Vía crucis para niños
El Vía Crucis o Viacrucis (que significa 'camino de la cruz' en latín) es una práctica de oración muy importante para los católicos. Se realiza especialmente los Viernes Santo y durante los viernes de la Cuaresma. Esta práctica recuerda los momentos que vivió Jesús de Nazaret desde que fue capturado hasta su crucifixión, su entierro y su posterior resurrección.
También se le conoce como «estaciones de la cruz» o «vía dolorosa». Es un camino de oración donde se medita sobre el sufrimiento y la muerte de Jesucristo mientras iba hacia el Calvario. Este camino se representa con catorce imágenes, llamadas estaciones. Cada estación muestra un momento importante que, según la tradición, Jesús vivió por el bien de la humanidad, basándose en relatos de los evangelios y la tradición. La palabra viacrucis también se usa para referirse a un recorrido con cruces que marcan un camino donde se puede hacer esta oración.
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Historia del Vía Crucis

La costumbre de rezar las estaciones de la Cruz comenzó en Jerusalén. Desde hace muchos siglos, algunos lugares de la Vía Dolorosa (aunque no se llamaba así antes del siglo XVI) fueron marcados con respeto. Desde la época del emperador Constantino (en el siglo IV), muchos peregrinos viajaban a Jerusalén para recorrer estos lugares.
Se dice que la Virgen María visitaba diariamente las estaciones originales. San Jerónimo, un importante Padre de la Iglesia, escribió sobre la gran cantidad de peregrinos que visitaban estos lugares sagrados en su tiempo. Sin embargo, al principio no había una forma fija para esta oración.
Desde el siglo XII, los peregrinos escribían sobre la "Vía Sacra", una ruta que seguían para recordar el sufrimiento de Jesús. No se sabe exactamente cuándo surgieron las estaciones como las conocemos hoy, pero es probable que los franciscanos fueran los primeros en establecer el Vía Crucis. A ellos se les dio la tarea de cuidar los lugares sagrados en Tierra Santa en el año 1342. Al principio, no estaba claro en qué dirección se hacía el recorrido; algunos incluso lo hacían al revés, empezando en el Monte Calvario y volviendo a la casa de Pilato.
En los siglos XV y XVI, se construyeron estaciones en diferentes partes de Europa. Por ejemplo, el Beato Álvaro de Córdoba, un fraile dominico, construyó pequeñas capillas en su convento en Córdoba con escenas de la Pasión. La primera vez que se usó la palabra "Estaciones" para referirse al Vía Crucis actual fue en los relatos del peregrino inglés Guillermo Wey en 1458 y 1462. Él ya mencionaba catorce estaciones, aunque no todas eran las mismas que las de hoy.
El Vía Crucis se formaliza
Con el tiempo, los Papas ayudaron a que el Vía Crucis se extendiera y se hiciera de una forma más organizada. En 1686, el papa Inocencio XI permitió a los franciscanos construir estaciones en sus iglesias y dijo que las personas podían obtener beneficios espirituales al hacer el Vía Crucis allí, como si hubieran ido a Tierra Santa. Otros Papas, como Inocencio XII y Benedicto XIII, confirmaron y extendieron este permiso.
En 1731, el papa Clemente XII estableció que el número de estaciones sería definitivamente catorce. También permitió que se hiciera en todas las iglesias, siempre que un sacerdote franciscano las estableciera con permiso del obispo local. Más tarde, el papa Benedicto XIV animó a todos los sacerdotes a tener el Vía Crucis en sus iglesias. Incluso se permitió que las personas enfermas o que no podían ir a la iglesia hicieran el Vía Crucis usando un crucifijo especial bendecido.
Cómo se realiza el Vía Crucis
Normalmente, el Vía Crucis se hace en grupo, ya sea dentro de una iglesia o por las calles. Las personas se detienen en cada una de las catorce estaciones. En cada parada, se reza una oración, se lee un pasaje de la Biblia y se hace una reflexión. El arte ha creado muchas obras hermosas para representar estas escenas.
Existen Vía Crucis muy grandes y famosos en muchos lugares, como en Lorca y Ortigueira en España, o en Lourdes en Francia, y Montserrat en España. Algunos de estos Vía Crucis monumentales se construyeron para que las personas que no podían viajar a Tierra Santa pudieran vivir una experiencia similar.
Las Catorce Estaciones Tradicionales
La forma más común de esta práctica tiene las siguientes catorce estaciones:
- Jesús es condenado a muerte.
- Jesús carga con la Cruz.
- Jesús cae por primera vez.
- Jesús encuentra a María, su Santísima Madre.
- Simón de Cirene ayuda a llevar la Cruz de Jesús.
- Verónica limpia el rostro de Jesús.
- Jesús cae por segunda vez.
- Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
- Jesús cae por tercera vez.
- Jesús es despojado de sus vestiduras.
- Jesús es clavado en la Cruz.
- Jesús muere en la Cruz.
- Jesús es bajado de la cruz y puesto en brazos de su Madre.
- Jesús es sepultado.
Al comenzar cada estación, se suele decir: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo. Luego se reza el Padrenuestro, el Ave María y, en lugar del Gloria, se dice: Señor, pequé, tened piedad y misericordia de mi. Al final del Vía Crucis, se suele rezar una oración especial.
Normas para el Vía Crucis
La Iglesia Católica ha establecido algunas normas para el Vía Crucis, especialmente si se buscan ciertos beneficios espirituales:
- Las estaciones deben estar colocadas según las reglas de la Iglesia, con catorce cruces. A menudo, estas cruces tienen imágenes que representan cada momento.
- El ejercicio consiste en catorce lecturas y oraciones. Lo más importante es meditar con devoción sobre el sufrimiento y la muerte de Jesús.
- Es ideal moverse de una estación a otra. Si hay mucha gente y no es posible, la persona que guía el Vía Crucis puede moverse mientras los demás se quedan en su sitio.
- Las personas que no pueden hacer el Vía Crucis completo (por ejemplo, por enfermedad) pueden obtener los mismos beneficios si dedican unos quince minutos a leer y meditar sobre la Pasión de Jesús.
- Otros ejercicios de oración que recuerden la Pasión de Jesús y estén aprobados por la Iglesia también pueden ser equivalentes.
Hacer el Vía Crucis con devoción, ya sea en público o en privado, trae muchos beneficios espirituales. Es importante hacerlo con un corazón sincero y con ganas de mejorar. El Vía Crucis se puede hacer en cualquier momento del año, pero es especialmente significativo durante la Cuaresma. Cada Viernes Santo, el Papa dirige el Vía Crucis desde el Coliseo en Roma, recordando a los mártires y animándonos a seguir el ejemplo de Jesús.
Un Vía Crucis diferente

En 1991, el papa Juan Pablo II propuso un nuevo Vía Crucis con quince estaciones. La diferencia es que todas estas estaciones se basan directamente en momentos del Nuevo Testamento de la Biblia. El Vía Crucis tradicional incluye algunos momentos que vienen de la tradición, no solo de los evangelios.
Este nuevo Vía Crucis empieza con Jesús orando en el huerto de Getsemaní y termina con su entierro. A veces, se añade una decimoquinta estación dedicada a la Resurrección de Jesús. La idea era acercar a todas las comunidades cristianas. Aunque se usa a veces, este nuevo Vía Crucis no ha reemplazado al tradicional.
Las estaciones de este nuevo Vía Crucis son:
- Primera Estación: Jesús en el huerto de los Olivos.
- Segunda Estación: Jesús, traicionado por Judas, es arrestado.
- Tercera Estación: Jesús es condenado por el Sanedrín.
- Cuarta Estación: Jesús es negado por Pedro.
- Quinta Estación: Jesús es condenado a muerte por Pilato.
- Sexta Estación: Jesús es flagelado y coronado de espinas.
- Séptima Estación: Jesús carga la cruz.
- Octava Estación: Jesús es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz.
- Novena Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
- Décima Estación: Jesús es crucificado.
- Undécima Estación: Jesús promete su reino al buen ladrón.
- Duodécima Estación: Jesús en cruz, su madre y el discípulo.
- Decimotercera Estación: Jesús muere en la cruz.
- Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado.
- Decimoquinta Estación: Jesús Resucita de entre los muertos.
Galería de imágenes
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Tercera estación del viacrucis francés de 1820 expuesto en la Iglesia Matriz San Ignacio de Loyola, en Junín, Argentina.
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Las catorce estaciones del via crucis en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Villamelendro de Valdavia. Ilustraciones de Pascual. Ediciones Barsal (Barcelona) 1920s.