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Evolución convergente para niños

Enciclopedia para niños

La evolución convergente ocurre cuando diferentes seres vivos desarrollan características muy parecidas, aunque no estén cercanamente emparentados. Esto sucede porque se adaptan a ambientes similares o a formas de vida parecidas. Es como si la naturaleza encontrara soluciones similares para problemas parecidos.

Un ejemplo clásico es el vuelo. Los pterosaurios (reptiles voladores extintos), las aves y los murciélagos (mamíferos voladores) desarrollaron alas para volar. Sus alas son parecidas en función, pero evolucionaron de forma independiente a partir de estructuras ancestrales diferentes. Esto muestra que hay ciertas "reglas" o limitaciones en cómo los organismos pueden evolucionar, pero también que cada grupo sigue su propio camino.

A veces, los biólogos distinguen la evolución convergente de otros tipos de cambios que también dan resultados similares, como el paralelismo y la reversión. Todos estos fenómenos se agrupan bajo el nombre de homoplasias. La diferencia principal es que en la convergencia, los organismos no están muy relacionados, mientras que en el paralelismo, los grupos están más cerca en el árbol evolutivo y desarrollan características similares de manera parecida.

Las estructuras que evolucionan por convergencia se llaman estructuras análogas. Son parecidas en función, pero no porque provengan de un ancestro común reciente. Por ejemplo, las alas de los murciélagos y las de los pterosaurios son análogas. En cambio, las estructuras homólogas son similares porque provienen de un ancestro común, aunque ahora tengan funciones diferentes. El ala de un murciélago y el brazo de un humano son homólogos, ya que ambos son miembros anteriores de mamíferos, aunque uno vuele y el otro agarre cosas.

Cuando la evolución convergente ocurre en diferentes momentos de la historia, se le llama relevo evolutivo. Un ejemplo es la similitud entre las ballenas (mamíferos marinos del Cenozoico) y los ictiosaurios (reptiles marinos del Mesozoico). Ambos grupos desarrollaron formas corporales muy parecidas para vivir en el océano, y las ballenas ocuparon nichos ecológicos similares a los que dejaron los ictiosaurios cuando se extinguieron.

¿Por qué ocurre la evolución convergente?

El desarrollo de características similares en organismos que no están emparentados se debe a que se adaptan a ambientes o estilos de vida muy parecidos. Es como si el entorno "moldeara" a los seres vivos para que funcionen de la mejor manera posible en esas condiciones.

Un ejemplo interesante es la comparación entre los marsupiales de Australia y Sudamérica con los placentados de otras partes del mundo. Aunque evolucionaron por separado después de que el supercontinente Pangea se dividiera, muchos marsupiales tienen "equivalentes" placentados con formas y estilos de vida muy similares. Por ejemplo, el falangero planeador (un marsupial) y las ardillas voladoras (placentados) son un claro ejemplo de esta adaptación convergente al planeo.

Ejemplos notables de evolución convergente

El ojo: una solución visual sorprendente

El ojo de los cefalópodos (como los calamares) y el de los vertebrados (como los humanos) es uno de los ejemplos más famosos de evolución convergente. Ambos tienen estructuras muy similares, como el cristalino, la retina y el iris, que les permiten ver. Sin embargo, la forma en que el nervio óptico se conecta a la retina es diferente en cada grupo, lo que demuestra que evolucionaron de manera independiente.

Aunque las estructuras finales del ojo son convergentes, se ha descubierto que un gen llamado Pax-6 es fundamental para la formación del ojo en muchos animales. Esto sugiere que, si bien los ojos evolucionaron por separado, partieron de un "punto de inicio" común en el desarrollo, lo que facilitó que llegaran a soluciones visuales tan parecidas.

Adaptaciones en mamíferos

Otro ejemplo de evolución convergente se ve en la aparición de mamíferos con cerebros grandes. Esto ha ocurrido de dos maneras principales: o el cerebro se hizo más grande, o el resto del cuerpo se hizo más pequeño, lo que hace que el cerebro parezca más grande en proporción.

También podemos observar convergencia en la forma del cuerpo de animales que viven en ambientes subterráneos, como los topos (mamíferos) y los pichiciegos (un tipo de armadillo). Ambos tienen cuerpos cilíndricos, patas fuertes para cavar y ojos pequeños o ausentes, adaptaciones perfectas para la vida bajo tierra.

Convergencia en el mundo animal

  • Los tilacinos (un marsupial extinto) y los chacales (un cánido placentado) tenían una apariencia muy similar, a pesar de pertenecer a grupos de mamíferos muy diferentes.
  • Los pangolines y los armadillos desarrollaron escamas protectoras y garras fuertes para alimentarse de insectos, aunque no están cercanamente emparentados.
  • Las cochinillas de humedad (crustáceos) y los gloméridos (miriápodos) pueden enrollarse en una bola para protegerse, un comportamiento llamado conglobación.
  • Los delfines (mamíferos) y los ictiosaurios (reptiles extintos) desarrollaron cuerpos hidrodinámicos y aletas para nadar rápidamente en el océano.

Convergencia a nivel molecular

La evolución convergente no solo ocurre en las características físicas, sino también a nivel molecular, en los genes y las proteínas. Se han encontrado secuencias de genes y proteínas muy similares en especies diferentes que no están relacionadas, lo que sugiere que estas moléculas también evolucionaron de forma convergente para cumplir funciones parecidas.

Por ejemplo, se ha visto convergencia en una proteína del oído de delfines y murciélagos que usan la ecolocalización (emitir sonidos para orientarse). También se han encontrado cambios similares en proteínas de víboras y lagartos, o en la enzima lisozima de vacas y langures, que les ayuda a digerir los alimentos de forma similar.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Convergent evolution Facts for Kids

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Evolución convergente para Niños. Enciclopedia Kiddle.