Quintas para niños
Las quintas fue un antiguo sistema para reclutar jóvenes en el Ejército de España. Estuvo activo desde principios del siglo XVIII hasta 1912. En ese año, fue reemplazado por el servicio militar obligatorio, que era para todos.
Este sistema era muy impopular, especialmente entre las familias con menos recursos. ¿Por qué? Porque las familias con dinero podían evitar que sus hijos fueran al ejército de dos maneras:
- Redención en metálico: Pagaban una cantidad de dinero al Estado.
- Sustitución: Pagaban a otra persona para que fuera al ejército en lugar de su hijo.
Esto significaba que, al final, eran los jóvenes de las familias más humildes quienes terminaban sirviendo. Era como una "contribución de sangre" que solo ellos pagaban.
En 1912, el gobierno de José Canalejas quiso acabar con esta injusticia. Se aprobó una ley para establecer el servicio militar obligatorio, eliminando la redención y la sustitución. Sin embargo, apareció una nueva forma de evitar el servicio completo: los soldados de cuota. Estos jóvenes, generalmente de familias acomodadas, pagaban una cantidad para servir menos tiempo. Esta figura no se eliminó hasta 1936, durante la Segunda República Española.
Contenido
Historia de las Quintas
Orígenes del Reclutamiento
Cuando Felipe V de España llegó al trono, quiso mejorar el ejército. Antes, el ejército estaba formado por voluntarios pagados, muchos de ellos extranjeros, y por hombres reclutados a la fuerza (como vagabundos). Para tener más soldados, se creó el sistema de las quintas.
Este sistema funcionaba así: se hacía un sorteo entre los jóvenes de cada pueblo. Uno de cada cinco varones jóvenes era elegido para unirse al ejército. La primera vez que se usó este sistema fue en 1730.
Cambios y Desacuerdos
Bajo el reinado de Carlos III de España, en 1770, se estableció que todos los hombres solteros y aptos, de 17 a 36 años, serían sorteados cada año. Sin embargo, esta norma no se aplicó en algunas regiones como Cataluña y el País Vasco. Hubo muchas protestas y desacuerdos en esos lugares.
Durante el reinado de Carlos IV de España, una parte del ejército venía de las quintas, pero muchos seguían siendo voluntarios extranjeros.
La Injusticia del Sistema
Con la llegada del liberalismo español, se dijo que el servicio militar era un deber honorable de todos los ciudadanos. La Constitución de 1812 decía que todo español debía defender la patria. Pero, como en otros países, se permitieron las exenciones.
En 1837, se aprobaron las formas de evitar el servicio: la redención en metálico (pagar entre 500 y 1000 pesetas) y la sustitución (pagar a alguien para que fuera en tu lugar, lo que costaba entre 500 y 1250 pesetas). Estas cantidades eran muy altas para la época. Algunas familias modestas incluso contrataban "seguros contra las quintas" para poder pagar si su hijo era elegido.
Este sistema era muy injusto. Solo servían a la patria quienes no tenían dinero para pagar. Esto causó muchas protestas y desacuerdos a lo largo de los siglo XVIII y siglo XIX, especialmente antes de los sorteos. Las madres de los jóvenes también participaban en estas protestas.
Intentos de Abolición
La Revolución de 1868 prometió eliminar las quintas. Sin embargo, los gobiernos de esa época no pudieron hacerlo debido a las guerras en Cuba y la tercera guerra carlista. La gente tenía esperanza en la llegada de la República, como se cantaba en una copla:
Si la República viene,
No habrá quintas en España,
Por eso aquí hasta la Virgen,
Se vuelve republicana.
La Primera República española abolió las quintas en 1873. Se intentó reemplazar el ejército con "soldados voluntarios pagados" y un "Ejército de reserva" sin redención en metálico. Pero los batallones de voluntarios no tuvieron éxito. No se presentaron suficientes hombres, y los que se formaron no funcionaron bien. Por eso, los jóvenes que ya habían sido reclutados en años anteriores no fueron liberados, lo que causó mucha frustración.
El Fin de las Quintas
Durante la Restauración borbónica en España, hubo un intento de abolir las quintas en 1886, pero no se logró. Finalmente, en febrero de 1912, bajo el gobierno de José Canalejas, se estableció el servicio militar obligatorio. La nueva ley eliminó la redención en metálico y la sustitución. Antes de esto, entre el 20% y el 25% de los jóvenes elegidos habían pagado para no servir.
Sin embargo, la ley de 1912 no eliminó por completo la desigualdad. Se permitieron los soldados de cuota. Estos jóvenes pagaban entre 1000 y 2000 pesetas para servir solo cinco o diez meses, en lugar de los tres años completos. En 1914, se añadió otro privilegio: el "cambio de número", que permitía evitar ir a zonas de guerra como el Protectorado español de Marruecos.
La dictadura de Primo de Rivera mantuvo los soldados de cuota, ajustando el pago según la riqueza de la familia y reduciendo el servicio a nueve meses. Los soldados de cuota fueron eliminados en 1936, durante la Segunda República Española. Después, durante el franquismo, no se restablecieron, pero se creó un sistema de servicio militar más corto y flexible para las clases altas, llamado Milicias Universitarias.
Véase también
- Motín de las quintas de Barcelona (1773)
- Zamacolada
- Quintos