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Sublevación de Carmen de Patagones para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Sublevación de Carmen de Patagones
Guerra de la Independencia Argentina
Fecha abril y mayo de 1812
Lugar Carmen de Patagones
40°48′00″S 62°59′00″O / -40.80000, -62.98333
Coordenadas 40°48′00″S 62°59′00″O / -40.8, -62.98333333
Resultado Victoria de los realistas.
Beligerantes
Flag of Argentina.svgProvincias Unidas del Río de la Plata Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Monarquía Española
Comandantes
Tomás Taylor Faustino de Ansay
Fuerzas en combate
1 Bergantín
80 hombres
1 Bergantín
40 hombres (estimación)
Bajas
1 Bergantín, 6 muertos, 74 prisioneros (12 heridos) sin bajas

La Sublevación de Carmen de Patagones fue un levantamiento de prisioneros realistas españoles y parte de la población local. Ocurrió el 21 de abril de 1812 en Carmen de Patagones. Este evento hizo que el gobierno revolucionario de Buenos Aires, conocido como el Primer Triunvirato, perdiera el control de esta importante fortaleza. La plaza fue recuperada por Buenos Aires en 1814.

¿Qué pasó antes de la sublevación?

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Área de Patagones.

En los últimos años del Virreinato del Río de la Plata, los españoles usaban lugares como la isla Martín García y la isla Soledad (en las Islas Malvinas) para detener a prisioneros. A veces, también usaban el fuerte de Carmen de Patagones para personas importantes, especialmente por razones políticas. Este lugar era más seguro que Martín García y menos aislado que las Malvinas.

Por ejemplo, después de un intento de cambiar el gobierno en Buenos Aires el 1 de enero de 1809, liderado por Martín de Álzaga, el virrey Liniers envió a Álzaga y a otros líderes a Patagones. Estar detenido en Patagones no significaba estar encerrado. Las personas importantes podían participar en la vida social local, pero estaban aisladas por el desierto y el mar.

Los habitantes de Patagones, muchos de ellos españoles o criollos que apoyaban al rey, se vieron influenciados por estos prisioneros. Cuando supieron de la Revolución de Mayo de 1810, que buscaba la independencia, no estuvieron de acuerdo.

El nuevo gobierno de Buenos Aires, la Primera Junta, sabía lo que pensaban en Patagones. Por eso, nombró a un nuevo comandante, Francisco Xavier de Sancho, y tomó medidas para ayudar a la localidad. Por ejemplo, el 21 de julio de 1810, Patagones obtuvo el derecho exclusivo de vender sal a Buenos Aires. También se convirtió en un puerto menor para el comercio.

A pesar de estas medidas, la situación no mejoró mucho. En octubre de 1810, la Junta envió a Patagones a más personas que apoyaban al rey, como el coronel Faustino Ansay. Estos exiliados encontraron apoyo entre los vecinos, lo que les dio la idea de escapar.

¿Cómo ocurrió la sublevación?

Archivo:Vigodet
Gaspar de Vigodet.

Poco a poco, los prisioneros lograron que la mayoría de los treinta soldados de la guarnición los ayudaran, ya sea convenciéndolos o pagándoles. También se hicieron amigos del comandante Francisco Xavier de Sancho, que ya era mayor. El 21 de abril de 1812, lo visitaron en la comandancia. Cuando Sancho los recibió, lo dominaron fácilmente. Los pocos guardias que no estaban involucrados en la revuelta se rindieron, y así Ansay tomó el control del fuerte.

El primer paso de los rebeldes fue contactar al gobernador de Montevideo, Gaspar de Vigodet. Cuando un barco mercante llamado Amazona llegó de Buenos Aires, los rebeldes lo capturaron. Intentaron salir del Río Negro con el barco, pero fueron arrastrados a la costa.

La captura del barco Hiena

El 14 de mayo, Ansay recibió noticias de un barco de guerra en la desembocadura del río. Pensando que era un barco de Buenos Aires, los rebeldes decidieron capturarlo.

El primer contacto

Archivo:Patagones
Carmen de Patagones y Bahía San Blas.

Primero, enviaron grupos para investigar el barco. José Roque González, disfrazado de gaucho, encontró el barco Bergantín Hiena en la cercana bahía San Blas. Era el barco principal de la pequeña flota revolucionaria, al mando del capitán Tomás Taylor.

González se acercó a la playa y esperó. Taylor envió un bote para llevarlo a cubierta. González le hizo creer que era un campesino buscando bueyes. Taylor le contó que había enviado a su segundo, Tomás Fermín Jones, con instrucciones para el comandante Sancho. González le dijo que Sancho estaba enfermo y que era imposible ir a pie a Patagones. Taylor le dio a González sus papeles y un mensaje para Sancho, pidiéndole un caballo, carne y leña.

González regresó a Patagones el 18 de mayo con la información del barco y la noticia de que Jones también había partido. Jones y sus cuatro hombres fueron encontrados por los rebeldes y llevados a Patagones con el mismo engaño.

El plan de los rebeldes

Los sublevados decidieron usar el engaño para atraer a Taylor a una trampa y hacer que la mayor cantidad posible de hombres del Hiena desembarcaran para poder abordar el barco. Si no podían capturarlo, intentarían destruirlo.

Para esto, hicieron que Sancho respondiera a Taylor, diciendo que no podía ir a su encuentro y que le enviaba el caballo. El 22 de mayo, el sargento Domingo Fernández y Pedro Crespo llevaron el mensaje.

Taylor dejó al teniente Tomás Robinson al mando del Hiena y fue a Patagones con los enviados. En el río Negro, Torres y Liaño lo recibieron. Torres, haciéndose pasar por Sancho, recibió los documentos. Le dijo a Taylor que no podían darle provisiones por tierra, pero que podían acercarlas en un bote, lo que les daría una oportunidad de abordar. Taylor se negó, diciendo que el bote sería muy lento y que necesitaba volver rápido.

Los rebeldes lo convencieron de que lo mejor era que enviara al menos cuarenta hombres con hachas para cortar leña. Taylor les dio una orden firmada para Robinson. Después de esto, Taylor fue arrestado y llevado a Patagones.

El asalto al barco

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Mapa esquemático de la situación en mayo de 1812.

En la noche del 22 de mayo, los realistas salieron de una estancia cerca del río Negro. A pesar del terreno difícil y el mal tiempo, llegaron al amanecer del 23 de mayo. La mayoría de las fuerzas se escondieron en las dunas, mientras que Liaño, Fernández y otros tres hombres se acercaron a la playa con una carretilla llena de provisiones.

A bordo del Hiena, Liaño le dio a Robinson la carta de su capitán. Por alguna razón, el teniente desconfió y solo permitió que 23 hombres desembarcaran. Cuando estos hombres bajaron, González salió a la playa con otros seis hombres y otra carretilla con comida y animales. Liaño pidió a Robinson que enviara más hombres para preparar el ganado. El objetivo era reducir la tripulación del barco y que González y sus hombres subieran al barco con la excusa de llevar provisiones. Así, las tropas escondidas capturarían a los que desembarcaron, y los once hombres en el Hiena tomarían el barco.

Pero Robinson se negó a desembarcar más tripulantes. Envió un bote con uno de los acompañantes de Liaño a tierra. Liaño, sin poder comunicarse y retenido, hizo un nuevo intento. Con el apoyo de otros oficiales a bordo, consiguió que Robinson le diera una nota para pedir aves de corral.

González recibió la nota y, entendiendo el mensaje oculto, subió al barco con un soldado disfrazado de peón. Una vez en cubierta, se acercaron a Robinson y al teniente Tomás Wilson. A una señal, los atacaron con cuchillos. Luego, atacaron a los demás tripulantes, que estaban desarmados, forzándolos a retirarse. Así, los rebeldes tomaron el control de la cubierta. Rápidamente, otros seis realistas llegaron en un bote, y los defensores se rindieron.

¿Qué pasó después de la sublevación?

El engaño y el asalto fueron exitosos. Los rebeldes no tuvieron bajas, ni siquiera heridos. El ataque dejó seis muertos y doce heridos (incluyendo a los oficiales Robinson y Wilson) y setenta y cuatro prisioneros. Los sublevados también obtuvieron los suministros, las instrucciones oficiales, el mejor barco de los patriotas y el control de Patagones.

Domingo Fernández fue ascendido a capitán y puesto a cargo de la comandancia. Los demás prisioneros, junto con el comandante Sancho, el capitán Taylor y la tripulación, fueron llevados en el Hiena a Montevideo. Llegaron el 13 de junio y fueron recibidos con gran alegría.

En Buenos Aires, la noticia, aunque oficialmente se le restó importancia, hizo que muchos criticaran la forma en que el Triunvirato estaba manejando la revolución.

La alegría en Montevideo no duró mucho. En agosto, un barco con 500 soldados se hundió. Las fuerzas patriotas, al mando de José Rondeau, sitiaron Montevideo. En diciembre, las fuerzas de Vigodet fueron derrotadas en la Batalla de Cerrito. La marina revolucionaria también tuvo éxito. En marzo de 1814, la nueva flota argentina, liderada por Guillermo Brown, venció a la española en la Batalla de Martín García y tomó la isla. Después de otra victoria el 17 de mayo en el Combate naval del Buceo, Montevideo se rindió el 23 de junio de 1814.

Finalmente, Carmen de Patagones fue recuperada sin resistencia el 23 de diciembre de 1814 por una expedición de Buenos Aires al mando del capitán Oliver Russell.

Galería de imágenes

Véase también

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Sublevación de Carmen de Patagones para Niños. Enciclopedia Kiddle.