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Espíritu del 12 de febrero para niños

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El Espíritu del 12 de febrero fue el nombre de un plan político presentado por el gobierno de Carlos Arias Navarro. Él fue el último presidente del gobierno bajo el mando de Francisco Franco en España. El nombre viene del 12 de febrero de 1974, cuando Arias Navarro explicó sus ideas ante las Cortes franquistas (una especie de parlamento de la época). Lo más importante de este plan era permitir que se formaran asociaciones políticas, pero siempre "dentro" del sistema político existente en ese momento.

Sin embargo, algunos eventos posteriores, como un cambio importante en el gobierno de Portugal en abril de 1974 (conocido como la Revolución de los claveles), hicieron que Arias Navarro cambiara de opinión y no llevara a cabo su plan de "apertura" (hacer las cosas más libres). De hecho, la ley sobre asociaciones políticas que se aprobó fue tan estricta que casi nadie quiso usarla.

Historia del Espíritu del 12 de febrero

El nuevo gobierno de Arias Navarro

En enero de 1974, Francisco Franco nombró a Carlos Arias Navarro como presidente del gobierno. Con este nombramiento, un grupo de expertos que habían tenido mucha influencia antes, dejó de participar en el gobierno.

Para formar su equipo, Arias Navarro incluyó a personas de diferentes grupos dentro del sistema político. Intentó equilibrar a los que querían mantener todo igual (los "inmovilistas") con los que buscaban algunos cambios (los "reformistas"). Entre los reformistas estaban Pío Cabanillas y Antonio Barrera de Irimo, que se encargaron de los ministerios de Información y Turismo y de Hacienda. Por otro lado, los "inmovilistas" incluían a José Utrera Molina y Francisco Ruiz Jarabo.

Algunos líderes militares y civiles que no querían cambios, como Alejandro Rodríguez de Valcárcel, presidente de las Cortes franquistas, presionaron a Arias Navarro para que nombrara a José Antonio Girón de Velasco como vicepresidente. Pero Arias Navarro no aceptó. Franco, por su parte, tuvo una relación muy cercana con el ministro Utrera Molina.

¿Qué fue el «Espíritu del 12 de febrero»?

Arias Navarro, que al principio no tenía un plan político claro, sorprendió a muchos con su discurso del 12 de febrero de 1974. En él, prometió algunas ideas de "apertura". Por ejemplo, habló de permitir asociaciones políticas (siempre dentro del sistema existente), de que los alcaldes fueran elegidos de una forma más directa y de reconocer legalmente algunos conflictos laborales.

Arias Navarro mencionó que quería continuar mejorando el sistema, buscando formas de que más personas pudieran participar en la política. También, por primera vez en la historia de ese gobierno, se refirió a la Guerra Civil como tal, aunque también dijo que el inicio del gobierno en 1936 no podía ser discutido. Se cree que este discurso fue escrito por personas que buscaban más apertura en el gobierno.

Además, gracias a la gestión del ministro de Información y Turismo, Pío Cabanillas, la prensa tuvo más libertad para criticar. También se toleró a la oposición política más moderada, como algunos demócrata-cristianos, liberales y socialistas. Revistas importantes como Cambio 16 y Triunfo, y periódicos como Ya y Informaciones, tuvieron mucha influencia en ese tiempo.

En resumen, la primera declaración del nuevo gobierno fue bastante "liberal" para la época. El discurso del 12 de febrero de 1974 parecía sentar las bases para una apertura controlada, donde más españoles podrían participar en la política, aunque siempre dentro de los límites del sistema. Se planeaba aumentar el número de diputados elegidos en las Cortes y dar más poder a los sindicatos. Se prometió la creación de asociaciones políticas, pero no de partidos políticos. Fue la declaración más "liberal" que un ministro de Franco había hecho hasta entonces.

Los límites de la apertura

El incidente de Añoveros

A finales de febrero, el obispo de Bilbao, monseñor Antonio Añoveros Ataún, fue obligado a abandonar España. Esto ocurrió porque había escrito un mensaje religioso a favor de la libertad del pueblo vasco y de un sistema político que respetara su identidad. El gobierno consideró que este mensaje era un ataque a la unidad del país.

El cardenal Tarancón, la máxima autoridad de la Iglesia Católica en España, y la Conferencia Episcopal Española defendieron a monseñor Añoveros. Negaron que el gobierno tuviera derecho a expulsar a un obispo y amenazaron con una sanción religiosa a quien diera la orden. El papa Pablo VI apoyó al cardenal Tarancón y a Añoveros. Al final, el propio Francisco Franco tuvo que intervenir para que Arias Navarro diera marcha atrás.

Finalmente, se llegó a un acuerdo entre el gobierno y el Vaticano: el obispo de Bilbao recibió un permiso especial de vacaciones, sin tener que retractarse de lo que había dicho. Este incidente fue visto como una derrota política para el gobierno, que tuvo que ceder ante la firme postura de la Iglesia.

El caso de Salvador Puig Antich

Archivo:Modelo - Puig Antich
Celda de la Cárcel Modelo de Barcelona donde estuvo preso Salvador Puig Antich antes de ser ejecutado.

El 2 de marzo, pocos días después del incidente de Añoveros, el anarquista Salvador Puig Antich fue ejecutado. Había sido condenado a la pena de muerte por la muerte de un policía. Esto ocurrió a pesar de las protestas y las peticiones de clemencia de todo el mundo, incluyendo al papa Pablo VI.

En las semanas previas, los grupos más conservadores habían presionado al gobierno para que no cambiara la pena. También los culparon del aumento de la oposición y de los disturbios. Desde 1966 no se había aplicado la pena de muerte en España. Las protestas internacionales por el caso de Puig Antich recordaron a otras similares que habían ocurrido años antes.

La reacción de los más conservadores y el cambio de Arias Navarro

La situación del gobierno de Franco se hizo más evidente cuando el 25 de abril de 1974, un cambio militar en Portugal puso fin a la dictadura que había allí. Poco después, también cayó la dictadura en Grecia. Esto mostró que las dictaduras que dependían de una sola persona no solían durar mucho después de la muerte de su fundador.

Una de las primeras acciones del gobierno español fue prohibir la publicación de una revista que hablaba sobre lo que había pasado en Portugal. Por su parte, los grupos más conservadores del gobierno de Franco advirtieron que lo de Portugal nunca pasaría en España. También criticaron a los "falsos liberales" que, según ellos, se habían infiltrado en el Estado, y atacaron la "apertura" de la prensa y el plan de asociaciones.

El 28 de abril, José Antonio Girón, un exministro y una figura importante de los grupos más conservadores, publicó un fuerte ataque contra Pío Cabanillas (por relajar la censura) y contra Antonio Barrera de Irimo, otro ministro considerado "liberal". Este ataque fue apoyado por otras críticas muy duras de Blas Piñar.

Esta ofensiva de los más conservadores también tuvo resultados. El 13 de junio, el general Manuel Díez-Alegría, considerado "liberal", fue destituido de su cargo como jefe del Estado Mayor.

En un discurso que dio el 15 de junio de 1974 en Barcelona, Arias Navarro anunció su plan para las asociaciones políticas. Pero al mismo tiempo, dijo que estas asociaciones no debían cambiar el papel del sistema político ni el espíritu del gobierno. Según José Utrera Molina, ministro en ese momento, este discurso en Barcelona fue un cambio en la postura de Arias. Otros, como Pío Cabanillas, dijeron que "desde ese instante ya no hay política de apertura".

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