Expedición de Pedro de Valdivia a Chile para niños
La expedición de Pedro de Valdivia a Chile fue una importante aventura de exploración y establecimiento que comenzó en enero de 1540. Liderada por Pedro de Valdivia al servicio del Imperio español, la expedición partió del Cusco con un pequeño grupo de 11 hombres. A medida que avanzaban hacia el sur, más personas se unieron, y al llegar a Copiapó en agosto de 1540, el grupo ya contaba con más de 150 conquistadores españoles y mil ayudantes indígenas llamados yanaconas. Este viaje marcó el inicio de un período histórico conocido como la Conquista de Chile.
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¿Por qué Pedro de Valdivia quiso ir a Chile?
Antes de Valdivia, otro español, Diego de Almagro, había intentado explorar Chile buscando riquezas. Sin embargo, no encontró grandes cantidades de oro o plata, y los pueblos indígenas de la zona no estaban dispuestos a ceder sus tierras. Por eso, Almagro regresó al Perú.
Pedro de Valdivia, quien había luchado junto a Francisco Pizarro, recibió como recompensa una mina de plata y tierras fértiles en Perú. A pesar de tener una buena posición, Valdivia soñaba con dejar su propia huella en la historia. Quería fundar ciudades para el Rey de España y establecerse en las tierras del sur, que estaban sin un líder claro después de la partida de Almagro. Por ello, pidió permiso a Pizarro para iniciar su propia expedición a Chile.
Los desafíos de organizar la expedición
Cuatro años después del intento fallido de Almagro, Valdivia se preparó para su aventura. Su plan era diferente: no solo quería explorar, sino también establecer asentamientos permanentes. Por eso, llevó consigo semillas de cultivos europeos como el trigo, animales domésticos como cerdos y gallinas, y muchas herramientas.
En abril de 1539, Pizarro le dio permiso para conquistar y poblar esas tierras en nombre del Rey, nombrándolo Teniente Gobernador de Chile. Sin embargo, Valdivia tuvo que financiar la expedición por su cuenta. Vendió todas sus propiedades y buscó ayuda económica.
Al principio, fue difícil encontrar gente dispuesta a ir a Chile, ya que la experiencia de Almagro había desanimado a muchos. Valdivia nombró a Alonso de Monroy como su teniente y a Pedro Gómez de Don Benito como maestre de campo para ayudar a reclutar soldados. Enviaron a amigos a diferentes ciudades como Charcas, Arequipa y Lima para buscar voluntarios.
Valdivia también se asoció con un comerciante llamado Francisco Martínez Vegaso, quien aportó dinero a cambio de una parte de las ganancias de la conquista.
Un socio inesperado: Pedro Sancho de Hoz
En ese momento, apareció Pedro Sánchez de la Hoz, quien regresaba de España con permiso del Rey para explorar y conquistar tierras al sur del Estrecho de Magallanes. Esto generó un conflicto sobre quién tenía derecho a las tierras chilenas. Pizarro resolvió la situación haciendo que Valdivia y Sancho de Hoz se asociaran. Acordaron que Valdivia partiría primero, y Sancho de Hoz lo seguiría meses después con más provisiones.
Así, a principios de enero de 1540, Pedro de Valdivia inició su marcha hacia Chile. Lo acompañaban solo once jinetes, entre ellos una mujer española, Inés Suárez, quien había sido una de las primeras en unirse a la expedición. También los acompañaba un millar de yanaconas, con sus familias, para transportar las cargas. En el camino, más expedicionarios se unirían al grupo.
El viaje desde el Cusco hacia Chile
Valdivia partió del Cusco hacia Arequipa el 20 de enero de 1540. A diferencia de Almagro, Valdivia eligió una ruta más directa, pero también más difícil: el camino del desierto, siguiendo una parte del antiguo camino inca hacia el sur.
A medida que avanzaban por la zona peruana, diferentes grupos de aventureros se les unían. En Arequipa, Valdivia se reunió con Monroy, a quien envió a buscar más gente y dinero en otras ciudades. La columna de expedicionarios cruzó valles como Moquegua y Tacna, hasta llegar a Tarapacá. El grupo creció a veinte soldados, incluyendo a los sobrevivientes de otras expediciones.
Más adelante, se sumaron importantes figuras como Francisco de Aguirre, Francisco de Villagra, Rodrigo de Quiroga, Jerónimo de Alderete y el sacerdote Rodrigo González Marmolejo, quien escribiría una crónica del viaje. En total, se unieron unos ochenta hombres más, incluyendo a los que venían de una expedición fallida en Bolivia.
Valdivia esperaba un barco con más gente y provisiones en Tacna, pero recibió la noticia de que el encargado se había ido a otra región, y el capitán del barco había cancelado el viaje.
Cruzando el Despoblado de Atacama
A pesar de las malas noticias, Valdivia continuó su camino hacia el valle de Tarapacá. En esta región, la crónica de Vivar describe la gran cantidad de sal que se encuentra en el suelo y los ríos que bajan de la cordillera nevada. También menciona que la tierra fuera de los valles es muy seca y deshabitada, con grandes extensiones de arena. En San Pedro de Atacama, se unieron veinticinco españoles más, liderados por Francisco de Aguirre.
Después de cuatro meses de viaje, Pedro Sánchez de la Hoz se unió al grupo, como se había acordado. Sin embargo, no había logrado conseguir los refuerzos prometidos y estaba endeudado. Sánchez de la Hoz intentó tomar el mando de la expedición por la fuerza, pero Inés Suárez descubrió su plan. Valdivia lo perdonó, pero le exigió que renunciara a sus derechos en la sociedad que habían formado. Después de expulsar a sus cómplices, le permitió continuar en la expedición.
Según el cronista Vivar, la expedición contaba entonces con 153 hombres, dos sacerdotes, y más de mil ayudantes indígenas. Para cruzar el vasto y temible Despoblado de Atacama, Valdivia dividió la expedición en cuatro grupos, que marchaban con un día de diferencia. Esto permitía que las pocas fuentes de agua se recuperaran antes de que llegara el siguiente grupo. Valdivia iba en la última cuadrilla, pero se adelantaba para animar a sus hombres, compartiendo sus dificultades. A veces encontraban restos de hombres y animales de expediciones anteriores, lo que les recordaba lo peligroso del camino.
Durante el cruce del desierto, un hombre llamado Juan Ruiz, que ya había estado en Chile con Almagro, empezó a decir en secreto que no había suficiente comida y que debían regresar a Perú. Valdivia, al enterarse de esta situación, actuó con firmeza para mantener el orden y la moral del grupo, y la marcha continuó.
El grupo de avanzada, liderado por Alonso de Monroy, llevaba herramientas para mejorar los caminos y asegurar el paso de los caballos. También buscaban profundizar los pequeños pozos de agua que conocían los guías indígenas. Sin embargo, después de unos dos meses en el desierto más seco del planeta, encontraron manantiales agotados. La situación era desesperada por la falta de agua. Se cuenta que Inés Suárez pidió a un yanacona que cavara en el lugar donde ella estaba, y a poca profundidad, brotó agua abundante. Este lugar se conoce desde entonces como la Aguada de Doña Inés.
La llegada a Copiapó: El Valle de la Posesión
El 26 de octubre de 1540, la expedición finalmente llegó a la orilla de un río. Todos, tanto hombres como caballos, mostraron una gran alegría al verse fuera de tantas dificultades. Estaban en el hermoso valle de Copiapó, o Copayapu en la lengua indígena.
Como este era el inicio de su territorio, Valdivia llamó a toda la tierra desde este valle hacia el sur Nueva Extremadura, en honor a su lugar de nacimiento en España. Colocó una cruz de madera en un lugar visible. Luego, la tropa se formó con sus uniformes y armas, los sacerdotes cantaron un himno de agradecimiento, y la artillería disparó. Valdivia, con su espada y el estandarte de Castilla, declaró que tomaba posesión del valle en nombre del Rey de España. Como era el primer territorio habitado de su conquista, ordenó que se le llamara Valle de la Posesión. Se redactó un documento oficial y se celebró la primera misa católica en Chile. Estos eventos marcan el comienzo de la Conquista de Chile.
Aunque había alegría general, algunos notaron un detalle importante: Valdivia tomó posesión en nombre del Rey Carlos I, y no en nombre de Pizarro, de quien era su teniente. Esto generó algunas dudas entre los conquistadores menos cercanos a él.
En Copiapó, se unieron unos veinte españoles más, sumando un total de 131 castellanos listos para establecerse en Chile.
El camino hacia el valle del Mapocho
Desde Copiapó hacia el sur, el paisaje se volvió más verde y fresco, aunque los pueblos indígenas ofrecieron mayor resistencia.
Después de pasar por lugares que hoy son La Serena, Ovalle y Combarbalá, la expedición llegó al valle del Aconcagua, que estaba bajo el control del cacique Michimalonco. Valdivia evitó un enfrentamiento directo y continuó hacia el sur, cruzando la cordillera de Chacabuco, hasta llegar al valle del Mapocho. Este valle ofrecía condiciones ideales para establecer una ciudad.
El 12 de febrero de 1541, Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo. Pocos meses después, Valdivia nombró a los miembros del Cabildo (el gobierno local), quienes a su vez lo nombrarían Gobernador de Chile.
Participantes de la expedición
La expedición de Pedro de Valdivia contó con la participación de muchos hombres valientes. Algunos de los más conocidos fueron:
- Francisco de Aguirre
- Rodrigo de Araya
- Juan de Ávalos Jofré
- Juan Bohón
- Alonso de Córdoba
- Juan de Cuevas Bustillos y Terán
- Antonio Díaz de Rivera
- Bartolomé Flores
- Juan Godíñez
- Pedro Gómez de las Montañas
- Rodrigo González Marmolejo
- Juan Jufré
- Francisco de León
- Pedro de Miranda
- Alonso de Monroy
- Rodrigo de Quiroga
- Pero Sancho de la Hoz
- Inés Suárez
- Pedro de Valdivia
- Francisco de Villagra
- Pedro de Villagra
Muchos de estos expedicionarios dejaron descendencia, convirtiéndose en los fundadores de las familias y sociedades de Chile y la región de Cuyo.