepción. A diferencia de otros productos que siguieron su camino hacia Europa, las papas se quedaron y se cultivaron durante 500 años, lo que permitió que evolucionaran en una gran variedad que, salvo en Sudamérica, solo se encuentra en las Islas Canarias. La forma del terreno, las condiciones del suelo y el clima de las Islas han contribuido a esto.
La papa en el arte y la literatura
A partir del siglo XIX, cuando un pintor quería mostrar la vida de las personas con pocos recursos, como hizo Vincent van Gogh con su obra Los comedores de papas, o cuando un escritor quería contar cómo vivía una familia de campesinos, a menudo usaban la papa para describir una forma de vida sencilla.