Parque megalítico de Gorafe para niños
El Parque Megalítico de Gorafe es un lugar muy especial en Gorafe, un pueblo de la provincia de Granada, en Andalucía (España). Es como un gran museo al aire libre donde puedes ver muchos monumentos antiguos de piedra, llamados dólmenes. Es uno de los mejores ejemplos de construcciones de piedra gigantes (megalitismo) en el sur de la península ibérica porque tiene muchísimos de estos monumentos funerarios.
Este parque se encuentra a orillas del río Gor, en un terreno que parece un desierto, con formaciones rocosas muy erosionadas. A estas zonas se les llama badlands o desierto de Gorafe. Son lugares donde el agua y el viento han moldeado la tierra de forma increíble.
En esta zona se han descubierto 11 lugares donde se enterraba a la gente (necrópolis) a lo largo de 20 kilómetros del río Gor. También se han encontrado varios poblados de la Edad de Bronce. En total, se han hallado 242 dólmenes, que son tumbas muy antiguas hechas con grandes piedras. Hay de muchos tipos, desde los más sencillos con forma de pentágono hasta grandes construcciones con techos que parecen cúpulas. Algunas de estas piedras verticales (ortostatos) miden hasta 2,20 metros de altura, y las cámaras donde se enterraba a la gente pueden tener 2,5 metros de diámetro. Los objetos que se encontraron junto a los esqueletos (ajuar funerario) han ayudado a saber que estos dólmenes se usaron desde el Neolítico hasta el final de la Edad del Bronce. Los restos de esqueletos muestran que estas comunidades realizaban entierros colectivos, donde varias familias compartían la misma tumba.
El Parque Megalítico se creó en 1998 porque muchos de estos monumentos estaban siendo dañados o saqueados. El parque tiene un centro de información en el pueblo de Gorafe y tres rutas señalizadas. En estas rutas, se restauraron 37 dólmenes y se prepararon 66 para que los visitantes puedan verlos.
El entorno natural del Parque Megalítico
La zona que rodea el valle del río Gor, conocida como el desierto de Gorafe, forma parte de las badlands del río Negratín. Estas tierras están hechas de arcilla y arena de color rojizo, que se formaron hace millones de años. Ocupan una extensión de unas 1.606 hectáreas.
Hace mucho tiempo, durante el periodo Cuaternario, esta zona se elevó y formó una gran cuenca cerrada. Esto significa que todos los ríos y arroyos de la zona desembocaban en lagos internos. En el fondo de estos lagos se formaron rocas como los conglomerados y las calizas.
Durante el Pleistoceno medio, esta cuenca se conectó con la cuenca del Guadalquivir. Así, sus aguas empezaron a fluir hacia el oeste para llegar al Océano Atlántico a través del río Guadiana menor. Este drenaje de las aguas causó una fuerte erosión, formando barrancos y valles profundos, mientras que las zonas más altas se convirtieron en mesetas planas.
De esta manera, el río Gor excavó un valle profundo en medio de una gran meseta. Esta meseta se ha usado para cultivar cereales desde hace al menos 6.000 años. Los monumentos megalíticos se encuentran en las laderas de este barranco. Los 242 dólmenes de la zona, agrupados en 11 necrópolis (como Baños de Alicún, La Sabina, Llano de Olivares, entre otras), forman una de las mayores concentraciones de estas estructuras en toda Europa.
¿Cómo son los dólmenes de Gorafe?
Todos los dólmenes están concentrados en 20 kilómetros del valle, desde el pueblo de Las Angosturas hasta donde el río Gor se une con el río Fardes. Los dólmenes más antiguos datan del Neolítico medio (alrededor del 2.800 a.C.) y se relacionan con agricultores de la Cultura Almeriense. Los más recientes son de la Edad de Bronce y están asociados a comunidades que criaban ganado y cultivaban, de la cultura de El Argar, que vivían en poblados a lo largo del río.
Los monumentos funerarios de Gorafe se construyeron con grandes losas de piedra caliza o conglomerado. Estas piedras se obtenían de los alrededores y se trabajaban para darles la forma necesaria. Solo se ha encontrado un grabado en una de estas piedras verticales (ortostatos), una figura humana en el dolmen 77.
Hay cinco tipos principales de dólmenes según la forma de su cámara: trapezoidales, rectangulares, pentagonales, cuadrangulares y poligonales (que incluyen muchos dólmenes incompletos). Los más grandes y menos comunes son los trapezoidales, mientras que los más pequeños son los cuadrangulares. Los dólmenes pentagonales son los más comunes en la región, más de la mitad tienen esta forma y son muy parecidos en tamaño. Se cree que el tamaño de los dólmenes podía indicar la importancia social de las personas enterradas. Los grandes dólmenes trapezoidales podrían haber pertenecido a familias importantes de la comunidad.
La cámara del dolmen está hecha con losas verticales que se hacen más grandes desde la entrada hasta el fondo. Las más grandes se encuentran en el dolmen 134, midiendo 2,20 metros. En algunos casos, se usó la propia roca del suelo como una o varias paredes de la cámara, como en los dólmenes 40, 124 y 141. Las losas que cubrían la cámara se han conservado en muchas tumbas. En los dólmenes 6, 134 y 186, estas losas miden más de 2,5 metros. Aunque algunas investigaciones antiguas mencionaban cúpulas falsas, hoy en día ninguno de los dólmenes conservados las tiene.
A la entrada de la cámara, suele haber un pasillo formado por losas verticales de diferentes longitudes. El más largo está en el dolmen 132. A veces, este pasillo también estaba cubierto, como en los dólmenes 33, 36 y 84. La mayoría de ellos están orientados hacia el sureste. En muy pocos casos, como en los dólmenes 42, 45 y 94, se conserva el círculo de piedras (cromlech) alrededor.
Junto a estos monumentos funerarios se han encontrado muchos objetos que nos ayudan a saber cuándo se usaron y cómo eran los ritos de enterramiento. Entre los objetos más comunes hay herramientas de sílex, como puntas de flecha, cuchillos, hachas y pulidores. También se han hallado punzones de hueso, cuentas de collar y conchas marinas perforadas. Menos comunes son los objetos de metal, como anillos y puñales, y los restos de cerámica.
Los dólmenes eran tumbas colectivas. Se han recuperado restos de hasta 224 personas en 198 sepulcros. Estos restos incluyen individuos de todas las edades: niños, jóvenes, adultos y ancianos. Muchos de ellos mostraban signos de cremación parcial. Estos entierros múltiples sugieren que varias personas eran enterradas juntas, quizás debido a enfermedades que afectaban a la población.
Cronológicamente, los dólmenes se han clasificado en tres periodos que abarcan miles de años. Los más antiguos son sencillos, de tamaño pequeño y con pocos objetos. Corresponden al periodo de transición del Neolítico a la Edad de Bronce I (entre el 2.500 y el 2.300 a.C.).
La mayoría de los monumentos pertenecen a un periodo intermedio. Su tamaño y tipo varían mucho, y se caracterizan por la abundancia de objetos arqueológicos. Esto indica un momento de gran desarrollo cultural de la sociedad que los construyó. Estos monumentos abarcan desde la Edad de Bronce I hasta el Eneolítico (entre el 2.300 y el 1.800 a.C.). Los monumentos más recientes corresponden a la transición de la Edad de Bronce I a la Edad de Bronce II (entre el 1.800 y el 1.700 a.C.). Estos últimos tienen objetos de metal y cerámica con decoraciones grabadas.
El Parque Megalítico: Un lugar para explorar
El proyecto para dar valor al Parque Megalítico de Gorafe comenzó en 1998. Su objetivo era proteger y restaurar los dólmenes que habían sido dañados por la gente o por el clima. De los 242 dólmenes que se han registrado desde las primeras excavaciones en 1868, hoy se conservan 125. De estos, 37 han sido restaurados para que los visitantes puedan verlos. Después de restaurar los dólmenes más interesantes, se crearon tres rutas señalizadas para visitarlos, con paneles explicativos: la ruta de las Hoyas del Coquín (1.200 metros), la del Llano de Olivares (3.610 metros) y la de Las Majadillas (2.150 metros).
Las dos necrópolis de la ruta de Hoyas del Coquín (Umbría de las Hoyas y Hoyas del Coquín Bajo) son de la Edad de Bronce I (entre el 2300 y el 1800 a.C.). Tienen 20 dólmenes, de los cuales 10 se pueden visitar. Son los más grandes de la zona, algunos alcanzan los 2,20 metros de altura y se construyeron con losas de piedra muy grandes.
La necrópolis del Llano de Olivares tiene 23 dólmenes, y 13 de ellos se pueden visitar. La mayoría son pentagonales y en algunos aún se conservan las losas que los cubrían. En el dolmen 84 de Las Majadillas se encontraron los esqueletos de 22 personas, siendo el entierro más numeroso de la región.
Finalmente, la necrópolis de Las Majadillas, con 23 dólmenes y 14 visitables, es la que tiene la mayor concentración de tumbas en la zona. Aquí también hay dólmenes muy grandes, como el llamado La Cobertera con 3,4 metros de largo o el número 69 con 4,4 metros.
Como parte del mismo proyecto para mejorar las rutas y los dólmenes, se construyó el centro de interpretación del Megalitismo en el centro del pueblo de Gorafe. Es un edificio circular de 634 m² con cinco salas equipadas con tecnología moderna y parte del material arqueológico encontrado en los yacimientos. En este centro, se proyecta un documental en 3D que explica cómo vivieron las diferentes culturas en el valle de Gorafe y cómo construyeron estos impresionantes monumentos funerarios.