Debates religiosos sobre la serie Harry Potter para niños
Los debates sobre los libros de Harry Potter de J. K. Rowling surgieron principalmente de personas religiosas que pensaban que las historias de Harry Potter contenían elementos de magia o prácticas espirituales que consideraban inapropiadas. Esta oposición vino de diferentes grupos religiosos, incluyendo protestantes, católicos, cristianos ortodoxos y musulmanes.
En Estados Unidos, hubo intentos de prohibir estos libros en las escuelas. A veces, esto llevó a procesos legales muy conocidos. La razón principal era que, según algunos, la magia en los libros era similar a ciertas religiones reconocidas por el gobierno. Argumentaban que permitir estos libros en las escuelas violaba la separación entre el gobierno y la religión que establece la constitución de los Estados Unidos. Autoridades religiosas en Grecia y Bulgaria también hicieron campañas contra la saga. Algunos miembros de la Iglesia católica también expresaron su desacuerdo. Los libros fueron prohibidos en las escuelas de los Emiratos Árabes Unidos y criticados en los medios de comunicación de Irán.
Sin embargo, muchas personas, tanto religiosas como no religiosas, defendieron los libros. Argumentaron que la magia en Harry Potter es más como la magia de los cuentos de hadas, como Cenicienta o Blancanieves, o como la de los libros de C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien. Estos últimos autores son a menudo apoyados por cristianos. Además, se señaló que las novelas de Harry Potter no promueven ninguna religión específica y, de hecho, evitan hablar de religión en general.
Contenido
Opiniones de grupos cristianos
Opiniones de cristianos evangélicos
Muchas de las críticas vinieron de grupos de cristianos evangélicos. Ellos decían que los símbolos de la serie eran peligrosos para los niños. Paul Hetrick, de un grupo evangélico llamado Enfoque a la Familia, explicó su oposición: "Los libros contienen algunas lecciones valiosas sobre el amor, el coraje y la victoria del bien sobre el mal. Sin embargo, estos mensajes positivos están envueltos en un tema —la magia— que está directamente desaprobado en las Escrituras." Por esta razón, los libros de Harry Potter fueron objeto de al menos tres eventos donde se destruyeron libros. En 2002, una editorial llamada Chick Publications publicó un cómic que decía que los libros de Potter "abren una puerta que llevaría a muchos niños por un camino equivocado."
Una idea común entre los cristianos estadounidenses que criticaban la obra era que Harry Potter promovía la religión Wicca, una religión que incluye prácticas mágicas. Por lo tanto, decían que mantener los libros en las escuelas públicas iba en contra de la separación entre el gobierno y la religión. En un caso judicial, la fiscal de educación Victoria Sweeny dijo que si las escuelas tuvieran que quitar todos los libros con referencias a la magia, también tendrían que prohibir obras como Macbeth y La Cenicienta.
Una compañía de videos cristiana, Jeremiah Films, lanzó un DVD llamado Harry Potter: Brujería Re-empaquetada. Este video afirmaba que "el mundo de Harry dice que ciertas prácticas otorgan poder, y que hablar con fantasmas y otras personas en el mundo espiritual es normal y aceptable."
En 2001, el periodista evangélico Richard Abanes publicó un libro llamado Harry Potter y la Biblia: La amenaza detrás de la magia. En ediciones posteriores, este libro comparó Harry Potter con las obras de C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien, que son más abiertamente cristianas. Abanes dijo que para saber si un libro de fantasía contiene magia del mundo real, hay que preguntarse: "¿Puede mi hijo encontrar información para replicar lo que ve en el libro?" Él argumentó que la magia en Las Crónicas de Narnia o El Señor de los Anillos no es real y no se puede replicar. Pero en Harry Potter, se pueden encontrar referencias a la astrología, la numerología y la clarividencia, que, según él, los niños podrían investigar.
Este temor religioso inspiró al menos dos historias falsas que circularon por internet. En 2001, una revista de humor llamada The Onion publicó un artículo satírico titulado "Harry Potter provoca un aumento de ciertas prácticas espirituales entre los niños". Este artículo, que era una broma, fue copiado y enviado por correo electrónico entre cristianos como "prueba" de sus opiniones. Al año siguiente, un periódico canadiense publicó un artículo similar de broma, que también fue tomado en serio y difundido como "la verdad".
No todos los cristianos evangélicos pensaban que Harry Potter era malo. Las encuestas mostraron que esta postura era minoritaria. Solo un 7% de los estadounidenses que conocían los libros tenían una opinión negativa, mientras que un 52% tenían una opinión positiva.
La autora evangélica Connie Neal escribió libros como ¿Qué debe hacer un cristiano con Harry Potter? y El Evangelio según Harry Potter. Ella argumentó que los libros promueven valores cristianos y pueden usarse para educar a los niños de manera cristiana.
La revista evangélica Christianity Today publicó un artículo en enero de 2000 apoyando los libros. Los llamó "Libro de las virtudes" y dijo que, aunque "la magia moderna es una religión falsa y seductora de la que debemos proteger a nuestros hijos", esto no lo representan los libros de Potter, que tienen "magníficos ejemplos de compasión, lealtad, coraje, amistad e incluso sacrificio personal". Sin embargo, ese mismo año, otra autora en la misma revista comparó Harry Potter con "veneno para ratas mezclado con cola de naranja", diciendo que "Estamos tomando algo que es mortal del mundo y lo estamos convirtiendo en lo que algunos llaman un 'mero recurso literario'".
Opiniones desde el catolicismo
La Santa Sede (el gobierno central de la Iglesia católica) no ha tomado una postura oficial sobre la saga. Sin embargo, varios miembros de la Curia Romana (los departamentos de la Santa Sede) y otros organismos han expresado opiniones diferentes.
En 2003, el Padre Peter Fleetwood, un oficial del Consejo Pontificio de la Cultura, hizo comentarios positivos sobre la saga. Dijo que los libros "ayudan a los niños a ver las diferencias entre el Bien y el Mal" y que la autora, J. K. Rowling, es "cristiana por convicción". Los medios de comunicación interpretaron esto como un apoyo de la Iglesia católica, aunque no hay pruebas de que el papa de ese momento, Juan Pablo II, aprobara oficialmente las novelas.
También en 2003, el cardenal Joseph Ratzinger (quien más tarde sería el papa Benedicto XVI) recibió un libro crítico con la saga. En una carta privada, agradeció el libro y dijo que era bueno "iluminar a las personas acerca de Harry Potter, ya que este tipo de seducciones pasan sin advertencia y por lo tanto distorsionan el cristianismo en el corazón de los niños antes de que la fe pueda crecer de forma apropiada." Estas cartas se usaron para sugerir que el futuro papa estaba en contra de las novelas.
Las críticas a la saga también vinieron del Padre Gabriele Amorth, quien fue el exorcista oficial de la Archidiócesis de Roma. Él creía que "detrás de Harry Potter se esconde la marca del diablo." Añadió que los libros de la saga hacen una distinción falsa entre la magia buena y la mala, mientras que, en la realidad, esa distinción "no existe, porque la magia siempre es el camino al diablo." Amorth pensaba que los libros podían influir negativamente en los niños al hacer que se interesaran por prácticas espirituales.
Antes del lanzamiento de Harry Potter y el misterio del príncipe, el Padre Fleetwood reafirmó su opinión positiva sobre los libros. Dijo que las cartas del cardenal Ratzinger podrían haber sido escritas por un miembro de su equipo y solo firmadas por él. También aclaró que la opinión del Padre Amorth era solo una opinión personal.
Para las películas de la serie, la Oficina de Películas y Retransmisiones de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos clasificó cada película como "A-II", lo que significa que el contenido es apropiado para adultos y adolescentes y no es moralmente ofensivo. Incluso calificaron la película de Harry Potter y el prisionero de Azkaban como una de las 10 mejores películas familiares de 2004.
Opiniones desde la ortodoxia
En 2002, las autoridades de la Iglesia Ortodoxa Griega en Didimótico, Grecia, publicaron declaraciones denunciando los libros de Harry Potter por ser, según ellos, "satánicos". Dijeron que los libros "ponen en contacto a la gente con lo maligno, la hechicería, lo oculto y la demonología". También criticaron las supuestas similitudes entre el personaje de Harry Potter y Jesucristo.
En junio de 2004, después de que el actor Stanislav Ianevski fuera elegido para interpretar a Viktor Krum en la película Harry Potter y el cáliz de fuego, la Iglesia Ortodoxa Búlgara publicó un artículo en la portada de su diario oficial. Alegaron que "la magia no es un juego de niños" y que el Santo Sínodo (un consejo de obispos) había aconsejado que una iglesia en Sofía, la capital de Bulgaria, celebrara ceremonias especiales para sanar a aquellos que se sentían afectados por hechizos o espíritus malignos. Se distribuyeron folletos por la ciudad que decían que recitar un hechizo de Harry Potter era "como si estuvieses rezando al maligno" y que "Dios odia la magia".
Sin embargo, el diácono de la Iglesia Ortodoxa Rusa Andrei Kuraev afirmó en su libro de 2003 Harry Potter y la Iglesia: entre un anatema y una sonrisa que los libros de Harry Potter no son tan peligrosos. Argumentó que los libros son similares a los cuentos de hadas tradicionales y a clásicos literarios como la Ilíada, que nadie considera "satánicos". También señaló la diferencia entre la magia de los libros y las prácticas espirituales reales, y la presencia de valores cristianos como la humildad, el amor, el sacrificio y la elección de lo correcto.
El escritor ortodoxo estadounidense John Granger analizó la saga desde una perspectiva positiva en su libro Buscando a Dios en Harry Potter. Granger argumenta que los libros no promueven prácticas espirituales porque la magia no se basa en invocar ningún tipo de espíritu. Muestra el contraste entre la magia de invocación (llamar a un espíritu para tu provecho) y la magia de encantamiento común en la literatura (decir una frase para usar un poder no especificado). Además, los temas del amor que triunfa sobre la muerte y la elección de lo correcto sobre lo fácil son muy compatibles con el cristianismo.
Opiniones desde el anglicanismo
En el año 2000, el deán de la Catedral de Canterbury no permitió que su iglesia apareciera en las películas de Harry Potter como parte del castillo de Hogwarts. Argumentó que no era apropiado para una iglesia cristiana promover imágenes que consideraba paganas. La Catedral de Gloucester no tuvo ningún problema en ocupar su lugar. El deán de Gloucester, el reverendo Nicholas Bury, era un gran admirador de la saga. Dijo: "Pienso que el libro es una maravillosa y tradicional historia infantil y que está magníficamente escrito. Es además divertido, emocionante y puro, y es perfecto para el tipo de familias que se deben animar a leer." Esta decisión provocó muchas cartas de protesta al periódico local.
También en el año 2000, Carol Rookwood, una líder de la Iglesia de Inglaterra en la Isla de St Mary, prohibió llevar los libros a la escuela. Afirmó que: "La Biblia es muy clara y constante en sus enseñanzas de que los magos, y los espíritus malignos son muy reales, poderosos y peligrosos, y la gente de Dios no tiene nada que ver con ellos".
El entonces arzobispo de Canterbury George Carey dio buenas críticas a la película Harry Potter y la piedra filosofal en su mensaje de Año Nuevo de 2002. La calificó como "una gran diversión" y una película que "provoca algunas preguntas muy ciertas" sobre cuestiones morales.
Opiniones de grupos musulmanes
Aunque la oposición a la saga por motivos religiosos vino principalmente de cristianos, varios expertos del islam han dicho que los temas mágicos del libro chocan con las enseñanzas islámicas. Se han emitido varias opiniones religiosas en línea por parte de líderes musulmanes contra Harry Potter, considerándolo contrario al islam.
Opiniones suníes
Los libros de Harry Potter fueron prohibidos en las escuelas de los Emiratos Árabes Unidos. Según un portavoz del Ministerio de Educación de los EAU, los elementos mágicos y fantásticos del libro son contrarios a los valores islámicos. A pesar de la prohibición en las escuelas, no había planes de prohibir su venta en las librerías del país.
En agosto de 2007, la policía de Karachi, Pakistán, descubrió y desactivó un coche con explosivos cerca de un centro comercial. Horas después, estaba planeado que se lanzara la última novela de Harry Potter allí. El lanzamiento del libro se pospuso por esta razón. Un oficial de policía comentó que no estaban seguros si el objetivo era el lanzamiento del libro, pero la conexión no podía descartarse.
Opiniones chiíes
Aunque los libros de Harry Potter se venden en Irán, un editorial del periódico Kayhan, dirigido por el gobierno y vinculado al Líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, criticó al Ministerio de Cultura por aprobar la distribución de la novela final de la saga el 26 de julio de 2007. El editorial afirmaba que el libro "incluye palabras y frases destructivas que se oponen a los valores [de la República Islámica]" y que la seguridad de los aeropuertos había fallado al "confiar en el editor británico-estadounidense que tiene colaboradores sionistas, como la Warner Bros". El editorial describió los libros como un "proyecto sionista" y aseguró que los "sionistas han gastado miles de millones de dólares" en él.
Preguntas sobre la saga
La presencia de los libros en bibliotecas públicas y escolares ha sido cuestionada a menudo por su enfoque en el tema de la magia, especialmente en los Estados Unidos. Fue el séptimo libro más cuestionado en las bibliotecas estadounidenses entre 1990 y 2000, a pesar de que se publicó por primera vez en ese país en 1998. En 1999, los libros de Harry Potter fueron cuestionados 23 veces en 13 estados. Según la American Library Association, actualmente son los libros más cuestionados del siglo XXI. Ha habido desafíos legales a la saga. Hasta la fecha, ninguno ha logrado que los libros sean prohibidos en bibliotecas públicas o escolares en Estados Unidos o el Reino Unido.
Sin embargo, la ALA señala que, en general, la oposición a Harry Potter parece estar disminuyendo. Después de ser considerado el libro más cuestionado en las escuelas estadounidenses durante varios años, no ha aparecido entre los diez primeros puestos desde 2003. El humanista Austin Cline atribuye este descenso a las políticas de las bibliotecas que permiten a los padres elegir qué libros pueden leer sus hijos.
KidSPEAK!
En 1999, en respuesta a las quejas de tres padres, el director de la escuela de Zeeland, Míchigan, Gary Feenstra, restringió el acceso a los libros de Harry Potter. Los alumnos solo podían leerlos si sus padres daban una autorización escrita. Se informó que los padres estaban preocupados por los temas de magia en el libro. En respuesta, los niños iniciaron una campaña de cartas, formaron clubes y organizaron peticiones. Esto llevó a la creación de una página de internet llamada "Muggles for Harry Potter". Finalmente, la página se unió a kidSPEAK!, un foro para niños que aborda la censura en general.
Bibliotecas públicas de Jacksonville, Florida
En 2000, el sistema de bibliotecas públicas de Jacksonville, Florida se enfrentó a un juicio. Un grupo conservador cristiano demandó a la biblioteca por haber otorgado el premio "Certificado de cumplimiento de Hogwarts" a los jóvenes lectores que terminaban la cuarta novela de Harry Potter, Harry Potter and the Goblet of Fire. Un padre se quejó: "Si van a dar certificados de magia, también deberían promover la Biblia y dar certificados de religiosidad." El problema se resolvió después de que la Biblioteca acordara dejar de otorgar el certificado.
Deb DiEugenio
En 2002, en York, Pensilvania, la madre Deb DiEugenio, junto a su pastor, intentaron que se prohibieran los libros en la escuela de su hija. Alegaron que "va contra la constitución de mi hija, es maligno, es magia" y "no pago impuestos para que les enseñen a mis hijos magia." El consejo de la escuela finalmente votó 7-2 a favor de permitir los libros, con una opción para los padres de que sus hijos no pudieran acceder a ellos.
Escuela Primaria de Birkenhead, Auckland
En julio de 2000, la Escuela Primaria de Birkenhead en Auckland, Nueva Zelanda, prohibió que los profesores leyeran en voz alta las novelas de Harry Potter en clase. Esto ocurrió después de las protestas de varios padres sobre el supuesto contenido de magia de la saga. Sin embargo, la prohibición se levantó tras las protestas de estudiantes y alumnos.
Colegio del Distrito de Durham, Ontario
En 2000, padres cristianos se quejaron ante la Junta del colegio de Durham, Ontario sobre Harry Potter. Consiguieron que los libros fueran retirados de la biblioteca del colegio. Los libros fueron devueltos después de las protestas de la gente.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Religious debates over the Harry Potter series Facts for Kids