Historia de la contabilidad para niños
La historia de la contabilidad es muy antigua y se extiende por miles de años, ¡desde las primeras civilizaciones! Imagina que ya en la Antigua Grecia y Mesopotamia existían ideas sobre cómo llevar cuentas. Esto se relaciona mucho con el desarrollo de la escritura, la forma de contar el dinero y los primeros sistemas para revisar las cuentas, como los que usaban los antiguos egipcios y babilonios. Incluso en el Imperio romano, el gobierno ya tenía información financiera muy detallada.
En la India, un sabio llamado Chanakia escribió un libro sobre administración financiera durante el Imperio Maurya. Su obra, "Arthashasthra", explica cómo llevar las cuentas de un Estado. El primer registro claro del método de la partida doble, que es una forma muy importante de contabilidad, aparece en el Libro Mayor de Farolfi entre 1299 y 1300. Más tarde, Luca Pacioli recopiló y presentó al público las ideas de la partida doble, por eso se le considera el gran divulgador de este sistema, aunque no lo inventó.
La profesión moderna de contador, tal como la conocemos hoy, comenzó en Escocia en el siglo XIX. Al principio, los contadores a menudo formaban parte de las mismas asociaciones que los abogados. La contabilidad empezó a organizarse como una profesión en el siglo XIX, y en 1880 se creó el Instituto de Contadores Colegiados en Inglaterra y Gales.
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¿Cómo empezó la contabilidad en la antigüedad?

Los registros contables más antiguos que se han encontrado tienen más de 7.000 años y provienen de Mesopotamia. Estos documentos muestran listas de gastos y de bienes que se recibían o vendían. El desarrollo de la contabilidad, junto con el dinero y los números, pudo haber surgido por la necesidad de controlar los impuestos y las actividades comerciales de los templos.
Los primeros registros de contabilidad también se encontraron en las ruinas de la Antigua Babilonia, Asiria y Sumeria, ¡también de hace más de 7.000 años! En ese tiempo, la gente usaba métodos sencillos para registrar el crecimiento de sus cultivos y rebaños. Como había temporadas para sembrar y criar animales, era fácil saber si habían obtenido más de lo que necesitaban después de las cosechas o cuando los animales jóvenes crecían.
¿Cómo evolucionó el papel del contador?
Entre los años 4000 y 3000 antes de Cristo, los gobernantes y sacerdotes en la antigua Irán tenían personas encargadas de controlar los asuntos financieros. En lugares como Godin Tepe y Tepe Yahya, se encontraron figuras cilíndricas que se usaban para llevar registros en láminas de arcilla. La invención de este sistema de registro con símbolos en arcilla fue un gran avance para la humanidad.
Durante el segundo milenio antes de Cristo, el comercio y los negocios crecieron, y con ellos, el papel del contador se hizo más importante. Los fenicios inventaron un alfabeto fonético, probablemente para ayudar con la contabilidad. También hay pruebas de que en el Antiguo Egipto existía un cargo llamado "Auditor de los escribas". Incluso en el Antiguo Testamento, en el Éxodo, se menciona que Moisés encargó a Ithamar que contara los materiales para construir el tabernáculo.
Para el siglo IV a. C., los egipcios y babilonios ya tenían sistemas de auditoría para revisar lo que entraba y salía de los almacenes. De ahí viene la palabra "auditor", del latín audire, que significa "oír". La importancia de los impuestos también hizo necesario registrar los pagos, y la Piedra de Rosetta menciona una revuelta causada por los impuestos.
La contabilidad en el Imperio Romano
Durante el tiempo del Emperador Augusto (63 a.C. - 14 d.C.), el gobierno romano tenía acceso a información financiera muy detallada. Un ejemplo es el Res Gestae Divi Augusti (que significa "Las Hazañas del Divino Augusto"). Este documento era un informe de la administración de Augusto para el pueblo romano, donde se detallaban sus gastos públicos. Incluía dinero entregado a la gente, tierras o dinero para los soldados veteranos, ayudas al tesoro público, construcción de templos, ofrendas religiosas y gastos en espectáculos. La cantidad de información contable que tenía el emperador sugiere que la usaba para planificar y tomar decisiones importantes.
Historiadores romanos como Suetonio y Dion Casio cuentan que en el año 23 a.C., Augusto preparó un rationarium (una cuenta) que listaba los ingresos públicos, el dinero en efectivo en el tesoro y en manos de los recaudadores de impuestos. También incluía los nombres de las personas de quienes se podía obtener una cuenta detallada.
El ejército romano también llevaba registros muy cuidadosos de dinero, mercancías y transacciones. Por ejemplo, un registro de pequeñas sumas de dinero recibidas en unos pocos días en el fuerte de Vindolanda (alrededor del 110 d.C.) muestra que el fuerte podía calcular sus ingresos diarios, quizás por la venta de suministros o bienes hechos en el campamento.
El archivo de Heroninos es una gran colección de documentos de papiro del siglo III d. C. en el Egipto Romano. La mayoría son cartas, pero también hay muchas cuentas. Estos documentos están relacionados con la administración de una gran propiedad privada. Heroninos era el director de esta propiedad, que tenía un sistema de contabilidad complejo y organizado. Cada administrador de las granjas locales hacía sus propias cuentas pequeñas para el día a día, como el pago al personal, la producción de cultivos, la venta de productos, el cuidado de los animales y los gastos generales. Toda esta información se resumía en rollos de papiro en una cuenta anual para cada parte de la propiedad. Esto permitía al dueño tomar mejores decisiones económicas.
La contabilidad en la Edad Media y el Renacimiento
El método de la partida doble es un sistema de contabilidad donde cada transacción tiene una entrada de "débito" y una de "crédito". Las palabras "débito" y "crédito" vienen del latín: "débito" significa "debe" y "crédito" significa "confía en".
La comunidad judía en el Medio Oriente, al principio de la Edad Media, fue pionera en el uso de la partida doble. Banqueros judíos en el Antiguo Cairo, por ejemplo, usaban un sistema de partida doble que se adelantó al uso conocido de esta técnica en Italia. Sus registros datan del siglo XI. Se cree que los comerciantes italianos pudieron haber aprendido este método de su contacto con comerciantes judíos medievales del Medio Oriente.
La primera evidencia clara del método de la partida doble aparece en el Libro Mayor de Farolfi, entre 1299 y 1300. Giovanno Farolfi & Company, una empresa de comerciantes de Florencia con sede en Nimes, actuaba como prestamista. El registro más antiguo de un sistema de partida doble completo son las cuentas Messari de la ciudad de Génova en 1340. Estas cuentas contienen débitos y créditos registrados de forma bilateral y balances para el año siguiente, por lo que se consideran un sistema de partida doble.
El libro Della mercatura e del mercante perfetto del economista Benedetto Cotrugli contenía el manuscrito más antiguo conocido sobre el sistema de partida doble, aunque no se publicó hasta 1573.
La obra Summa de Arithmetica, Geometria, Proportioni et Proportionalità (que significa "Revisión de Aritmética, Geometría, Proporción y Razón") de Luca Pacioli fue la primera en imprimirse y publicarse en Venecia en 1494. Incluía un tratado de contabilidad de 27 páginas llamado "Particularis de Computis et Scripturis" (que significa "Detalles de Cálculo y Registro"). Pacioli lo escribió para comerciantes, quienes lo usaban como libro de referencia y para educar a sus hijos. Su trabajo es el primer tratado de contabilidad impreso y se le considera el pionero moderno de la contabilidad práctica. En su Summa de arithmetica, Pacioli introdujo los símbolos más (+) y menos (-) por primera vez en un libro impreso, que se convertirían en la forma estándar de escribir en matemáticas.
Aunque Luca Pacioli no inventó el sistema de partida doble, su tratado de contabilidad fue el primer trabajo publicado sobre el tema y fue fundamental para establecer el método de la partida doble tal como lo conocemos hoy. Su trabajo fue muy importante porque se difundió ampliamente, estaba escrito en italiano (la lengua que hablaba la gente) y fue un libro impreso.
Pacioli veía la contabilidad como un sistema organizado por el comerciante. Su uso regular le daba al comerciante información continua sobre su negocio, permitiéndole saber cómo iban las cosas y tomar decisiones. Pacioli recomendaba el método veneciano de partida doble por encima de otros. Este sistema se basaba en tres libros importantes:
- El memoriale (un memorándum)
- El giornale (el Libro Diario)
- El quaderno (el Libro Mayor)
El Libro Mayor, como documento central, iba acompañado de un índice alfabético.
El tratado de Pacioli también daba instrucciones para registrar transacciones de intercambio y transacciones en diferentes monedas, algo mucho más común en esa época que ahora. También permitía a los comerciantes revisar sus propios libros y asegurarse de que los registros hechos por sus contadores seguían el método que él describía. Sin un sistema así, los comerciantes que no llevaban sus propios registros eran más propensos a sufrir robos por parte de sus empleados. Por eso, los primeros y últimos puntos de su tratado se enfocaban en mantener un inventario cuidadoso.
¿Cómo influyó la cultura del Renacimiento en la contabilidad?
La contabilidad que se desarrolló en la Europa del Renacimiento también tenía significados morales y religiosos, relacionándose con la idea de juzgar las almas y revisar los pecados.
Contabilidad para empresas y para la gestión
El desarrollo de las sociedades por acciones (especialmente a partir del año 1600) hizo que más personas necesitaran información contable. Los inversores, que no conocían las operaciones de las empresas, dependían de las cuentas para obtener la información necesaria. Esto llevó a una división de los sistemas de contabilidad: unos para uso interno (como la contabilidad de gestión) y otros para uso externo (como la contabilidad financiera). También surgió la necesidad de que auditores independientes revisaran las cuentas externas.
La contabilidad como profesión moderna
La contabilidad moderna es el resultado de siglos de ideas, costumbres y prácticas. Dos conceptos clave han dado forma a la profesión actual: primero, el desarrollo del sistema de partida doble en los siglos XIV y XV, y segundo, la profesionalización de la contabilidad en los siglos XIX y XX. La profesión moderna del contador público se originó en Escocia en el siglo XIX. En esa época, los contadores a menudo pertenecían a las mismas asociaciones que los abogados, y estos últimos también ofrecían servicios de contabilidad a sus clientes. La contabilidad moderna temprana se parecía a lo que hoy conocemos como contabilidad forense, que es cuando se investigan asuntos financieros para juicios o disputas.
En julio de 1854, el Instituto de Contadores de Glasgow pidió a la Reina Victoria una Carta Real (un documento oficial). La petición, firmada por 49 contadores de Glasgow, mostraba que la profesión contable ya existía en Escocia desde hacía mucho tiempo y era muy respetada. También señalaba que la contabilidad requería muchas habilidades diferentes: además de matemáticas, un contador debía conocer los principios generales del sistema legal, ya que a menudo eran llamados por los tribunales para presentar pruebas en asuntos financieros.
A mediados del siglo XIX, durante la Revolución Industrial en Gran Bretaña, Londres era el centro financiero del mundo. Con el crecimiento de las grandes empresas y la logística, aumentó la demanda de contadores con conocimientos técnicos que pudieran manejar un mundo cada vez más complejo de transacciones globales. Necesitaban calcular cosas como las depreciaciones (la pérdida de valor de algo con el tiempo) y las valoraciones de inventario, y conocer los últimos cambios en las leyes. A medida que las empresas crecían, la demanda de contabilidad confiable se disparó, y la profesión se convirtió rápidamente en una parte esencial del sistema empresarial y financiero.
Para mejorar su estatus y evitar críticas por bajos estándares, las organizaciones profesionales locales en Inglaterra se unieron para formar el Instituto de Contadores Públicos de Inglaterra y Gales, establecido por carta real en 1880. Al principio, tenían menos de 600 miembros, pero el instituto creció rápidamente. Pronto establecieron normas de conducta y exámenes de admisión. Los miembros autorizados podían usar las designaciones profesionales "FCA" (Fellow Chartered Accountant) para los socios completos y "ACA" (Associate Chartered Accountant) para un miembro cualificado del personal de un contable. En los Estados Unidos, el Instituto Americano de Contadores Públicos Certificados se estableció en 1887.
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Véase también
En inglés: History of accounting Facts for Kids