Tratado de Valladolid para niños
Tratado de Valladolid. Acuerdo suscrito entre los reyes Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla el día 27 de junio de 1209 en la ciudad de Valladolid, a fin de poner término a las disputas existentes entre ambos reinos.
Antecedentes
El día 26 de marzo de 1206 había sido firmado el tratado de Cabreros entre los reyes Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla en el municipio vallisoletano de Cabreros del Monte, con el propósito de poner término a las disputas existentes entre ambos reinos por la posesión de diversas fortalezas que se hallaban en manos de Alfonso VIII, y por la posesión de los castillos que constituían la dote de la reina Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII y esposa de Alfonso IX de León, de quien el soberano leonés se había separado en 1204.
Tratado de Valladolid
El día 27 de junio de 1209, hallándose presentes en la ciudad de Valladolid los reyes Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla, fue firmado un tratado entre los reinos de León y de Castilla, que fue suscrito por veinticuatro caballeros, procedentes doce de cada uno de los dos reinos, y por varios prelados, entre los que se hallaban el arzobispo de Santiago de Compostela, y los obispos de Astorga, Salamanca, Burgos, Segovia y Tello Téllez de Meneses, obispo electo de Palencia desde el año 1208.
En el tratado de Valladolid se dispuso que Alfonso IX de León entregaría a Berenguela de Castilla las villas de Villalpando, Ardón y Rueda, y que dichos municipios permanecerían en manos de la reina Berenguela en tanto durase su vida. Por otra parte, los reyes de Castilla y León acordaron una tregua de cincuenta años de duración y mantener la paz entre sus reinos mientras viviesen. Los veinticuatro caballeros que rubricaron el tratado de Valladolid, doce leoneses y doce castellanos, se comprometieron a romper sus vínculos vasalláticos con el monarca que quebrantase el acuerdo de paz y a servir al rey que no la hubiese quebrantado. Por su parte, los prelados presentes se comprometieron a excomulgar al soberano que quebrantase la paz firmada.
Los obispos de León y Salamanca por parte del reino de León, y los de Burgos y Palencia por el reino de Castilla, fueron designados árbitros de lo acordado en el tratado de Valladolid, y ambos soberanos se comprometieron a reunir en un lugar determinado a los prelados, abades y Maestres de las Órdenes Militares a fin de que rubricasen lo dispuesto en el tratado. Lo acordado en el tratado fue notificado al Papa Inocencio III, al tiempo que le fue solicitado que nombrase a los arzobispos de Santiago de Compostela y de Toledo ejecutores de las penas establecidas para los que violasen el acuerdo de paz sellado entre ambos reinos.