Lejía para niños
La lejía, también conocida como lavandina, es un producto de limpieza muy común. Se usa en casa para desinfectar, blanquear la ropa y limpiar superficies. Es una sustancia líquida que tiene un gran poder para eliminar bacterias y hongos. También ayuda a quitar manchas y a disolver algunas materias orgánicas.
La lejía más usada contiene un compuesto llamado hipoclorito de sodio disuelto en agua. Es importante saber que esta solución es más estable cuando no es ácida. Si se mezcla con ácidos o con otras sustancias como el amoníaco, puede liberar gases que son muy peligrosos.
Ventajas de la lejía:
- Es muy buena para eliminar bacterias.
- Es económica.
Desventajas de la lejía:
- Puede dañar algunos metales.
- Pierde su fuerza con el tiempo, especialmente si le da la luz o el calor.
- No funciona tan bien si hay mucha suciedad orgánica.
- Si se mezcla con amoníaco, forma un gas llamado cloramina que es muy tóxico.
Contenido
Historia de los productos blanqueadores
El blanqueo de telas se conoce desde hace miles de años. Antes, se extendían las telas al sol y se les ponía agua para que se blanquearan. Los blanqueadores modernos surgieron en el siglo XVIII gracias al trabajo de varios científicos.
El químico sueco Carl Wilhelm Scheele descubrió el cloro. Luego, el francés Claude Louis Berthollet se dio cuenta de que el cloro podía usarse para blanquear telas y creó el primer hipoclorito de sodio, conocido como Agua de Javel. Otro científico francés, Antoine Germain Labarraque, descubrió que los hipocloritos también podían desinfectar.
Más tarde, el químico escocés Charles Tennant creó una solución de hipoclorito de calcio y después el blanqueador en polvo.
En 1818, Louis Jacques Thénard produjo por primera vez peróxido de hidrógeno. Este producto se empezó a usar para blanquear en 1882, pero no fue muy popular hasta después de 1930. A principios del siglo XX, apareció el perborato de sodio, que se hizo más conocido en América del Norte en los años 80. Hoy en día, se usan más otros productos industriales como el hidróxido de sodio, el carbonato de sodio y el bicarbonato de sodio.
La lejía que usamos en casa suele ser una mezcla de hipoclorito de sodio y agua, con una concentración de hipoclorito de sodio de entre 2% y 2.5%.
Actualmente, el hipoclorito de sodio se prefiere al gas cloro para tratar el agua, porque es más seguro de transportar y manejar.
Nombres de la lejía en diferentes lugares
La lejía tiene distintos nombres según el país o la región:
Nombre | Región |
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agua jane agua de Jane |
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agua de javel | traducción en desuso del francés Eau de Javel |
cloro | ![]() ![]()
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lavandina | ![]() ![]() ![]() ![]() |
Portalina® | ![]() |
lejía | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
licor de Labarraque | ![]() |
blanqueador | ![]() ![]() |
límpido® | ![]() |
Barechina |
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Seguridad y efectos en el cuerpo
La lejía puede ser peligrosa si no se usa correctamente. La Comunidad Económica Europea (CEE) clasifica la lejía según la cantidad de hipoclorito de sodio que contiene:
- Menos del 5% de hipoclorito de sodio: no irrita.
- Entre 5% y 10% de hipoclorito de sodio: irrita.
- Más del 10% de hipoclorito de sodio: es corrosiva (puede quemar).
Las lejías de uso doméstico que compramos en las tiendas tienen una concentración de entre 3.15% y 6.3% para que no causen quemaduras graves. Las lejías con más del 10% de concentración son para uso industrial, no para el hogar.
Casos de exposición accidental
En Estados Unidos, los centros de control de intoxicaciones reciben entre 43,000 y 46,000 llamadas al año relacionadas con la exposición a productos con hipoclorito de sodio.
Cómo afecta la lejía al cuerpo
El hipoclorito de sodio es un oxidante. Esto significa que puede reaccionar con las células del cuerpo, causando daños si entra en contacto con la piel o las membranas internas (como las de la boca o el esófago).
Su poder para eliminar gérmenes se debe a que libera oxígeno, lo que daña las proteínas de virus y bacterias, inactivándolos.
La lejía como sustancia alcalina
La lejía es una sustancia alcalina (lo contrario de ácida). Cuanto más alcalina es, más daño puede causar en el cuerpo. Puede provocar que los tejidos se vuelvan líquidos, que las grasas se conviertan en jabón o que las proteínas cambien su forma. También puede causar hinchazón o problemas en los vasos sanguíneos pequeños.
Daños que puede causar la lejía
Los daños que la lejía puede causar dependen de cómo y cuánto tiempo la persona estuvo expuesta, y de la cantidad y concentración del producto.
Según la forma de exposición:
- Si se ingiere: Las primeras partes afectadas son la boca, la garganta y el esófago. Si se traga una pequeña cantidad, puede causar una irritación leve. Si se traga una gran cantidad, puede haber dificultad para tragar, mucha saliva, dolor, náuseas y dolor en la parte superior del estómago. En casos muy raros, puede perforar el estómago o el esófago, lo que es muy grave.
- En los dientes: Los dentistas usan hipoclorito de sodio para limpiar los conductos de los dientes. Es seguro si se queda dentro del diente. Si se sale, puede causar dolor, hinchazón y sangrado.
- Si se inhala: Si se respira lejía en un lugar cerrado y sin ventilación, puede afectar las vías respiratorias. Puede causar cambios en la voz, dificultad para respirar, tos, y problemas más graves en los pulmones. Si se inhala en menor concentración, solo causará irritación leve en la nariz y la garganta.
- En la piel: Si la lejía toca la piel, puede causar irritación o sensibilidad. Esto puede aparecer de inmediato o después de un tiempo. Una exposición a lejía muy concentrada puede causar quemaduras químicas graves en la piel.
- En los ojos: Generalmente, la lejía causa lesiones leves en los ojos, como irritación y ardor. La recuperación suele ser rápida (1 o 2 días). Sin embargo, si la solución es muy concentrada, puede causar una irritación ocular más grave.
- Efectos en la sangre: La lejía puede descomponerse en la sangre y dañar los glóbulos rojos, lo que puede ocurrir muy rápido.
- Efectos en los riñones: No se ha demostrado que la lejía dañe directamente los riñones al ser ingerida, pero si hay quemaduras graves en el esófago, podría haber un daño renal secundario.
Cómo se diagnostica una exposición a lejía
Para saber si alguien ha estado expuesto a lejía, los médicos necesitan saber:
- Qué producto específico fue.
- Qué concentración de hipoclorito de sodio tenía.
- Qué cantidad se ingirió o con qué cantidad se tuvo contacto.
El olor característico de la lejía también puede ser una pista.
Algunas pruebas que se pueden hacer son:
- Hemograma: Un análisis de sangre para ver los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
- pH: Medir el pH del producto y de la saliva.
- Radiografía del abdomen: Para ver si hay alguna perforación.
- Pruebas de urea y creatinina en sangre: Para ver cómo funcionan los riñones.
- Endoscopia: Es la prueba más útil. Se introduce un tubo delgado con una cámara para ver el interior del esófago y el estómago. Esto ayuda a ver la extensión de las lesiones y a decidir el mejor tratamiento. Esta prueba debe hacerse antes de 48 horas después de la exposición.
Después de las pruebas, las lesiones se clasifican por su gravedad:
- Grado 0: No hay lesiones.
- Grado 1: Enrojecimiento e hinchazón de la piel o membranas.
- Grado 2A: Úlceras superficiales, ampollas.
- Grado 2B: Úlceras que rodean completamente una zona.
- Grado 3: Múltiples úlceras y áreas grandes de tejido dañado.
Exposición accidental en niños
Según estudios, las exposiciones accidentales en niños suelen ser por productos del hogar, y la lejía es uno de los más comunes. La mayoría de estos casos ocurren en niños menores de 5 años y suelen ser leves, sin necesidad de tratamiento. Es muy importante mantener los productos de limpieza fuera del alcance de los niños.
Tratamiento
El tratamiento depende de la gravedad y el tipo de exposición:
- En la piel o los ojos: Lavar la zona afectada con agua o suero fisiológico durante unos 15 minutos.
- En el sistema respiratorio: Si hay problemas para respirar, se puede dar oxígeno y otros medicamentos.
- Si se ingieren pequeñas cantidades: Se puede diluir con agua o leche. Esto ayuda a neutralizar la lejía y proteger las membranas.
- Si se ingieren grandes cantidades: Se necesita hospitalización. Se puede dar leche para proteger el estómago y el esófago. A veces se usan antibióticos o corticoides si hay mucha hinchazón.
La recuperación es más probable si el tratamiento se aplica de forma rápida y adecuada. Si no se trata a tiempo, pueden quedar daños graves en la boca, garganta, esófago y otros órganos.
Qué NO hacer si hay una exposición a lejía
- No se debe intentar neutralizar la lejía con ácidos débiles, ya que esto puede empeorar las lesiones.
- No se debe provocar el vómito ni hacer un lavado de estómago, porque esto haría que la lejía volviera a pasar por el esófago, causando más daño.
- En casos de ingestión de grandes cantidades, los médicos deben evaluar el riesgo de que la lejía entre en los pulmones al intentar sacarla del estómago.
- No se debe usar carbón activado, ya que no absorbe la lejía y dificulta la visión en una endoscopia.
Véase también
En inglés: Bleach Facts for Kids