Batalla de los ejidos de Pasto para niños
Datos para niños Batalla de los ejidos de Pasto |
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Campaña de Nariño en el sur | ||||
![]() Pintura de la batalla por José María Espinosa
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Fecha | 10 de mayo de 1814 | |||
Lugar | Afueras orientales de Pasto, Sector de El Calvario, sur de Colombia | |||
Resultado | Victoria de los realistas. Antonio Nariño cae preso y es enviado a una cárcel de Cádiz. | |||
Beligerantes | ||||
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La Batalla de los Ejidos de Pasto fue un importante enfrentamiento militar. Ocurrió el 10 de mayo de 1814 en las afueras de la ciudad de San Juan de Pasto, en el sur de Colombia. En esta batalla se enfrentaron las tropas que buscaban la independencia, lideradas por el general Antonio Nariño, contra las fuerzas leales a la corona española, que contaban con el apoyo de los habitantes de Pasto.
Este combate fue parte de la Campaña de Nariño en el sur, un periodo clave en la primera etapa de la independencia de Colombia. La Batalla de los Ejidos de Pasto terminó con la derrota de los independentistas y la captura de Nariño, lo que marcó el fin de su campaña militar.
Contenido
¿Qué llevó a la Batalla de los Ejidos de Pasto?
El camino hacia Pasto
Un día antes de esta batalla, el 9 de mayo, las fuerzas leales a la corona fueron vencidas por los independentistas en la Batalla de Tacines. Esta victoria dejó el camino libre para que las tropas de Nariño avanzaran hacia la ciudad de Pasto.
Después de la retirada de las fuerzas leales, Nariño envió a un espía para conocer la situación. El espía informó que el comandante enemigo había abandonado la ciudad. Con esta información, Nariño ordenó a sus tropas moverse durante la noche.
Acompañado por su hijo, el coronel Antonio Nariño Ortega, el general Nariño llegó a los campos cercanos a Pasto antes del amanecer del 10 de mayo. En ese momento, decidió que su ejército entrara en la ciudad. Sin embargo, fueron sorprendidos por un ataque de un batallón enemigo.
¿Cómo se desarrolló el combate?
El enfrentamiento en El Calvario
Mientras Nariño avanzaba hacia la ciudad, cerca de la loma de El Calvario, animaba a sus soldados. Sin embargo, fueron recibidos con disparos. Algunas fuerzas leales y habitantes de Pasto, escondidos entre los arbustos, atacaron al ejército independentista desde todos los lados.
Nariño decidió retroceder unos metros y envió un mensaje pidiendo la rendición de la ciudad, pero su petición no fue aceptada. Los soldados independentistas, que estaban cansados, con hambre y con pocas municiones, decidieron luchar contra los habitantes armados.
El ejército de Nariño se dividió en tres grupos y se enfrentó a las fuerzas leales, que también estaban organizadas de manera similar. Los independentistas recogían las armas y los suministros que les quitaban al enemigo para poder seguir luchando. Las fuerzas de Pasto atacaron tres veces, pero en todas fueron rechazadas.
La situación de Nariño
El ejército de Nariño estaba muy debilitado. Su caballo fue derribado por un disparo, y él, estando en el suelo, luchaba contra sus oponentes con una pistola. El capitán Joaquín París Ricaurte lo ayudó a escapar.
En medio de la confusión de la batalla, una parte del ejército independentista, liderada por el coronel Pedro Monsalve, se retiró hacia Tacines. Creían que el resto del ejército había sido derrotado y que Antonio Nariño había sido capturado o había fallecido.
El 11 de mayo, las tropas de Nariño que habían huido a Tacines decidieron retirarse por completo de la batalla. Estaban desanimados y desconfiaban, mientras eran perseguidos por las fuerzas leales. La falta de apoyo de algunos oficiales y soldados fue vista más tarde como un acto de deslealtad, ya que no siguieron las órdenes de Nariño.
La captura de Nariño
Cuando Nariño, quien logró escapar con otros trece hombres (incluyendo a su hijo Antonio Nariño Ortega y al general José María Cabal), se dio cuenta de que sus tropas lo habían abandonado, ordenó a su hijo y a Cabal proteger a los soldados restantes y huir. Nariño dijo que esperaría en la montaña de Lagartijas.
Después de esconderse durante tres días y ver que no llegaban refuerzos, Nariño decidió entregarse. Su objetivo era hablar con el Mariscal Melchor Aymerich para intentar negociar un acuerdo de paz con el líder de Quito.
El abanderado de Nariño en esta campaña, José María Espinosa, describió la batalla así:
Antes de amanecer llegamos al ejido de Pasto y allí hicimos alto aguardando el día. Cuando este aclaró y vimos la ciudad exclamó el general en tono familiar: -¡Muchachos, a comer pan fresco a Pasto que lo hay muy bueno!-. Desde el ejido se veía al ejército realista que iba en retirada por el camellón que va para el Guáitara al mando del brigadier don Melchor Aymerich, y bajábamos con la seguridad de que no se nos opondría fuerza alguna, cuando nos sorprendió un fuego vivo que salía de entre las barrancas del camino y los trigales, veíamos el humo, pero no la gente que hacía fuego. A pesar de eso, seguimos hasta un punto que llaman El Calvario, que está a la entrada de la ciudad. El fuego era tan vivo de todas partes y la gente estaba tan emboscada y oculta que no podíamos seguir adelante ni combatir, y el general, no sabiendo lo que habría dentro de la ciudad, resolvió que regresásemos al ejido. Desde allí vimos que por la plaza iba una procesión con grande acompañamiento, y llevaban en andas con cirios encendidos la imagen de Santiago. De este punto mandó Nariño una intimación y no la contestaron. Entonces dispuso éste el ataque, pero las guerrillas pastusas se aumentaban por momentos, cada hombre iba a sacar las armas que tenía en su casa y temiendo las venganzas de los patriotas, exageradas por los realistas, formaron en un momento un ejército bien armado y municionado, que parecía haber brotado de la tierra. Al anochecer nos atacaron formados en tres columnas. Los nuestros se dividieron lo mismo, y la del centro mandada por Nariño en persona les dió una carga tan formidable que los rechazó hasta la ciudad [...] y los jefes viendo que Nariño se dirigía a tomar altura para dominar a la población lo creyeron derrotado y comenzaron a retirarse a Tacines [...]. A media noche resolvió Nariño retirarse también, pues no le quedaban sino unos pocos hombres y las municiones se habían agotado durante la pelea.
Espinosa también añadió sobre la valentía de Nariño:
Para probar el arrojo de Nariño en esta ocasión, basta citar el hecho siguiente, [...]. Cerca de El Calvario cayó muerto su caballo de un balazo, y entonces cargaron sobre el general varios soldados de caballería, él, sin abandonar su caballo, con una pierna de un lado y otra de otro del fiel animal, sacó prontamente sus pistolas y aguardó que se acercasen, cuando iban a hacerle fuego les disparó simultáneamente y cayendo muerto uno de los agresores, se contuvieron un momento los otros. En este instante llegó el entonces capitán Joaquín París con unos pocos soldados y lo salvó de una muerte segura, o por lo menos, de haber caído prisionero.
¿Qué pasó después de la batalla?
El destino de Nariño
Después de su captura, Nariño se hizo pasar por un soldado común. Dijo que sabía dónde estaba escondido el general Nariño. La gente de Pasto salió a la plaza pidiendo ver al general. Nariño apareció en el balcón de la casa donde estaba Melchor Aymerich y otras personas importantes.
Después de dar un discurso al pueblo, donde dijo estar orgulloso de haber sido derrotado por ellos y les mostró su respeto, preguntó si querían al general. Entonces exclamó: "¡Si quieren al general Nariño aquí lo tienen!". La plaza quedó en silencio total, y luego la gente se fue a sus casas. Su acto de valentía fue reconocido. Gracias a la intervención de Tomás de Santacruz, se evitó que fuera fusilado y se le perdonó la vida.
Un año después, Nariño fue enviado a España y encarcelado en Cádiz. Regresó a Colombia en 1821, después de ser liberado durante un evento político en España en 1820.
Impacto en la independencia
La victoria de las fuerzas leales en el sur de la Nueva Granada les permitió mantener el control de la Provincia de Popayán. También debilitó al principal ejército independentista de la época. Sin este ejército, el país no pudo enfrentar la expedición de Pablo Morillo en 1815, que marcó el inicio de la Reconquista colombiana.
Esta situación llevó al asedio de Cartagena en 1815. Cerca de Popayán, los restos del ejército independentista fueron derrotados en 1816 durante la Batalla de la Cuchilla del Tambo.
Más tarde, la mayoría de las campañas por la independencia fueron dirigidas por militares de Venezuela desde los Llanos orientales. La victoria de las fuerzas leales también permitió que grupos locales, liderados por Agustín Agualongo, estuvieran listos para enfrentar a los independentistas durante los siguientes diez años. Esto continuó hasta las campañas del Sur lideradas por Simón Bolívar y Antonio José de Sucre a partir de 1822.