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Convento de los Capuchinos (Sevilla) para niños

Enciclopedia para niños

El Convento de las Santas Justa y Rufina, más conocido como Convento de los Capuchinos, fue fundado en Sevilla (Andalucía, España) en el siglo XVII.

Datos para niños
Convento de Capuchinos
Convento de Capuchinos.jpg
Localización
País EspañaBandera de España España
Comunidad AndalucíaBandera de Andalucía.svg Andalucía
Localidad Sevilla
Datos generales
Código RI-51-0001619
Declaración 27 de agosto de 1964
Construcción 1627 - 1630

Historia del Convento de Capuchinos

¿Cómo se fundó el convento?

En 1627, un fraile capuchino llamado Agustín de Granada llegó a Sevilla. Él propuso al arzobispo Diego Guzmán la idea de crear un lugar para que algunos religiosos de su orden vivieran y dijeran misa. El arzobispo aceptó la propuesta ese mismo año.

Cerca de la Puerta de Córdoba, fuera de la ciudad, había una pequeña ermita dedicada a las Santas Justa y Rufina. Se decía que los restos de estas santas estaban allí. Las monjas agustinas habían tenido un convento en ese lugar antes de mudarse en 1367.

En el siglo XVII, una hermandad cuidaba la ermita y la donó a los capuchinos. Los frailes se instalaron en la casa de al lado y usaron la ermita como su templo. Con el tiempo, los capuchinos compraron más terrenos alrededor para expandir su convento.

¿Quién ayudó a construirlo?

En 1628, Inés de Quintanilla, una señora viuda, dejó sus bienes en su testamento para construir un convento. Si ese convento no se hacía, el dinero sería para los capuchinos. Como el otro convento no se fundó, los frailes usaron esos fondos para construir su nuevo hogar. En 1632, Inés de Quintanilla fue enterrada en el templo del convento.

El convento se terminó de construir en 1630. Recibió varias donaciones importantes de familias y personas adineradas. Por ejemplo, los duques de Medinaceli y Joseph Escobedo hicieron donaciones. Juan Ordóñez de Pineda, en 1668, dio dinero para decorar los retablos de la iglesia y para comprar cuadros del famoso pintor Murillo. Guillermo de Clareboux también donó fondos para construir la enfermería y el noviciado.

¿Qué pasó durante la invasión francesa?

El convento sufrió inundaciones en 1784 y 1796 por el desbordamiento de un arroyo cercano.

En 1810, durante la invasión francesa de Sevilla, los frailes tuvieron que huir. Para proteger las valiosas pinturas de Bartolomé Esteban Murillo que estaban en el convento, las llevaron en barco a Cádiz y luego a Gibraltar. Solo tres cuadros se quedaron en Sevilla y fueron tomados por el mariscal Soult, pero luego fueron devueltos.

Durante la invasión, se perdió toda la información del archivo del convento. Se perdieron libros con historias de misiones, biografías de frailes y registros de otros conventos. El convento fue usado como hospital en ese tiempo.

Después de que los franceses se fueron en 1812, los capuchinos regresaron en 1813. Todos los cuadros, excepto dos, volvieron al convento, que fue restaurado. Se añadieron dos capillas a la iglesia, y en agradecimiento por la ayuda económica, el convento donó un cuadro a la Catedral de Sevilla.

¿Qué ocurrió después de la desamortización?

En 1835, el gobierno tomó posesión de los bienes del convento, en un proceso llamado desamortización. En 1838, fue comprado por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Sin embargo, como no se realizaron los pagos, el convento volvió a ser propiedad del Estado.

En 1839, pasó a manos de Antonio Rodríguez. A mediados del siglo XIX, el Estado lo tuvo de nuevo y en 1856 fue entregado al Ayuntamiento de Sevilla. El Ayuntamiento lo convirtió en el Hospital Provincial de Isabel II para atender a enfermos, especialmente después de las epidemias de cólera de 1854 y 1855. También sirvió para atender a heridos de guerra y, más tarde, para acoger a personas sin hogar y como almacén.

La iglesia del convento siguió abierta al público. A mediados del siglo XIX, un capellán llamado fray Francisco de Paula y Estepa alertó sobre el mal estado del antiguo convento. Aunque se propuso demolerlo, esto no se llevó a cabo. En 1894, el Ayuntamiento permitió que los capuchinos volvieran a usar el convento, y en 1914, la orden lo compró oficialmente.

La devoción a la Divina Pastora de las Almas

Archivo:Convento de Capuchinos (Sevilla)
Fachada de la iglesia de la Divina Pastora

En 1703, al fraile Isidoro de Sevilla se le ocurrió la idea de la devoción a la Divina Pastora de las Almas en este convento. Le pidió al pintor Alonso Miguel de Tovar que hiciera un cuadro con la imagen de la Divina Pastora. También fundó la primera Hermandad del Rebaño de María en la Iglesia de San Gil.

El fraile encargó una escultura de la Virgen a Francisco Antonio Ruiz Gijón. Esta escultura era llevada en procesión, acompañada por personas que rezaban el rosario. En 1705, la escultura se trasladó a la Iglesia de Santa Marina, donde la hermandad estableció su sede. Esta devoción se hizo muy popular en otros países como Italia y en América.

En 1992, esta primera hermandad se mudó a la iglesia del antiguo hospital de San Bernardo, que ahora se llama Capilla de la Divina Pastora. Esta hermandad aún conserva el primer cuadro y la primera escultura de la Divina Pastora.

En 1797, el beato Diego de Cádiz colocó la imagen de la Divina Pastora en el convento de Sevilla. En 1798, se decidió que esta imagen debía estar en todas las iglesias capuchinas y que sería la patrona de sus misiones en España.

En el convento hay un cuadro de la Divina Pastora pintado por Domingo Martínez alrededor de 1745. La iglesia también tiene una escultura de la Divina Pastora hecha por José Fernández Guerrero en 1822.

La imagen de la Divina Pastora de este convento fue coronada en 1921 por un obispo. Esta coronación fue reconocida oficialmente en 2004 por el arzobispo de Sevilla.

La Iglesia de la Divina Pastora

Archivo:Iglesia de San Hermengildo
Convento de los Capuchinos, iglesia de San Hermegildo y murallas de Sevilla. 1831. Richard Ford

El templo principal del convento es la Iglesia de la Divina Pastora. En el altar mayor, hay un cuadro del siglo XVIII que muestra a Cristo abrazando a San Francisco. Debajo, hay una figura de Cristo crucificado, también del siglo XVIII. A los lados del altar, se encuentran las estatuas de las Santas Justa y Rufina, creadas en el taller de Pedro Duque Cornejo.

En una de las naves de la iglesia, se puede ver la escultura de la Divina Pastora, de 1822. También hay esculturas de la Virgen de los Dolores, San Francisco de Asís y el Sagrado Corazón de Jesús. Además, hay un cuadro que es una copia de una obra de Murillo.

En la otra nave, hay retablos modernos. En uno de ellos, está la figura de San Luis y, debajo, una figura de la Virgen dormida. Otro retablo tiene la figura de Fray Diego de Cádiz, hecha en 1894, y guarda algunas de sus pertenencias. También hay un retablo con San Félix ofreciendo al Niño Jesús a la Virgen y una escultura de una Virgen con el Niño.

En los muros de las naves, hay varios cuadros de la Divina Pastora y copias de obras de Murillo.

Obras de arte del convento

Muchas obras de arte que antes estaban en el convento ahora se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y en la Catedral de Sevilla.

Algunas de las pinturas más importantes de Bartolomé Esteban Murillo que provienen del convento son:

  • San Antonio
  • El Jubileo de la Porciúncula
  • San Félix de Cantalicio
  • San José con el Niño
  • San Juan Bautista
  • Santas Justa y Rufina
  • Virgen de la Servilleta
  • San Leandro y San Buenaventura
  • Adoración de los pastores
  • La Inmaculada con el Padre Eterno
  • San Francisco abrazado por Cristo crucificado
  • Santo Tomás de Villanueva
  • Anunciación
  • Piedad
  • Inmaculada del Coro

El cuadro del Santo Ángel de la Guarda, también de Murillo, se encuentra en la Catedral de Sevilla.

También hay cuadros de los apóstoles pintados por Francisco Polanco alrededor de 1640, como:

  • San Juan Evangelista
  • Santiago el Menor
  • San Judas Tadeo
  • San Bartolomé
  • San Felipe
  • San Andrés
  • San Pablo
  • San Mateo
  • Santo Tomás
  • San Simón
  • San Pedro
  • Santiago el Mayor

El Museo de Bellas Artes de Sevilla también tiene dos cuadros de Cristo crucificado del pintor Francisco de Zurbarán que provienen del convento.

Otras obras importantes que salieron del convento son:

Galería de imágenes

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