Mecanismo de defensa para niños
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¿Qué son los Mecanismos de Defensa?
Los mecanismos de defensa son como escudos invisibles que nuestra mente usa para protegernos. Son estrategias psicológicas que funcionan sin que nos demos cuenta (son inconscientes). Nos ayudan a manejar situaciones difíciles, el estrés o la ansiedad, y a mantener una buena imagen de nosotros mismos.
Las personas usamos diferentes mecanismos de defensa a lo largo de nuestra vida. Un mecanismo de defensa se vuelve un problema solo si lo usamos demasiado y nos impide adaptarnos bien a las situaciones, afectando nuestra salud o bienestar. El objetivo principal de estos mecanismos es proteger nuestra mente de la ansiedad o de situaciones que no podemos enfrentar en ese momento.
Estos mecanismos se conocen más precisamente como mecanismos de defensa del "yo" (una parte de nuestra mente, según la teoría psicoanalítica). Aparecen cuando nuestros impulsos internos chocan entre sí, o cuando esos impulsos no concuerdan con nuestros valores y creencias, o cuando enfrentamos una amenaza externa.
El término "mecanismo de defensa" a veces se confunde con las "estrategias para afrontar problemas". Sin embargo, los mecanismos de defensa son procesos mentales inconscientes, mientras que las estrategias para afrontar problemas son acciones y comportamientos de los que sí somos conscientes.
¿Cómo funcionan los Mecanismos de Defensa?
Nuestra mente es un conjunto de fuerzas que nos ayudan a funcionar. Estas fuerzas incluyen nuestras características genéticas, nuestros instintos y lo que aprendemos de nuestras experiencias y el ambiente.
La mayoría de las personas mantienen un equilibrio entre estas fuerzas. A veces, este equilibrio es delicado y los mecanismos de defensa nos ayudan a ajustarlo.
Los mecanismos de defensa son formas inconscientes en las que nuestra mente se protege. Nos ayudan a superar, evitar o escapar de sentimientos como la angustia o la frustración, al alejar de nuestra mente los pensamientos que las causarían.
Ejemplos de Mecanismos de Defensa Comunes
Aquí te explicamos algunos de los mecanismos de defensa que las personas usan para manejar situaciones difíciles:
- Disociación: Es cuando nuestra mente nos hace olvidar eventos o pensamientos que serían muy dolorosos si los recordáramos conscientemente. Por ejemplo, olvidar el cumpleaños de alguien con quien ya no tenemos relación.
- Proyección: Consiste en atribuir a otras personas o cosas cercanas sentimientos o ideas que nos resultan difíciles de aceptar en nosotros mismos. Por ejemplo, si alguien se siente enojado pero no lo reconoce, podría pensar que los demás están enojados con él.
- Negación: Es cuando una persona trata hechos obvios de la realidad como si no existieran. Por ejemplo, si alguien pierde a un ser querido, podría negarse a aceptar que ha fallecido y convencerse de que solo está de viaje.
- Introyección: Es lo contrario a la proyección. Significa que una persona incorpora en sí misma rasgos o actitudes de otra persona. Por ejemplo, si alguien se siente triste, podría adoptar las opiniones de otra persona y sentir lo mismo que ella.
- Regresión: Es cuando una persona vuelve a comportamientos o formas de pensar más infantiles. Por ejemplo, un niño puede volver a chuparse el pulgar o mojar la cama cuando nace un hermanito.
- Formación reactiva: Se usa para evitar que un pensamiento difícil o incómodo aparezca en nuestra mente. Ese pensamiento se reemplaza de inmediato por uno agradable. Por ejemplo, alguien que no acepta que le cae mal otra persona, siempre le muestra una cara amable y nunca hostilidad.
- Aislamiento: Es la separación de un recuerdo y los sentimientos asociados a él. Por ejemplo, alguien podría narrar un evento muy triste sin mostrar ninguna emoción.
- Desplazamiento: Ocurre cuando un sentimiento que está conectado a una persona o situación se traslada a otra persona o situación. Por ejemplo, si alguien tiene un problema en el trabajo y no puede expresarlo allí, al llegar a casa podría discutir con su familia sin razón aparente.
- Racionalización: Es cuando reemplazamos una razón real pero inaceptable por otra que sí es aceptable. Por ejemplo, un estudiante que no quiere estudiar para un examen podría decirse a sí mismo que necesita relajarse y por eso se va al cine en lugar de estudiar.
Cuando estos mecanismos no son suficientes para manejar la realidad, pueden aparecer el estrés, la ansiedad o la tristeza profunda. En casos más difíciles, pueden surgir comportamientos que no nos ayudan a adaptarnos.
La Sublimación: Un Proceso Diferente
La sublimación es un proceso mental un poco diferente a los mecanismos de defensa, aunque a veces se confunden. En la sublimación, un impulso o deseo se canaliza hacia un nuevo objetivo que es más aceptable socialmente. Por ejemplo, el deseo de un niño de ser el centro de atención podría convertirse en una carrera en el teatro o las artes.
Mecanismos de Defensa en la Psicología
Los mecanismos de defensa fueron propuestos inicialmente en el campo del Psicoanálisis, por figuras como Sigmund Freud y su hija Anna Freud. Sin embargo, con el tiempo, estos conceptos se han integrado en la psicología en general.
La Asociación Psiquiátrica Americana, una organización importante en el estudio de la mente, ha incluido estos mecanismos en sus guías de diagnóstico, llamándolos también "estrategias para afrontar problemas".
Desde un punto de vista conductual, las personas aprendemos a anticipar lo que podría pasar en nuestro entorno. Esto nos ayuda a adaptarnos a situaciones futuras que se parezcan a experiencias pasadas. Los mecanismos de defensa son una forma de evitar sentimientos incómodos que surgen de nuestros propios pensamientos.
Mecanismos de Defensa en el Psicoanálisis
En la teoría psicoanalítica, los mecanismos de defensa ayudan a evitar que ciertos pensamientos o impulsos difíciles lleguen a nuestra conciencia. Según Sigmund Freud, los impulsos no pueden eliminarse, solo pueden ser "reprimidos" o enviados al inconsciente. Si un impulso no puede expresarse de forma consciente, se transforma simbólicamente.
La ansiedad juega un papel muy importante en la aparición de estos mecanismos. Es como una señal de alerta para el "yo", la parte de nuestra mente que produce los mecanismos de defensa y nos ayuda a adaptarnos.
El mecanismo de defensa más importante es la represión. Es cuando el "yo" mueve pensamientos o recuerdos difíciles de la conciencia al inconsciente. Estos pensamientos reprimidos pueden ser la causa de algunos problemas emocionales.
Después de Sigmund Freud, otros expertos como Anna Freud y Melanie Klein propusieron más mecanismos de defensa para entender mejor cómo funciona la mente de niños y adultos.
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