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Emoción para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Expression of the Emotions Plate II
Lámina del libro La expresión de las emociones en el hombre y los animales de Charles Darwin.

Las emociones son reacciones que sentimos en nuestra mente y cuerpo cuando nos enfrentamos a algo importante, como una persona, un lugar o un recuerdo. Son como una respuesta automática que nos ayuda a adaptarnos a lo que está pasando.

Cuando sientes una emoción, tu atención cambia y algunas conductas se vuelven más probables. Por ejemplo, si sientes miedo, tu atención se centra en el peligro y tu cuerpo se prepara para correr. Las emociones también activan recuerdos relacionados en tu memoria.

Los sentimientos son el resultado de las emociones. Duran más tiempo y podemos explicarlos con palabras. Por ejemplo, la emoción de la alegría puede convertirse en un sentimiento de felicidad que dura todo el día.

Físicamente, las emociones preparan a nuestro cuerpo para actuar. Organizan las respuestas de diferentes sistemas, cambiando nuestras expresiones de la cara, la tensión de los músculos, el tono de nuestra voz y la actividad de nuestros sistemas internos. Todo esto ocurre para que podamos responder de la mejor manera posible a la situación.

Las emociones también nos ayudan a relacionarnos con nuestro entorno. Nos acercan a ciertas personas o ideas y nos alejan de otras. Son una mezcla de reacciones con las que nacemos y otras que aprendemos a lo largo de la vida.

¿Cómo se clasifican las emociones?

Existen diferentes formas de organizar y entender las emociones. Las dos más conocidas son el modelo de emociones básicas y los modelos dimensionales.

Las emociones básicas

Archivo:Plutchik-wheel es
La Rueda de las Emociones de Plutchik muestra ocho emociones básicas y cómo se combinan o cambian de intensidad.

Algunos científicos creen que existen unas pocas emociones "atómicas" o principales. A partir de estas, se pueden crear otras más complejas, como si fueran colores primarios que se mezclan.

El psicólogo Paul Ekman propuso que hay seis emociones básicas que son universales, es decir, que todas las personas del mundo las reconocen y expresan de forma parecida. Estas son conocidas como "Las Seis Grandes Emociones":

  • Sorpresa: Cuando algo inesperado ocurre.
  • Asco: Una reacción a algo que nos parece desagradable.
  • Tristeza: Sentimiento de pena o pérdida.
  • Ira: Enfado o enojo ante una ofensa o injusticia.
  • Miedo: Sensación de peligro o amenaza.
  • Alegría: Sentimiento de felicidad y satisfacción.

Otro modelo muy conocido es la "rueda de las emociones" de Robert Plutchik, que organiza ocho emociones básicas y muestra cómo se relacionan entre sí.

Modelos por dimensiones

Archivo:Geneva Emotion Wheel - English
Este mapa de emociones las organiza en dos ejes. El horizontal va de desagradable a placentero, y el vertical de calmado a excitante.

Otros expertos prefieren organizar las emociones en un mapa con diferentes dimensiones. En lugar de listas, usan ejes para describir cualquier emoción. Las dos dimensiones más comunes son:

  • Valencia: Si la emoción se siente bien (positiva, como la alegría) o mal (negativa, como la tristeza).
  • Activación (Arousal): Si la emoción es muy intensa y nos llena de energía (como la euforia) o si es calmada y de baja energía (como la serenidad).

La historia del estudio de las emociones

Los científicos llevan mucho tiempo intentando entender cómo funcionan las emociones. A lo largo de la historia, han surgido varias ideas y descubrimientos importantes.

El increíble caso de Phineas Gage

En el siglo XIX, un obrero llamado Phineas Gage tuvo un accidente terrible: una barra de metal le atravesó la cabeza, dañando parte de su cerebro. Sobrevivió, pero su personalidad cambió por completo. Se volvió impaciente y poco respetuoso. Su caso fue una de las primeras pistas de que una zona específica del cerebro, el lóbulo frontal, es clave para controlar nuestras emociones y comportamiento.

Darwin y la expresión de las emociones

Charles Darwin, famoso por su teoría de la evolución, también estudió las emociones. En su libro La expresión de las emociones en hombres y animales, explicó que las expresiones faciales, como sonreír o fruncir el ceño, son universales. Sugirió que estas expresiones evolucionaron porque eran útiles para la supervivencia y la comunicación, no solo en humanos, sino también en animales.

¿Qué va primero: la emoción o la reacción del cuerpo?

Archivo:Timeline of brain models of emotion
Línea de tiempo con algunos de los modelos más importantes sobre cómo el cerebro procesa las emociones.

A finales del siglo XIX, surgió un gran debate:

  • Teoría de James-Lange: William James y Carl Lange propusieron que primero nuestro cuerpo reacciona a algo (el corazón late más rápido, empezamos a sudar) y que es la percepción de esas reacciones lo que llamamos emoción. Es decir, no corremos porque tenemos miedo, sino que sentimos miedo porque notamos que estamos corriendo.
  • Teoría de Cannon-Bard: Más tarde, Walter Cannon y Phillip Bard no estuvieron de acuerdo. Ellos dijeron que la emoción en el cerebro y la reacción del cuerpo ocurren al mismo tiempo. Cuando vemos algo que nos asusta, el cerebro envía señales para sentir miedo y, a la vez, para que el cuerpo reaccione.

El mapa de las emociones en el cerebro

Archivo:Circuito de Papez
El Circuito de Papez fue uno de los primeros intentos de dibujar el "camino" de las emociones en el cerebro.

Con el tiempo, los científicos empezaron a identificar las partes del cerebro que trabajan juntas para crear las emociones.

  • El Circuito de Papez: En 1937, James Papez propuso un circuito que conectaba varias áreas del cerebro, como el hipotálamo y la corteza cingulada. Fue uno de los primeros "mapas" de cómo viaja la información emocional.
  • El Sistema Límbico: Más tarde, Paul MacLean amplió esta idea y la llamó el sistema límbico. Describió el cerebro como si tuviera tres capas evolutivas: un "cerebro reptiliano" para los instintos básicos, un "cerebro de mamífero antiguo" para las emociones (el sistema límbico) y un "cerebro de mamífero nuevo" (la neocorteza) para el pensamiento racional.
  • La Amígdala, el centro del miedo: Investigaciones posteriores demostraron que una pequeña estructura en forma de almendra, la amígdala, es fundamental para procesar el miedo. Si esta parte se daña, una persona o animal puede dejar de sentir miedo ante situaciones peligrosas.

El cerebro: el centro de control de tus emociones

Hoy sabemos que no hay una sola "parte emocional" en el cerebro, sino una red de regiones que trabajan juntas. Las más importantes son:

La amígdala

La amígdala es como el sistema de alarma del cerebro. Se activa muy rápido ante posibles peligros y es clave para:

  • Reconocer expresiones faciales: Especialmente las de miedo. Nos ayuda a darnos cuenta si alguien está asustado o enfadado.
  • Aprender a tener miedo: Es la responsable de que aprendamos a asociar ciertas cosas con el peligro (por ejemplo, si te muerde un perro, la amígdala te ayudará a sentirte alerta la próxima vez que veas uno).
  • Guardar recuerdos emocionales: Ayuda a que los recuerdos de momentos muy felices o muy tristes sean más fuertes y duraderos.

La corteza cingulada anterior (CCA)

Esta región es como el punto de encuentro entre nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. Ayuda a que seamos conscientes de lo que estamos sintiendo y a regular la intensidad de nuestras emociones.

La corteza prefrontal (CPF)

Es la parte más evolucionada del cerebro, situada justo detrás de la frente. Actúa como el "director de orquesta" de las emociones.

  • Ayuda a tomar decisiones basadas en nuestras emociones.
  • Nos permite controlar nuestras reacciones. Por ejemplo, aunque estés muy enfadado, la CPF te ayuda a no gritar.
  • Participa en la empatía, es decir, en entender lo que sienten los demás.

El científico António Damásio propuso la idea de los "marcadores somáticos". Según él, nuestro cerebro guarda las sensaciones físicas de emociones pasadas. Cuando nos enfrentamos a una decisión, estos "marcadores" se activan y nos ayudan a elegir la mejor opción de forma rápida.

¿Cómo cambian nuestras emociones al crecer?

Nuestra vida emocional evoluciona a medida que crecemos.

  • Primeros meses: Los bebés ya pueden sentir y expresar emociones básicas como la alegría o el malestar.
  • Niñez: Alrededor de los 2 años, los niños empiezan a mostrar empatía. A los 4, ya reconocen las emociones básicas en los demás y entienden que estas provocan diferentes acciones.
  • Adolescencia: En esta etapa, las emociones se vuelven más complejas y sociales. La opinión de los amigos es muy importante. Aprender a manejar emociones intensas es uno de los grandes retos de la adolescencia.
  • Adultez: Se espera que un adulto pueda identificar y controlar sus emociones de manera adecuada, lo que se conoce como inteligencia emocional.

¿Cómo reconocemos las emociones?

Reconocer las emociones es una habilidad clave, tanto para entendernos a nosotros mismos como para relacionarnos con los demás.

Reconocimiento interno

Para saber qué sientes, necesitas "escuchar" a tu cuerpo. Esta habilidad se llama interocepción. Consiste en prestar atención a las señales internas, como los latidos del corazón, la respiración o la tensión en los músculos. Al conectar estas señales con la situación que estás viviendo, puedes identificar la emoción.

Ser consciente de tus emociones te ayuda a:

  • Sobrevivir, reaccionando ante peligros.
  • Construir relaciones con otras personas.
  • Mantener tu cuerpo en equilibrio.

Reconocimiento externo

Reconocemos las emociones de los demás principalmente a través de sus expresiones faciales. Los ojos y la boca nos dan muchísima información. Por ejemplo:

  • Los ojos son muy importantes para detectar el miedo o el enojo.
  • La boca es clave para identificar la alegría o el asco.

Una sonrisa verdadera, llamada "sonrisa de Duchenne", no solo involucra la boca, sino también los músculos alrededor de los ojos, que forman pequeñas arrugas.

Inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad de percibir, entender y manejar las propias emociones y las de los demás. No se trata de no sentir emociones "negativas", sino de saber cómo reaccionar ante ellas.

Tener una buena inteligencia emocional ayuda a:

  • Tener mejores relaciones con amigos y familiares.
  • Sentirse más motivado en la escuela.
  • Manejar el estrés y superar los problemas.

Los científicos han descubierto que para aprender bien, necesitamos un equilibrio emocional. Demasiado estrés o tristeza dificulta el aprendizaje, pero un poco de emoción positiva puede ayudarnos a estar más atentos y motivados.

Investigadores destacados

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Emotion Facts for Kids

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Emoción para Niños. Enciclopedia Kiddle.