Bartolomé José Gallardo para niños
Bartolomé José Gallardo y Blanco (Campanario, Badajoz, 13 de agosto de 1776-Alcoy, Alicante, 14 de septiembre de 1852) fue un bibliógrafo, erudito y escritor español.
Biografía
Hijo de humildes labradores, estudió filosofía en Salamanca protegido por Juan María de Herrera, bibliotecario de la universidad, y por el obispo Tavira. Sin embargo, leyó activamente a los filósofos ilustrados del enciclopedismo francés. Especialmente le influyeron las ideas de John Locke y Condillac. En 1808 se sumó a los patriotas contra los franceses y anduvo arengando pueblos por su natal Extremadura. Las Cortes, reunidas en el oratorio de San Felipe Neri en Cádiz, le nombraron su bibliotecario.
En 1811 publicó el célebre Diccionario crítico-burlesco del que se titula Diccionario razonado manual, que es la sátira anticlerical más dura y difundida de la época de las Cortes de Cádiz y constituye una de las obras claves y más influyentes del anticlericalismo español de la primera mitad siglo XIX, solo comparable a otro texto del mismo estilo, Los lamentos políticos de un pobrecito holgazán de Sebastián de Miñano.
El Diccionario de Gallardo, del que se realizaron numerosas ediciones posteriores, era una réplica al Diccionario razonado manual para inteligencia de ciertos escritores que por equivocación han nacido en España, libro publicado sin nombre de autor pero escrito por Justo Pastor Pérez, que arremetía contra los seguidores de las ideas avanzadas que habían alcanzado gran predicamento entre los diputados constitucionales. El Diccionario burlesco fue denunciado por religiosos y su autor condenado en el Castillo de Santa Catalina, si bien se revisó su proceso y salió poco después absuelto.
En 1814, restablecido Fernando VII en el trono, Gallardo huyó de España junto a otros liberales y de Lisboa pasó a Bristol y desde allí a Londres. Allí compuso una durísima silva donde juzga a todos los reyes españoles, desde los Católicos hasta Fernando VII, denunciando su mediocridad, crueldad y poco valer y demostrando en esa tarea no escaso conocimiento de la historia de España. Le puso el mismo título que una obra de Manuel José Quintana, El panteón de El Escorial.
En 1820, restaurado el régimen liberal, volvió a España y recuperó su antiguo cargo de bibliotecario del Congreso de los Diputados. En 1823, al estallar en Sevilla un tumulto popular reaccionario, perdió sus escritos literarios, filológicos y bibliográficos, entre ellos una Historia del teatro español y un Diccionario de la lengua castellana con más de 150.000 papeletas. En 1834 fue elegido diputado por la provincia de Badajoz. En 1835 inició las ocho entregas de su serie El Criticón, importantes estudios sobre literatura española donde, entre otras cuestiones, rebatió la superchería de un presunto Buscapié compuesto por Miguel de Cervantes y que había sido encontrado y publicado por Adolfo de Castro y Rossi. Pasó sus últimos años en La Alberquilla, casa situada en una dehesa del mismo nombre próxima a Toledo, entre sus libros y consagrado a trabajos de erudición.
El número 2 de El Criticón. Papel volante de la Literatura y Bellas Artes se tituló Pasatiempo jovial sobre la oda del abate Reinoso a la muerte de Ceán Bermúdez (1835) en el que realizó una crítica despiadada del Examen de los delitos de infidelidad a la patria imputados a los españoles sometidos bajo la dominación francesa (1816) del Félix José Reinoso, una defensa de los afrancesados, de los que Gallardo era acérrimo enemigo. Lo calificó de «libro altamente ofensivo a la moral pública... quinta esencia del refinado mal saber de la pepinesca» (término con el que se refería a los que apoyaron al rey José I Bonaparte), «en un estilo fofo, relamido, simétrico, amanerado y fríamente declamador y cansino».
Su biógrafo fue Juan Marqués Merchán con su obra Don Bartolomé José Gallardo: Noticia de su vida y escritos (Madrid, 1921). Otros estudios son los de Antonio Rodríguez-Moñino, Don Bartolomé José Gallardo (1776-1852): estudio bibliográfico (Badajoz, UBEx, 1994).
Obra
Fiel a sus orígenes, fue un liberal republicano y anticlerical hasta el fin de sus días, bibliófilo apasionado y un bibliómano (se le acusó frecuentemente de ladrón de libros). Literariamente le atrajo el Romanticismo y cultivó un estilo algo amanerado a causa de su amor por los arcaísmos y las antigüedades castizas del lenguaje. Se destacó como periodista satírico ya durante el periodo de las Cortes de Cádiz y compuso numerosos folletos (se han contado por lo menos unos noventa) para atacar a los políticos tradicionalistas o amantes de las componendas.
Su mayor aportación a los estudios bibliográficos españoles es su Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, obra que se comenzó a publicar en 1863 con los materiales que Gallardo dejó a su muerte y que fueron ordenados por José Sancho Rayón y Manuel Remón Zarco del Valle. De este Ensayo aparecieron cuatro volúmenes, los dos últimos dirigidos por Marcelino Menéndez Pelayo (Madrid, Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra; Imprenta y Fundición de Manuel Tello, 1863-1889. Existe una edición facsímil publicada en 1968 por la editorial Gredos. La publicación de los materiales inéditos en un "Tomo quinto del Ensayo de una Biblioteca española de libros raros y curiosos de Bartolomé José Gallardo" fue proyectada en 2004 bajo la dirección de Víctor Infantes de Miguel).
Bartolomé José Gallardo ejerció un poderoso influjo sobre la crítica literaria de su tiempo, especialmente sobre Agustín Durán y Cayetano Alberto de la Barrera; en este terreno valoró sobre todo la fundamentación histórica del conocimiento de la literatura. También compuso numerosas poesías, de carácter satírico o de tipo fundamentalmente lírico, como la tempranamente romántica Blanca flor.