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Batalla de Munda para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Batalla de Munda
Parte de la segunda guerra civil de la República romana
Battle of Munda (M. Merian).png
Grabado que representa la batalla, por Matthäus Merian, c.1625.
Fecha 17 de marzo del 45 a. C. (calendario juliano)
Lugar Munda, en algún lugar de la Bética (actual Andalucía, sur de España)
Coordenadas 37°33′N 4°51′O / 37.55, -4.85
Resultado Victoria cesariana decisiva
Consecuencias Destrucción del último gran ejército pompeyano.
Julio César consigue el poder absoluto en Roma.
Beligerantes
Cesarianos Pompeyanos
Comandantes
Cayo Julio César
Quinto Pedio
Quinto Fabio Máximo
Bogud
Cneo Pompeyo el Joven  (WIA)
Tito Labieno 
Publio Atio Varo 
Lucio Munacio Flaco 
Arabión
Fuerzas en combate
8 legiones y auxiliares
40 000-55 000 (estimación moderna)
11-13 legiones y auxiliares
50 000-80 000 (estimación moderna)

La Batalla de Munda fue un importante enfrentamiento militar que ocurrió el 17 de marzo del 45 a.C. Fue parte de la Segunda guerra civil de la República romana, un conflicto entre las fuerzas de Cayo Julio César y las de Cneo Pompeyo el Joven. La batalla terminó con una victoria decisiva para Julio César, lo que le permitió obtener el control total de Roma.

El lugar exacto de esta batalla no se conoce con certeza. Se cree que tuvo lugar en la región de la Bética, en el sur de la actual España, cerca de Córdoba y el río Genil.

¿Cómo sabemos sobre la Batalla de Munda?

La información principal sobre esta batalla proviene de un libro llamado De bello Hispaniensi. Fue escrito por alguien del lado de César poco después de los eventos. Otros historiadores antiguos como Floro, Apiano y Dion Casio también escribieron sobre ella. Sus obras nos ayudan a entender lo que pasó.

¿Qué pasó antes de la batalla?

El gobierno de Longino en Hispania

Después de que las fuerzas de César tomaran la península ibérica en el 49 a.C., Julio César dejó a su amigo Quinto Casio Longino a cargo de la provincia de Hispania Ulterior. Longino tenía cuatro legiones, pero muchas de estas tropas y la población local apoyaban a Pompeyo.

Longino intentó atacar Numidia, pero algunos de sus oficiales se rebelaron. Esto hizo que su gobierno fuera muy impopular y cruel. La gente de la región, especialmente en Córdoba, se volvió aún más partidaria de Pompeyo.

Las legiones de César en Hispania finalmente se rebelaron. César envió a Gayo Trebonio para reemplazar a Longino. Mientras tanto, Longino intentó escapar con sus riquezas, pero se ahogó en una tormenta. La situación para César en Hispania se volvió muy difícil.

Mientras tanto, César estaba ocupado en otras partes del mundo romano. Había ganado batallas importantes en Farsalia (Grecia), en Egipto y en Tapso (África). Después de estas victorias, regresó a Italia y fue nombrado dictador y cónsul.

La rebelión de los pompeyanos

Los líderes pompeyanos que quedaban, como Cneo Pompeyo el Joven (hijo de Pompeyo el Grande), buscaron refugio en Hispania. Querían seguir luchando. Pompeyo el Joven llegó a las islas Baleares y luego a la Hispania Ulterior. Muchas ciudades y personas se unieron a él, proclamándolo imperator.

Pronto se le unieron otros líderes pompeyanos, incluyendo a Tito Labieno, quien había sido un lugarteniente de César en la guerra de las Galias pero ahora era su enemigo. También se unieron Sexto Pompeyo, el hermano menor de Cneo, y Publio Atio Varo.

Los pompeyanos lograron formar un gran ejército. Asediaron ciudades que apoyaban a César, como Cartagena. La gente de Hispania se vio atrapada en esta guerra civil, y muchas ciudades tuvieron que elegir un bando. Las ciudades que apoyaban a César pidieron ayuda a Roma.

Un oficial pompeyano, Lucio Munacio Flaco, llevó a cabo acciones muy duras contra las ciudades que apoyaban a César, lo que hizo que la población se volviera aún más en contra de Pompeyo el Joven.

La respuesta de César

Julio César se dio cuenta de que sus generales no podían controlar la situación en Hispania sin él. Así que, el 3 de diciembre del 46 a.C., dejó Roma y viajó rápidamente a Hispania. Llegó a Obulco (Porcuna) el 29 de diciembre, sorprendiendo tanto a amigos como a enemigos.

César sabía que debía actuar rápido para evitar que los pompeyanos controlaran toda la península, como había ocurrido décadas antes con Quinto Sertorio. Afortunadamente para César, Pompeyo el Joven decidió retirarse a la Bética, donde se sentía más fuerte.

César recibió mensajes de ciudades que querían unirse a él. Envió tropas para liberar Ulia (Montemayor), que estaba siendo asediada por los pompeyanos. El 8 de enero del 45 a.C., César se dirigió a Córdoba, obligando a Pompeyo el Joven a abandonar el asedio de Ulia para reforzar a su hermano en Córdoba.

La campaña militar

En Corduba

César llegó a Córdoba y encontró al enemigo defendiendo un puente sobre el río Betis (Guadalquivir). Como no podía cruzar el río fácilmente, César construyó un nuevo puente y estableció campamentos al norte del río. Pompeyo el Joven llegó y acampó al sur, asegurando el puente viejo.

César intentó aislar a Pompeyo de la ciudad cavando trincheras, pero Pompeyo respondió con sus propias defensas. Hubo enfrentamientos, y las fuerzas de Pompeyo lograron romper las líneas de César, causando que muchos de sus soldados cayeran al río.

César no quería un largo asedio en Córdoba, así que se retiró a Ategua durante la noche. Dejó las fogatas encendidas para engañar a Pompeyo y hacerle creer que se retiraba rápidamente. Su plan era alejar a Pompeyo de las tropas que su hermano Sexto tenía en Córdoba. Pompeyo el Joven quería una batalla, pero sus oficiales le aconsejaron desgastar a César lentamente.

Mientras tanto, en Roma, César fue reelegido dictador y cónsul.

El asedio de Ategua

Ategua era una ciudad bien fortificada. César llegó el 21 de enero y comenzó el asedio. Construyó un campamento, una empalizada para rodear la ciudad y montículos para acercar las máquinas de asedio. Los defensores de Ategua intentaron quemar las obras de César y lanzaron proyectiles.

La guarnición de Ategua estaba formada por romanos que sabían lo que había pasado en Tapso y no querían rendirse. Ejecutaron a los partidarios de César en la ciudad y lanzaron sus cabezas por encima de las murallas.

Pompeyo el Joven intentó ayudar a Ategua, pero las obras de asedio de César y la falta de experiencia de sus propias legiones se lo impidieron. César también construyó un nuevo campamento en Castra Postumiana (Castro del Río), amenazando a Pompeyo. Hubo algunos enfrentamientos, y Pompeyo sufrió pérdidas.

Finalmente, el 19 de febrero, las puertas de Ategua se abrieron. Los habitantes decidieron rendirse. César entró en la ciudad y fue aclamado como imperator. Después de esto, varias tribus se unieron a César.

En Soricaria

La caída de Ategua causó muchas deserciones en el ejército de Pompeyo. César continuó su avance. El 4 de marzo, llegó cerca de la villa de Soricaria. Pompeyo ocupó un fuerte cercano, pero César lo superó y cortó las comunicaciones de Pompeyo con su guarnición.

César estaba obligando a Pompeyo a luchar. Pompeyo intentó ocupar una colina elevada, pero César se adelantó y la tomó primero. Desde allí, las legiones de César atacaron y empujaron a los pompeyanos de vuelta al valle, causándoles muchas bajas.

En los días siguientes, hubo constantes enfrentamientos. Pompeyo quería una batalla decisiva, pero sabía que César tenía ventaja. Decidió buscar más soldados y castigar a quienes se oponían a él en las ciudades.

Preparativos para el enfrentamiento final

Los detalles de esta parte de la campaña son un poco confusos en las fuentes antiguas. No se sabe con exactitud dónde estaba Munda, el lugar de la batalla final.

Se cree que el 10 de marzo, Pompeyo llegó a una localidad llamada Hispalis. César quemó su campamento en Ucubi y siguió a Pompeyo, esperando forzarlo a una batalla en desventaja. El 15 de marzo, los pompeyanos acamparon en Munda, una ciudad fortificada en una colina. César se estableció cerca al día siguiente, al otro lado de un arroyo. Los soldados de Pompeyo lo presionaron para que se enfrentara a César.

¿Dónde se ubicó la Batalla de Munda?

Archivo:Batallademunda
Posibles localizaciones de la batalla.

A lo largo de la historia, los historiadores han propuesto muchos lugares para la Batalla de Munda. Algunas de las opciones más populares han sido Monda (Málaga), Montilla (Córdoba) y "Ronda la Vieja" cerca de Ronda.

En 1887, el coronel Eugène Stoffel propuso "Los Llanos de Vanda", cerca de Montilla, y esta idea fue muy aceptada. Más recientemente, se han sugerido otros lugares en la zona de Osuna y Herrera.

Todas estas localidades están en la antigua provincia romana de la Bética. Sin embargo, todavía no hay pruebas definitivas que confirmen una ubicación específica. El misterio de dónde ocurrió exactamente la Batalla de Munda sigue abierto.

¿Cuántas fuerzas se enfrentaron?

Las fuerzas pompeyanas

Según algunas fuentes, el ejército de Pompeyo tenía entre once y trece legiones, además de caballería y tropas auxiliares. Se estima que su fuerza total pudo ser de entre 50,000 y 80,000 soldados.

Solo unas pocas de estas legiones tenían mucha experiencia. Las demás eran nuevas y estaban formadas por soldados reclutados en Hispania. Incluían a locales, desertores de César, esclavos que habían escapado y civiles sin ciudadanía romana. Estas tropas sabían que César no los perdonaría si perdían, por lo que estaban muy motivadas para luchar.

La mayoría de las tropas auxiliares y la caballería provenían de Hispania, pero también había jinetes de Numidia. Estas fuerzas se colocaban en los flancos (los lados) del ejército.

Las fuerzas de César

César llevó a Hispania un total de 80 cohortes, lo que equivale a 8 legiones. Entre ellas estaban legiones famosas como la X y la V. Sin embargo, a diferencia de otras campañas, muchos de sus hombres tenían poca experiencia militar. Solo las legiones V y X estaban compuestas principalmente por veteranos.

Se estima que las legiones de César tenían unos 3,000 hombres cada una, lo que sumaría menos de 40,000 soldados de infantería pesada. A esto se sumaban unos 8,000 jinetes de Mauritania, liderados por el rey Bogud, y posiblemente otros tantos soldados de infantería ligera. En total, el ejército de César podría haber tenido entre 40,000 y 55,000 soldados.

La Batalla de Munda

El inicio del combate

El 17 de marzo, César se preparaba para sus movimientos, pensando que Pompeyo no atacaría. Pero sus espías le informaron que Pompeyo ya estaba en formación, esperando. César, aunque sabía que Pompeyo tenía ventaja por estar en una colina, ordenó a sus legiones avanzar.

César colocó a la famosa X legión en el flanco derecho y a las legiones III y V en el izquierdo. Las otras cinco legiones estaban en el centro, y la caballería y los auxiliares en los flancos. Se cree que César también ocultó parte de su caballería detrás de unas colinas. Pompeyo, por su parte, puso a Labieno al mando de su flanco derecho y a Varo en el izquierdo.

Los soldados de César cruzaron un pequeño arroyo. César dudó si continuar el ataque, pero viendo el ánimo de sus tropas, decidió arriesgarlo todo. Pompeyo, al ver que César se había detenido, pensó que se estaban asustando y ordenó a sus líneas bajar un poco por la colina, perdiendo parte de su ventaja.

El choque de los ejércitos

Las legiones de César cargaron cuesta arriba. Los pompeyanos les lanzaron sus jabalinas, decididos a luchar hasta el final. Aunque los soldados de César eran muy disciplinados, la lluvia de proyectiles hizo que los reclutas más jóvenes vacilaran. César tuvo que intervenir personalmente, saltando de su caballo y animando a sus hombres para que mantuvieran la línea.

El sector más difícil para César era el izquierdo, donde Labieno atacaba con fuerza. César envió a la VI legión para contenerlo, mientras la II legión giraba para atacar el flanco de Labieno. Sin embargo, la IV legión de César fue empujada hacia el arroyo. Algunos relatos dicen que la lucha duró horas sin un claro ganador.

Fue en ese momento crítico cuando César actuó. Se quitó el casco, tomó el escudo de un soldado caído y les dijo a sus oficiales: "Este será el final de mi vida y su servicio militar". Corrió entre sus filas, pidiéndoles que no permitieran la vergüenza de ser capturados por los hijos de su mayor rival. Su valentía inspiró a sus legionarios, quienes se negaron a rendirse. Se dice que más de 200 proyectiles fueron lanzados contra César, pero él los esquivó o los recibió con su escudo.

La maniobra decisiva

Con sus hombres motivados por su presencia, César ordenó a la veterana X legión cargar por el flanco derecho, haciendo retroceder a los pompeyanos. Cneo Pompeyo, al sentir la amenaza, ordenó a Labieno enviar una legión para reforzar su flanco izquierdo. Labieno probablemente envió tres legiones, dándose cuenta de que las legiones más experimentadas de César no estaban en su sector. Esto dejó el flanco derecho pompeyano desprotegido.

Esta debilidad permitió a la caballería de Bogud, que estaba en reserva, atacar el flanco de los pompeyanos y luego asaltar su campamento en la retaguardia. Labieno se dio cuenta y tomó cinco cohortes para defender su base, pero sus legionarios malinterpretaron el movimiento, creyeron que se retiraba, entraron en pánico y comenzaron a huir. La línea pompeyana se derrumbó. César se dio cuenta de la confusión de Labieno y animó a sus soldados, diciéndoles que el comandante enemigo huía. Esto hizo que las fuerzas de César redoblaran sus esfuerzos y atacaran toda la línea pompeyana.

El final de la batalla

Al darse cuenta de que estaba derrotado, Cneo Pompeyo huyó herido hacia Córdoba con su guardia personal. La caballería de Bogud, después de saquear el campamento pompeyano, se unió a la X legión y atacó al enemigo por la retaguardia. La izquierda de César avanzó y rodeó a los pompeyanos, que quedaron atrapados.

Los defensores del campamento pompeyano resistieron hasta que fueron completamente derrotados. Algunos de los vencidos huyeron a Munda, pero la ciudad no fue asaltada de inmediato porque los vencedores estaban agotados. La rodearon para forzar su rendición.

Se dice que Julio César afirmó que en esta batalla no solo luchó por la victoria, sino también por su propia vida. Fue una victoria muy difícil, y algunos relatos sugieren que César incluso pensó en rendirse en un momento dado.

¿Qué pasó después de la Batalla de Munda?

Las bajas y el fin de la resistencia

Fue la última batalla de César. Se estima que unos 30,000 soldados pompeyanos y 3,000 jinetes romanos murieron. Las fuerzas de César tuvieron alrededor de 1,000 muertos y 500 heridos. Entre los caídos pompeyanos estaban Labieno y Varo. César permitió que sus cuerpos fueran enterrados con honor. Se capturaron 13 estandartes romanos y 17 oficiales importantes.

Después de la batalla, nueve legiones pompeyanas huyeron a Córdoba. César los persiguió. Los soldados pompeyanos, temiendo que los habitantes abrieran las puertas a César, incendiaron la ciudad, causando la muerte de muchos. Los supervivientes fueron vendidos como esclavos.

Todavía quedaban algunos oponentes en otras ciudades como Híspalis, Hasta, Carteya y Gades. César tuvo que someterlas por la fuerza. Híspalis se rindió, pero luego se rebeló y fue asediada y saqueada. Hasta y Gades se sometieron cuando César llegó.

Cneo Pompeyo huyó a Carteya, donde intentó escapar en barco, pero fue atacado por la flota de César. Desembarcó herido y fue traicionado y muerto por las fuerzas de César en Lauro. La cabeza de Cneo Pompeyo fue llevada a César y expuesta en Híspalis.

César pasó varios meses pacificando la provincia. Aunque el hermano de Cneo, Sexto Pompeyo, logró mantener una pequeña resistencia, ya no había una oposición importante. César zarpó de Gades en agosto y llegó a Roma al mes siguiente.

El sucesor de César

Se cuenta que durante la campaña, César vio una palma cerca de Munda. Ordenó que la respetaran, y el árbol rápidamente creció con nuevas ramas y nidos de palomas. Esto llevó a César a considerar a su joven sobrino nieto, Cayo Octavio Turino, como su posible sucesor.

César había pedido a Octavio que lo acompañara en la campaña, pero Octavio enfermó. Cuando se recuperó, viajó y, a pesar de un naufragio, logró llegar al campamento de César, lo que impresionó mucho a su tío abuelo. César incluso le permitió compartir su carro. En septiembre, César cambió su testamento para nombrar a Octavio como su principal heredero. Octavio más tarde se convertiría en el primer emperador de Roma, Augusto.

El regreso a Roma

Cuando César regresó a Roma, celebró un triunfo romano (un desfile de victoria) por su triunfo sobre sus compatriotas. Esto fue algo inusual y causó descontento, ya que los triunfos solían celebrarse por victorias sobre enemigos extranjeros. César justificó su triunfo diciendo que había luchado contra rebeldes hispanos apoyados por romanos desleales.

Poco después, César fue nombrado dictador vitalicio. Los romanos se sintieron aliviados, ya que preferían el gobierno de una sola persona a la continuación de la guerra civil. Con el poder absoluto, César comenzó a planear grandes campañas militares contra el Imperio parto y otras regiones.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Battle of Munda Facts for Kids

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Batalla de Munda para Niños. Enciclopedia Kiddle.