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Manuel García-Pelayo para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Manuel García-Pelayo
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Escudo de España (mazonado).svg
Presidente del Tribunal Constitucional
12 de julio de 1980-21 de febrero de 1986
Predecesor Cargo creado
Sucesor Francisco Tomás y Valiente

Información personal
Nacimiento 23 de mayo de 1909
Bandera de España Corrales del Vino (Zamora), España
Fallecimiento 25 de febrero de 1991

Bandera de Venezuela Caracas, Venezuela
Nacionalidad Española
Familia
Cónyuge Mercedes Vázquez Fernández-Pimentel (1941-1965)
Graciela Soriano (1967-1991)
Información profesional
Ocupación Jurista
Empleador Universidad Central de Venezuela
Miembro de
Distinciones
  • Doctorado honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México
  • Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (1981)
  • Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort (1982)
  • Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (2000)

Manuel García-Pelayo Alonso (nacido en Corrales del Vino, Zamora, el 23 de mayo de 1909, y fallecido en Caracas, Venezuela, el 25 de febrero de 1991) fue un importante jurista español. Se destacó por presidir el Tribunal Constitucional de España entre los años 1980 y 1986.

La vida y obra de Manuel García-Pelayo

La trayectoria de Manuel García-Pelayo es muy interesante. Fue un pensador que dedicó su vida al estudio del derecho y la política. Su trabajo ha sido muy valorado, aunque a veces no tan conocido en España como en otros lugares.

Su figura se hizo más conocida por una decisión importante que tomó como presidente del Tribunal Constitucional. Esta decisión generó debates sobre la independencia de este tribunal. Sin embargo, estudios más recientes han ayudado a entender mejor su pensamiento y su papel.

Su vida y sus ideas pueden dividirse en varias etapas importantes.

Sus primeros años y formación (1909-1936)

Manuel García-Pelayo nació en Corrales del Vino, Zamora, en 1909.

Una generación de juristas destacados

Manuel García-Pelayo formó parte de una generación de juristas muy talentosos. Estudiaron y se doctoraron en la Universidad Central de Madrid a finales de la Restauración y durante la Segunda República.

Muchos de ellos vivieron en la Residencia de Estudiantes y recibieron becas para estudiar en el extranjero, especialmente en Austria y Alemania. Allí conocieron ideas importantes de pensadores como Hermann Heller y Carl Schmitt.

Esta generación vio con buenos ojos la llegada de la Segunda República. Sin embargo, los eventos de la época los llevaron a tomar parte en la Guerra Civil. A pesar de las diferencias, todos creían que España necesitaba un Estado fuerte y moderno.

Muchos de estos juristas se integraron en el régimen que surgió después de la guerra. Contribuyeron a mantener la vida intelectual en instituciones como el Instituto de Estudios Políticos.

Sus estudios y viajes

Archivo:En la RE
Residencia de Estudiantes (1930)

Manuel García-Pelayo era hijo de un militar y un ama de casa. Terminó el bachillerato en Zamora en 1926 y se mudó a Madrid para estudiar derecho.

En Madrid, vivió en la Residencia de Estudiantes. Allí presenció la caída de la monarquía y el inicio de la Segunda República. En estos años, se interesó mucho por la política.

En los últimos años de su carrera, se dedicó a la filosofía del derecho. Se licenció en 1933 y en 1934 presentó su tesis doctoral. En ella, estudió las ideas sobre el derecho a resistir un poder injusto en los pensadores españoles del siglo XVI.

Después de doctorarse, en 1934, viajó a Viena con una beca. En 1935, regresó a España y fue profesor en la Universidad Central. A principios de 1936, hizo una segunda estancia en Berlín, donde conoció a Carl Schmitt. Las ideas de Schmitt sobre la política y el derecho lo influyeron mucho.

En sus primeros años como académico, escribió artículos importantes. Por ejemplo, en 1931, analizó el libro ¿Qué es una Constitución? de Ferdinand Lassalle. También escribió sobre los problemas legales de la conquista de América en 1936.

Guerra y posguerra (1936-1950)

Cuando comenzó la Guerra Civil en julio de 1936, García-Pelayo regresó de Berlín. Se unió voluntariamente al Ejército Republicano. Su padre y su hermano, por otro lado, participaron en el Ejército Nacional.

Se involucró activamente en las tareas militares, primero como oficial de infantería y luego como oficial de Estado Mayor. Su buen desempeño le valió una condecoración.

Al terminar la guerra, fue detenido y juzgado por su participación en el conflicto. Fue condenado, pero se libró de volver a prisión gracias a un indulto.

Entre 1940 y 1948, preparó a estudiantes para el cuerpo diplomático, tradujo obras y publicó artículos y su primer libro, El Imperio británico (1945).

En 1948, gracias a su amigo Francisco Javier Conde, aceptó el puesto de secretario de los cursos de ciencia política y sociología en el Instituto de Estudios Políticos.

En estos años, publicó su obra más reconocida: Derecho constitucional comparado (1950). En este libro, García-Pelayo explicó que la Constitución no es solo un conjunto de normas. Para entenderla bien, hay que relacionarla con la sociedad, la historia y la política de un país. Es decir, la Constitución es la estructura legal y política de un Estado, que organiza el poder y refleja los valores de un pueblo.

Su etapa en Hispanoamérica (1951-1978)

En 1951, Manuel García-Pelayo decidió irse de España y vivir en Argentina. Se sentía como un "exiliado" en su propio país y creía que su carrera académica tendría más oportunidades fuera.

En Argentina

En Argentina, trabajó en una compañía eléctrica y dio clases de derecho constitucional en la Universidad de Buenos Aires.

En Puerto Rico

En 1954, la Universidad de Puerto Rico lo contrató como profesor. Permaneció allí hasta 1958.

En Puerto Rico, volvió a dedicarse por completo a la vida académica. Estudió el pensamiento antiguo y la transición entre la Alta y la Baja Edad Media. De esta época son sus obras "La transfiguración del poder" y El reino de Dios, arquetipo político.

En "La transfiguración del poder", García-Pelayo explica que el poder siempre ha existido entre las personas. Para que la gente lo acepte, el poder se ha "transformado" a lo largo de la historia, usando ideas como que "mandan las leyes" o que "gobierna el pueblo". Pero, en realidad, siempre se obedece a personas concretas.

En El reino de Dios, arquetipo político, analizó cómo se organizaba la política en la Alta Edad Media. En esa época, la creencia en Dios era el centro de la sociedad. La misión era establecer el "reino de Dios en la tierra". Esto hizo que la política se mezclara con la religión. Sin embargo, un conflicto entre el Papa y el Emperador llevó a una separación entre lo religioso y lo civil, dando origen a la distinción entre Estado e Iglesia que conocemos hoy.

En Venezuela

En 1958, con el regreso de la democracia a Venezuela, la Universidad Central le ofreció crear y dirigir un Instituto de Estudios Políticos. Aceptó la propuesta y dirigió el Instituto desde 1959 hasta su jubilación en 1979.

Durante su tiempo en Venezuela, impulsó muchas publicaciones y continuó sus estudios sobre el mito y la política. También se interesó por cómo la economía y la tecnología cambiaban los sistemas políticos modernos.

En su ensayo "Idea de la política" (1967), García-Pelayo argumenta que la política es una forma de lucha. Esta lucha puede ser violenta (como la guerra) o no violenta (como los debates legales o la propaganda). Él consideraba que el conflicto es parte de la existencia humana. El Estado moderno logró que esta lucha se diera de forma más civilizada, con reglas. Sin embargo, la lucha política, como la que se ve entre partidos, nunca desaparece.

También analizó cómo la tecnología afecta al Estado. En "Burocracia y tecnocracia" (1973), explicó que el desarrollo tecnológico permite al Estado mantener el orden sin tanta violencia. Los medios de comunicación y el bienestar económico hacen que las personas se integren al sistema de forma más natural.

En 1975, continuó estudiando los cambios del Estado en la era postindustrial. Defendió el "Estado social", que busca que los valores de libertad e igualdad sean una realidad para toda la población. El Estado social no elimina al Estado liberal, sino que lo mejora y lo adapta a los nuevos tiempos, corrigiendo los problemas de la sociedad industrial.

Regreso a España y presidencia del Tribunal Constitucional (1978-1991)

Aunque vivió fuera de España, García-Pelayo siempre mantuvo el contacto con su país. Fue testigo de los cambios en España después de la muerte de Franco.

La Transición española

Durante la Transición, Manuel García-Pelayo participó en el proceso de creación de la Constitución de 1978. En 1978, elaboró un informe sobre el proyecto de Constitución para el Senado.

Después de jubilarse en Venezuela en 1979, los principales partidos políticos de España le propusieron ser magistrado del recién creado Tribunal Constitucional. Aceptó y fue nombrado en febrero de 1980. Poco después, sus compañeros lo eligieron presidente del Tribunal. Renunció a estos cargos en febrero de 1986.

Decisiones importantes en el Tribunal Constitucional

Archivo:TCI1982
Presidente del Tribunal Constitucional

Su tiempo al frente del Tribunal Constitucional fue notable. Aunque era muy respetado, no participaba activamente en todos los detalles. Prefería arbitrar las posiciones de los diferentes magistrados.

Una de las decisiones más comentadas fue la sentencia sobre la expropiación de Rumasa en 1983. El Tribunal Constitucional decidió que la expropiación era legal. Esta decisión fue muy debatida, pero algunos expertos creen que su voto fue coherente con sus ideas de que la ley debe adaptarse a la realidad social.

En 1985, otra decisión importante fue la de la ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo. En este caso, su voto fue en contra de la ley. Manuel Aragón, un colega suyo, explicó que García-Pelayo veía la guerra como una tragedia y valoraba mucho la vida. Por eso, su voto en este tema era comprensible.

Segundo exilio y fallecimiento

Después de renunciar a su cargo en 1986, regresó a Caracas, Venezuela. Allí enfermó en 1987 y falleció el 25 de febrero de 1991.

Sus últimas obras académicas

En sus últimos años, escribió ensayos importantes sobre el Tribunal Constitucional y el "Estado de partidos".

En su discurso de inauguración del Tribunal Constitucional en 1980, García-Pelayo afirmó que un tribunal constitucional es el principal defensor de la Constitución. Su función es asegurar que la política se someta al derecho, evitando que los jueces tomen decisiones políticas.

En su último libro, El Estado de partidos (1986), analizó cómo los partidos políticos se han vuelto fundamentales en las democracias modernas. Explicó que existen diferentes tipos de democracia: directa, representativa y de partidos. En la democracia de partidos, estos grupos actúan como intermediarios entre los ciudadanos y el gobierno.

También señaló que las constituciones modernas reconocen el papel de los partidos. Además, advirtió que la presencia de partidos de masas cambia la división de poderes. El Parlamento y el Gobierno suelen estar controlados por el partido mayoritario. Por ello, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional son muy importantes para controlar el poder político y asegurar que el Estado de partidos funcione de manera adecuada y limitada.

Selección bibliográfica

  • «Los conceptos jurídicos fundamentales en San Isidoro de Sevilla», Revista de Ciencias Jurídicas y Sociales, vol. XVII, n.º 66, 1934, pp. 375-397.
  • «Juan Ginés de Sepúlveda y los problemas jurídicos de la conquista de América», Tierra Firme, n.º 2, 1936, pp. 227-258.
  • «Sobre la significación histórica del mercantilismo», Teoría y Hechos, n.º 7, 1944, pp. 295-301.
  • El Imperio británico, Revista de Occidente, Madrid, 1945.
  • «La constitución estamental», Revista de Estudios Políticos, n.º 44, 1949, pp. 105-120.
  • Derecho constitucional comparado, Revista de Occidente, Madrid, 1.ª ed. 1950.
  • «La transfiguración del poder», Revista de Ciencias Sociales, vol. 1, n.º 2, 1957, pp. 231-254.
  • «El reino feliz de los tiempos finales», Revista de Ciencias Sociales, Vol. 2, n.º 2, 1958, pp. 157-185.
  • El reino de Dios, arquetipo político. (Estudio sobre las formas políticas de la alta Edad Media), Revista de Occidente, Madrid, 1959.
  • «La lucha por Roma, sobre las razones de un mito político», Revista de Estudios Políticos, n.º 111, 1960, pp. 43-83.
  • «La idea medieval del derecho», Revista de la Facultad de Derecho (Caracas), n.º 23, 1962, pp. 9-66.
  • Mitos y símbolos políticos, Taurus, Madrid, 1964.
  • «Las culturas del Libro», Revista de Occidente, n.º 24, 1965, pp. 1-17.
  • «La Corona. Estudio sobre un símbolo y un concepto político», Cuadernos Hispanoamericanos, n.º 208, 1967, pp. 11-48.
  • Del mito y de la razón en la historia del pensamiento político, Revista de Occidente, Madrid, 1968.
  • Las formas políticas en el antiguo Oriente, Monte Ávila, Caracas, 1969.
  • Burocracia y tecnocracia y otros escritos, Alianza Editorial, Madrid, 1.ª ed. 1974.
  • Las transformaciones del Estado contemporáneo, Alianza, Madrid, 1.ª ed. 1977.
  • «El “status” del Tribunal Constitucional», Revista Española de Derecho Constitucional, n.º 1, 1981, pp. 11-34.
  • Idea de la política y otros escritos, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1983.
  • Escritos políticos y sociales, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1989.
  • El Estado de partidos, Alianza Editorial, Madrid, 1986.
  • Obras Completas, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2.ª ed. 2009.
  • Inédito sobre la Constitución de 1978, Tecnos, Madrid, 2021.


Predecesor:
Nueva creación
Presidente del Tribunal Constitucional
1980-1986
Sucesor:
Francisco Tomás y Valiente

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