Mimetismo para niños
El mimetismo es una habilidad asombrosa que tienen algunos seres vivos para parecerse a otros organismos o a su propio entorno. Lo hacen para obtener una ventaja, como protegerse o conseguir alimento.
El objetivo principal del mimetismo es engañar a los sentidos de otros animales que viven en el mismo lugar. Así, logran que esos animales actúen de cierta manera. Los casos más conocidos son los que engañan a la vista, pero también hay mimetismo que engaña al oído, al olfato, o incluso al tacto.
Un ejemplo muy conocido es el del camaleón. Su piel puede cambiar de color para mezclarse con el lugar donde se mueve. Algunos científicos dicen que esto es más bien un tipo de cripsis (camuflaje) que mimetismo puro.
Contenido
Mimetismo y camuflaje
El mimetismo y el camuflaje (también llamado cripsis) son parecidos, pero no son lo mismo. Ambos ayudan a los animales a sobrevivir.
La diferencia es que en el mimetismo, un ser vivo se parece a otro ser vivo de su alrededor. En cambio, en el camuflaje, el ser vivo se parece al lugar donde vive.
Por ejemplo, muchos insectos como los saltamontes y algunos insectos palo parecen hojas o ramitas secas. Las orugas de las mariposas de la familia geométridos se quedan quietas y rígidas, pareciendo una pequeña rama.
Señales de advertencia
A veces, el mimetismo se combina con las señales de advertencia. Esto ocurre cuando animales que no son peligrosos imitan las características de otros que sí lo son. Así, los depredadores se mantienen alejados.
Un ejemplo son algunas orugas que tienen manchas grandes y redondas, llamadas ocelos. Estas manchas parecen ojos grandes y asustan a los posibles atacantes.
Automimetismo: engañarse a sí mismo
El automimetismo es cuando una parte del cuerpo de un animal se parece a otra parte más importante o vulnerable. Esto sirve para que los depredadores ataquen la parte menos importante, permitiendo que el animal escape.
Un ejemplo claro son algunas mariposas y peces que tienen manchas en forma de ojos (ocelos) en sus alas o cola. Estas manchas hacen que la cola o las alas parezcan la cabeza del animal, que es la parte más vulnerable. Si un depredador ataca la cola o las alas, el animal puede sobrevivir.
Algunos científicos creen que la función de estos ocelos es imitar los ojos de animales más grandes y peligrosos, para asustar al depredador.
Otro ejemplo son algunos lagartos y anfisbenios (un tipo de reptil sin patas). Su cola se parece mucho a su cabeza.
Mimetismo de "engaño"
El científico Henry Walter Bates notó que algunas especies inofensivas se parecían a otras que eran peligrosas o tenían mal sabor. Al hacer esto, lograban evitar ser atacadas por los depredadores. A este fenómeno se le llama mimetismo batesiano.
Lo vemos en moscas de las familias Syrphidae y Bombyliidae, que se parecen a abejas y avispas. También hay serpientes inofensivas que imitan los colores de las serpientes de coral, que son muy venenosas.
Mimetismo de "trabajo en equipo"
En 1879, Fritz Müller observó que los animales que se imitan entre sí a menudo comparten una característica que los protege, como un mal sabor. La razón es que así "educan" a los depredadores jóvenes.
Si varias especies que son desagradables o peligrosas se parecen entre sí, el depredador solo necesita probar una para aprender a evitarlas a todas. Esto significa que menos animales de cada especie mueren. A este fenómeno se le llama mimetismo mülleriano.
El "círculo mülleriano" es el grupo de especies que comparten las mismas señales de advertencia.
Mimetismo para la reproducción
En algunos casos, las plantas usan el mimetismo para atraer a los polinizadores, que son los que llevan el polen de una flor a otra.
Los ejemplos más notables son las orquídeas. Algunas orquídeas engañan a los insectos, generalmente a los machos de ciertas abejas o avispas. Lo hacen pareciéndose a una hembra de esa especie y, a veces, liberando olores que imitan las feromonas (sustancias químicas que atraen a los insectos para el apareamiento).
Mimetismo que no es visual
Como los humanos dependemos mucho de la vista, a veces no nos damos cuenta de otros tipos de mimetismo.
Un ejemplo de mimetismo auditivo es el de la lechuza terrestre (Athene cunicularia). Esta lechuza anida en agujeros en el suelo. Cuando un enemigo se acerca, sus polluelos hacen un sonido que parece el de una serpiente de cascabel para asustarlo.
En cuanto a los sentidos químicos, muchas orquídeas (Ophrys) liberan sustancias que imitan las feromonas de ciertas avispas o abejas. Así, engañan a los machos, que creen que se acercan a una hembra de su especie.
Hay plantas como Amorphophallus, Rafflesia y Stapelia que huelen a carne en descomposición. Este olor atrae a moscas y escarabajos que normalmente ponen sus huevos en animales muertos. De esta manera, las plantas son polinizadas.
Mimetismo para cazar o parasitar
El mimetismo agresivo ocurre cuando algunos depredadores o parásitos se parecen a una especie inofensiva. Así, engañan a sus posibles presas o a los animales que van a parasitar.
Un ejemplo son algunas luciérnagas. Las hembras de una especie de Photuris imitan las señales de luz de las hembras de otra especie (Photinus). Así atraen a los machos de Photinus y los cazan para alimentarse.
Algunas mantis imitan flores para engañar a sus presas, que no ven el peligro. Un ejemplo es la mantis orquídea (Hymenopus coronatus).
Un caso especial es el de las larvas de algunos escarabajos del género Meloe. Se juntan y producen una feromona que imita el olor de una abeja hembra. Cuando un macho de abeja se acerca para aparearse con la masa de larvas, estas se suben a su cuerpo. Luego, son transferidas a una abeja hembra y así pueden llegar al nido para alimentarse de las larvas de abeja.
Un ejemplo clásico de parasitismo es el del cuco. La hembra pone sus huevos en los nidos de otras aves para que estas los críen. Los huevos del cuco suelen parecerse a los de la especie que los va a cuidar.
¿Cómo evoluciona el mimetismo?
Se cree que el mimetismo es una adaptación que ayuda a los seres vivos a sobrevivir y reproducirse mejor.
Para explicar cómo evoluciona el mimetismo en las mariposas, existe una hipótesis de dos pasos. Primero, una mutación grande causa cambios importantes en su apariencia. Luego, pequeños cambios genéticos van haciendo que el parecido sea cada vez mayor.
Muchos mimetismos no son perfectos. La selección natural hace que el parecido sea suficiente para cumplir su objetivo. Por ejemplo, si un depredador evita a un animal que se parece un poco a una serpiente venenosa, ese animal ya está bastante protegido.
La evolución convergente es otra explicación. Ocurre cuando diferentes organismos, como algunos peces de arrecifes de coral o invertebrados como esponjas y nudibranquios, llegan a parecerse entre sí porque viven en ambientes similares y enfrentan desafíos parecidos.
Galería de imágenes
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Oruga de geométrido adoptando pose de ramita.
Véase también
En inglés: Mimicry Facts for Kids
- Aposematismo
- Camuflaje
- Cripsis
- Evolución convergente
- Mimetismo en las plantas
- Mimetismo locomotor
- Mimetismo químico
- Pulpo mimo
- Mimetismo agresivo