Batalla de El Panecillo para niños
Datos para niños Batalla de El Panecillo |
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Parte de la revolución quiteña | ||||
![]() Quito, óleo del pintor Rafael Salas que muestra la ciudad del siglo XIX, con la colina de El Panecillo como su telón de fondo.
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Fecha | 3 ó 7 de noviembre de 1812 | |||
Lugar | Quito, actual Ecuador | |||
Resultado | Victoria realista | |||
Consecuencias | Realistas reconquistan Quito y patriotas se retiran al norte | |||
Combatientes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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La Batalla de El Panecillo fue un importante enfrentamiento militar que ocurrió a principios de noviembre de 1812. Tuvo lugar en la colina de El Panecillo en Quito, la actual capital de Ecuador. En esta batalla se enfrentaron los ejércitos del Estado de Quito, que buscaban su independencia, y las fuerzas del Imperio español, que querían mantener el control. Los españoles lograron la victoria en este combate.
Contenido
¿Qué llevó a la Batalla de El Panecillo?
La retirada patriota después de Mocha
El 2 de septiembre de 1812, el ejército patriota, liderado por el coronel Carlos de Montúfar, sufrió una derrota en la Batalla de Mocha. Después de esto, se retiraron a Santa Rosa y a la quebrada Jalupana. Allí tenían fuertes defensas con artillería, construidas por el científico Manuel Aguilar. Esta quebrada era un lugar difícil de cruzar, con torrentes y lados muy empinados, lo que protegía el camino hacia Quito.
El avance de las fuerzas españolas
El ejército español, bajo el mando del comandante general Toribio Montes, estuvo un mes sin avanzar. Necesitaban suministros para el transporte, que finalmente les proporcionó Martín Chiriboga. Durante este tiempo, Montes envió pequeños grupos a explorar la zona. Uno de estos grupos atacó a soldados patriotas cerca de la hacienda San José.
El 23 de octubre, Montes decidió tomar una ruta diferente para evitar las fortificaciones patriotas. Guiado por Andrés Salvador, un local que apoyaba a los españoles, subió por la cordillera occidental. Tardaron nueve días en llegar a la meseta de Quito, pasando por el volcán Ninahuilca y la montaña Corazón. Al ver que los españoles podían rodearlos, Montúfar tuvo que retirar a sus tropas hacia la capital. Montes entonces ocupó los altos de Belén, cerca del Pichincha.
¿Quiénes participaron en la Batalla de El Panecillo?
Las fuerzas españolas
El historiador Nicolás González Chávez calcula que las fuerzas españolas eran unos 3.000 soldados. Eran tropas experimentadas que venían de lugares como Perú, Panamá, Guayaquil, Cuenca y Guaranda. Se les consideraba un ejército muy bien preparado.
Las fuerzas patriotas
Sobre los patriotas, González Chávez menciona unos 3.600 combatientes. Otros historiadores, como Bartolomé Mitre y José Manuel Restrepo, estimaron que eran alrededor de 6.000 soldados. Algunos escritores españoles exageraron el número de defensores en El Panecillo, llegando a decir que eran 15.000. Sin embargo, este número es muy alto, ya que la provincia de Quito solo tenía unos 12.000 hombres adultos disponibles para la guerra. El historiador chileno Francisco Antonio Encina pensaba que los quiteños no tenían un ejército formal, sino más bien un grupo de tropas reunidas, muchos de ellos indígenas armados con lanzas. Se estima que entre 5.000 y 6.000 hombres participaron, incluyendo a los que habían sido derrotados en Cuenca y los que se habían dispersado en Mocha.
¿Cómo se desarrolló el combate?
Las defensas patriotas en El Panecillo
Los patriotas perdieron la ventaja de sus buenas posiciones y su ánimo disminuyó. Los habitantes de Quito mostraron gran preocupación y realizaron oraciones al ver a su ejército en retirada. Los patriotas se refugiaron en la colina de El Panecillo. Fortificaron el monte, el barrio San Sebastián y el camino Arco de la Magdalena, donde colocaron su artillería. Las mejores tropas se ubicaron en la entrada de San Sebastián y otras en el Arco. Milicias, jóvenes reclutas e incluso mujeres, bajo la dirección del abogado Ignacio Ortiz, defendieron el cerro. El gobierno había llamado a todos los ciudadanos sanos de 16 a 50 años para ayudar en la defensa. Se consideraba que el cerro era muy difícil de conquistar, con sus lados oriental y occidental bien protegidos por estos grupos y sus cañones.
El plan de ataque español
El avance español se detuvo porque los patriotas hacían muchas salidas. El comandante general Montes pidió a la ciudad que se rindiera. Montúfar respondió que la ciudad se defendería hasta el final. Montes, molesto por la respuesta, ordenó al coronel Juan de Sámano y al teniente coronel Antonio María del Valle atacar el cerro. Al comandante de ingenieros Miguel María Atero se le encargó tomar las posiciones en el Arco, mientras Montes atacaba San Sebastián con la reserva. El ataque comenzó al amanecer del día siguiente, de forma simultánea en los tres puntos.
El asalto final
La lucha fue muy intensa y duró tres horas. Para evitar el fuego de los cañones, los españoles atacaron el cerro por el lado sur. La división de Sámano y Valle intentó avanzar por el río Machángara, pero fue detenida en la placeta de San Sebastián por la artillería patriota. Atero, encargado del Arco, tampoco pudo avanzar por el fuego de fusiles.
Al ver que sus dos flancos no avanzaban, Montes decidió atacar con su centro. Colocó cuatro cañones para proteger el asalto al cerro y envió a su vanguardia a subir por un costado. Allí, los soldados españoles sufrieron una lluvia de rocas, arpones, bombas y granadas de mano. Afortunadamente para ellos, el camino que tomaron era casi vertical, lo que hizo que los disparos de los cañones enemigos fueran inútiles. Pronto, las baterías patriotas fueron tomadas. Los españoles lucharon con gran determinación. Los patriotas, aunque defendieron con valor, se quedaron sin municiones rápidamente.
Al ver que la situación estaba perdida, Ortiz ordenó la retirada por la ladera opuesta, que daba a la ciudad. Una multitud asustada lo siguió. El capitán Jauregui fue el primero en colocar la bandera española en la fortaleza. Las demás fuerzas patriotas no pudieron ayudar debido a la distancia. Al perder El Panecillo, todo el sistema de defensa en plazas, calles y casas quedó inútil, ya que dependía de la fortaleza del cerro.
La retirada patriota
La mayoría de los soldados patriotas se retiraron a la Plaza de la Independencia. Una compañía de artilleros se quedó en la Plaza de La Merced para disparar cañones hacia El Panecillo, obligando a los españoles a retirarse al lado sur del cerro. La batalla aún no estaba decidida, ya que el ejército patriota estaba casi completo y con buen ánimo. Cuando los españoles intentaron avanzar de nuevo por San Sebastián y el Arco, fueron rechazados. Además, las posiciones de los españoles no eran muy buenas, ya que parte de sus soldados estaban en una altura sin agua ni comida, y el resto a una distancia considerable. Los patriotas podrían haber asediado a los españoles en el cerro. Sin embargo, a pesar de la opinión de algunos oficiales de seguir luchando, se decidió ordenar la retirada esa noche. Inmediatamente, el ejército comenzó a ser seguido por muchos civiles que huían con sus pertenencias.
¿Qué pasó después de la Batalla de El Panecillo?
Bajas y pérdidas
Gracias a las buenas defensas, los patriotas tuvieron pocas bajas: solo 53 muertos y heridos. José Manuel Restrepo menciona 53 muertos y un número desconocido de heridos. Pedro Fermín Cevallos creía que fueron 46 muertos y muchos heridos. Además, los españoles capturaron 25 cañones, 100 fusiles, 300 pares de pistolas, muchas lanzas y gran cantidad de material de guerra.
Los españoles tuvieron 15 muertos y 77 heridos. El propio Montes informó al virrey Abascal el 11 de noviembre que tuvieron 15 muertos y 71 heridos, incluyendo 6 oficiales. Francisco Antonio Encina menciona 15 muertos y 73 heridos.
La ocupación de Quito
Dentro de Quito, las autoridades patriotas habían aumentado la vigilancia debido al peligro. Se destaca la ejecución de Pedro Calixto y su hijo Nicolás en la noche después de la batalla. Los Calixto habían sido capturados el 19 de junio mientras intentaban unirse a los españoles con dinero y armas. Este evento fue usado para justificar acciones más fuertes más adelante.
Montes entró en la ciudad al día siguiente y encontró pocas personas, solo algunas mujeres y niños. Los soldados españoles comenzaron a saquear la ciudad, pero Montes, al enterarse, ordenó patrullas para controlar a sus hombres. Todo lo robado fue guardado en un salón del convento San Francisco para ser devuelto a quienes demostraran no ser patriotas. Luego, Montes publicó un perdón, excluyendo a 70 personas. Poco a poco, los vecinos menos involucrados con la causa patriota regresaron a sus casas. Mucha gente había huido por rumores de que los españoles querían atacar a todos los habitantes. Sin embargo, el orden se restableció lentamente, y la gente comenzó a regresar y a reactivar el comercio y las comunicaciones con los pueblos cercanos.
Los restos del ejército patriota se retiraron a Ibarra. Allí fueron derrotados por Sámano el 1 de diciembre, quien capturó a sus principales líderes.