Estatus político del Sahara Occidental para niños
El estatus político del Sahara Occidental y la pregunta sobre quién tiene el control de este territorio son temas que generan mucha discusión. Es uno de los diecisiete lugares en el mundo que las Naciones Unidas consideran "territorios no autónomos", lo que significa que aún no han decidido su propio futuro. Por eso, está bajo la supervisión de un comité especial de la ONU que se encarga de la descolonización.
Para la ONU, España sigue siendo el país responsable de administrar el Sahara Occidental. Sin embargo, cuando España firmó los Acuerdos de Madrid en 1975 y se retiró del territorio en 1976, intentó dejar de ser responsable. Pero, según las leyes internacionales, esa renuncia no fue válida. ¿Por qué? Porque impidió que el pueblo saharaui pudiera decidir su propio futuro (su autodeterminación) y permitió que Marruecos ocupara el territorio. Por lo tanto, legalmente (de iure), España sigue siendo el país administrador y debería cumplir con sus deberes según la Carta de las Naciones Unidas.
Actualmente, tanto el Reino de Marruecos como la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) dicen tener derecho a controlar todo el territorio. Como se mencionó, legalmente, España tiene el derecho sobre el Sahara Occidental, pero en la práctica (de facto), Marruecos controla alrededor del 80% del territorio de forma no reconocida internacionalmente.
Contenido
Historia del Territorio
La Corte Internacional de Justicia, en 1975, dijo que el Sahara Occidental, cuando España lo colonizó, no era un territorio sin dueño. También afirmó que ni Marruecos ni Mauritania tenían derechos de control sobre él. La Corte decidió que se debía aplicar una resolución de la ONU que habla sobre dar independencia a los pueblos colonizados.
La Corte explicó que, en el momento de la colonización española, había algunos lazos de lealtad entre el Sultán de Marruecos y ciertas tribus del Sahara Occidental. También había derechos sobre la tierra que conectaban a la región de Mauritania con el Sahara Occidental. Sin embargo, la Corte concluyó que no había pruebas de que Marruecos o Mauritania tuvieran un control total sobre el territorio. Por eso, la resolución de la ONU sobre la descolonización y el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui seguía siendo válida.
A pesar de esto, Marruecos usó parte de ese dictamen como excusa para organizar la Marcha Verde. Esto llevó a la firma del Acuerdo Tripartito de Madrid en 1975, con el que España intentó finalizar su administración en el Sahara Occidental.
El 26 de febrero de 1976, cuando los últimos militares españoles salieron del territorio, España informó a la ONU que dejaba de tener presencia y responsabilidad internacional sobre el Sahara.
Sin embargo, la mayoría de los expertos en derecho internacional creen que la renuncia de España no fue válida. Esto se debe a que impidió que el pueblo saharaui decidiera su futuro y permitió que Marruecos ocupara el territorio. Por lo tanto, legalmente (de iure), España sigue siendo el país administrador del Sahara Occidental y debe cumplir con sus obligaciones según la Carta de las Naciones Unidas. Esta es también la postura de la ONU y de los tribunales españoles.
Conflicto entre Marruecos y la República Árabe Saharaui Democrática
Un día después de que España se fuera, el Frente Polisario (un grupo que busca la independencia del Sahara Occidental) proclamó el 27 de febrero de 1976 la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Esta república se estableció como un gobierno en el exilio, porque el territorio del Sahara Occidental fue dividido entre Marruecos y Mauritania después de una invasión militar y un acuerdo entre ellos. Marruecos se quedó con dos tercios del norte del territorio. El 5 de agosto de 1979, Mauritania renunció a sus reclamos sobre el Sahara Occidental, y sus tropas se retiraron, siendo reemplazadas por tropas marroquíes.
Marruecos intentó detener los avances del Frente Polisario. En 1981, comenzó a construir un muro defensivo con minas para dividir el territorio. Este muro, que se ha ido ampliando, le permite a Marruecos controlar tres cuartas partes del Sahara Occidental, principalmente la zona occidental. La parte oriental, casi deshabitada, está controlada por el Frente Polisario.
Marruecos también intentó evitar que la RASD entrara en la Organización para la Unidad Africana (OUA). Para lograrlo, el rey Hasán II de Marruecos anunció en 1981 que aceptaba un referéndum de autodeterminación para resolver el conflicto. Sin embargo, la OUA admitió a la RASD en 1982. Marruecos se retiró de la organización en 1984 porque no aceptaba la existencia de la RASD.
Plan de Arreglo
La guerra entre Marruecos y la RASD continuó, pero el cansancio militar llevó a ambas partes a negociar. En 1988, aceptaron una propuesta de la OUA y la ONU para un alto el fuego y un referéndum con dos opciones: independencia o integración con Marruecos. Esto llevó al "Plan de Arreglo", que se estableció en resoluciones de la ONU en 1990 y 1991. El plan incluía un alto el fuego (que comenzó el 6 de septiembre de 1991), un referéndum de autodeterminación basado en un censo de 1974, y la creación de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO). La MINURSO debía actualizar el censo, vigilar la reducción de tropas marroquíes y organizar el referéndum para enero de 1992.
La MINURSO se encargó del censo de votantes, usando como base el censo español de 1974. Este censo se había hecho rápidamente y tenía errores, especialmente con la población nómada. Además, Marruecos se negó a aceptar la lista y trató de incluir 170.000 nuevos votantes, argumentando que eran personas que habían huido del colonialismo. Esto llevó a que Marruecos introdujera nueva población en el Sahara Occidental y dificultara el trabajo de la MINURSO. El proceso del censo se alargó por años, con interrupciones y acusaciones de que la MINURSO era demasiado débil frente a Marruecos.
Después de unos acuerdos en 1997, el proceso de identificación se reanudó para hacer el referéndum el 31 de julio de 2000. La MINURSO terminó el censo provisional en 1999, con 86.412 saharauis con derecho a voto. Pero Marruecos presentó 131.038 apelaciones, lo que volvió a detener el referéndum. Ante esto, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó sus dudas sobre la realización del referéndum y sugirió buscar una solución por la vía política.
Planes Baker I y Baker II
En el año 2000, Marruecos propuso discutir con el Frente Polisario una solución diferente al Plan de Arreglo, ofreciendo autonomía al Sahara Occidental. En 2001, el secretario general de la ONU presentó el "Acuerdo Marco sobre el estatus del Sahara Occidental" (conocido como Plan Baker I, por James Baker, enviado personal de la ONU). Este plan proponía que Marruecos y la población del Sahara Occidental compartieran responsabilidades durante cinco años. La población saharaui elegiría una asamblea legislativa con poder sobre temas como educación, impuestos o agricultura, pero respetando la Constitución de Marruecos. Marruecos se encargaría de las fronteras, relaciones exteriores y defensa. Después de cinco años, se haría un referéndum sobre el estatus del territorio, no sobre su independencia. Argelia y el Frente Polisario rechazaron este plan, mientras que Marruecos se mostró dispuesto a estudiarlo.
La situación siguió estancada. En 2003, James Baker propuso una reforma del Acuerdo Marco, el "Plan de Paz para la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental" (conocido como Plan Baker II). Este plan mantenía la idea de una Autoridad del Sahara Occidental con una asamblea legislativa, pero con algunas diferencias. La asamblea sería elegida por un censo provisional o por una lista de refugiados, y sus decisiones debían respetar los derechos humanos. Marruecos ya no designaría a los jueces ni manejaría las relaciones exteriores del Sahara Occidental sin consultar a la Autoridad. Entre cuatro y cinco años después de aplicar este plan, se haría un referéndum donde los votantes elegirían entre la independencia, la integración total con Marruecos, o quizás otras opciones acordadas. El Frente Polisario aceptó este plan en 2003, pero Marruecos lo rechazó en 2004.
Tercera vía
Después del fracaso del Plan Baker II, James Baker renunció. La situación en el Sahara Occidental se mantuvo sin cambios hasta que, en 2007, Marruecos presentó su "tercera vía": una propuesta de autonomía para el territorio. Esta propuesta permitiría una autonomía local en temas administrativos, económicos, fiscales, culturales, de infraestructura y medio ambiente, pero manteniendo la soberanía marroquí. Marruecos seguiría controlando la bandera, la moneda, la explotación de recursos naturales, las relaciones exteriores, la defensa, el poder judicial y los asuntos religiosos y constitucionales. Una vez acordado, se votaría. Por su parte, el Frente Polisario insistió en que el Sahara Occidental es un proceso de descolonización que solo puede resolverse con el derecho a la autodeterminación a través de un referéndum popular con opción a la independencia.
El nuevo enviado personal del secretario general, Peter van Walsum, no redactó un nuevo plan de paz porque Marruecos rechazaría cualquier propuesta que incluyera la independencia. El Consejo de Seguridad de la ONU pidió a las partes que negociaran sin condiciones previas para encontrar una solución. Se realizaron cuatro sesiones de negociaciones entre 2007 y 2008, pero no hubo avances debido a las diferencias irreconciliables sobre la autodeterminación.
En 2008, Peter van Walsum dijo al Consejo de Seguridad que la independencia del Sahara Occidental no era una opción realista y que el Polisario debía renunciar a ella, a pesar de que tenía el respaldo legal internacional. El Frente Polisario pidió que lo reemplazaran o abandonarían las conversaciones con Marruecos.
Walsum fue reemplazado por Christopher Ross, quien organizó reuniones informales con ambas partes (con Argelia y Mauritania como observadores) entre 2009 y 2012. Sin embargo, estas reuniones solo se centraron en temas secundarios y no en resolver el conflicto principal. Desde entonces, Christopher Ross ha buscado incluir a miembros de la sociedad civil y líderes políticos, mejorar las relaciones entre Marruecos y Argelia, y llevar a cabo una diplomacia indirecta en la región.
Otras propuestas
Existen otras ideas para resolver el conflicto, propuestas por diferentes grupos y por el propio Kofi Annan en 2002, bajo el concepto de "paz por territorios". Estas propuestas sugieren un reconocimiento "limitado" de la RASD por parte de Marruecos, con unas fronteras que abarcarían el territorio entre el muro marroquí y la frontera norte de Mauritania. A cambio, la RASD dejaría la guerra y seguiría reclamando el resto de sus territorios de forma pacífica ante los organismos internacionales. A ambos lados del muro marroquí, que serviría como primera frontera, se situaría la misión de la ONU con los cascos azules, y las zonas a dos kilómetros del muro estarían desmilitarizadas. El ejército de la RASD tendría funciones de defensa en el nuevo estado con las nuevas fronteras reconocidas por Marruecos. Las zonas liberadas del sur, no reconocidas por Marruecos como parte de la nueva RASD, seguirían siendo administradas por la RASD, pero la ONU y los cascos azules se encargarían de mantener la paz, siendo una zona "tampón" desmilitarizada. El espacio aéreo de la RASD reconocida y de las zonas liberadas del sur estaría cerrado a los vuelos marroquíes. El resto de la RASD ocupada por Marruecos sería provisionalmente una autonomía con un parlamento y gobierno autónomo en El Aaiún, similar al Kurdistán Iraquí.
Posiciones de las partes

Posición de la ONU
Para la ONU, el Sahara Occidental es un territorio no autónomo desde 1965, y España sigue siendo el país administrador. Un informe legal de la ONU de 2002 lo confirma:
El 14 de noviembre de 1975 España, Marruecos y Mauritania emitieron en Madrid una declaración de principios sobre el Sahara Occidental (el “Acuerdo de Madrid”), con arreglo al cual las facultades y responsabilidades de España, como Potencia administradora del Territorio, se transfirieron a una administración temporal tripartita. El Acuerdo de Madrid no transfirió la soberanía sobre el Territorio ni confirió a ninguno de los signatarios la condición de Potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber transferido unilateralmente. La transferencia de la autoridad administrativa sobre el territorio a Marruecos y Mauritania en 1975 no afectó la condición internacional del Sahara Occidental como Territorio no autónomo.
Ningún país reconoce oficialmente que Marruecos haya anexado el Sahara Occidental, como lo dice un informe del secretario general de la ONU de 2006:
[...] ya que ello implicaría el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, cosa que estaba fuera de cualquier consideración, dado que ningún Estado miembro de las Naciones Unidas había reconocido dicha soberanía.
Por esta razón, la Audiencia Nacional de España (un tribunal español) se declaró con autoridad para investigar las acciones de las fuerzas de seguridad de Marruecos contra los habitantes del campamento de Gdeim Izik en 2010. Esto se basó en que España es el país administrador legal (de iure) del Sahara Occidental, aunque no en la práctica (de facto), y por lo tanto debe proteger a sus ciudadanos de cualquier abuso.
Posición de Marruecos
La posición oficial de Marruecos es que todo el Sahara Occidental es parte de su país. El gobierno marroquí se refiere al Sahara Occidental como "Sahara Marroquí" o "provincias del sur". Marruecos basa su reclamo en la idea de que el Sahara Occidental es parte de un "Gran Marruecos" histórico. La monarquía marroquí argumenta que los lazos económicos, religiosos y militares entre Marruecos y las tribus saharauis demuestran que Marruecos siempre ha tenido autoridad sobre el Sahara Occidental.
Marruecos también menciona los esfuerzos militares conjuntos entre los saharauis y el Ejército Marroquí de Liberación del Sur contra los españoles en la década de 1950. Además, existen muchos lazos culturales e históricos entre los pueblos del sur de Marruecos y el pueblo del Sahara Occidental, que Marruecos destaca para fortalecer sus reclamos.
Dado que hay cientos de miles de marroquíes viviendo en el Sahara Occidental y que el gobierno marroquí ha ofrecido autonomía al territorio, Marruecos se opone firmemente a una posible independencia para los saharauis. Marruecos considera que cualquier mención de independencia es inaceptable, ya que esto afectaría la unidad de su país. Marruecos cree que el conflicto se debe más a la rivalidad histórica entre Argelia y Marruecos y al apoyo de Argelia al Frente Polisario, que a un deseo legítimo de libertad o independencia por parte de los saharauis.
En 2007, Marruecos presentó su propuesta a las Naciones Unidas, pidiendo un referéndum que permitiría a los residentes del Sahara Occidental votar para convertirse en una región autónoma dentro del Reino. El gobierno marroquí insiste en que la autonomía es la solución más práctica, basándose en el control que ya ejerce sobre gran parte de la región y sus reclamos históricos.
Para Marruecos, el Sahara Occidental se ha convertido en un factor importante en sus asuntos internos y también sirve como excusa para mantener ciertas medidas. Además, Marruecos tiene intereses económicos en la zona (fosfatos, pesca y posiblemente petróleo). Aunque ningún país reconoce oficialmente el control marroquí sobre el Sahara Occidental, Marruecos cuenta con el apoyo de Francia y algunos países árabes, así como de algunos sectores del gobierno de Estados Unidos.
Posición del Frente Polisario
El Frente Polisario busca la autodeterminación del pueblo saharaui para lograr la independencia. Sus demandas se basan en el derecho internacional, las resoluciones de la ONU y las decisiones del Tribunal Internacional de La Haya. Sin embargo, Marruecos considera que el Frente Polisario es un grupo controlado por Argelia, país con el que ha tenido una rivalidad durante años.
Posición de Argelia
Después de la retirada de España y la ocupación de Marruecos y Mauritania, Argelia comenzó a apoyar el principio de autodeterminación de los pueblos y acogió a los refugiados saharauis en Tinduf. Allí se encuentran los campos de refugiados de Tinduf y las sedes del Frente Polisario y la RASD. Argelia apoya las resoluciones de la ONU que buscan organizar un referéndum para el pueblo saharaui.
Argelia apoya al Sahara Occidental en nombre de los derechos de los pueblos a la libre determinación y la idea de que las fronteras coloniales no deben cambiarse. Su posición oficial es que "no tiene reclamos territoriales sobre el Sahara Occidental, que no es parte interesada en el conflicto entre la RASD y el reino de Marruecos, y que su apoyo a los saharauis se basa en sus principios de ayuda a todos los pueblos que luchan por la descolonización de su país en todo el mundo". Argelia siempre dice que no le preocupa el conflicto y que solo apoya las resoluciones de la ONU. Sin embargo, Mohamed VI, rey de Marruecos, insiste en que:
La última resolución del Consejo de Seguridad pone especial énfasis en la dimensión regional de esta disputa y destaca la responsabilidad de Argelia como parte de la disputa.
A pesar de que la ONU nunca ha considerado a Argelia como parte del conflicto, desde el lado argelino se cree que la estrategia de comunicación marroquí busca hacer creer que los reclamos vienen de otros lugares y no del propio Sahara Occidental. Según Argelia, al involucrarla, Marruecos crea la ilusión de que el pueblo saharaui apoya su proyecto.
Posiciones de otros estados y organizaciones
Posición de la Unión Africana
La Unión Africana (antes Organización de la Unidad Africana) aceptó a la RASD como miembro en 1982. Marruecos abandonó la Unión Africana de 1984 a 2017 porque no estaba de acuerdo con el principio de mantener las fronteras heredadas de las colonizaciones. Durante ese tiempo, fue el único país africano que no era miembro de la UA.
Un comunicado del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana de 2015 y un informe legal de la Unión Africana de 2015 sobre la legalidad de la exportación de los recursos naturales del Sahara Occidental, sugirieron que la UA tomaría acciones para defender la autodeterminación y el referéndum.
Posición de España
Después de que España se retirara del Sahara Occidental en 1975, el gobierno español se había mantenido al margen del conflicto y había apoyado la realización de un referéndum de autodeterminación en el territorio, siempre que fuera acordado por ambas partes. Sin embargo, en marzo de 2022, el presidente Pedro Sánchez anunció un cambio en la postura de España sobre el Sahara Occidental. Ahora, España apoya la solución del conflicto con la creación de una región autónoma dependiente de Marruecos, tal como este había propuesto en 2007 al Frente Polisario. Según las palabras del presidente en una carta enviada al Rey Mohamed VI, esta era la opción "más seria, creíble y realista" para el pueblo saharaui. Este cambio ocurrió en un momento en que entró en vigor un acuerdo de cooperación bilateral en seguridad y lucha contra la delincuencia entre España y Marruecos.
... España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo.Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, a 14 de marzo de 2022
Posición de los Estados Unidos
El periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó un artículo en 2019 sobre el Sahara Occidental, donde se decía que los Estados Unidos "no apoyarían un plan destinado a crear un nuevo estado en África".
En febrero de 2020, Israel pidió a Estados Unidos que reconociera el control marroquí sobre el Sahara Occidental si el estado árabe normalizaba las relaciones con Israel. Días después, Estados Unidos anunció que no reconocería el control marroquí. Sin embargo, en diciembre de 2020, el presidente Donald Trump anunció que sí reconocería el control marroquí sobre el territorio. Por su parte, el Frente Polisario y el gobierno de la RASD dijeron que Trump no tenía derecho a tomar esa decisión y la calificaron de "violación" de la Carta de las Naciones Unidas y de las decisiones de organizaciones y tribunales internacionales. Añadieron que "la decisión de Trump no cambia en nada la naturaleza legal de la cuestión saharaui, ya que la comunidad internacional no reconoce el control de Marruecos sobre el Sahara Occidental, lo que sigue siendo propiedad exclusiva del pueblo saharaui”.
Actualmente, el presidente Joe Biden ha mantenido el reconocimiento del control marroquí sobre el Sahara Occidental.
Posición de Israel
El 17 de julio de 2023, Israel se convirtió en el segundo Estado en reconocer el control marroquí sobre el territorio del Sahara Occidental. Esta posición fue confirmada en una carta enviada al rey Mohamed VI por la oficina del gobierno de Benjamín Netanyahu. Este paso se dio en el marco del establecimiento de relaciones oficiales entre ambos Estados y el reconocimiento directo de Israel por parte de Marruecos. La posición israelí también se ha facilitado, al menos en parte, por el endurecimiento de la forma de hablar del Gobierno de Argelia hacia Israel, incluyendo comentarios cada vez más frecuentes para defender sus acciones contra la oposición argelina y contra Marruecos, especialmente desde que el último Gobierno de Netanyahu incluyó a varios judíos de origen marroquí en su Gabinete. Además, el Frente Polisario ha expresado puntos de vista muy contrarios a Israel a lo largo de los años.
Posición de Francia
En julio de 2024, Francia decidió apoyar el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sahara.
Galería de imágenes
-
Muros marroquíes en el territorio del Sahara Occidental, durante la guerra del Sahara Occidental (1975-1991). En amarillo, el territorio bajo control del Frente Polisario.
Véase también
En inglés: Political status of Western Sahara Facts for Kids
- Sahara Occidental
- República Árabe Saharaui Democrática
- Reconocimiento internacional de la República Árabe Saharaui Democrática
- Relaciones España-República Árabe Saharaui Democrática
- Sahara español
- Provincias Meridionales
- Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental
- Ocupación marroquí del Sahara Occidental