Entrevista de Bordighera para niños
La entrevista de Bordighera o reunión de Bordighera fue un encuentro importante que tuvo lugar en la ciudad italiana de Bordighera el 12 de febrero de 1941. En esta reunión, Francisco Franco, el líder de España en ese momento, se encontró con Benito Mussolini, el líder de Italia. Esta reunión fue sugerida por Adolf Hitler, el líder de Alemania.
Contenido
¿Por qué fue importante la reunión de Bordighera?
Los planes para Gibraltar y la situación de España
Después de que las fuerzas italianas tuvieran dificultades en su campaña en Grecia, el alto mando militar alemán pensó que era muy importante tomar Gibraltar. Gibraltar es un punto estratégico clave que permitiría a las potencias del Eje (Alemania e Italia) controlar el acceso al Mar Mediterráneo y así dificultar el paso de los barcos británicos.
El 12 de noviembre de 1940, Adolf Hitler dio la orden de preparar un plan llamado "Operación Félix" para ocupar Gibraltar con tropas alemanas. Poco después, el embajador alemán invitó a Ramón Serrano Suñer, un ministro importante de España, a reunirse con Hitler.
Franco se reunió con sus ministros militares para analizar la situación. Un informe del ejército español, en el que participó Luis Carrero Blanco, señalaba que España no tenía una marina fuerte para resistir un bloqueo naval de la Royal Navy (la marina británica). También destacaba los altos costos económicos de entrar en la guerra. Por eso, el informe aconsejaba no atacar Gibraltar mientras el Reino Unido controlara el canal de Suez, una ruta marítima vital.
Las conversaciones previas y las condiciones de España
El 19 de noviembre, Hitler se reunió con Serrano Suñer. Hitler le explicó que era absolutamente necesario "cerrar el Mediterráneo" a los británicos, tomando Suez y Gibraltar. Para lograrlo, era fundamental que España se uniera a la guerra y permitiera el paso de las tropas alemanas para atacar Gibraltar.
Serrano Suñer respondió que si Alemania no enviaba los suministros que España había pedido, España dependería de la buena voluntad de la marina británica para obtenerlos. También recordó que los acuerdos previos sobre las reclamaciones territoriales de España en el norte de África no eran muy claros. Cuando Serrano Suñer regresó a Madrid, Franco apoyó completamente su postura.
Hitler decidió entonces enviar al almirante Wilhelm Canaris a Madrid para hablar con Franco. El 7 de diciembre de 1940, Canaris le pidió a Franco que permitiera el paso de las divisiones alemanas por España el 10 de enero para atacar Gibraltar. Prometió que los suministros se entregarían después.
Franco respondió que no podía cumplir con esa fecha límite. Explicó que España estaba pasando por una situación muy difícil en cuanto a alimentos y dependía del Reino Unido para recibir los envíos de trigo que necesitaba. A cambio, España debía mantenerse neutral. Además, Franco argumentó que tomar Gibraltar podría significar que los británicos tomaran las islas Canarias. Por primera vez, Franco dudó de una victoria rápida del Eje.
El almirante Canaris informó que Franco había dicho que España solo podría entrar en guerra cuando Inglaterra estuviera a punto de ser derrotada. Ante el fracaso de la misión de Canaris, Hitler ordenó detener la "Operación Félix".
La falta de alimentos en España fue una razón clave por la que Franco no quiso entrar en la guerra. Serrano Suñer le dijo al embajador de Italia el 8 de enero que si Alemania hubiera dado a España lo necesario para sobrevivir día a día, España ya estaría en la guerra junto al Eje. Pero como eso no había ocurrido, el gobierno español tuvo que aceptar las condiciones de Inglaterra y Estados Unidos.
Otro factor que influyó en la decisión de Hitler de suspender la "Operación Félix" fue la derrota de las fuerzas italianas en el norte de África, que puso fin a su intento de invadir Egipto.
Un último intento para cambiar la posición de Franco ocurrió el 20 de enero de 1941, cuando el embajador alemán Eberhard von Stohrer se reunió con Franco. Le pidió que España entrara en la guerra con el Eje en un plazo máximo de 24 horas. Franco pidió más tiempo. Tres días después, se reunieron de nuevo. Stohrer le entregó un documento que decía que si Franco no se unía inmediatamente a la guerra, el gobierno alemán preveía el fin de la España nacional.
Franco aseguró a von Stohrer que seguía confiando en la victoria de Alemania y que no era una cuestión de si España entraría en guerra, sino de cuándo. Explicó que la fecha de entrada en la guerra dependía de requisitos muy claros y concretos, y que España quería contribuir materialmente a la victoria.
Finalmente, Hitler le pidió a Benito Mussolini que intentara convencer a Franco. Así se organizó el encuentro entre los dos líderes en Bordighera para el 12 y 13 de febrero de 1941. Franco aceptó la invitación, aunque no muy contento.
El encuentro en Bordighera
Franco, que prefería no viajar en Avión por precaución, decidió ir a Italia en tren, cruzando Francia. El viaje fue secreto. Antes de partir, Franco firmó un documento para que el gobierno quedara en manos de un grupo de generales mientras él estuviera fuera de España.
La reunión se llevó a cabo en la Villa Regina Margherita, en el pequeño pueblo fronterizo de Bordighera. Duró cuatro horas y media, dividida en dos sesiones. Franco asistió con Ramón Serrano Suñer.
Franco le explicó a Mussolini que si Alemania no le enviaba los suministros que había pedido, la entrada de España en la guerra era imposible. También mencionó que Alemania no entendía las "aspiraciones históricas" del pueblo español, refiriéndose a las reclamaciones de territorios que España había planteado y sobre las cuales no había recibido ninguna garantía. Franco dijo que la entrada de España en la guerra dependía más de Alemania que de España: cuanto antes enviara Alemania la ayuda, antes podría España contribuir a la causa de las potencias del Eje.
Mussolini no insistió mucho, porque, como comentó a sus colaboradores, "¿Cómo puedes empujar a una nación a la guerra con reservas de pan solo para un día?". El gobierno alemán, por su parte, consideró que el fracaso de la entrevista significaba que Franco se negaba definitivamente a entrar en la guerra, por lo que le dio instrucciones a su embajador para que no volviera a hablar del tema.
Mussolini no mencionó en ningún momento la ayuda que Italia había dado a Franco durante los conflictos internos de España. Mussolini expresó su seguridad de que el Eje lograría la victoria total. Creía que España no podía quedarse al margen de la guerra, ya que la neutralidad significaría perder las ventajas de unirse a los vencedores. Sin embargo, la forma y la fecha de la entrada de España en el conflicto dependían exclusivamente de Franco.
La entrevista terminó con Mussolini tomando nota de las dos condiciones que España exigía para unirse a la guerra:
- Recibir de inmediato trigo, armamento y carburante.
- Revisar las concesiones territoriales que España recibiría en el norte de África y su principal reclamo, Gibraltar.
De regreso a España, Franco se reunió en Montpellier con Philippe Pétain.
Véase también
- Entrevista de Hendaya
- España durante la Segunda Guerra Mundial