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Camino de las Harinas para niños

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El Camino de las Harinas fue una importante ruta de transporte en España. Era una versión mejorada del antiguo Camino de Reinosa. Su objetivo principal era conectar la ciudad de Santander con Reinosa (desde 1753) y luego con Alar del Rey (en la década de 1790). Este camino, junto con otras rutas, como la que iba a La Rioja, ayudó a que muchas mercancías llegaran al puerto de Santander. Desde allí, se exportaban a América, especialmente trigo y harina.

Esta vía fue muy importante para la economía de Santander, que dependía mucho de su puerto. En 1752, Santander pudo volver a comerciar lana con otros puertos de Europa, y en 1778, el comercio con las colonias americanas se hizo más fácil y libre.

El primer tramo del camino, que iba hasta Reinosa, cruzaba lo que hoy es la provincia de Santander de norte a sur. Se convirtió en un eje para muchas empresas, sobre todo las que producían harina. Estas empresas usaban el camino para llevar sus productos a Santander, que ya era un centro de comercio muy activo. Así, la harina se convirtió en el producto clave para la primera industrialización de Cantabria, especialmente en las zonas de Campoo y el valle del río Besaya. Esto fue posible gracias al grano de Castilla que llegaba por el Camino de las Harinas y que impulsó el desarrollo durante el siglo XIX. Un ejemplo notable es el crecimiento industrial de Torrelavega, que estaba en el recorrido del camino.

La mejora en las comunicaciones con el interior de Castilla, gracias a esta ruta, benefició a toda la región. Además del transporte de harinas, que era la especialidad de las zonas mencionadas y que terminaba en Santander, el camino también permitió el comercio de madera, cereales, hierro y, en menor medida, vino. Esto impulsó el crecimiento de las poblaciones cercanas a la ría de Suances.

¿Cómo se creó y desarrolló el Camino de las Harinas?

La construcción de este camino, que mejoró una ruta anterior hacia Reinosa y su continuación, fue impulsada por el Real Consulado de Santander. Antes de esto, existía el Camino de Reinosa, que buscaba unir Santander con Burgos para exportar la lana de Burgos y fue financiado por el Estado. Con esta nueva ruta, se hizo posible el transporte de mercancías en carros, no solo a pie o a caballo. Para mantener el camino, se estableció un impuesto en Reinosa, aunque se redujeron a la mitad los peajes (tarifas por usar el camino). Fue tan exitoso que se recaudó más dinero a pesar de la reducción de precios.

El primer tramo, hasta Reinosa, se terminó en 1753. Al principio, el comercio de lana lo impulsó y lo usó mucho. Sin embargo, la lana dejó de ser el producto principal en 1756. En 1763, el Estado se dio cuenta de que el comercio en el camino se había estancado, a pesar de ser una infraestructura muy buena para la época. Por eso, le dio privilegios a Santander, lo que le dio una ventaja sobre Bilbao. Esta situación terminó en 1773 con el camino de Orduña y la quiebra de la Real Compañía de San Carlos. A pesar de esto, el camino se convirtió en una ruta ideal para el comercio con América, que ya era más libre en 1778.

Desde ese momento, la harina se convirtió en el producto más importante para la bahía de Santander y las zonas cercanas al Camino de Reinosa. La junta del puerto de Santander explicó su importancia así:

La harina es, por descontado, el nexo por el que, vía Reinosa, América y Europa se comunican con Castilla. Su verdadero alcance no está en el volumen exportado, sino en los encadenamientos que su movimiento genera y estimula: actividad comercial en el transporte de granos, en el movimiento de productos coloniales y manufacturas europeas, actividad industrial en la molturación de cereales castellanos, transformación del cuero, del vidrio y de la madera y, sobre todo, establecimiento de fábricas de cerveza.

Un gran inconveniente fue que toda la actividad se concentró en el eje Santander-Burgos. Esto hizo que la economía de las regiones por donde pasaba el camino dependiera mucho del puerto de Santander, pero no ayudó a cambiar el sistema económico antiguo de las regiones cercanas. Esto llevó al abandono de antiguas rutas de comunicación y comercio, lo que a su vez causó el declive de algunas localidades, como Bárcena Mayor.

¿Qué papel tuvieron las fábricas de harina?

El crecimiento del puerto de Santander y la gran mejora de sus conexiones por tierra hicieron que, a finales del siglo XVIII, empresarios de la región vasca trasladaran sus fábricas de harina y de curtir pieles al tramo del Camino de Reinosa. Así, podían enviar sus productos a través de Santander. Estas acciones eran apoyadas por la Corona, porque el gobierno de los Borbones no veía con buenos ojos la actividad económica de las entonces llamadas "provincias exentas", que tenían privilegios especiales y no pagaban tantos impuestos al Estado; entre ellas estaba el territorio vasco. Una de las fábricas de harina de Torrelavega, la de Zuloaga en Barreda (1784-1791), consiguió el título de Real Fábrica, aunque funcionó por poco tiempo. Otras fábricas importantes que surgieron gracias a la creación del camino fueron Manzarraga y Ugarte (Campuzano), José Capanaga y Cía (Torrelavega), además de varias instalaciones entre Fontibre y Reinosa y la aparición de muchos molinos en Reocín.

Véase también

  • Camino Real de Las Hoces
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Camino de las Harinas para Niños. Enciclopedia Kiddle.