Enrique II de Inglaterra para niños
Enrique II Plantagenet (nacido en Le Mans, Francia, el 5 de marzo de 1133 y fallecido en Chinon, Francia, el 6 de julio de 1189) fue un rey muy importante en la historia de Inglaterra. También se le conocía como Enrique Court-manteau o Enrique Plantagenet. Fue rey de Inglaterra desde 1154 hasta 1189. Además, fue duque de Normandía y Aquitania, conde de Anjou, Maine y Nantes, y señor de Irlanda. Durante su reinado, también controló Gales, Escocia y Bretaña.
Enrique II fue el primer rey de Inglaterra de la Casa de Plantagenet. Era hijo de Godofredo V de Anjou y de la emperatriz Matilde, quien era hija del rey Enrique I de Inglaterra.
Desde los 14 años, Enrique ayudó a su madre a intentar conseguir el trono de Inglaterra, que en ese momento estaba en manos de Esteban de Blois. A los 17 años, fue nombrado duque de Normandía. En 1151, heredó Anjou. Poco después, se casó con Leonor de Aquitania, una mujer muy poderosa cuyo matrimonio anterior con el rey Luis VII de Francia había sido anulado. Después de una campaña militar de Enrique en Inglaterra en 1153, se firmó el Tratado de Wallingford con Esteban de Blois. Este tratado decía que Enrique sería el heredero de Esteban cuando este muriera, lo cual ocurrió al año siguiente.
Enrique fue un gobernante muy enérgico y a veces estricto. Quería recuperar los territorios y privilegios que había tenido su abuelo, Enrique I. Al principio de su reinado, Enrique restauró el gobierno en Inglaterra, recuperó el control sobre Gales y aseguró sus tierras en Anjou, Maine y Turena. Su deseo de cambiar la relación entre la monarquía y la Iglesia lo llevó a un gran conflicto con su amigo y antiguo canciller, Tomás Becket, quien se había convertido en arzobispo de Canterbury. Este conflicto duró muchos años y terminó con el asesinato de Thomas Becket en 1170.
Enrique también tuvo problemas con el rey Luis VII de Francia por sus tierras en territorio francés. Este conflicto entre las familias Plantagenet y Capeto duró mucho tiempo. Enrique expandió sus dominios, tomando el control de Bretaña y llegando hasta el sur de Francia, a Toulouse. A pesar de varios acuerdos de paz, siempre hubo tensiones. Para la década de 1170, Enrique dominaba Inglaterra, gran parte de Gales, la mitad oriental de Irlanda y la mitad occidental de Francia. A este gran conjunto de territorios se le llamó el Imperio Angevino.
Enrique y Leonor tuvieron ocho hijos. Cuando crecieron, surgieron tensiones sobre quién heredaría el imperio. Estas tensiones fueron impulsadas por Luis VII y, más tarde, por su hijo Felipe Augusto. En 1173, Enrique el Joven, el hijo mayor y heredero de Enrique, se rebeló junto a sus hermanos Ricardo, Godofredo y Juan, y su madre Leonor. Francia, Escocia, Flandes y Boulogne se unieron a los rebeldes. La revuelta fue controlada al año siguiente gracias a la acción militar de Enrique y a sus talentosos comandantes. Enrique el Joven se rebeló de nuevo en 1183, pero esta revuelta terminó con su muerte. La invasión de Irlanda había sido planeada para darle tierras a su hijo menor, Juan, pero Enrique mantuvo el poder en sus manos, lo que causó más descontento entre sus hijos. Felipe II de Francia usó los miedos de Ricardo para convencerlo de que su padre nombraría rey a Juan, lo que desató una última rebelión en 1189. Derrotado por Felipe Augusto y Ricardo, y enfermo, Enrique se retiró a Chinon, donde falleció.
El imperio de Enrique se debilitó rápidamente durante los reinados de sus hijos Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra. Sin embargo, muchos de los cambios que introdujo Enrique tuvieron un impacto duradero. Sus reformas legales son consideradas la base del Common Law inglés (el sistema legal basado en decisiones judiciales). Sus acciones en Bretaña, Gales y Escocia también influyeron en cómo se desarrollaron esas sociedades y gobiernos.
Contenido
Primeros años de vida (1133-1149)
Enrique nació en la ciudad de Le Mans, Francia, el 5 de marzo de 1133. Fue el hijo mayor de la emperatriz Matilde y su segundo esposo, Godofredo el Hermoso, conde de Anjou.
El condado de Anjou, en Francia, se formó en el siglo X. Sus gobernantes buscaron durante siglos expandir su influencia y poder en Francia, a menudo a través de matrimonios y alianzas políticas. Aunque Anjou estaba bajo la autoridad del rey francés, su poder sobre el condado se había debilitado, y Anjou tenía mucha autonomía.
La madre de Enrique, Matilde, era la hija mayor del rey Enrique I de Inglaterra y duque de Normandía. Cuando su padre murió en 1135, Matilde intentó sucederlo, pero su primo Esteban de Blois fue coronado rey de Inglaterra. Esto provocó una guerra civil entre los partidarios de Matilde y Esteban. Esta guerra, conocida como la Anarquía, fue un período de gran desorden.
Enrique pasó parte de su infancia en Anjou, donde fue educado. A los nueve años, fue enviado a Bristol, Inglaterra, un lugar importante para los partidarios de su madre. Allí continuó su educación. Regresó a Anjou en 1143 o 1144 para seguir estudiando con académicos famosos.
En 1147, a los catorce años, Enrique regresó a Inglaterra con sus propias tropas. Aunque causó algo de pánico, su expedición no tuvo mucho éxito. Sorprendentemente, el rey Esteban le pagó a sus soldados para que pudiera regresar a Normandía. En 1149, Enrique volvió a intervenir en la guerra civil, esta vez asumiendo el liderazgo. Hizo una alianza con el rey David I de Escocia y Ranulfo de Chester, un líder poderoso en el noroeste de Inglaterra. Sin embargo, el ataque planeado a York se desintegró, y Enrique regresó a Normandía.
Apariencia y forma de ser
Los historiadores de la época describieron a Enrique como un hombre atractivo, pelirrojo y con pecas. Tenía una cabeza grande y un cuerpo fuerte, con las piernas un poco arqueadas, quizás por montar mucho a caballo. A menudo no se preocupaba mucho por su aspecto. Enrique era conocido por su gran energía y su liderazgo. También se le conocía por su mirada intensa, su capacidad para intimidar y sus arranques de ira. Sin embargo, algunos de estos arranques podrían haber sido actuados para lograr un efecto. Se decía que Enrique hablaba varios idiomas, pero principalmente latín y francés. De joven, le gustaba la guerra, la caza y otras actividades físicas. Con los años, dedicó más energía a los asuntos de gobierno, pero siempre fue enérgico e impulsivo.
Enrique tenía un gran deseo de recuperar el control sobre los territorios que había gobernado su abuelo, Enrique I. Esto pudo haber sido influenciado por su madre, Matilde, quien también sentía un fuerte apego a sus derechos y privilegios familiares. Enrique recuperó tierras, propiedades y el control sobre pequeños señores. Fue probablemente el primer rey de Inglaterra en usar un diseño especial como su símbolo: un anillo con un leopardo o un león grabado. Este diseño se cambió en generaciones futuras para convertirse en el símbolo real de Inglaterra.
Primeros años de reinado (1152-1160)
Cómo llegó al poder en Normandía y Anjou
A finales de la década de 1140, la guerra civil en Inglaterra había disminuido. Muchos nobles comenzaron a hacer acuerdos de paz entre ellos. Cuando el rey Luis VII de Francia regresó de una cruzada en 1149, le preocupó el creciente poder de Godofredo y la posibilidad de que Enrique obtuviera la corona inglesa. En 1150, Godofredo nombró a Enrique duque de Normandía. El rey Luis respondió apoyando a Eustaquio, el hijo del rey Esteban de Blois, como el heredero legítimo del ducado, y lanzó una campaña militar para expulsar a Enrique de Normandía. El padre de Enrique le aconsejó llegar a un acuerdo con Luis, y se logró la paz en agosto de 1151. Enrique aceptó a Luis como su señor feudal y le prometió lealtad.
Godofredo murió en septiembre de 1151. Enrique pospuso sus planes de regresar a Inglaterra para asegurar su sucesión en Anjou. En secreto, también planeaba casarse con Leonor de Aquitania, quien aún era esposa de Luis VII. Leonor era la duquesa de Aquitania, una de las regiones más grandes y ricas del sur de Francia. Leonor era una heredera poderosa y se la consideraba hermosa e inteligente. Como no había tenido hijos varones con Luis VII, su matrimonio fue anulado. Enrique se casó con Leonor ocho semanas después, el 18 de mayo. Aquitania pasó de estar en manos del rey de Francia a las de Enrique, lo que reavivó las tensiones con Luis VII. Luis consideró esto un insulto y formó una alianza contra Enrique, incluyendo al rey Esteban de Blois y su hijo Eustaquio. El hermano menor de Enrique, Godofredo, también se rebeló, diciendo que Enrique le había quitado su herencia.
Las luchas comenzaron de nuevo en las fronteras de Normandía. Enrique actuó rápidamente, evitando una batalla abierta con Luis en Aquitania y estabilizando la frontera normanda. Luis VII se enfermó y se retiró de la campaña, y Godofredo se vio obligado a llegar a un acuerdo con Enrique.
El camino al trono de Inglaterra
En respuesta al asedio de Esteban, Enrique regresó a Inglaterra a principios de 1153, a pesar de las tormentas de invierno. Llevaba un pequeño ejército de soldados pagados y contaba con el apoyo de Ranulfo de Chester y Hugh Bigod en el norte y este de Inglaterra. Una delegación de clérigos se reunió con Enrique en abril, buscando una paz negociada.
El rey Esteban asedió el castillo de Wallingford, una fortaleza clave leal a Enrique. Enrique, para aliviar el asedio, sitió el castillo de Esteban en Malmesbury. Enrique logró evitar una batalla decisiva con el ejército de Esteban, que era más grande. Ante el mal tiempo, ambos acordaron una tregua temporal. Enrique viajó al norte, donde Roberto de Beaumont, un poderoso conde, le dio su apoyo. Enrique controlaba ahora el suroeste, las Midlands y gran parte del norte de Inglaterra. Se comportaba como el rey legítimo, presenciando matrimonios y manteniendo una corte.
Durante el verano, el rey Esteban reunió tropas para un último intento de tomar Wallingford. Enrique marchó al sur para ayudar a los sitiados. Las dos partes se enfrentaron en el río Támesis en julio. Los nobles de ambos lados querían evitar una batalla, así que el clero organizó una tregua. En ese momento, Eustaquio, el heredero del rey Esteban, enfermó y murió. Esto eliminó al principal rival de Enrique para el trono. Aunque Esteban tenía otro hijo, Guillermo de Blois, no parecía capaz de defender el trono. Los combates continuaron después de Wallingford, pero con menos intensidad, mientras la Iglesia intentaba establecer una paz duradera.
En noviembre, los dos líderes firmaron un acuerdo de paz permanente. El rey Esteban anunció el Tratado de Wallingford en la Catedral de Winchester. Reconoció a Enrique como su hijo adoptivo y sucesor, a cambio de que Enrique le prometiera lealtad. Esteban prometió escuchar el consejo de Enrique, pero conservando todos sus poderes reales. Guillermo, el hijo de Esteban, renunciaría a su reclamo al trono a cambio de la seguridad de sus tierras. Los castillos importantes serían accesibles para ambos. Los soldados extranjeros serían enviados a casa. Enrique y Esteban sellaron el tratado con un beso de paz. Sin embargo, la paz era frágil, y Guillermo de Blois seguía siendo un posible rival. Enrique decidió regresar a Normandía por un tiempo. El rey Esteban enfermó y murió el 25 de octubre de 1154, lo que permitió a Enrique heredar el trono antes de lo esperado.
Reconstrucción del gobierno real
Enrique llegó a Inglaterra el 8 de diciembre de 1154 y rápidamente recibió juramentos de lealtad de los nobles. Fue coronado, junto a la reina Leonor, en Westminster el 19 de diciembre. La corte real se reunió en abril de 1155, donde los nobles juraron lealtad al rey y a sus hijos. Varios posibles rivales, incluyendo el hijo de Guillermo de Blois y los hermanos de Enrique, Godofredo y Guillermo, murieron en los años siguientes, lo que aseguró las posesiones de Enrique. Sin embargo, Enrique heredó una situación difícil en Inglaterra. El reino había sufrido mucho durante la guerra civil: muchas áreas estaban devastadas, se habían construido numerosos castillos sin permiso, la ley real se había debilitado, los ingresos del rey habían disminuido y el control real sobre las casas de moneda era limitado.
Enrique se presentó como el heredero legítimo de Enrique I y comenzó a reconstruir el reino. Aunque el rey Esteban había intentado seguir el estilo de gobierno de Enrique I, el nuevo gobierno de Enrique describió los diecinueve años anteriores como un período caótico, atribuyendo todos los problemas a la toma del trono por parte de Esteban. Enrique también se aseguró de mostrar que, a diferencia de su madre, escucharía los consejos de otros. Se tomaron varias medidas de inmediato. El proceso de demolición de los castillos no autorizados, que había comenzado con Esteban, continuó. Se hicieron esfuerzos para restaurar el sistema de justicia real y las finanzas reales. Enrique también invirtió en la construcción y renovación de muchos edificios reales para dar prestigio a su reinado.
El rey de Escocia y los gobernantes de Gales habían aprovechado la guerra civil en Inglaterra para ocupar tierras en disputa. Enrique se propuso revertir esta situación. En 1157, la presión de Enrique obligó al joven rey Malcolm de Escocia a devolver las tierras en el norte de Inglaterra. Enrique comenzó a fortificar la frontera norte. La restauración del control anglo-normando en Gales fue más difícil. Enrique tuvo que luchar dos campañas en el norte y sur de Gales en 1157 y 1158 antes de que los príncipes galeses aceptaran la nueva realidad y se acordaran las fronteras anteriores a la guerra civil.
Política en el continente: Bretaña, Toulouse y el Vexin
La relación entre Enrique y Luis VII de Francia fue complicada durante la década de 1150. Ya se habían enfrentado por la sucesión de Enrique en Normandía y su matrimonio con Leonor. Luis VII siempre buscó tener autoridad moral sobre Enrique, usando su reputación como cruzado y los rumores sobre el comportamiento de su rival. Sin embargo, Enrique tenía muchos más recursos que Luis VII, especialmente después de tomar Inglaterra. Las tensiones militares y diplomáticas eran constantes.
Al regresar al continente desde Inglaterra, Enrique buscó asegurar sus tierras francesas y evitar rebeliones. En 1154, Enrique y Luis VII firmaron un tratado de paz, por el cual Enrique compró a Luis VII las ciudades de Vernon y Neuf-Marché. Sin embargo, el tratado fue inestable. En un intento de mejorar las relaciones, Enrique se reunió con Luis VII en París en 1158. Acordaron casar al heredero de Enrique, Enrique el Joven, con la hija de Luis VII, Margarita de Francia. El acuerdo incluía que Luis le daría el territorio disputado del Vexin como dote de Margarita. Por un tiempo, pareció que la paz era posible.
Mientras tanto, Enrique se centró en el Ducado de Bretaña, que limitaba con sus tierras y se consideraba independiente. En 1148, el duque Conan III murió y estalló una guerra civil. Enrique afirmó ser el señor de Bretaña, basándose en que el ducado le debía lealtad a Enrique I. Controlar Bretaña le daría una doble ventaja: asegurar sus otros territorios franceses y ser una posible herencia para uno de sus hijos. Al principio, Enrique intentó controlar Bretaña a través de otros, apoyando a Conan IV. Cuando el hermano de Enrique, Godofredo, murió en 1158, Conan intentó recuperar el condado de Nantes, pero Enrique se opuso y se quedó con el condado. Luis VII no hizo nada para impedir que Enrique aumentara su poder en Bretaña.

Enrique tuvo un enfoque similar para tomar el control del condado de Toulouse, en el sur de Francia. Toulouse, aunque técnicamente parte de Aquitania, se había vuelto muy independiente. Animado por Leonor, Enrique se alió con el enemigo de Raimundo, Ramón Berenguer de Barcelona, y en 1159 amenazó con invadir Toulouse. Enrique creyó que tenía el apoyo de Luis VII para esta acción militar. Sin embargo, cuando invadió Toulouse, se encontró con que el propio rey Luis VII estaba en la ciudad, apoyando a su cuñado. Enrique no quiso atacar directamente a Luis, quien seguía siendo su señor feudal, y se retiró, conformándose con saquear los alrededores y tomar la provincia de Quercy. Este episodio fue una fuente de conflicto duradero entre los dos reyes.
Después del episodio de Toulouse, Luis VII intentó mejorar las relaciones con Enrique. En 1160, firmaron un tratado de paz. Este tratado prometía a Enrique las tierras y derechos de su abuelo, Enrique I. También reafirmaba el compromiso entre Enrique el Joven y Margarita de Francia, incluyendo el Vexin. Casi inmediatamente después, Luis VII cambió su postura. Su esposa murió, y Luis se casó con Adela, la hermana de los condes de Blois y Champaña. Luis también prometió a sus dos hijas con los hijos de Teobaldo de Blois. Estas nuevas alianzas de Luis significaban una estrategia agresiva contra Enrique. Enrique reaccionó con enojo. Aprovechando que Enrique el Joven y Margarita de Francia estaban bajo su cuidado, en noviembre intimidó a varios representantes del Papa para que los casaran, a pesar de que los niños tenían cinco y tres años. También se apoderó del Vexin. Ahora era el turno de Luis VII de estar furioso, ya que estas acciones rompían el espíritu del tratado de 1160.
Las tensiones militares entre los dos líderes aumentaron. Enrique atacó el castillo de Chaumont en Blois por sorpresa y lo tomó. A principios de 1161, parecía que la guerra se extendería, pero se negoció una nueva tregua en Fréteval ese otoño, seguida de un segundo tratado de paz en 1162. A pesar de esta pausa, la anexión del Vexin por Enrique fue un motivo de conflicto duradero en su lucha contra los reyes de Francia.
Cómo gobernaba
La forma de su gobierno

Enrique controlaba más territorio en Francia que cualquier otro gobernante desde los tiempos de Carlomagno. Estas tierras, junto con sus posesiones en Inglaterra, Gales, Escocia y gran parte de Irlanda, formaron un vasto dominio que los historiadores llaman el Imperio Angevino. Este imperio no tenía una estructura centralizada. Se organizaba a través de una red flexible de conexiones familiares y tierras, con Enrique como el centro. En cada territorio se aplicaban diferentes costumbres locales. Enrique viajaba constantemente por todo el imperio, lo que se ha descrito como un "gobierno de las carreteras". Sus viajes coincidían con reformas de gobierno y otros asuntos administrativos locales. También se mantenía en contacto con todas sus posesiones a través de mensajeros. Cuando él no estaba, las tierras eran gobernadas por senescales y justicieros. Debajo de ellos, los funcionarios locales se encargaban de los asuntos de gobierno. Sin embargo, muchas decisiones importantes dependían del propio Enrique, y a menudo estaba rodeado de personas que buscaban sus decisiones o favores.
De vez en cuando, la corte real de Enrique se reunía en un Gran Concejo. Este consejo tomaba las decisiones más importantes del reino. Se suponía que estas asambleas aconsejaban al rey y daban su consentimiento a las decisiones reales, aunque no está claro cuánta libertad tenían para tomar esas decisiones. También parece que consultaba a su corte sobre las leyes, pero no se sabe hasta qué punto tomaba en cuenta sus opiniones. Como gobernante poderoso, Enrique podía recompensar a sus súbditos leales o castigar severamente a sus enemigos. Usando su poder, Enrique fue muy bueno para encontrar y mantener funcionarios competentes, incluso dentro de la Iglesia, que era una parte clave del gobierno real en el siglo XII. De hecho, muchos clérigos importantes en su gobierno llegaron a ser obispos y arzobispos. También podía mostrar su "ira y mala voluntad", un término que describía su capacidad para castigar o arruinar económicamente a ciertos nobles o clérigos.
En Inglaterra, Enrique confió al principio en los antiguos consejeros de su padre, en algunos de los oficiales que quedaban de Enrique I y en parte de la alta nobleza leal a Esteban I que había hecho las paces con él en 1153. Al igual que su abuelo, a medida que avanzaba su reinado, nombró para el gobierno real a hombres de la baja nobleza, sin grandes riquezas ni tierras propias. Para la década de 1180, esta nueva clase de administradores reales era la más importante en Inglaterra e incluía a varios miembros de la familia de Enrique que no eran hijos legítimos. Los lazos entre las dos mitades de la nobleza anglo-normanda se habían debilitado durante la primera mitad del siglo XII y esto continuó bajo el reinado de Enrique. En Normandía, al igual que en Inglaterra, sus consejeros cercanos eran obispos normandos y hombres de la baja nobleza. Pocos de los grandes terratenientes normandos se beneficiaron del favor real. Enrique se inmiscuía a menudo en los asuntos de la nobleza normanda, arreglando matrimonios o herencias. Para esto usaba tanto su autoridad como duque como su influencia como rey de Inglaterra, especialmente sobre aquellos nobles que tenían tierras a ambos lados del canal. En el resto de sus posesiones francesas, el gobierno local estaba menos desarrollado. Anjou era gobernado por una combinación de funcionarios llamados prebostes y senescales, pero había pocos funcionarios en otras partes de la provincia. En Aquitania, la autoridad del duque era muy limitada, aunque aumentó significativamente durante el reinado de Enrique, en gran parte gracias a los esfuerzos de su hijo Ricardo a finales de la década de 1170.
La corte y la familia
La riqueza de Enrique le permitió mantener lo que probablemente era la corte real más grande de Europa. Su corte atrajo mucha atención de los cronistas de la época y normalmente incluía a varios nobles y obispos importantes, junto con caballeros, sirvientes, clérigos, oficiales, caballos y perros de caza. Dentro de la corte estaban sus oficiales, sus amigos y el círculo cercano del rey, formado por personas de confianza. Las personas de confianza de Enrique eran muy importantes para el funcionamiento de la corte y su gobierno, impulsando iniciativas y actuando como intermediarios entre las estructuras oficiales y el rey.
Enrique buscó mantener una corte sofisticada que combinara la caza y la bebida con discusiones literarias y valores de la corte. Sin embargo, la pasión de Enrique era la caza, por la cual su corte se hizo famosa. Enrique tenía muchos lugares para cazar en sus dominios y se dedicó a mejorar y ampliar los castillos reales, tanto por razones militares como para mostrar su poder y prestigio. La corte era relativamente formal en su estilo y lenguaje, posiblemente porque el rey quería que se olvidara su propio ascenso repentino al poder y sus orígenes más humildes como hijo de un conde. Se oponía a la celebración de torneos, probablemente por el riesgo que tales reuniones de caballeros armados representaban en tiempos de paz.

El Imperio Angevino y su corte fueron descritos como una "empresa familiar". Su madre Matilde tuvo un papel fundamental durante la juventud de Enrique II y mantuvo esa influencia durante muchos años de su reinado. La relación de Enrique con su esposa Leonor fue más compleja. Enrique le encargó el gobierno de Inglaterra durante varios años después de 1154 y también le permitió gobernar Aquitania. De hecho, durante la mayor parte de su matrimonio, se pensó que Leonor influía mucho en Enrique. Su relación se deterioró a lo largo de la década de 1160. Los historiadores han debatido las razones por las que Leonor abandonó a su esposo y apoyó a sus hijos en la gran revuelta de 1173-74. Algunas explicaciones incluyen las constantes interferencias de Enrique en Aquitania o el carácter de Enrique. Se han propuesto varias teorías para explicar las amargas disputas de la familia de Enrique, desde la genética familiar hasta la forma en que Enrique y Leonor criaron a sus hijos. Otros se centran en las personalidades, aparentemente irritables, de Enrique y sus hijos. Historiadores como Matthew Strickland han argumentado que Enrique hizo intentos razonables para manejar las tensiones dentro de su familia y que, si el rey hubiera muerto más joven, la sucesión podría haber sido mucho más tranquila.
Enrique tuvo ocho hijos con Leonor: Guillermo, Enrique el Joven, Ricardo, Matilde, Godofredo, Leonor, Juana y Juan. También tuvo hijos fuera del matrimonio. Los más conocidos son Godofredo (quien luego sería arzobispo de York) y Guillermo (quien sería conde de Salisbury). Se esperaba que Enrique asegurara el futuro de sus hijos legítimos dándoles tierras y arreglando buenos matrimonios para sus hijas. La familia de Enrique II estaba dividida por profundas rivalidades, más que la mayoría de las demás familias reales de la época, lo que a la larga fue uno de los factores del declive de la dinastía Plantagenet.
Justicia
Durante el reinado de Enrique II, hubo cambios legales importantes, especialmente en Inglaterra y Normandía. A mediados del siglo XII, Inglaterra tenía muchos tribunales diferentes, con funciones poco claras y jurisdicciones que se superponían, lo que causaba muchos conflictos. Enrique amplió enormemente el papel de la justicia real en Inglaterra, creando un sistema legal más organizado. Aunque no está claro si Enrique tenía un plan general para su nuevo sistema legal, parece que las reformas surgieron más por necesidad que por una idea preconcebida. Probablemente, su papel personal en la definición de las reformas fue limitado, pero estaba muy interesado en la ley y consideraba la administración de justicia como una de las principales tareas del rey, nombrando cuidadosamente a buenos funcionarios para llevar a cabo las reformas.
Después de los desórdenes del reinado de Esteban de Blois en Inglaterra, había muchos casos legales relacionados con la tierra por resolver. Muchos monasterios habían perdido tierras, y en otros casos, los propietarios habían sido despojados de sus propiedades por los nobles locales. Enrique confió en los tribunales locales tradicionales para la mayoría de estos casos. Aunque interesado en la ley, durante los primeros años de su reinado, Enrique estaba ocupado con otros asuntos políticos, por lo que conseguir una audiencia real podía significar viajar por el Canal y encontrar su corte itinerante. Sin embargo, el rey estaba dispuesto a mejorar los procedimientos existentes, intervenir en casos que consideraba mal manejados y crear leyes para mejorar los procesos judiciales. En Normandía, Enrique delegó la justicia en tribunales distribuidos por el ducado, administrados por funcionarios reales. También había un Tribunal de Cuentas en Caen que se ocupaba de los ingresos reales e impuestos, y jueces reales que viajaban. Entre 1159 y 1163, Enrique pasó tiempo en Normandía realizando reformas en los tribunales reales y de la Iglesia. Algunas de estas reformas se introdujeron más tarde en Inglaterra.
En 1163, Enrique regresó a Inglaterra con la intención de reformar el papel de los tribunales reales. Combatió el crimen, confiscó las propiedades de ladrones y fugitivos, y envió jueces itinerantes al norte y las Midlands. A partir de 1166, el Tribunal de Cuentas en Westminster, que antes solo se ocupaba de los ingresos reales, comenzó a incluir casos civiles en nombre del rey. Las reformas continuaron, y Enrique creó, probablemente en 1176, el General Eyre, un tribunal itinerante que enviaba a un grupo de jueces reales a visitar todos los condados de Inglaterra durante un tiempo determinado, con autoridad para casos civiles y penales. El uso de jurados locales, que era ocasional en reinados anteriores, se hizo mucho más común con Enrique. Los jurados se introdujeron en audiencias pequeñas desde 1176, donde se usaban para responder preguntas específicas, y en grandes audiencias desde 1179, donde se usaban para determinar la culpabilidad de un acusado. Sin embargo, otros métodos judiciales, como el juicio por combate y el juicio de Dios, continuaron. Después del Assize of Clarendon en 1166, la justicia real se extendió a nuevas áreas mediante el uso de nuevas formas de audiencias, que trataban sobre la posesión indebida de tierras, derechos de herencia y los derechos de las viudas. Con estas reformas, Enrique desafió y limitó considerablemente el derecho tradicional de los nobles a impartir justicia, lo que con el tiempo aumentó enormemente el poder real en Inglaterra.
Relaciones con la Iglesia

La relación de Enrique con la Iglesia varió mucho en sus diferentes dominios y a lo largo del tiempo. No hubo un intento de crear una política eclesiástica común. Gran parte de sus acciones buscaban aumentar la autoridad real a expensas de la autoridad de la Iglesia y del Papa. En el siglo XII, surgió un movimiento reformador dentro de la Iglesia que buscaba una mayor independencia del poder de los reyes. Esta búsqueda de autonomía causó grandes conflictos en toda Europa, como la Querella de las investiduras entre el Papado y el Sacro Imperio. Esta situación ya había causado problemas en Inglaterra durante el reinado de Esteban de Blois. También hubo muchas discusiones sobre cómo se debía juzgar a los miembros del clero.
A diferencia de los conflictos en Inglaterra, los desacuerdos de Enrique con la iglesia de Normandía fueron ocasionales, y en general tuvo muy buenas relaciones con los obispos normandos. En Bretaña, Enrique contó con el apoyo de la Iglesia local y rara vez intervino en asuntos clericales, excepto cuando podía causar problemas a su rival Luis de Francia. Más al sur, sin embargo, el poder de los duques de Aquitania sobre la iglesia local era mucho menor que en el norte, y los esfuerzos de Enrique para influir en los nombramientos de la Iglesia crearon tensiones. Durante la elección papal de 1159, tanto Enrique II como Luis VII apoyaron al Papa Alejandro III contra su rival Víctor IV.
Enrique II no era un gobernante especialmente religioso según los estándares de la época. En Inglaterra, dio mucho apoyo financiero a los monasterios, pero no fomentó la creación de nuevas congregaciones. Fue bastante conservador al dar donaciones, la mayoría a monasterios administrados por clérigos de su familia, como en el caso de la Abadía de Reading. En este sentido, su orientación religiosa parece haber sido influenciada por su madre. Varios hospitales religiosos fueron fundados por Enrique II a ambos lados del canal. Después de la muerte de Becket, construyó y donó a varios monasterios en Francia, principalmente para mejorar su imagen. Como los viajes por mar eran peligrosos, Enrique solía confesarse completamente antes de embarcarse y usaba presagios para decidir el mejor momento para viajar. También es posible que sus movimientos se planificaran según el calendario religioso.
Economía y finanzas

Enrique II restauró muchas de las antiguas instituciones financieras creadas por su abuelo Enrique I y realizó nuevas y más duraderas reformas en la forma en que se manejaba la moneda inglesa. Un resultado fue un aumento a largo plazo en la cantidad de dinero en la economía, lo que llevó a un crecimiento tanto del comercio como de la inflación. Los gobernantes medievales como Enrique I tenían varias fuentes de ingresos en el siglo XII. Algunas provenían de sus tierras feudales; otros ingresos venían de multas legales y castigos económicos, y de impuestos, que en ese momento se recaudaban de forma intermitente. Los reyes también pedían préstamos para obtener recursos. Enrique usó este medio mucho más que los anteriores gobernantes ingleses, al principio a través de prestamistas de Rouen; más tarde en su reinado, recurrió a prestamistas judíos y flamencos. El dinero en efectivo era cada vez más importante para los gobernantes del siglo XII para contratar soldados y construir castillos de piedra, ambos vitales para el éxito de las campañas militares medievales.
Enrique heredó una situación difícil en Inglaterra en 1154. Enrique I había establecido un sistema financiero real que dependía de tres instituciones clave: un Tesoro Real central en Londres, con reservas en los principales castillos; la Cámara de Cuentas, responsable de los pagos del tesoro; y un equipo de funcionarios reales que acompañaban al rey en sus viajes, gastando el dinero necesario y recaudando ingresos. La larga guerra civil había causado una interrupción considerable en este sistema. En 1153 se emitió una nueva moneda, el penique Awbridge de plata, para estabilizar la moneda inglesa después de la guerra. Se sabe menos sobre cómo se manejaban los asuntos financieros en las posesiones de Enrique II en el continente, pero un sistema muy similar funcionaba en Normandía y probablemente también en Anjou y Aquitania.
Al tomar el poder, Enrique II dio alta prioridad a la restauración de las finanzas reales en Inglaterra, reviviendo los procesos financieros de su abuelo Enrique I y tratando de mejorar la calidad de la contabilidad real. Los ingresos de sus dominios reales formaron la mayor parte de los ingresos de Enrique en Inglaterra, aunque los impuestos se usaron mucho en los primeros once años de su reinado. Con la ayuda de Richard FitzNeal, Enrique reformó la moneda en 1158, poniendo su nombre en las monedas inglesas por primera vez y reduciendo en gran medida la cantidad de casas de moneda privadas autorizadas. Estas medidas tuvieron éxito en mejorar los ingresos, pero aun así, a su regreso a Inglaterra en la década de 1160, Enrique tomó medidas adicionales: se introdujeron nuevos impuestos y se volvieron a revisar las cuentas existentes; esto, junto con las reformas del sistema legal, trajo nuevos flujos de dinero de multas y pagos atrasados. En 1180 se realizó una reforma monetaria total; los funcionarios reales tomaron el control directo de las casas de moneda, con lo que las ganancias pasaron directamente al Tesoro. Además, se introdujo un nuevo penique, llamado Short Cross, y el número de casas de moneda se redujo sustancialmente a diez en todo el país. Impulsado por las reformas, los ingresos reales aumentaron significativamente.
Reinado Medio (1162-1175)
Relación con Francia
Las tensiones entre Enrique y Luis VII continuaron durante la década de 1160. Los esfuerzos del rey francés para luchar contra la expansión y el poder de los Plantagenet en Europa se hicieron más fuertes. En 1160, Luis fortaleció sus alianzas en el centro de Francia. Tres años más tarde, el nuevo conde de Flandes, Felipe, preocupado por el creciente poder de Enrique, se alió abiertamente con el rey francés. Además, la esposa de Luis VII tuvo un hijo varón, Felipe Augusto, en 1165, lo que fortaleció la posición de Luis. Como resultado, las relaciones entre Enrique y Luis empeoraron de nuevo a mediados de la década de 1160.
Mientras tanto, Enrique comenzó a cambiar su política de gobierno indirecto en Bretaña, involucrándose cada vez más en los asuntos bretones. En 1164, Enrique intervino para tomar tierras a lo largo de la frontera entre Bretaña y Normandía, y en 1166 hizo una incursión en Bretaña para castigar a los nobles locales. Como resultado, Enrique obligó a Conan IV a renunciar a favor de su hija y heredera Constanza, de cinco años, y la comprometió con el cuarto hijo de Enrique, Godofredo Plantagenet. Enrique II se hizo cargo de la custodia de los niños duques. Acuerdos como este eran muy inusuales en la época, ya que implicaba desheredar de antemano a cualquier hijo que Conan pudiera tener. En este período, Enrique también intervino en el centro y sur de Francia, fuera de su área de influencia tradicional. Intentó apoderarse de Auvernia, lo que provocó una reacción del rey francés. Más al sur, Enrique siguió presionando al conde Raimundo de Tolosa. En 1165, Raimundo se divorció de la hermana de Luis VII, cambiando sus alianzas a favor de Enrique.
Posesiones y conquistas territoriales: enemigos y aliados
Antes de ser rey, Enrique ya controlaba Normandía y Anjou en Europa continental por herencia de su padre. También controlaba Aquitania, Guyena y Gascuña a través de su matrimonio con Leonor de Aquitania. Esto lo convirtió en el monarca más poderoso de su época, aunque tenía que prometer lealtad por los ducados al rey Luis VII de Francia, exmarido de Leonor. Su imperio se extendía desde el Fiordo de Solway casi hasta el Mar Mediterráneo y desde el río Somme hasta los Pirineos. Una vez rey, incorporó Irlanda a sus vastos dominios. También mantuvo comunicaciones activas con el Emperador Bizantino Manuel I Comneno.
Vida antes de ser rey
Se casó con Leonor de Aquitania en la catedral de Saint-André, en Burdeos, el 18 de mayo de 1152. Entre mayo y agosto, luchó contra el exmarido de Leonor, Luis VII de Francia, y sus aliados. En agosto, regresó con ella y pasaron varios meses juntos. A finales de noviembre de 1152, se separaron: Enrique fue a pasar unas semanas con su madre y luego navegó hacia Inglaterra, regresando el 6 de enero de 1153. Algunos historiadores creen que su primer hijo, Guillermo, conde de Poitiers, nació en 1153. La sucesión de Enrique fue establecida por el Tratado de Wallingford en 1153, después de haber desafiado a las fuerzas de Esteban en el castillo de Wallingford. Se acordó que Enrique sería nombrado rey de Inglaterra a la muerte de Esteban.
Reforma civil y legal: la lucha con los nobles
Durante el reinado de Esteban I de Inglaterra, los nobles habían debilitado el control del rey. Enrique II vio como su primera tarea revertir esta situación para recuperar el poder. Por ejemplo, Enrique demolió los castillos que los nobles habían construido sin autorización durante el reinado de Esteban. Para 1159, el escuage, un impuesto pagado por los vasallos en lugar del servicio militar, se convirtió en una parte central del sistema militar real. Se mejoró el registro de este impuesto para hacerlo más eficiente.
Enrique II estableció tribunales en varias partes de Inglaterra y fue el primero en dar a los jueces el poder de tomar decisiones legales sobre una amplia gama de asuntos civiles en nombre de la Corona. Durante su reinado, se produjo el primer texto legal escrito que sienta las bases de lo que hoy es la Ley Común, en inglés «Common Law».
Mediante la Corte Criminal de Clarendon (1166), el juicio con jurado se convirtió en la norma. Desde la Conquista Normanda, los juicios con jurado habían sido reemplazados por el juicio de Dios y el "duelo judicial", que no fue abolido de la ley inglesa hasta el año 1819.
La justicia y los derechos territoriales se reforzaron posteriormente con la Corte Criminal de Northampton en 1176, basada en los acuerdos previos de Clarendon. Esta reforma es una de las mayores contribuciones de Enrique II a la historia social de Inglaterra.
Problemas con Irlanda
Poco después de su coronación, Enrique II envió una delegación al recién elegido Papa Adriano IV. El grupo de clérigos solicitó al Papa un permiso para que Enrique II pudiera intervenir en Irlanda.
La mayoría de los historiadores creen que esta fue la bula papal Laudabiliter. Algunos historiadores sugieren que Enrique II actuó bajo la influencia de un "Complot de Canterbury". El arzobispo Teobaldo de Bec y otros clérigos de Canterbury querían imponer su autoridad sobre la nueva estructura de la Iglesia irlandesa. Otros historiadores han argumentado que Enrique II quería asegurar el dominio de Irlanda para su hermano menor Guillermo.
Poco después, los asuntos en el continente distrajeron a Enrique II, Guillermo murió, y los ingleses no prestaron atención a Irlanda. No fue hasta 1166 que el tema volvió a surgir. Ese año, Dermot MacMurrough, quien había sido despojado de su reino en Leinster, siguió a Enrique a Aquitania. Le pidió al rey inglés que le ayudara a recuperar el control. Enrique II aceptó, permitiéndole reunir soldados de entre sus vasallos normandos. El más destacado fue un normando galés, Ricardo de Clare, II conde de Pembroke, apodado «Arcofuerte». Como prueba de su lealtad, Dermot ofreció al conde Ricardo a su hija Eva en matrimonio y lo hizo heredero del reino.
Los normandos restauraron rápidamente el poder de Dermot en sus dominios originales e incluso pensaron en desafiar el título de Gran Rey de Irlanda. Sin embargo, en 1171, Enrique II llegó de Francia para hacer valer sus derechos territoriales. Todos los normandos, junto con muchos príncipes irlandeses, juraron lealtad a Enrique II. Él se quedó por 6 meses y nunca regresó, pero más tarde nombró a su hijo menor, el futuro rey Juan I de Inglaterra, Señor de Irlanda.
El conflicto con la Iglesia y Thomas Becket
Como resultado de los cambios en el sistema legal, el poder de los tribunales de la Iglesia disminuyó. Naturalmente, la Iglesia se opuso a esto, y su principal portavoz fue Thomas Becket, el arzobispo de Canterbury, quien antes había sido un amigo cercano de Enrique II y su canciller.
El conflicto con Becket comenzó con una disputa sobre si los tribunales civiles juzgarían a los clérigos que habían cometido delitos civiles. Enrique II intentó someter a Becket y a sus colegas de la Iglesia haciéndolos jurar obediencia a las "costumbres del reino", pero surgió una controversia sobre cuáles eran estas costumbres, y la Iglesia se negó a ceder. Después de una discusión en la corte de Enrique II, Becket dejó Inglaterra en 1164 y fue a Francia para pedir apoyo al rey Luis VII de Francia y al Papa Alejandro III, quien estaba exiliado en Francia. Debido a su propia situación difícil, Alejandro III se mantuvo neutral, aunque Becket permaneció en el exilio bajo la protección de Luis VII y el Papa Alejandro III hasta 1170. Después de la reconciliación entre Enrique II y Becket en Normandía en 1170, este regresó a Inglaterra. Nuevamente se enfrentó a Enrique II, esta vez por la coronación del Príncipe Enrique. Las palabras más citadas de Enrique II, aunque probablemente no sean exactas, fueron: «¿Nadie me librará de este sacerdote entrometido?». Aunque las fuertes quejas de Enrique II contra Becket a lo largo de los años están bien documentadas, esta vez cuatro de sus caballeros tomaron las palabras de su rey literalmente y viajaron inmediatamente a Inglaterra, donde asesinaron a Becket en la Catedral de Canterbury el 29 de diciembre de 1170.
Este hecho provocó la excomunión de Enrique II. Para ser perdonado, Enrique II tuvo que hacer una peregrinación a la tumba de Becket y aceptar enviar dinero a los estados cruzados en Palestina. El 21 de mayo de 1172, recibió un castigo público frente a la puerta de la Catedral de Avranches, que era la capital de Normandía. Enrique II pospuso su cruzada varios años y finalmente nunca la llevó a cabo. En 1188, impuso el "diezmo saladino" para pagar una nueva cruzada.
Hijos
Hijos legítimos
Enrique II se casó en la catedral de Saint-André, en Burdeos, el 18 de mayo de 1152, con Leonor de Aquitania, duquesa de Aquitania y Guyena y condesa de Gascuña. Esto lo convirtió en el monarca más poderoso de su época, aunque tenía que prometer lealtad por los ducados al rey Luis VII de Francia, exmarido de Leonor.
De este matrimonio nacieron ocho hijos:
- Guillermo (n. Normandía, 17 de agosto de 1153-castillo de Wallingford, Berkshire, abril de 1156), conde de Poitiers.
- Enrique (palacio de Bermondsey, Surrey 28 de febrero de 1155-castillo de Martel, Turena, Francia, 11 de junio de 1183), duque de Normandía y conde de Anjou, nombrado corregente de su padre en 1170.
- Matilde (castillo de Windsor, Londres, junio de 1156-Brunswick, Alemania, 28 de junio de 1189), casada con Enrique el León, duque de Baviera, Sajonia y de Brunswick.
- Ricardo (palacio Beaumont, Oxford, 8 de septiembre de 1157-Châlus, Francia, 6 de abril de 1199), sucesor de su padre en el trono, conocido como «Ricardo Corazón de León».
- Godofredo (Londres, 23 de septiembre de 1158-París, 19 de agosto de 1186), conde de Anjou y duque de Bretaña por su matrimonio.
- Leonor (castillo de Domfront, Normandía, 13 de octubre de 1162-monasterio de las Huelgas, Burgos, 31 de octubre de 1214), casada con Alfonso VIII de Castilla.
- Juana (castillo de Angers, Anjou, octubre de 1165-abadía de Fontevrault, 4 de septiembre de 1199), casada primero con Guillermo II «el Bueno», rey de Sicilia, y luego con Raimundo VI, conde de Tolosa.
- Juan (Palacio Beaumont, Oxford, 24 de diciembre de 1166-castillo de Newark, Nottinghamshire, 18 de octubre de 1216), sucesor de su hermano Ricardo en el trono, conocido como «Juan Sin Tierra».
El primer hijo de Enrique II, Guillermo, conde de Poitiers, murió siendo niño. En 1170, el hijo de Enrique y Leonor de 15 años, Enrique, fue coronado rey (otra razón para la ruptura con Thomas Becket, la cual consintieron los otros obispos durante su exilio), pero nunca llegó a reinar y no figura en la lista de monarcas de Inglaterra. Se le conoció como Enrique el Joven, para distinguirlo de su sobrino Enrique III de Inglaterra.
Los intentos de Enrique II de tomar el control de las tierras de Leonor (y de su heredero Ricardo) llevaron a enfrentamientos entre Enrique por un lado y su esposa e hijos legítimos por el otro.
Hijos fuera del matrimonio
Enrique tuvo varios hijos fuera del matrimonio con otras mujeres. Algunos de ellos crecieron en la guardería real junto a sus hijos legítimos. Algunos se convirtieron en miembros de la familia en su adultez, entre ellos estaban Guillermo de Longespee, conde de Salisbury, y Godofredo, arzobispo de York.
Crisis de sucesión
Los intentos de Enrique II de dividir sus títulos entre sus hijos, pero manteniendo el poder, provocaron que ellos intentaran tomar el control de las tierras que les habían asignado (la revuelta de 1173-1174), lo que Enrique II consideró una traición.
Cuando los hijos legítimos de Enrique II se volvieron contra él, contaron con el apoyo de Luis VII de Francia, enemigo del rey de Inglaterra.
Enrique el Joven murió en 1183, y tras su muerte hubo una lucha de poder entre los tres hijos restantes. Enrique quería que Juan fuera su sucesor al trono, siempre lo había preferido más que a sus otros hijos, pero Leonor favorecía a Ricardo. Godofredo intentó superar a Juan y Ricardo, pero no tuvo éxito.
En 1186, un caballo aplastó y provocó la muerte a Godofredo.
El tercer hijo de Enrique II, Ricardo Corazón de León, con la ayuda de Felipe Augusto de Francia atacó y derrotó a su padre el 4 de julio de 1189.
Enrique II murió en el Castillo de Chinon el 6 de julio de 1189 y fue sepultado en la Abadía de Fontevrault, cerca de Chinon y Saumur en la Región de Anjou, hoy en día Francia.
El hijo de Enrique II, Godofredo, arzobispo de York, estuvo con él todo el tiempo y fue el único de sus hijos en asistir a su lecho de muerte. Sus últimas palabras, según Geraldo de Gales, fueron: «Ha caído la vergüenza sobre este rey derrotado».
Ricardo Corazón de León se convirtió en el rey de Inglaterra como Ricardo I, en contra de las intenciones de Enrique II, quien siempre había querido que su hijo menor, Juan, le sucediera. Esto ocurrió a la muerte de Ricardo en el año 1199, superando las reclamaciones de los hijos de Godofredo, Arturo y Leonor de Bretaña.
Cultura popular
Películas
El cine ha producido dos películas sobre la vida de Enrique II de Inglaterra. En ambas, Enrique fue interpretado por Peter O'Toole:
- Becket (1964): su argumento es el enfrentamiento de Enrique II con Tomás Becket.
- El león en invierno (1968): muestra las tensiones familiares por la designación del heredero.
Literatura
- Becket de Jean Anouilh: Esta obra de teatro es la base de la película de 1964 y presenta una dramatización de la relación entre Enrique II y Tomás Becket, así como el conflicto entre la iglesia y el estado.
- The Devil's Brood de Sharon Kay Penman: Esta novela histórica es parte de una trilogía que se centra en la vida de Enrique II y su familia, ofreciendo una visión detallada de los eventos políticos y sociales de la época.
- The Pillars of the Earth (Los pilares de la Tierra) de Ken Follett: Aunque no se centra exclusivamente en Enrique II, esta novela histórica abarca un período de tiempo en el que Enrique II estuvo en el trono, brindando una representación de la política y sociedad de la época.
- The Lion in Winter de James Goldman: Esta obra de teatro es la base de la película de 1968 mencionada en la sección de películas. La obra explora las intrigas familiares y políticas en la corte de Enrique II durante la Navidad de 1183.
- A Proud Taste for Scarlet and Miniver de E.L. Konigsburg: Esta novela de literatura juvenil también aborda la figura de Enrique II con un enfoque más ligero y accesible para los lectores jóvenes.
- The Revolt of the Eaglets de Jean Plaidy: Esta novela histórica es parte de una serie que se centra en la vida de los hijos de Enrique II y Leonor de Aquitania, explorando sus conflictos y luchas por el poder.
Galería de imágenes
Predecesor: Godofredo V |
![]() Duque de Normandía Conde de Anjou (junto a su hijo Enrique entre 1170 y 1183) 1151-1189 |
Sucesor: Ricardo I |
Predecesor: Elías II |
Conde de Maine (junto a su hijo Enrique entre 1169 y 1183) 1151-1189 |
Sucesor: Ricardo I |
Predecesor: Leonor |
![]() Duque de Aquitania (junto a su esposa Leonor) 1152-1189 |
Sucesor: Ricardo I |
Predecesor: Esteban I |
![]() Rey de Inglaterra (junto a su hijo Enrique entre 1170 y 1183) 1154-1189 |
Sucesor: Ricardo I |
Véase también
En inglés: Henry II of England Facts for Kids