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Segunda guerra italo-etíope para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Invasión de Etiopía
Parte de período de entreguerras
Soldatietiopia.jpg
Reclutas italianos en la estación de Montevarchi, Italia, antes de partir al frente bélico.
Fecha 2 de octubre de 1935–9 de mayo de 1936
Lugar Bandera de Etiopía Imperio Etíope
Resultado

Decisiva victoria italiana

  • Ocupación de Etiopía hasta 1941
Cambios territoriales
  • Anexión italiana de Etiopía
  • Creación del África Oriental Italiana
Beligerantes
Bandera de Italia Reino de Italia
  • Eritrea COA.svg Eritrea italiana
  • Italian Somaliland COA.svg Somalia Italiana
Bandera de Etiopía Imperio de Etiopía
Apoyo logístico:
Bandera de Alemania nazi Alemania nazi
Comandantes
Bandera de Italia Víctor Manuel III
Bandera de Italia Benito Mussolini
Bandera de Italia Italo Gariboldi
Bandera de Italia Emilio de Bono
Bandera de Italia Pietro Badoglio
Bandera de Italia Rodolfo Graziani
Bandera de Etiopía Haile Selassie
Fuerzas en combate
207 000 hombres
6000 ametralladoras
700 piezas de artillería
150 aviones
150 tanques
350 000 soldados
200 piezas de artillería
50 cañones antiaéreos
4 tanques y 7 carros blindados
Bajas
2741 muertos en combate 275 000 muertos en combate

La invasión italiana de Etiopía, también conocida como la segunda guerra italo-etíope, fue un conflicto armado que duró siete meses, desde octubre de 1935 hasta mayo de 1936. Este evento mostró la política de expansión de algunas potencias europeas y la dificultad de la Sociedad de Naciones para mantener la paz antes de la Segunda Guerra Mundial.

El 3 de octubre de 1935, cien mil soldados italianos, dirigidos por el general Emilio De Bono, atacaron Etiopía desde Eritrea, que era una colonia italiana. No hubo una declaración de guerra previa. Al mismo tiempo, una fuerza más pequeña, bajo el mando del general Rodolfo Graziani, atacó desde la Somalia Italiana. El 6 de octubre, los italianos conquistaron Adua, un lugar importante para el ejército italiano, ya que allí habían sido derrotados en la Primera Guerra Italo-Etíope en 1896. El 15 de octubre, las tropas italianas tomaron Aksum. Un obelisco de la ciudad fue llevado a Roma para ser colocado frente a un edificio del gobierno italiano.

El líder italiano Benito Mussolini no estaba contento con el lento avance de De Bono y lo reemplazó con el general Pietro Badoglio. Las fuerzas etíopes intentaron contraatacar en diciembre de 1935. Sin embargo, su ejército, que tenía armas más antiguas, no pudo resistir mucho tiempo contra las armas modernas de los italianos. Los etíopes dependían de mensajeros a pie para comunicarse, lo que dificultaba la coordinación de sus tropas. La contraofensiva etíope detuvo el avance italiano por unas semanas, pero la superioridad italiana en armamento, como artillería pesada y aviación, impidió que los etíopes aprovecharan sus éxitos iniciales.

Badoglio también usó gas mostaza en bombardeos aéreos. Este gas fue usado contra soldados y civiles. También se reportaron ataques italianos contra ambulancias y hospitales de la Cruz Roja. Los italianos reanudaron su ataque a principios de marzo. El 29 de marzo de 1936, Graziani bombardeó la ciudad de Harar. Dos días después, los italianos lograron una gran victoria en la batalla de Maychew, lo que eliminó la resistencia organizada de los etíopes. El emperador Haile Selassie tuvo que huir al exilio el 2 de mayo. Las fuerzas de Badoglio llegaron a la capital, Adís Abeba, el 5 de mayo.

Italia anexó oficialmente el territorio de Etiopía el 7 de mayo. El rey italiano Víctor Manuel III fue proclamado emperador de Etiopía. Las regiones de Eritrea, Somalilandia Italiana y Etiopía se unieron para formar la provincia italiana de África del Este.

¿Por qué ocurrió la invasión italiana de Etiopía?

La situación en África Oriental

Archivo:Map de Etiopia, 1934 es
El Cuerno de África en 1934. El mapa muestra la ubicación de Walwal, donde ocurrió el incidente que justificó la invasión italiana de Etiopía.

La región del Cuerno de África había sido importante para la política de expansión colonial de Italia desde 1882. La primera etapa de esta expansión terminó con una derrota italiana en la guerra de Abisinia en 1896, en la batalla de Adua, frente al ejército etíope del emperador Menelik II. Después de esto, Italia se limitó a administrar sus pequeñas posesiones: la colonia de Eritrea y el protectorado de la Somalia italiana.

Hasta la década de 1930, el interés en estos territorios fue limitado. Las relaciones entre Italia y Etiopía fueron estables. Sin embargo, las ambiciones de Italia en la zona nunca desaparecieron. El gobernador de Eritrea, Jacopo Gasparini, trabajó para expandir la influencia italiana. También hubo acciones militares en Somalia para asegurar el control italiano. En 1925, un acuerdo secreto entre Italia y el Reino Unido reconoció el interés italiano en la alta Etiopía. Este acuerdo molestó a Francia y a Etiopía, que era miembro de la Sociedad de Naciones.

Aunque Benito Mussolini ya pensaba en atacar Etiopía en 1925, no fue hasta noviembre de 1932 que decidió hacerlo. Encargó al ministro de las Colonias, Emilio de Bono, que preparara un plan. El gobierno italiano comenzó una campaña de mensajes para que el país se interesara de nuevo en las colonias. Se publicaron libros y se organizaron exposiciones para mostrar los logros del gobierno y promover la idea de una "Nueva Italia" y un imperio.

El camino hacia la guerra

Los mensajes del gobierno buscaban preparar al país para la gloria y el sacrificio que traería el imperio. En agosto de 1932, un informe del embajador Raffaele Guariglia sugirió que Italia debía terminar su amistad con Etiopía, aumentar sus fuerzas militares en Eritrea y Somalia, y luego usar la fuerza. El documento decía que para crear un verdadero imperio colonial, Italia debía marchar sobre Etiopía. Sin embargo, también advertía que cualquier acción militar debía contar con el apoyo de Francia y el Reino Unido. Mussolini examinó el documento y en noviembre autorizó a De Bono a empezar los preparativos militares. De Bono, al principio cauteloso, cambió de opinión y consideró una guerra preventiva.

Generales italianos de la campaña etíope
Los generales Emilio De Bono (izquierda) y Pietro Badoglio.

El interés italiano en la región, que había sido frustrado por la derrota de 1896, resurgió a finales de 1933. Mussolini esperaba que la expansión colonial aumentara el prestigio de Italia. A mediados de 1934, comenzó a aumentar las fuerzas italianas en las fronteras y a buscar una razón para extender la influencia italiana.

De Bono, junto con el coronel Luigi Cubeddu, jefe de las tropas en Eritrea, preparó un plan de ataque. Este plan preveía usar un ejército de sesenta mil eritreos y treinta y cinco mil italianos, con apoyo aéreo. De Bono esperaba una victoria rápida, ocupando la región de Tigré antes de que el ejército etíope se movilizara. También asignó fuerzas menores a Somalia, ya que el ataque desde el sur sería una distracción. El plan de De Bono era muy básico y subestimaba al enemigo. El único punto sensato era la necesidad de un acuerdo previo con Francia y el Reino Unido.

En los dos años siguientes, las autoridades militares discutieron los preparativos. De Bono veía la guerra como una conquista colonial antigua, mientras que Pietro Badoglio, jefe del Estado Mayor del Ejército, la veía como una guerra nacional. Los que no estaban de acuerdo con Mussolini fueron reemplazados.

A finales de 1934, los mandos militares acordaron aumentar las fuerzas enviadas desde Italia y adoptar un enfoque cauteloso. La idea era penetrar en Tigré hasta una línea defensiva y esperar el ataque etíope para destruir su ejército. Sin embargo, había problemas logísticos: los puertos eran insuficientes, las carreteras malas y no había coordinación entre las fuerzas. Solo Mussolini tenía la autoridad para decidir la guerra y resolver desacuerdos.

El incidente de Wal Wal y las relaciones internacionales

Archivo:Ualual
El pequeño puesto italiano en Wal Wal, atacado por fuerzas etíopes en diciembre de 1934. Los italianos usaron este incidente para justificar la guerra.

Un momento clave ocurrió en diciembre de 1934. El 5 de diciembre, la guarnición italiana en Wal Wal, un oasis cerca de la frontera, rechazó un ataque de tropas etíopes. La noticia pasó desapercibida al principio, pero luego fue usada por el gobierno italiano para justificar la guerra. Ambos países acordaron someter el conflicto a un arbitraje. La Sociedad de Naciones no culpó a ninguno de los dos, e Italia comenzó a acumular fuerzas en la frontera.

El 30 de diciembre, Mussolini emitió un documento secreto con las "Directrices y plan de acción para resolver la cuestión italo-abisinia". En este documento, fijó el otoño de 1935 para el inicio de las operaciones. Mussolini quería una guerra masiva para conquistar todo el país etíope de forma rápida y moderna, poniendo a disposición una fuerza tres veces mayor de lo previsto. Asumió la responsabilidad total de la guerra, buscando la conquista completa de Etiopía y la creación de un imperio.

Mussolini quería una afirmación de prestigio. Hasta ese momento, el dominio de Francia y el Reino Unido en África le había impedido lograr el triunfo internacional que consideraba necesario para fortalecer su gobierno. Además, la situación en Europa con Alemania lo impulsó a consolidar su posición. No importaba que Etiopía fuera un país pobre; era un objetivo "natural" que se conectaba con la tradición colonial italiana y se presentaba como una empresa fácil. Mussolini pensó que Francia y el Reino Unido sacrificarían Etiopía a sus ambiciones, aunque subestimó la reacción de la opinión pública internacional.

Francia y el Reino Unido
Los ministros de Asuntos Exteriores de las principales potencias coloniales europeas: Pierre Laval (izquierda) y Anthony Eden.

Entre el 4 y el 7 de enero de 1935, Mussolini se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores francés Pierre Laval. Firmaron un acuerdo por el que Francia cedió a Italia algunos territorios fronterizos y se comprometió a no realizar nuevas actividades económicas en Etiopía. Mussolini creyó que tenía el permiso francés para su expansión. Los franceses esperaban que la invasión italiana se limitara a operaciones coloniales que no causarían problemas internacionales. Sin embargo, el envío de barcos de guerra británicos al Mediterráneo fue una advertencia. La opinión pública británica exigió que Mussolini abandonara sus planes. A pesar de esto, los preparativos italianos continuaron.

Para disgusto de Mussolini, el ministro de Asuntos Exteriores británico Anthony Eden visitó Roma en junio y mostró la oposición británica al proyecto italiano. Las ofertas territoriales y económicas británicas fueron inaceptables para Mussolini, quien quería mucho más. El primer ministro italiano sugirió que Italia podría abandonar la Sociedad de Naciones si esta se oponía a su expansión. Se realizaron negociaciones en París y Ginebra, pero fracasaron. Las conversaciones terminaron a principios de octubre debido a la invasión.

Mussolini lanzó una gran campaña de mensajes que presentaba la expansión colonial como la solución a los problemas de Italia. Se decía que Etiopía era una fuente rica de materias primas y un gran mercado. En mayo de 1935, Italia declaró abiertamente su intención de dominar la región, incluso con la guerra si era necesario. La campaña también se centró en la necesidad de ofrecer tierras y trabajo a la población italiana en Etiopía, y en el desafío de Italia a las potencias europeas que se oponían a su expansión. Se difundieron noticias de grandes riquezas en oro, platino, petróleo y recursos agrícolas para convencer al público.

Desde junio de 1935, la campaña de mensajes se intensificó, especialmente contra el Reino Unido, que era visto como el principal obstáculo. Sin embargo, Londres no tomó medidas decisivas contra los planes de Mussolini. La flota británica, que podría haber bloqueado el canal de Suez, no actuó. Mussolini ignoró los últimos intentos británicos de mediación. El papa Pío XI también condenó la guerra el 27 de agosto, llamándola "guerra injusta" y "horrible". Sin embargo, esta noticia no fue publicada en el periódico oficial del Vaticano en italiano.

Mussolini quería la guerra a toda costa por una serie de razones. Creía que ninguna potencia europea le impediría expandirse en Etiopía. También tenía motivos internos, económicos, sociales y de prestigio. La guerra se veía como una forma de fortalecer su poder personal y desviar la atención de los problemas económicos internos. La conquista de Etiopía se presentó como una empresa relativamente fácil y sin riesgo de perjudicar los intereses de Francia y el Reino Unido.

Preparativos y fuerzas militares

Preparativos y movilización italiana

Archivo:Mussolini truppe Etiopia
Mussolini pasa revista a las tropas listas para embarcar hacia el Cuerno de África.

La preparación para la guerra no se confió al jefe del Estado Mayor, sino a un comité especial del Ministerio de las Colonias. Mussolini quería que la guerra fuera "puramente italiana" y puso a Emilio De Bono al mando. Se esperaba que la mayoría de las tropas vinieran de la Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional, para que el gobierno se llevara la gloria militar. De Bono pensó en usar tres divisiones, pero Mussolini le dio muchas más fuerzas.

La movilización de hombres y recursos fue un gran esfuerzo para Italia. Se considera la guerra colonial más grande de todos los tiempos por el número de hombres y recursos utilizados. Según cifras oficiales, se enviaron a África oriental 21.000 oficiales, 443.000 soldados, 97.000 trabajadores, 82.000 animales de carga y 976.000 toneladas de material. La Armada transportó 560.000 hombres y 3 millones de toneladas de armas y material. Se llamaron a filas a jóvenes de varias edades, lo que permitió al ejército tener muchos hombres sin debilitar las unidades en Italia.

A diferencia de otras guerras coloniales, esta tuvo una mayor proporción de tropas italianas que de tropas coloniales. Los soldados eritreos eran minoría. Aunque se confiaba en su habilidad para luchar en terrenos difíciles, su número no aumentó mucho.

Desde su llegada a Asmara el 16 de enero de 1935, Emilio De Bono tuvo la difícil tarea de preparar la invasión en nueve meses. La gran concentración de tropas en Eritrea y Somalia fue el primer gran problema. Los puertos no tenían los medios para recibir a tantos hombres y toneladas de equipo. Las carreteras eran malas o no existían. Todo tuvo que organizarse rápidamente. Se amplió la carretera a Asmara, se construyó un teleférico y una segunda carretera. También se mejoró la red de carreteras para el tráfico pesado. Para el 1 de octubre de 1935, había en la meseta eritrea 5.700 oficiales, 6.300 suboficiales, 99.200 soldados italianos, 53.200 soldados eritreos, 35.650 animales de carga, 4.200 ametralladoras, 580 piezas de artillería, 400 tanques ligeros y 3.700 otros vehículos. Al mismo tiempo, el general Rodolfo Graziani reunió en Somalia 1.650 oficiales, 1.550 suboficiales, 21.150 soldados italianos, 29.500 eritreos y somalíes, 1.600 ametralladoras, 117 piezas de artillería, 7.900 animales, 2.700 vehículos y 38 aviones. Etiopía era una región muy pobre, por lo que casi todo lo necesario se importó de Italia.

La aviación también tuvo que enfrentar problemas, como la falta de aeropuertos. Se construyeron seis bases aéreas, dieciocho aeropuertos y ochenta y cuatro campamentos improvisados. Se estableció un servicio meteorológico, una red de radio y una oficina de mapas. De los 450 aviones enviados, muchos eran modelos antiguos en Europa, pero útiles para una guerra colonial. También se enviaron bombarderos modernos y aviones más pequeños.

La situación en Etiopía

Mando etíope
El negus Haile Selassie, emperador de Etiopía (izquierda) y el ras Cassa Hailù, jefe del ejército etíope del norte.

Aunque Haile Selassie esperaba el apoyo de la Sociedad de Naciones y del Reino Unido, aceleró el rearme etíope desde el incidente de Wal Wal. Estaba dispuesto a "gastar hasta el último céntimo en defender la integridad de Etiopía". De enero a julio de 1935, Etiopía pudo importar dieciséis mil rifles, seiscientas ametralladoras y medio millón de balas, lo cual era poco para enfrentar a una nación industrializada como Italia. El emperador estaba muy decepcionado con Francia, que bloqueó varios cargamentos de armas destinados a Etiopía en Yibuti. Alemania, por su parte, suministró armas y municiones en secreto a Etiopía.

Las potencias europeas no dieron apoyo concreto a Etiopía. El Reino Unido, aunque públicamente intentaba mediar, mantuvo una posición ambigua. Hubo manifestaciones de apoyo a Etiopía en todo el mundo, pero no una movilización significativa. Las delegaciones nacionales de la Cruz Roja fueron más activas, enviando personal, material y medicinas.

No hay información completa sobre las armas en Etiopía en 1935. Los cálculos italianos estimaban que una cuarta parte de las fuerzas etíopes, entre 280.000 y 350.000 soldados, tenían entrenamiento moderno y fusiles. El ejército etíope tenía aproximadamente mil ametralladoras, doscientas piezas de artillería (generalmente antiguas), algunas docenas de cañones antiaéreos y antitanque, algunos tanques y una docena de aviones. La falta de preparación y entrenamiento de los soldados y oficiales era evidente. Haile Selassie confiaba en los alumnos de la "Ecole de Guerre" de Olettà, quienes formaron el primer grupo de la resistencia etíope.

Los etíopes dudaban sobre la mejor estrategia de defensa: batallas campales o tácticas de guerrilla. Haile Selassie se dedicó a estudiar un plan militar. Ordenó la retirada de las fuerzas fronterizas, el refuerzo de ciertas áreas y la creación de una línea defensiva. También ordenó el uso de tácticas de guerrilla, aunque sabía que serían poco efectivas debido a la cultura militar y la falta de cohesión en algunas regiones.

Archivo:Addis Ababa, Ethiopia. Medical supplies for the front, including bales of cotton
Llegada de un envío de medicinas a la estación de Adís Abeba.

El frente sur preocupaba menos al emperador, ya que los italianos habían desplegado solo cincuenta mil hombres. La frontera con Somalia era un desierto de casi mil kilómetros. Las fuerzas etíopes podrían bloquear los avances italianos y atacar por sorpresa. En general, el plan defensivo de Haile Selassie era cauteloso y buscaba aprovechar el terreno. Sin embargo, el problema principal fue la resistencia de los jefes militares a usar técnicas modernas de guerra.

Primeras etapas del conflicto

Cronología
1935

  • 3 de octubre: Tropas italianas de Eritrea italiana invaden Etiopía. Otro grupo italiano lo hace desde la Somalia italiana. Se abren dos frentes: norte y sur.
  • 6 de octubre : Tras conquistar Adrigat e Inticho, las tropas de Eritrea toman Adua. Las del sur llegan al desierto de Ogadén.
  • 10 de octubre: El gobernador etíope del sector de Mek'ele (Frente Norte) se une a los italianos con 1200 hombres.
  • 15 de octubre: Aksum, la antigua capital etíope, cae ante los italianos.
  • 21 de octubre: Tropas somalíes aliadas de los italianos ocupan Geladi en el sur. Por orden de Mussolini, el general Emilio de Bono avanza con sus tropas hacia Macallé.
  • 15 de diciembre: Los etíopes contraatacan a los italianos en el norte.
  • 22 de diciembre: Para detener a las tropas etíopes, los italianos usan gas mostaza contra el enemigo.

1936

  • Enero: Batalla de Ganale Uenz en el Frente Sur con victoria italiana.
  • 20 de enero: Primera batalla de Tembien. Las fuerzas de Badoglio llegan al paso de Uarieu, pero son rodeadas por fuerzas etíopes.
  • 24 de enero: Las tropas italianas de Badoglio rompen el cerco etíope.
  • Febrero: Conquista italiana de Enderta y Amba Aradam.
  • 27 de febrero: Segunda batalla de Tembien, con victoria italiana.
  • Marzo: A principios de mes los italianos toman Uorq Amba.
  • 31 de marzo: Los italianos derrotan al ejército etíope principal en la decisiva Batalla de Maychew, bajo el mando del emperador Haile Selassie. Las fuerzas etíopes no pueden recuperarse, lo que facilita el avance de Badoglio.
  • 14 de abril: En el sur, las tropas italianas comienzan el avance hacia Harar, que no se detendrá a pesar de los contraataques etíopes.
  • Abril: A finales de mes, los italianos toman Degeh Bur. Los ejércitos etíipes han perdido la mayoría de sus soldados y equipo, y no pueden resistir el avance italiano.
  • 5 de mayo: Los italianos toman la capital, Adís Abeba.
  • 9 de mayo : Los dos ejércitos italianos se encuentran en Dire Dawa. Fin de la guerra.

Primeros avances italianos en el frente norte

Sin declaración de guerra, la noche del 2 al 3 de octubre de 1935, el general De Bono ordenó a tres cuerpos de ejército que cruzaran los ríos Mareb y Belesa y avanzaran hacia las ciudades de Adigrat, Enticho y Adua. Con el fin de la temporada de lluvias, los ríos no eran un gran obstáculo. Más de cien mil hombres comenzaron a entrar en Etiopía en un frente de unos setenta kilómetros. Estaban protegidos por 126 aviones y equipados con 156 tanques, 2.300 ametralladoras y 230 cañones.

Archivo:Ethiopia War Map (1935-feb 1936) es
Ofensiva de De Bono en el frente norte, seguida de la contraofensiva etíope, y primeros avances de Graziani en el sur.

Las tropas italianas no encontraron resistencia en los primeros días. En solo tres días, llegaron a Adigrat y Adua, que habían sido abandonadas por orden de Haile Selassie. La movilización etíope fue lenta, ya que las tropas tenían que caminar cientos de kilómetros. Esto impidió que los etíopes lanzaran una ofensiva importante antes de diciembre. De Bono lo sabía y decidió consolidar sus posiciones, esperando el ataque enemigo para destruirlo.

Mussolini no aceptó una pausa en las operaciones militares. De Bono recibió órdenes de avanzar. Los problemas logísticos eran enormes: el transporte de miles de soldados y suministros requería carreteras que pudieran soportar el tráfico pesado. A Adua y Axum solo se podía llegar con mulas. De Bono intentó defender su estrategia, pero Mussolini lo obligó a avanzar. Esto hizo que De Bono perdiera el favor de Mussolini, quien ya pensaba en reemplazarlo.

Sanciones económicas a Italia

En diciembre de 1934, Etiopía pidió a la Sociedad de Naciones que interviniera en la disputa de Wal Wal y condenara a Italia. Después de varias solicitudes, en mayo de 1935 se estableció una comisión de arbitraje, justo cuando los preparativos para la invasión ya estaban en marcha. En agosto, el gobierno británico intentó una reconciliación, pero Mussolini la rechazó. El 26 de septiembre, la delegación italiana abandonó Ginebra, pocos días antes del inicio de la campaña.

El 6 de octubre de 1935, se presentó una denuncia contra Italia ante la Sociedad de Naciones. El 10 de octubre, Italia fue condenada y se le impusieron sanciones económicas. Estas incluían la prohibición de armas, préstamos y la exportación de productos italianos. Sin embargo, las sanciones no incluían productos vitales como el hierro y el petróleo. Por eso, empresas de Estados Unidos (que no era miembro de la Sociedad de Naciones), el Reino Unido, Francia y Alemania siguieron vendiendo estos productos a Italia. Los británicos aseguraron al gobierno italiano que no tomarían acciones militares.

Francia y el Reino Unido intentaron conciliar con Italia. El pacto Hoare-Laval, una propuesta para dividir Etiopía, fracasó. No satisfizo a Mussolini ni a Etiopía. La publicación de este plan en la prensa británica causó un escándalo, lo que llevó a la renuncia del ministro de Asuntos Exteriores británico. En Francia, Laval también tuvo que renunciar.

El 18 de noviembre, Italia comenzó a sufrir las sanciones, pero estas causaron pocos problemas. El Reino Unido no cerró el Canal de Suez a los barcos italianos, lo que permitió que la guerra continuara. La economía italiana no sufrió porque las sanciones no afectaban productos vitales.

Mientras la Sociedad de Naciones debatía las sanciones, la propaganda italiana contra las "naciones europeas ricas", especialmente el Reino Unido, aumentó. Se destacó la injusticia de las sanciones para movilizar a la población. En lugar de frustrar la invasión, las sanciones, al ser insuficientes, paradójicamente favorecieron a Mussolini. El 18 de diciembre, el gobierno italiano declaró el "día de la fe", pidiendo a los italianos que donaran sus anillos de boda para apoyar la guerra. Esta iniciativa, aunque popular, no fue suficiente para cubrir los enormes gastos de la campaña.

Badoglio reemplaza a De Bono

El 3 de noviembre, De Bono comenzó su avance hacia Mekele. Las fuerzas italianas encontraron poca resistencia. El mando etíope había decidido no defender Mekele. El 8 de noviembre, la vanguardia italiana llegó a Mekele. Sin embargo, De Bono no estaba satisfecho, ya que la línea de operaciones se había extendido y era vulnerable. Mussolini, impaciente, le ordenó seguir avanzando. El 14 de noviembre, Mussolini anunció el reemplazo de De Bono por el mariscal Pietro Badoglio.

Las opiniones sobre De Bono no son muy favorables. Mussolini creyó que al reemplazarlo, el avance italiano se reanudaría con más fuerza. Badoglio, con su prestigio, obtuvo libertad de acción y pudo oponerse a las exigencias de Mussolini. El 30 de noviembre, Badoglio llegó al cuartel general y comenzó a reorganizar las tropas. También prohibió a los periodistas ir al frente, probablemente para evitar que informaran sobre la situación incierta. Tres ejércitos etíopes se acercaban a las líneas italianas.

La llegada de Badoglio dio un carácter más nacional a la guerra e infundió confianza en el ejército. Sin embargo, Mussolini instó a Badoglio a avanzar hacia Amba Alagi, pero el mariscal se opuso firmemente, prefiriendo fortalecer las posiciones y posponer el avance hasta febrero.

El contraataque etíope en Tembien y Mekele

Archivo:AO-Etiopia-1936-A-artiglieria-nel-Tembien
Un obús de 100/17 italiano en Tembien

Los italianos recibieron las primeras señales de un contraataque etíope a principios de diciembre de 1935. La aviación intentó atacar a los ejércitos etíopes para retrasar su avance, pero los etíopes usaron su conocimiento del terreno para moverse rápidamente, de noche y sin cargas pesadas. A mediados de diciembre, los etíopes chocaron con los italianos en todo el frente. Badoglio descubrió que el enemigo atacaría en el punto más vulnerable de la línea italiana, la región de Tembien.

Archivo:AO-Etiopia-1936-I-bandiera-13-regg-Fanteria-Pinerolo
Soldados del 13.º Regimiento de Infantería «Pinerol», perteneciente a la División Gran Sasso

Los líderes etíopes, aunque valientes, no estaban preparados para la guerra moderna. Entre el 14 y el 15 de diciembre, unos dos mil soldados etíopes cruzaron el río Tekezé y chocaron con las tropas italianas. Otros tres mil cruzaron el río más al norte para cortar la retirada. Las columnas italianas fueron sorprendidas. A pesar de los ataques aéreos italianos y el uso de gas mostaza el 18 de diciembre, unos veinte mil hombres etíopes lograron cruzar el río y amenazar los campamentos italianos. Badoglio ordenó a sus tropas retroceder. El miedo a espías llevó al arresto de cientos de sospechosos.

Al mismo tiempo, unos cinco mil hombres etíopes avanzaron hacia Abbi Addi y se extendieron por Tembien. Badoglio trasladó más tropas a Tembien para evitar que las fuerzas etíopes tomaran puntos estratégicos. El 18 de diciembre, los etíopes tomaron Abbi Addi. Los italianos se retiraron al desfiladero de Uarieu, bajo ataques continuos de los etíopes.

Ante la gran acción etíope, Badoglio pidió urgentemente a Roma que enviara dos divisiones más. Durante todo enero, los italianos sufrieron el ataque enemigo, desgastándolo con bombardeos aéreos y el uso de armas químicas. Se lanzaron unas dos mil toneladas de bombas con gas en las regiones del norte.

Avance de Graziani en el sur

Mientras De Bono avanzaba en el norte, en el frente sur Graziani tuvo que mantenerse a la defensiva. Esto se debió a la falta de vehículos para la ofensiva en las regiones áridas. Aunque tenía órdenes de defenderse, Graziani autorizó pequeños ataques para eliminar unidades enemigas y probar su resistencia. En unos veinte días, Graziani tomó varias ciudades abandonadas por los etíopes tras los bombardeos. El 10 de octubre, se usaron agentes químicos por primera vez en el ataque a Gorrahei, que cayó el 6 de noviembre.

Graziani ordenó perseguir a las fuerzas enemigas en retirada, lo que facilitó la ocupación de algunas ciudades, pero hizo vulnerables a sus soldados. El 11 de noviembre, refuerzos etíopes abrieron fuego contra la columna italiana, que perdió tanques y tuvo que retirarse. Las fuerzas etíopes del ras Destà lucharon con habilidad. Después de estos combates, el frente sur apenas cambió. Graziani se mantuvo en sus bases durante casi cinco meses, concentrándose en la conquista de Neghelli, una operación que retrasó el objetivo principal de invadir Harar.

Reanudación de los combates en Tembien

Archivo:II Guerra Mundial en Etiopia, mayo de 1936 es
Direcciones principales de la campaña italiana en Abisinia desde febrero de 1936.

Desde su cuartel general, Haile Selassie se dio cuenta de que los combates y los ataques aéreos italianos estaban diezmando rápidamente a sus tropas. Lo que más le preocupaba era la falta de dinero, armas y municiones. Los suministros de Europa eran insuficientes y Francia los obstaculizaba. Mussolini estaba bien informado de estas dificultades.

El 14 de enero, Mussolini ordenó a Badoglio reanudar la ofensiva. La prudencia de Badoglio estaba causando descontento. A principios de enero de 1936, Badoglio estaba listo para un nuevo ataque, pero los etíopes lo sorprendieron de nuevo en Tembien. El plan etíope era aislar Macallé y dividir la línea italiana. Sin embargo, el plan era demasiado grande y poco realista para un ejército a pie, con problemas de comunicación y municiones.

Badoglio decidió evitar el ataque, creyendo que podría inmovilizar a los ejércitos etíopes y luego atacar al ras Mulughietà. El 19 de enero, el ejército italiano avanzó. La ofensiva de Badoglio en Tembien provocó una fuerte reacción etíope. Una columna italiana fue rodeada y diezmada, salvándose solo por la reacción de otras tropas. La victoria inicial animó a los etíopes. A pesar de las críticas a Badoglio, Mussolini mantuvo su confianza en él, y el mariscal preparó una gran ofensiva para febrero.

El ataque al macizo de Amba Aradam

Archivo:Truppe italiane in movimento (sullo sfondo l’Amba Aradam)
Soldados italianos avanzan hacia el Amba Aradam, visible al fondo.

A principios de febrero, Badoglio tenía la situación deseada: la penetración etíope en Scirè y Tembien estaba bloqueada, y en la llanura de Macallè se concentraron siete divisiones, doscientos ochenta cañones, ciento setenta aviones y miles de vehículos. Las fuerzas etíopes del ras Mulughietà, concentradas en Amba Aradam, eran unos cuarenta mil hombres, pero tenían graves problemas de suministro. Badoglio, confiado en una victoria aplastante, lanzó el ataque el 10 de febrero.

Poco antes del amanecer, dos cuerpos de ejército italianos comenzaron a rodear el macizo de Amba Aradam. El ejército del ras Mulughietà atacó el 12 de febrero con fuerza. Los etíopes lucharon con determinación, pero las ametralladoras italianas detuvieron sus asaltos. Badoglio declaró que los ataques etíopes "no tenían un objetivo claro, ni un mando eficaz". Mulughietà, encerrado en una cueva, fue víctima del bombardeo continuo de la artillería italiana, que disparó miles de proyectiles, incluyendo algunos con gas. Los aviones lanzaron miles de toneladas de bombas.

Archivo:Campagna di Etiopia - Battaglia dell'Amba Aradam - 01
Soldados de la División «Sila» escalan el Amba Aradam.

Entre el 13 y el 14 de febrero, los italianos consolidaron sus posiciones. La falta de medios modernos afectó a los etíopes. Las fuerzas de Badoglio eran claramente superiores. El emperador solo se enteró de la ofensiva italiana el 11 de febrero y no pudo coordinar a sus ejércitos. El 15 de febrero, los dos cuerpos del ejército italiano reanudaron su avance y se encontraron más allá de Amba Aradam, mientras los etíopes se retiraban. El 16 de febrero, Badoglio ordenó que los restos del ejército de Mulughietà fueran atacados por la aviación. El ras Mulughietà murió el 26 de febrero.

Segunda batalla del Tembien

Archivo:AO-Etiopia-1936-D-mitraglieri-Fiat-F-nel-Tembien
Soldados italianos en el Tembien manejan una ametralladora Fiat-Revelli Mod. 1914.

Mientras la batalla en Amba Aradam terminaba, Haile Selassie se dirigió a Cobbò con la esperanza de reunir a los soldados dispersos. Sin embargo, recibió malas noticias: el ras Mulughietà había muerto, y otros líderes también. Los italianos habían ocupado Amba Alagi. Haile Selassie también tuvo que reconocer las deserciones entre sus tropas. Sin embargo, el 3 de marzo, el emperador llegó a Quoram, donde intentó reunir todas las fuerzas posibles para la batalla decisiva.

Badoglio, animado por la victoria en Enderta, decidió eliminar rápidamente a los ejércitos etíopes restantes. Tenía un ejército de unos trescientos mil hombres, mientras que los etíopes apenas podían oponer sesenta mil. La superioridad italiana era abrumadora. Badoglio decidió atacar a los ras Cassa y Sejum con una maniobra de pinza para aislarlos y destruirlos.

Mientras el ejército italiano estaba bien organizado, en las filas etíopes reinaba el caos. El ras Cassa dudaba sobre qué hacer. Su indecisión permitió a los italianos ocupar Amba Alagi el 28 de febrero. Badoglio, informado de estas debilidades, ordenó el avance el 27 de febrero. Las tropas italianas encontraron resistencia, pero lograron avanzar. El 28 de febrero, el avance continuó. Las fuerzas etíopes se retiraron bajo los ataques de la aviación y la artillería. El 29 de febrero, un tercio del ejército etíope fue cercado. La segunda batalla de Tembien concluyó.

La recuperación de Shire

Mientras la batalla en Tembien estaba en su apogeo, Badoglio ordenó a dos cuerpos de ejército italianos que convergieran en Shire para atrapar al ejército del ras Immirù. El 29 de febrero, los dos cuerpos partieron. El ras Immirù, que tenía un buen servicio de información, conocía los movimientos italianos.

El ras Immirù se dio cuenta de la maniobra de Badoglio y decidió cruzar el Tekezé en dos etapas, dejando una retaguardia para frenar a los italianos. La vanguardia italiana chocó con la retaguardia del ras Immirù, pero el ras Immirù logró cruzar el Tekezé con entre diez y doce mil hombres, frustrando la maniobra de Badoglio. El avance italiano fue lento debido a la resistencia etíope. Solo la concentración de artillería, aviación y lanzallamas permitió a los italianos neutralizar las últimas fuerzas etíopes.

Badoglio, al ver que el ejército del ras Immirù había escapado, ordenó usar todos los medios para atrapar a las fuerzas enemigas. Ciento veinte aviones de combate y bombarderos atacaron a los etíopes, diezmando a las tropas de Immirù. Sin embargo, la maniobra de pinza fue un fracaso. A pesar de esto, las fuerzas italianas lograron infligir una derrota definitiva al ejército del ras Immirù y volver a ocupar Shire.

La batalla final de Mai Ceu

Al terminar las batallas en Tigré, el resultado de la guerra parecía favorable a los italianos. Los ejércitos etíopes se retiraban destruidos o en desorden. Los italianos organizaron el asalto final. El emperador etíope solo contaba con entre treinta y treinta y cinco mil soldados. Decidió librar una batalla campal para resolver el conflicto, siguiendo la tradición etíope. Haile Selassie organizó el ataque para el 31 de marzo.

El 20 de marzo, el emperador salió de Quoram hacia Amba Aià. Se reunió con dignatarios etíopes para discutir qué hacer. A pesar de su deseo de atacar de inmediato, los viejos jefes del ejército frenaron la operación. El 26 de marzo, se informó al emperador que muchos soldados italianos habían llegado a Mai Ceu y habían preparado un campamento fortificado. Haile Selassie decidió que el ataque comenzaría el 31 de marzo. Sus treinta y un mil soldados se dividieron en tres columnas y atacaron Mai Ceu, donde se encontraron con unos cuarenta mil soldados italianos con una potencia de fuego superior.

El retraso en el ataque fue fatal para los etíopes, ya que permitió a los italianos fortalecer el frente de Mai Ceu. La aviación intervino con bombardeos, y el servicio de información italiano interceptó los detalles del plan enemigo. Badoglio se enteró de que el emperador había llegado a Mai Ceu y comunicó a Mussolini: "si el Negus ataca, si espera mi ataque, su destino ya está sellado: será completamente derrotado".

Mientras los dos ejércitos se preparaban para la batalla decisiva en Mai Ceu, el 15 de marzo, el secretario del partido Achille Starace comenzó su "marcha sobre Gondar". Partió de Asmara con una columna de 3.348 soldados y 500 vehículos. El 1 de abril, Starace entró en Gondar sin combatir. Esto se debió a que el líder local había sido comprado por los italianos. Starace continuó su avance y llegó al Lago Tana, luego a Bahir Dar, Debre Tabor, y finalmente a Debre Marqos, el 20 de mayo, después de una marcha de mil setecientos kilómetros.

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Soldados alpinos (alpini) entre las rocas de Amba Aradam con una ametralladora Fiat-Revelli Mod. 1914

En la segunda mitad de marzo, Badoglio trasladó más divisiones al sur, con la intención de apostarlas en la llanura frente a Mai Ceu. El 31 de marzo, los soldados italianos y eritreos lucharon contra las columnas etíopes. Los etíopes intentaron flanquear el extremo derecho italiano y asaltaron las trincheras. El contraataque de las unidades eritreas comenzó a desbloquear la situación. El ataque etíope se desvaneció, las municiones comenzaron a agotarse. Haile Selassie se vio obligado a enviar a sus mejores unidades, seis batallones de la guardia imperial. El ataque de estas unidades fue decidido, pero el ejército eritreo resistió. A las 6:00 p.m., el ataque se agotó y Haile Selassie ordenó la retirada.

En la madrugada del 1 de abril, los enfrentamientos se reanudaron, pero la falta de suministros y municiones afectó el ímpetu etíope. El 3 de abril, los dos cuerpos del ejército italiano comenzaron a defenderse. Haile Selassie ordenó la retirada general a la llanura del lago Ashengue. Fue entonces cuando el emperador se dio cuenta de que su ejército se estaba desintegrando. La aviación italiana no dejó escapatoria para los etíopes, que fueron interceptados el 4 de abril en la cuenca del lago Ashengue. Se arrojaron más de setecientas toneladas de bombas sobre las columnas en retirada. Los soldados etíopes fueron diezmados. El 15 de abril, las fuerzas eritreas ocuparon Dese, mientras Haile Selassie se había trasladado a Lalibela y luego a Adís Abeba.

Operaciones en el frente sur

La marcha hacia Neghelli

Archivo:Damtou, Desta
El ras Destà en uniforme de gala.

Desde el principio, el frente sur tuvo un papel secundario. Sin embargo, el general Rodolfo Graziani logró convertir un enfoque defensivo en uno ofensivo. Después de los primeros avances en octubre y noviembre y la conquista de Neghelli, la situación en el frente sur se detuvo debido a los peligros del terreno, las altas temperaturas y la escasez de alimentos, agua y vehículos. Esta situación empeoró en abril de 1936 con el inicio de la temporada de lluvias.

Mientras los ejércitos etíopes avanzaban en el norte, el ejército del ras Destà en el frente sur había llegado a las defensas de Dolo, después de una marcha de unos ochocientos kilómetros. El objetivo del yerno del emperador era aliviar la presión italiana en el Ogadén. Destà sabía que las fuerzas de Graziani eran modestas, pero tuvo grandes dificultades para llegar a Dolo, lo que redujo su ejército de veinte mil a menos de diez mil hombres.

Graziani, sin embargo, no se quedó inactivo. Reforzó el campamento de Dolo y las defensas de Ogadén, y decidió usar la aviación de forma masiva para atacar la retaguardia enemiga. El 16 de diciembre, Mussolini autorizó el uso de cualquier arma contra los etíopes, incluyendo armas químicas. Graziani lanzó explosivos y gas sobre las columnas etíopes y Neghelli. El 29 de diciembre, Graziani se enteró de que Destà estaba acampado cerca de un hospital de la Cruz Roja sueca. Ordenó un ataque aéreo sin preocuparse por la presencia del hospital. El bombardeo ocurrió el 30 de diciembre y alcanzó las tiendas del hospital sueco, causando muertes y heridos. La noticia del ataque al hospital se difundió por el mundo, preocupando a Mussolini, quien ordenó a Graziani evitar acciones similares.

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Tiendas de la Cruz Roja en Harar

El 4 de enero de 1936, Graziani lanzó una unidad motorizada de catorce mil soldados contra las defensas etíopes. El 9 de enero, Graziani comenzó el ataque. Las fuerzas italianas se dividieron en tres columnas. El avance italiano fue imparable. En unos cuatro días, las líneas enemigas se deshicieron. La aviación continuó atacando al enemigo que huía con explosivos y gas. El 19 de enero, las avanzadillas italianas entraron en Neghelli. La noticia de la conquista de la ciudad se extendió por Italia el 22 de enero y causó gran entusiasmo. La conquista de Neghelli, aunque una obra logística y táctica, no aportó ventajas a la campaña a largo plazo. Distrajo a Graziani del objetivo principal, Harar, durante casi tres meses.

La ocupación de Harar y Dire Daua

Archivo:Dire Dawa Station Blackshirts 1936
Los camisas negras toman posesión de la estación de Dire Daua, mayo de 1936

Para no ser opacado por las victorias de Badoglio, Graziani comenzó los preparativos para atacar a las fuerzas etíopes restantes, que defendían Dagabur, Giggiga y Harar. Los refuerzos llegaron a Somalia a fines de marzo. Las dificultades para establecer una base de ataque y la necesidad de crear nuevas carreteras hicieron que los preparativos duraran hasta mediados de abril. Para satisfacer las exigencias de Mussolini, Graziani llevó a cabo una ofensiva aérea contra los centros poblados del alto Ogadén, Hararghiè y Giggiga, del 20 de marzo al 14 de abril. Sin embargo, esto no fue suficiente para Mussolini, y Graziani se vio obligado a emprender una acción apresurada el 15 de abril, a pesar de las dificultades logísticas y el mal tiempo.

El frente sur quedó en manos del general Nasibù, quien había sido enviado por el emperador para reforzar la defensa de Ogadén. Nasibù, reforzado por más tropas, retiró a sus soldados a las líneas fortificadas de Harar-Harehò-Giggiga y Dagamedò-Dagahbùr. Desde finales de diciembre de 1935, Nasibù volvió a ocupar gran parte de Ogadén y realizó pequeños ataques para probar las defensas italianas. A principios de marzo, Nasibù comenzó a concentrar veinte mil soldados cerca de las líneas italianas. A pesar de los consejos de cautela de sus asesores militares, continuó con los preparativos.

Inesperadamente, a partir del 20 de marzo, la aviación italiana de Somalia comenzó a bombardear las líneas etíopes con explosivos y gas, inmovilizando a las fuerzas de Nasibù. Al amanecer del 14 de abril, después de casi un mes de bombardeos, el ejército de tierra de Graziani, con treinta y ocho mil hombres, atacó a las fuerzas etíopes. Los italianos avanzaban en camiones, lo que los hacía muy móviles.

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Caballería eritrea en marcha hacia Adís Abeba

La columna italiana más fuerte se lanzó contra las defensas de Gianagobò. La columna central atacó en dirección a Gabredarre y luego a la fortaleza principal de Dagahbùr. La columna derecha avanzó hacia la derecha de las posiciones etíopes. El 15 de abril, la columna de Nasi encontró fuerte resistencia. La lluvia y la resistencia etíope la detuvieron durante más de dos días. Solo la intervención de la aviación desbloqueó la situación. El 25 de abril, las tres columnas italianas habían expulsado a los defensores de sus posiciones. Mussolini presionó a Graziani para que continuara el avance sin descanso.

El único enemigo de Graziani en estos últimos días de guerra fue la lluvia, que obligó a las fuerzas del frente sur a posponer el avance hasta el 5 de mayo, cuando Badoglio ya había ocupado Adís Abeba. Para el 2 de mayo, el ejército de Nasibù ya se había disuelto. Sin encontrar oposición, las columnas italianas comenzaron una carrera hacia Harar, que fue ocupada la tarde del 6 de mayo. El 7 de mayo, las tropas italianas reanudaron la marcha hacia Dire Daua, que fue ocupada al amanecer del 9 de mayo, horas antes de la llegada de los hombres de Badoglio. Con este acto, terminó la guerra en el frente sur, con pérdidas relativamente bajas para los italianos.

La fase final de la guerra

La conquista de Adís Abeba

Después de haber derrotado al último ejército etíope, el mariscal Badoglio decidió poner fin al conflicto lo más rápido posible. Aumentó el número de soldados que marcharían hacia la capital etíope a veinte mil. El avance se organizó en tres columnas: una motorizada, otra de batallones eritreos y una tercera de otra división eritrea. Las tres columnas contaban con el apoyo de aviones, cañones, tanques ligeros y miles de vehículos. Este despliegue de fuerzas fue excesivo, ya que los ejércitos etíopes ya se habían disuelto y la marcha no implicaría ningún riesgo inmediato. Sin embargo, a largo plazo, veinte mil hombres no serían suficientes para proteger la capital ocupada y las carreteras. En las semanas siguientes, los caminos alrededor de la capital fueron bloqueados por grupos de resistencia etíopes, que atacaron a las tropas italianas.

Archivo:SelassieInJerusalem
Haile Selassie en el exilio, en su llegada a Jerusalén.

Badoglio no quería correr riesgos. Envió a los eritreos de Gallina como avanzadilla el 24 de abril. Los principales problemas para los italianos fueron la lluvia y el barro, no las emboscadas enemigas. El único choque relevante ocurrió el 29 de abril cerca de Passo Termabèr, donde los etíopes volaron el camino, retrasando el avance. La noticia más importante llegó la tarde del 2 de mayo, cuando se supo que el emperador había escapado de Adís Abeba.

Archivo:DC-1936-52-d
Una alegoría de la victoria bélica, obra de Achille Beltrame en La Domenica del Corriere

Al mediodía del 3 de mayo, los vehículos pudieron reanudar la marcha. El 4 de mayo, Badoglio recibió un telegrama de Mussolini, ordenándole enviar aviones a sobrevolar la capital y lanzar algunas armas en la embajada francesa. Esta solicitud se debió a la situación de caos y violencia que se había desatado en la capital etíope tras la partida de Haile Selassie. Mussolini aprovechó la oportunidad para reiterar ideas sobre la "bárbara Etiopía". El general Gallina podría haber ocupado la capital la noche del 2 de mayo, pero Mussolini había ordenado reservar la entrada triunfal a las tropas italianas. Esto causó un retraso de tres días en la toma de la ciudad, durante los cuales cientos de personas murieron en los disturbios.

La columna motorizada de Gariboldi, a la que se había unido Badoglio, entró en Adís Abeba la madrugada del 5 de mayo. A las 4:00 p.m., la columna se detuvo a las puertas de la ciudad. A las 5:45 p.m., la bandera italiana fue izada en Villa Italia, marcando el inicio oficial de la ocupación. Al mismo tiempo que los italianos entraron en la capital, los disturbios cesaron. Por orden de Mussolini, comenzaron los fusilamientos de personas sospechosas de haber participado en saqueos o de tener armas.

La proclamación del Imperio

[...] No es sin emoción y sin orgullo que, después de siete meses de amarga hostilidad, pronuncio esta gran palabra. Pero es estrictamente necesario que agregue que se trata de nuestra paz, de la paz romana, expresada en esta propuesta simple, irrevocable y definitiva: ¡Etiopía es italiana!
Extracto del discurso de proclamación del imperio de Benito Mussolini. Roma, 5 de mayo de 1936.

La noticia del fin de la guerra se comunicó en Italia la noche del 5 de mayo de 1936. Después de que las sirenas llamaran a la población, Mussolini apareció en el balcón del Palazzo Venezia y dio el anuncio a una gran multitud. El 9 de mayo, Mussolini anunció a Italia y al mundo "la reaparición del Imperio en las colinas fatales de Roma". Declaró que "los territorios y pueblos que pertenecen al Imperio de Etiopía están bajo la soberanía plena y completa del Reino de Italia" y que el título de emperador de Etiopía había sido asumido por el rey de Italia Víctor Manuel III de Saboya. Destacó que el nuevo imperio era una creación exclusiva de su gobierno.

También el 9 de mayo, el Gran Consejo decretó el reconocimiento a Mussolini del título de "fundador del Imperio". La prensa y las personalidades políticas y culturales elogiaron continuamente a Mussolini. A fines de junio, la Sociedad de Naciones se reunió para tratar el asunto de las sanciones. La reunión, en la que también participó Haile Selassie, duró hasta el 7 de julio, cuando la asamblea de Ginebra decidió levantar las sanciones a partir del 15 de julio. El 9 de julio, el Reino Unido decidió retirar su flota del Mediterráneo. Con estas dos decisiones, la guerra concluyó por completo a nivel internacional.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Second Italo-Ethiopian War Facts for Kids

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Segunda guerra italo-etíope para Niños. Enciclopedia Kiddle.