Delirio para niños
Datos para niños Delirio |
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![]() John Haslam, en su libro Illustrations of Madness (1810), dibujó una máquina llamada «Air Loom» («telar de aire»). Se basó en una idea extraña de James Tilly Matthews, quien pensaba que esta máquina se usaba para causarle daño.
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Especialidad | psiquiatría psicología |
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En psiquiatría y psicología, el delirio (del latín de-lirare, que significa «salir del surco al labrar la tierra») es una creencia muy fuerte que una persona tiene, aunque no haya pruebas que la apoyen. Es importante no confundirlo con el delírium o síndrome confusional agudo, que son condiciones diferentes.
En el estudio de la mente (psicopatología), el delirio se define como una creencia que se mantiene con mucha convicción, incluso cuando la realidad muestra lo contrario. No es lo mismo que una confabulación (inventar recuerdos), un dogma (una creencia aceptada sin discusión), una ilusión (una percepción equivocada de algo real) o una alucinación (ver o escuchar cosas que no existen).
El delirio se usa a menudo en el campo de la neurología o la psiquiatría. Por sí solo, el delirio no es un trastorno mental, pero es una característica común en varios de ellos. Algunos trastornos que pueden incluir delirios son la esquizofrenia, la manía, el trastorno bipolar o la depresión con síntomas psicóticos.
Contenido
¿Qué es un delirio? Entendiendo el concepto
La palabra "delirio" ha evolucionado para describir una creencia que se "sale" de lo que es normal o aceptado por un grupo social. En el lenguaje común, se refiere a una idea falsa, extraña o que viene de un engaño. En psiquiatría, significa que la creencia es parte de una enfermedad o un proceso de salud. Como síntoma, es diferente de una creencia basada en información incorrecta o de ciertas percepciones alteradas.
Los delirios suelen aparecer en un contexto neurológico, pero no están ligados a una sola enfermedad. Se han encontrado en muchas condiciones de salud, tanto físicas como mentales. Sin embargo, son muy importantes para diagnosticar las psicosis, especialmente la esquizofrenia, la manía y los episodios del trastorno bipolar. También forman parte de la clasificación psiquiátrica como un síndrome delirante, que, junto con los síndromes alucinatorios y disociativos, ayuda a definir las psicosis.
Para que una idea se considere un delirio, debe cumplir varios puntos:
- Debe ser una creencia muy firme, pero con razones poco lógicas.
- No debe cambiar, incluso con la experiencia o si se demuestra que es imposible.
- Debe ser extraña para el contexto (por ejemplo, cultural) de la persona que la tiene.
Estos puntos son importantes porque muchas ideas pueden ser muy firmes y difíciles de cambiar para algunas personas (como ideas religiosas o políticas), y aun así no son delirios. Se necesita que la forma en que se llega a esa creencia sea inusual.
Por ejemplo, alguien podría decir que tiene una verdad importante que debe compartir con el mundo, porque escuchó su nombre en la televisión. El delirio no se diagnostica por la idea de "tener una verdad que revelar" (muchas personas podrían decir algo similar), sino por la forma extraña en que llegó a esa idea (haber escuchado su nombre en la televisión).
Generalmente, si se le explica que su idea no tiene lógica, la persona sigue creyendo en ella. Como no es una creencia común, se debería verificar si pertenece a algún grupo religioso con ideas parecidas. Sin embargo, incluso en ese caso, los miembros de su propio grupo podrían notar que hay algo extraño en la lógica de su pensamiento. En ese caso, la idea se considera delirante.
¿Cómo se clasifican los delirios?
Los delirios se pueden clasificar de diferentes maneras, según cómo se presenten o qué tipo de ideas incluyan.
Clasificación tradicional
Desde el punto de vista de la psicopatología clásica, los delirios son como un mecanismo de defensa que la mente usa para protegerse cuando la estructura del "Yo" (nuestra identidad) se siente amenazada. Son un último recurso para mantener la identidad.
Se clasifican así:
- Delirios impositivos: La persona siente la necesidad de compartir sus creencias y buscar a otros que las apoyen.
- Delirios defensivos: La persona siente la necesidad de alejarse de los demás, buscando protección y escondiéndose.
Clasificación moderna de los delirios
- Sistematizados: Las creencias están bien organizadas, con lógica interna. La persona puede responder a preguntas sobre ellas de forma coherente. Son comunes en las psicosis paranoides, ya sean agudas o crónicas.
- No sistematizados: Son ideas y creencias delirantes desorganizadas, sin lógica interna. Las preguntas no obtienen respuestas claras. Son muy comunes en la esquizofrenia.
- Delirio encapsulado: Es una idea delirante que no afecta mucho la vida diaria de la persona. En una conversación, la persona puede mencionar estas ideas, pero se nota que no influyen mucho en su vida o en sus relaciones.
- Delirio parafrenizado: Son delirios sistematizados y encapsulados que son muy fantasiosos o exagerados. La persona no suele contarlos al principio, aunque sus acciones estén guiadas por estas ideas.
Otras formas de entender los delirios
- Delirios no patológicos
Son creencias que están dentro de la realidad (como creer que se es rico o famoso, o que se ha descubierto una cura importante). A veces, la mente puede crear una especie de ilusión. La diferencia con un delirio verdadero es que este último es "apodíctico", es decir, no se puede cambiar con la razón, y se basa en un conocimiento personal que no se comparte y es incierto.
- Delirios extraños
Son creencias que están fuera de lo que la ciencia reconoce como real (como creer que se puede robar el pensamiento o resucitar a personas fallecidas).
El delirio encapsulado a veces se llama "locura razonante" porque, excepto por una idea delirante muy específica, la persona funciona bien en la mayoría de los aspectos de su vida y puede pasar desapercibida. Solo cuando alguien le pregunta sobre ese tema, la persona empieza a mostrar el delirio.
- Clasificaciones de manuales médicos (DSM-IV, DSM-V y CIE-10)
Los manuales de diagnóstico como el DSM-IV, DSM-V y la CIE-10 describen varios tipos de delirio:
- Delirio erotomaníaco: La persona cree, de forma equivocada, que otra persona está enamorada de ella.
- Delirio persecutorio: La creencia de que alguien será dañado o molestado por una persona, grupo u organización. Es el tipo de delirio más común.
- Delirio de grandeza: La persona cree que tiene habilidades, riqueza o fama excepcionales, mucho más que los demás.
- Delirio nihilista: La convicción de que ocurrirá una catástrofe.
- Delirio somático: La preocupación sin fundamento sobre la propia salud, funciones o sensaciones del cuerpo.
- Delirio celotípico (celotipia): La idea equivocada de que la pareja es infiel.
- Delirio mixto: Cuando una persona cambia constantemente entre un estado de inquietud y uno de calma o cansancio.
- Delirio inespecífico: Cuando el delirio principal no se puede clasificar en una categoría específica.
Clasificación de la Escuela Francesa
La Escuela Francesa clasifica los delirios según la parte del "Yo" que está afectada y cómo se relaciona el "Yo" con los demás.
- Polo de actitud
- Por exaltación: delirios mesiánicos, religiosos y místicos.
- Por depreciación: delirios persecutorios, de condenación y de autoinculpación (como el síndrome de Capgras, donde se cree que un ser querido ha sido reemplazado por un impostor).
- Polo intelectual
- Por exaltación: delirios de grandeza, de inventores e idealistas (parafrenia).
- Por depreciación: delirios reivindicativos (donde la persona cree que ha sido tratada injustamente y busca justicia).
- Polo corporal
- Por exaltación: delirios que niegan una enfermedad.
- Por depreciación: delirios hipocondríacos (preocupación excesiva por la salud) y de invasión corporal (como el síndrome de Cotard, donde la persona cree que ha muerto o que sus órganos no existen).
- Polo de afecto
- Por exaltación: delirios erotomaníacos (síndrome de Clérambault).
- Por depreciación: delirios celotípicos (síndrome de Otelo).
También hay un grupo de psicosis con delirios confusionales, como la psicosis postparto y las bouffée delirantes.
¿Cómo se forman los delirios?
Una teoría sobre los delirios sugiere que se necesitan dos cosas para que aparezcan: un problema en cómo se forman las creencias y un problema en cómo se evalúan esas creencias. Los estudios de imágenes cerebrales muestran que una parte del cerebro llamada córtex prefrontal lateral derecho, que ayuda a evaluar las creencias, funciona de manera diferente en personas con delirios. Esta área también muestra cambios en trastornos relacionados con delirios, como la demencia frontotemporal y la psicosis.
Otra idea, el modelo de saliencia aberrante, propone que los delirios ocurren porque las personas le dan demasiada importancia a cosas que no son relevantes. Las áreas del cerebro relacionadas con la importancia de los estímulos tienen menos materia gris en personas con delirios. Además, la dopamina, un químico cerebral importante en este proceso, también está muy involucrada en los trastornos psicóticos.
Algunas áreas específicas del cerebro se han relacionado con tipos particulares de delirios. Por ejemplo, el volumen del hipocampo está relacionado con los delirios paranoides en la enfermedad de Alzheimer. Los delirios de Capgras se han asociado con daños en la parte occipitotemporal del cerebro, lo que podría dificultar la conexión de emociones o recuerdos normales con las caras.
¿Cómo se diagnostica un delirio?
Las definiciones modernas y los criterios originales de Jaspers para el delirio han sido criticados porque se pueden encontrar ejemplos que no encajan perfectamente con cada característica.
Estudios en pacientes con problemas de salud mental muestran que los delirios pueden variar en intensidad y convicción con el tiempo. Esto sugiere que la certeza absoluta y la imposibilidad de corregirlos no siempre son partes necesarias de una creencia delirante.
Los delirios no siempre son falsos o "inferencias incorrectas sobre la realidad". Algunas creencias religiosas o espirituales, por su naturaleza, no pueden ser probadas como falsas y, por lo tanto, no pueden ser calificadas como incorrectas, sin importar si la persona ha sido diagnosticada con un delirio.
En otras situaciones, un delirio podría resultar ser una creencia verdadera. Por ejemplo, en los celos delirantes, donde una persona cree que su pareja le es infiel, podría ser cierto que la pareja está con otra persona. En este caso, el delirio sigue siendo un delirio porque la forma en que la persona llegó a esa creencia fue inusual, incluso si el contenido resultó ser cierto.
A veces, un médico o psiquiatra puede asumir erróneamente que una creencia es falsa solo porque "parece" improbable, extraña o se mantiene con demasiada convicción. Los psiquiatras a menudo no tienen tiempo o recursos para verificar la validez de las afirmaciones de una persona. Esto puede llevar a que algunas creencias verdaderas se clasifiquen por error como delirantes. Esto se conoce como el efecto Martha Mitchell, en honor a la esposa de un fiscal general que afirmó que se estaban realizando actividades ilegales en la Casa Blanca. En ese momento, se pensó que sus afirmaciones eran signos de enfermedad mental, pero más tarde, con el escándalo Watergate, se demostró que tenía razón.
Factores similares han llevado a criticar la definición de Jaspers de los delirios verdaderos por ser, en última instancia, "incomprensibles". Algunos críticos han argumentado que esto hace que el diagnóstico de los delirios se base en la comprensión personal de un psiquiatra, quien podría no tener toda la información que haría que una creencia fuera comprensible de otra manera.
En la práctica, los psiquiatras suelen diagnosticar una creencia como delirante si es claramente extraña, si causa mucha angustia o si preocupa demasiado al paciente, especialmente si la persona no se deja convencer por pruebas contrarias o argumentos razonables.
Véase también
En inglés: Delusion Facts for Kids