Mosquete para niños
El mosquete fue un tipo de arma de fuego que usaron los soldados de infantería desde el siglo XVI hasta el siglo XIX. Se caracterizaba por cargarse por la boca del cañón.
A lo largo del tiempo, los mosquetes usaron diferentes sistemas para disparar. Los más antiguos usaban una mecha encendida. Luego vinieron los de rueda, después los de pedernal (que hacían una chispa al golpear una piedra) y, finalmente, los de cápsula fulminante.
A mediados del siglo XVI, el mosquete original, que era muy pesado, empezó a desaparecer porque las armaduras pesadas ya no se usaban tanto. Sin embargo, la palabra "mosquete" siguió usándose para referirse a las armas largas de cañón liso hasta mediados del siglo XIX.
Este tipo de mosquete fue reemplazado en el siglo XIX por los mosquetes estriados, que hoy llamamos simplemente "fusiles". Estos usaban una bala Minié, inventada en 1849. También contribuyó a su desaparición el desarrollo de armas que se cargaban por la parte de atrás (retrocarga) y usaban cartuchos completos, como los introducidos en 1835. El primer fusil de repetición confiable, fabricado en 1860, marcó el fin de la era del mosquete.
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¿Qué es un mosquete y para qué servía?
El mosquete surgió como una mejora del arcabuz. Su cañón podía medir hasta un metro y medio. Al principio, era un arma grande y pesada. Los soldados necesitaban un soporte, llamado horquilla, para apoyarlo y poder apuntar bien. Por eso, y porque era más barato, el arcabuz se siguió usando durante el siglo XVII.
Más tarde, los mosquetes se hicieron más ligeros y se volvieron muy populares en el siglo XVIII. El mosquete usaba balas que pesaban el doble que las del arcabuz. Esto le daba más fuerza para detener al enemigo. También tenía un alcance efectivo mayor. Se solía disparar a unos 50 metros, aunque podía alcanzar casi 100 metros. El arcabuz, en cambio, se disparaba a 25 metros o menos.
A partir de mediados del siglo XVII, se dejó de usar la llave de mecha. Se empezó a usar un sistema de disparo con llave de chispa y pedernal. Esto permitía disparar más rápido y eliminaba la mecha, que era un poco complicada de manejar.
¿Cómo evolucionó el mosquete?
Aunque no se sabe quién los inventó, el arcabuz y el mosquete eran armas muy parecidas que se cargaban por la boca. Al principio, representaban dos formas diferentes de combatir.
Mosquete vs. Arcabuz: Diferencias iniciales
El arcabuz era un arma más ligera y fácil de manejar. Sus usuarios podían moverse con más libertad, como una infantería ligera. El mosquete, en cambio, era como una artillería portátil. Se usaba por su gran capacidad para detener al enemigo. Sin embargo, era más caro, difícil de cargar y muy pesado. Por eso, al principio, solo los soldados más fuertes y entrenados lo usaban.

En formaciones cerradas, ambos tipos de soldados combatían juntos. En España, en los tercios, se les llamaba "mangas". Eran grupos de compañías que se colocaban a los lados de los batallones de picas.
El proyectil del mosquete (y del arcabuz) debía ser un poco más pequeño que el cañón. Esto facilitaba la carga, pero hacía que se perdiera parte de la fuerza del disparo. Además, la bala rebotaba dentro del cañón, lo que hacía muy difícil predecir su trayectoria. Por eso, estas armas no eran muy precisas ni tenían mucho alcance.
El mosquetero: Un soldado clave
El mosquetero era un soldado que rara vez usaba armadura pesada, solo un coleto de cuero. Esto era por el peso de su equipo. A diferencia del arcabucero, que a veces usaba cascos o corazas.
Para cargar, el mosquetero llevaba un cinturón con doce pequeños recipientes de madera. Cada uno tenía la cantidad exacta de pólvora gruesa para un disparo. Que un soldado llevara solo doce cargas muestra lo lento que era disparar estas armas.
También llevaba una polvorera con pólvora fina para cebar la cazoleta, que era donde se iniciaba el disparo. En una bolsita, llevaba las balas de plomo. Llevar la mecha encendida por ambos extremos era peligroso y a veces causaba accidentes. El mosquetero también solía llevar espada y daga para defenderse de cerca. A veces, usaba el propio mosquete como un palo.
El mosquete cambia la guerra
La principal ventaja del mosquete era su poder de penetración. Fue tan exitoso que las armaduras se dejaron de usar en el campo de batalla porque ya no eran útiles. Esto, a su vez, permitió que los mosquetes se hicieran más ligeros.
En la segunda mitad del siglo XVII, los mosquetes eran tan ligeros que ya no necesitaban la horquilla. Esta evolución hizo que el mosquetero reemplazara poco a poco al arcabucero en los ejércitos europeos. Así, un solo soldado combinaba la potencia de fuego y la versatilidad.
A finales del siglo XVII, el mosquete dominaba el campo de batalla. Se pasó de las llaves de mecha y rueda a la llave de chispa. La bayoneta también fue un gran avance. Al principio, se metía en el cañón e impedía disparar. Pero a mediados del siglo XVIII, se inventó la bayoneta de cubo, que se podía colocar sin tapar el cañón. Esto permitió que los ejércitos ya no necesitaran soldados con picas, y hubiera más mosqueteros.
Por primera vez, los ejércitos estaban formados casi solo por mosqueteros. Tenían un gran poder de fuego y, si estaban bien entrenados, podían defenderse de la caballería formando un cuadro de infantería.
El mosquetero de esta época era más ligero y estilizado que los primeros. La munición también mejoró. Cada carga de pólvora y su proyectil venían en un cilindro de papel. Se guardaban en una cartuchera con tapas de seguridad, separadas del sistema de encendido. Esto hacía su uso mucho más seguro.
Los nuevos sistemas de disparo y empaque de la carga y la bala simplificaron los movimientos para cargar el arma. Aun así, una tropa se consideraba muy bien entrenada si sus soldados lograban hacer tres disparos en un minuto. Las cartucheras podían llevar de 20 a 40 cargas.
A finales de la época napoleónica, se empezaron a usar armas con ánima estriada. Esto hacía que la bala girara en el cañón, lo que aumentaba la precisión y el alcance. Después, la llave de chispa fue reemplazada por la llave de percusión. Así terminó la era del mosquete y comenzó la del fusil.
¿Cómo se usaba un mosquete?
Cada país tenía su propio método de entrenamiento para cargar y disparar. En el siglo XVI, en Europa, el proceso para un mosquete era así:
- Con el mosquete y el soporte en la mano izquierda, se abría la cazoleta de cebado.
- Se ponía pólvora en la cazoleta.
- Se cerraba la cazoleta.
- Se ponía el mosquete al lado de la espada, con la boca hacia arriba.
- Se tomaba una carga, se abría y se vertía la pólvora en el cañón.
- Se tomaba una bala y se ponía en el cañón.
- Se sacaba la baqueta y se metía en el cañón.
- Se empujaba la carga.
- Se sacaba la baqueta del cañón y se guardaba.
- Se levantaba el mosquete y se volvía a colocar el soporte en la mano izquierda.
- Con la mano derecha, se tomaba la mecha encendida, se soplaba la ceniza y se colocaba en la serpentina (una pieza que sujetaba la mecha).
- Se probaba la mecha girando la serpentina para asegurarse de que el extremo encendido tocara el centro de la cazoleta.
- Se protegía la cazoleta con los dedos de la mano derecha.
- Se soplaba la ceniza de la mecha, se abría la cazoleta, se levantaba el mosquete, se apuntaba y se apretaba el gatillo para que la mecha encendida tocara la pólvora de la cazoleta y disparara el mosquete.
- Se bajaba la culata del mosquete del hombro y se tomaba el soporte con la mano izquierda.
- Se retiraba la mecha de la serpentina con la mano derecha y se colocaba entre los dedos de la mano izquierda.
- Se cerraba la cazoleta para preparar el siguiente disparo.
En Inglaterra, en esa época, el proceso era diferente. La carga principal se ponía antes de cebar la cazoleta. Cebar la cazoleta antes de la carga principal era más seguro. Si una chispa encendía la pólvora de cebado antes de cerrar la tapa, solo habría un pequeño destello. Si la carga principal ya estuviera puesta, el daño podría ser mucho mayor.
En el siglo XVIII, con mosquetes como el inglés Brown Bess, que usaba llave de chispa, la carga y el disparo se hacían así:
- A la orden de "cebar y cargar", el soldado giraba un cuarto a la derecha y ponía el mosquete en posición de cebado. La cazoleta ya estaría abierta si se había disparado antes. Si no, se ordenaba "Abrid la bandeja".
- A la orden "maneja el cartucho", el soldado sacaba un cartucho de su caja. Los cartuchos tenían una bala de plomo envuelta en papel, que también contenía la pólvora. El soldado arrancaba el extremo del cartucho con los dientes y lo escupía, sosteniendo el cartucho abierto en su mano derecha.
- Al dar la orden "cebar", el soldado tiraba del martillo hasta la mitad y vertía un poco de pólvora del cartucho en la cazoleta. Luego, cerraba la tapa para que la pólvora quedara atrapada.
- A la orden "sobre", se bajaba la culata del mosquete y se apoyaba en la pantorrilla izquierda del soldado. Así, podía acceder a la boca del cañón. El soldado vertía el resto de la pólvora del cartucho por la boca del cañón. Luego, metía el cartucho con la bala por la boca del cañón, y el papel restante por encima de la bala. Este papel servía para que la bala y la pólvora no se cayeran si se bajaba el cañón.
- Cuando se ordenaba "sacar baquetas", el soldado sacaba la baqueta del mosquete. La baqueta se agarraba, se invertía y se metía un poco en la boca del cañón.
- Al dar la orden de "bajar el cartucho", el soldado usaba la baqueta para empujar firmemente el papel, la bala y la pólvora hasta el fondo del cañón. Luego, se sacaba la baqueta, se invertía y se volvía a colocar en su lugar en el mosquete.
- A la orden de "devolver la baqueta, el soldado empujaba rápidamente la baqueta hasta que quedara completamente en su posición normal. Una vez que la baqueta estaba bien puesta, el brazo derecho del soldado se mantenía paralelo al suelo, tocando la lengüeta de la bayoneta, y presionando el mosquete contra su hombro izquierdo. La mano izquierda del soldado seguía sujetando el mosquete.
(El soldado nunca ponía el mosquete en el suelo para cargarlo).
- A la orden "Prepárense, el mosquete se levantaba, perpendicular al suelo. La mano izquierda en la culata, el cerrojo girado hacia la cara del soldado, y la mano derecha tiraba del cerrojo hasta el tope y agarraba la muñeca del mosquete.
- A la orden de "presentar", la culata del mosquete se llevaba al hombro derecho del soldado. Al mismo tiempo, el soldado bajaba la boca del cañón a la posición de disparo, paralela al suelo, y apuntaba al enemigo.
- A la orden de "fuego, el soldado apretaba el gatillo, y el mosquete (con suerte) disparaba. Se esperaba un segundo, y luego se bajaba rápidamente el mosquete a la posición de carga, con la culata contra la cadera derecha del soldado. El soldado miraba su cazoleta abierta para ver si el cebo se había encendido.
Este proceso se enseñaba a las tropas hasta que podían hacerlo al oír una sola orden de "cebar y cargar". No se daban más órdenes verbales hasta que el mosquete estaba cargado. La principal ventaja del Ejército Británico era que sus soldados de infantería practicaban este procedimiento casi todos los días. Un grupo de soldados bien entrenados podía cargar y disparar cuatro cartuchos por minuto. Una compañía de infantería de primera línea podía disparar cinco cartuchos en un minuto.
Muchos soldados preferían simplificar los procedimientos de recarga para disparar más rápido. Thomas Anburey, un teniente del ejército de Burgoyne, dijo: "Aquí no puedo dejar de observar, si procedía de una idea de auto-preservación, o del instinto natural, pero los soldados mejoraron en gran medida el modo en que se les enseñó, en cuanto a la expedición. Porque tan pronto como habían cebado sus piezas y puesto el cartucho en el cañón, en lugar de embestirlo con sus varas, golpeaban el extremo de la pieza en el suelo, y llevándolo al presente, lo disparaban".
Véase también
En inglés: Musket Facts for Kids
- Arcabuz
- Mosquete Charleville
- Mosquete Nock
- Mosquete Potzdam
Galería de imágenes
-
Mosquetes y bayonetas a bordo de la fragata Grand Turk.