El Censor (Madrid) para niños
El Censor fue un periódico semanal muy importante que se publicó en Madrid entre los años 1781 y 1787. Es considerado uno de los periódicos más destacados del siglo XVIII en España. Sirvió para dar a conocer las ideas de un grupo de pensadores españoles conocidos como ilustrados.
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¿Quiénes escribían en El Censor?
La pregunta de quiénes escribieron los textos de El Censor ha sido un tema de debate entre los expertos.
Los nombres oficiales del periódico
Se sabe que la solicitud para obtener el permiso de impresión fue firmada por Mariano Heredia y Luis Castrigo. Estos nombres eran en realidad Luis María García del Cañuelo y Heredia y Luis Marcelino Pereira y Castrigo, ambos abogados. Se cree que Cañuelo escribió más textos que Pereira. Algunos expertos piensan que Cañuelo redactó los artículos más directos y críticos, mientras que Pereira se encargó de los textos más teóricos, especialmente los relacionados con la economía y la reforma agraria, un tema en el que era especialista.
Otros posibles autores y una teoría interesante
Sin embargo, muchos estudiosos han dudado de que Cañuelo y Pereira fueran los únicos o principales escritores. Algunos textos publicados en El Censor parecen haber sido escritos por otras personas. Por ejemplo, se cree que las Sátiras a Arnesto fueron obra de Gaspar Melchor de Jovellanos, y el discurso La despedida del anciano se atribuye a Juan Meléndez Valdés. También se piensa que un discurso podría ser de Félix María de Samaniego.
Un experto muy reconocido en el siglo XVIII español, José Miguel Caso González, tiene una teoría interesante. Él cree que Cañuelo y Pereira solo eran las "caras visibles" del periódico. Su trabajo se limitaría a los trámites y la administración. La escritura de los textos estaría a cargo de un grupo de intelectuales ilustrados que preferían mantenerse en secreto.
Según esta idea, la iniciativa de El Censor habría surgido en las reuniones de una noble, María Francisca de Sales Portocarrero y Zúñiga, la Condesa de Montijo, quien apoyaba las ideas ilustradas. Incluso se sugiere que el propio rey Carlos III podría haber apoyado el proyecto. El rey quería difundir nuevas ideas entre la gente para que sus reformas sociales y políticas fueran más populares.
Caso González basa su teoría en varios puntos:
- Cañuelo no tiene otras publicaciones conocidas, lo cual es extraño si fue el principal escritor.
- Cañuelo intentó publicar una obra con ideas contrarias a las de El Censor.
- El rey Carlos III le dio una pensión a Cañuelo desde el principio, lo que podría ser un pago por ser la "cara" del periódico.
- El rey intervino varias veces para resolver los problemas de El Censor con la censura.
En resumen, Caso González piensa que El Censor era un trabajo de un grupo de ilustrados importantes que ocupaban puestos en el gobierno. Aunque no fuera un proyecto oficial del gobierno, el rey Carlos III lo apoyaba. Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con esta teoría.
La historia de El Censor: desafíos y polémicas
La vida de El Censor estuvo llena de desafíos, especialmente con la censura de la época.
Los inicios y el primer conflicto
En abril de 1779, Cañuelo y Pereira pidieron permiso para imprimir unos textos que llamaron El Censor. Al principio, el permiso fue negado, pero después de insistir y hacer algunas correcciones, finalmente lo obtuvieron el 19 de enero de 1781.
El primer número de El Censor salió el 8 de febrero de 1781. Cañuelo y Pereira presentaban los textos al Consejo de Castilla para que fueran revisados antes de publicarse cada semana, los jueves. A pesar de que el periódico criticaba aspectos sociales y religiosos, los textos solían pasar la censura.
Sin embargo, el discurso número 46, publicado el 20 de diciembre de 1781, causó el primer gran problema. En este texto, se criticaba la superstición en la práctica religiosa. La crítica fue tan fuerte que el Consejo de Castilla ordenó recoger todos los ejemplares del periódico y regañó a los encargados de la censura por haberlo aprobado.
Un segundo conflicto y la intervención del rey
Después de este problema, El Censor no volvió a publicarse hasta octubre de 1783. La publicación continuó con normalidad hasta el discurso 65, el 18 de marzo de 1784. Este texto volvió a enfadar al Consejo de Castilla.
El discurso era una supuesta carta de un marroquí que visitaba España, dirigida a un amigo en su país. En ella, se decía algo que molestó mucho al Consejo: que en España no había una autoridad clara para hacer las leyes, ni en el pueblo, ni en los nobles, ni siquiera en el rey. El Consejo entendió esto como un ataque directo.
Según Caso González, este ataque significaba que el Consejo de Castilla estaba tomando el poder de hacer leyes, un poder que no le correspondía. También sugiere que este discurso podría ser de Gaspar Melchor de Jovellanos. El Consejo ordenó recoger los ejemplares del periódico de inmediato.
Pocos días después, el conde de Floridablanca, que era un ministro importante, intervino por orden del rey Carlos III. Mandó que no se molestara ni al autor ni al impresor del discurso. El rey quería examinar los textos personalmente.
La primera ley de prensa en España
Dos meses después, el rey volvió a intervenir a favor del periódico. Carlos III estaba interesado en promover la publicación de periódicos para difundir ideas útiles. Para ello, era necesario hacer más rápidos los trámites para publicar.
En mayo de 1785, Carlos III publicó una Real Orden (una ley del rey) que le quitaba al Consejo de Castilla el poder de censurar las publicaciones periódicas. Ahora, estas serían controladas por jueces de imprenta y no podrían ser recogidas sin la aprobación directa del rey. Esta Real Orden es considerada la primera ley de prensa en la historia de España.
Esta intervención del rey es vista por Caso González como una prueba del compromiso de Carlos III con El Censor. También la interpreta como parte de un conflicto entre el rey y el Consejo de Castilla, que estaba formado por personas que no apoyaban las reformas del monarca.
Últimos años y el fin de El Censor
La publicación de El Censor se reanudó en septiembre de 1785. En noviembre de ese año, hubo otro problema. En el discurso 79, el autor se burlaba de algunas creencias religiosas que consideraba leyendas o supersticiones. Algunos religiosos se quejaron al rey, y este ordenó recoger los ejemplares. Además, Carlos III publicó otra Real Orden que establecía la responsabilidad de los autores en caso de que sus textos causaran problemas, pero también castigaba a quienes presentaran quejas sin fundamento.
A partir de este momento, el semanario se publicó sin interrupciones hasta el final. Los últimos dos años fueron muy activos. El Censor participó en una polémica importante sobre la contribución cultural de España a Europa. El periódico criticó a quienes defendían a España de forma exagerada, argumentando que era mejor reconocer los problemas para poder mejorar.
Se cree que El Censor dejó de publicarse en agosto de 1787. Algunos autores sugieren que esto pudo deberse a que el conde de Floridablanca se molestó por un discurso que parodiaba una obra que él había encargado. También pudieron influir las noticias de los cambios que se estaban dando en Francia. Aunque no hay una orden de cierre explícita, es probable que un ministro tan poderoso como Floridablanca tuviera muchas maneras de detener un periódico que le resultaba incómodo.
¿Qué ideas defendía El Censor?
El Censor se inspiró en un tipo de periódicos llamados "espectadores", como el famoso The Spectator de Inglaterra.
Estos periódicos tenían un estilo moral y satírico, y su objetivo principal era criticar las costumbres de la sociedad. El Censor se diferenciaba de otras publicaciones españolas de la época por la profundidad de su crítica. No solo se burlaba de las modas, sino que iba más allá.
Ya en el siglo XVIII, un escritor llamado Juan Sempere y Guarinos dijo que El Censor hablaba de los problemas de las leyes, de los abusos que se cometían con el pretexto de la religión y de otros asuntos importantes.
Incluso Marcelino Menéndez Pelayo, un historiador con ideas más conservadoras, reconoció que El Censor fue un periódico de "abierta oposición". Menéndez Pelayo lo incluyó en su libro sobre los "heterodoxos españoles" (personas con ideas diferentes a las tradicionales) y lo criticó por "menospreciar" las cosas de España y por tener "ideas impías y antiespañolas".
El Censor y los Caprichos de Goya
Algunos expertos creen que el famoso pintor Francisco de Goya pudo haberse inspirado en los textos de El Censor para crear algunos de sus Caprichos.
La estudiosa Edith Helman notó que muchos de los temas principales de los Caprichos de Goya son los mismos que los temas criticados en El Censor:
- La falta de espiritualidad del clero.
- La inutilidad de una nobleza que no hacía nada productivo.
- Los excesos de la moda y el lujo.
Además, tanto El Censor como Goya usaban la sátira para hacer sus críticas. Goya era amigo de algunos de los posibles colaboradores de El Censor, como Jovellanos, por lo que es muy probable que conociera el semanario.
Helman también destaca una frase de El Censor que dice: "empleen su pincel en trazar el retrato de tantas costumbres apoyadas sobre la moda, sobre el capricho". Para ella, los Caprichos de Goya coinciden con El Censor no solo en los temas, sino también en la forma de criticarlos y en el uso de la ironía.
Sin embargo, no todos los expertos están completamente de acuerdo. Es posible que estas ideas fueran comunes en los círculos ilustrados de la época, y que Goya las conociera por otras fuentes. La crítica a la aristocracia o al clero, por ejemplo, también aparece en obras de otros autores como José de Cadalso en sus Cartas marruecas o en periódicos anteriores como El Pensador.
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Véase también
- Historia de la prensa española
- Ilustración política en España
- Literatura española de la Ilustración