Castillo del Remei para niños
La finca del Castillo del Remei (en catalán Castell del Remey), es un lugar especial con una granja y bodegas. Se encuentra en la Plana de Urgel, en el pueblo de Penellas, en Lérida. Está entre Tárrega y Balaguer, a unos 40 km de Lérida y 135 km de Barcelona. Las uvas de sus viñedos se usan para hacer vinos de la zona Costers del Segre.
La finca es un terreno plano y se riega con agua. Está a 300 metros sobre el nivel del mar, en la comarca de la Noguera. La tierra fue un antiguo fondo de lago, por eso tiene rocas calizas y granito. El clima es de inviernos fríos y veranos calurosos, con pocas lluvias. En su momento de mayor tamaño, la finca llegó a tener 1090 hectáreas. Era la granja de regadío más grande de Cataluña. En 1982, la familia Cusiné compró la propiedad a la familia Girona, que la había tenido por casi 130 años. Desde entonces, la finca ha reducido su tamaño.
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¿Qué edificios forman el Castillo del Remei?
La finca del Castillo del Remei tiene muchos edificios. Los más importantes son el castillo, que tiene más de ochenta ventanas, y el Santuario de la Virgen del Remei. También hay un restaurante abierto al público, un molino de aceite, una fábrica de harina, las bodegas y talleres. Cuando la finca estaba en su mejor momento, el personal tenía un campo de fútbol, una pista de tenis, un cine y hasta un grupo de teatro. El Castillo del Remei tiene su propio código postal: E-25333.
La historia del Castillo del Remei
La finca del Castillo del Remei es parte de un antiguo terreno llamado Torreneral. Su tamaño actual se parece a cómo los romanos dividían la tierra hace mucho tiempo. Un terreno romano de este tipo medía unas 600 hectáreas.
Las primeras menciones de este lugar, que luego fue Torreneral, aparecen en documentos antiguos. En el año 1079, el conde Ermengol IV de Urgel y su esposa Lucía donaron la mitad de un lugar llamado 'quadra de Cortessa' al Monasterio de Santa María de Gualter. Esta 'quadra de Cortessa' es el nombre original de la finca del Castillo del Remei. La otra mitad se la dieron a un caballero llamado Airalli Bernardi de Tolone. El nombre 'Torre d'Airalli' es el origen de Torreneral, porque Erall construyó allí una torre de defensa. En 1123, el Monasterio de Gualter heredó la otra mitad de la finca.
En 1414, el rey Fernando I de Antequera vendió Torreneral a la abadía de Poblet. La abadía dividió el terreno en dos partes: la Torre dels Frares (Torre de los Frailes) y la Torre del Bisbe (Torre del Obispo).
La propiedad se compartió entre el Monasterio de Gualter y el Monasterio de Poblet. Poblet era el dueño de la mayor parte de la zona. En 1592, el Monasterio de Gualter dejó de ser un monasterio y sus bienes pasaron al nuevo Obispado de Solsona. En 1699, la propiedad se dividió: 131 hectáreas (la Torre dels Frares) para Poblet y 393 hectáreas (la Torre del Bisbe) para el obispado de Solsona.
En 1820, la mayoría de las órdenes de monjes fueron eliminadas. En 1835, con la Desamortización de Mendizábal, las propiedades de Poblet y del obispado de Solsona pasaron a ser del estado. Entre ellas estaba Torreneral.
¿Quién compró la finca y por qué?
En 1853, Ignacio Girona y Targa compró la finca Torre del Bisbe de Torreneral. Ignacio Girona estaba interesado en estas tierras porque desde el siglo XIV existía un plan para regar la zona con agua del río Segre. Él quería construir el Canal de Urgel. Ignacio Girona también quiso comprar la otra parte, la Torre dels Frares, pero sus dueñas no se la vendieron. A pesar de esto, él siguió intentándolo hasta su muerte.
La finca recibió el nombre de la Virgen del Remedio (o del Remey en catalán antiguo) gracias a Ignacio Girona y Targa. Durante la Guerra de la Independencia Española, cuando los franceses lo perseguían, se escondió en una capilla de la Virgen del Remedio en Tárrega, Lérida. Como los franceses no lo encontraron, él pensó que fue un milagro de la Virgen. Por eso, la puso como protectora de su familia y de sus negocios.

Ignacio Girona y Targa siguió comprando tierras en la zona, especialmente las que se vendían después de las desamortizaciones. La finca creció hasta las 575 hectáreas. Su hijo mayor, Juan Girona y Agrafel, se encargó de la finca al principio. Él le dio al castillo su forma actual, con cuatro torres, una en cada esquina. Antes era una casa fortificada con una sola torre. Tanto Ignacio Girona como su hijo Juan querían usar métodos de la industria para mejorar la agricultura.
Cuando Ignacio Girona y Targa murió en 1867, la finca pasó a sus hijos Jaime e Ignacio Girona y Agrafel. En 1868, se inauguró el molino de harina. En 1872, la finca fue reconocida como "colonia agrícola". Esto significaba que la propiedad debía hacer grandes inversiones. A cambio, tenía privilegios, como que las más de 50 familias que vivían allí no tenían que hacer el servicio militar. En 1882, Ignacio Girona y Agrafel compró la otra mitad de la finca a su hermano Jaime. En 1886, se instaló una fábrica para hacer licores y potenciar las bodegas.
Ignacio Girona y Agrafel mandó poner en el patio del castillo su lema: «L'home fa la casa i la casa fa l'home» («El hombre hace la casa y la casa hace al hombre»).
Para que hubiera más riego en la zona, Ignacio Girona y Targa pidió permiso para construir el Canal de Urgel a través de su empresa familiar Girona Hermanos, Clavé y Cía. Una vez que obtuvo el permiso, pasó el proyecto a otra empresa, la Sociedad Anónima Canal de Urgel, para conseguir más dinero. La construcción del canal la dirigió su hijo, Manuel Girona i Agrafel. El canal de Urgel se inauguró el 29 de septiembre de 1860.
El riego de estas tierras, que antes eran secas, trajo dos problemas: la tierra se volvió salada y hubo casos de paludismo. Para evitar la sal, Ignacio Girona y Agrafel hizo grandes zanjas para drenar la tierra. Esto fue una inversión enorme. La gente decía que las tierras se habían regado con oro. Para evitar y curar el paludismo, repartió mucha quinina entre los trabajadores. Fue un trabajo muy grande.
Aunque Ignacio Girona y Targa e Ignacio Girona y Agrafel prepararon las tierras, fue Ignacio Girona y Vilanova quien las explotó de forma definitiva. Él estudió agricultura en París y usó sus conocimientos para cultivar productos más valiosos que los cereales. Tuvo la idea de plantar viñas de uvas de alta calidad para hacer vinos que compitieran con los de Burdeos. También empezó a producir licores, como un licor de manzanilla y un tipo de aguardiente (que ya no se producen). Ignacio Girona y Vilanova también se preocupó por las personas que vivían en la finca. Puso un sacerdote para ayudar al personal, fundó una escuela para niños y una escuela-hogar.
En 1936, el castillo fue saqueado, las bodegas vaciadas y la maquinaria desmontada. Las tierras quedaron casi abandonadas. Más tarde, durante la guerra civil española, las tropas instalaron un almacén de explosivos en el castillo. Este explotó y destruyó casi todo el castillo y otras instalaciones de la finca.
Después de la guerra, Juan Girona y Vilanova reconstruyó lo que se había destruido. También restauró la celebración de la Virgen del Remey, el segundo domingo de octubre. Después de la muerte de Juan Girona y Vilanova, sus sobrinos construyeron un santuario en honor a la Virgen del Remedio, al lado del Castillo. El arquitecto fue Antoni Fisas y las pinturas interiores las hizo Josep Obiols. Antes, solo había una capilla en la entrada del castillo. El santuario se inauguró el 13 de junio de 1954.
La finca pasó de Ignacio Girona y Targa a su hijo Ignacio Girona y Agrafel. Luego, a sus hijos Ignacio y Juan Girona y Vilanova. Finalmente, toda la finca fue de Juan Girona y Vilanova. Él murió en 1950 y la dejó a sus sobrinos. En 1982, ellos la vendieron a la familia Cusiné.
La bodega del Castillo del Remei
La primera vez que se menciona una bodega aquí es en 1780. Las bodegas actuales se construyeron a finales del siglo XIX. Tienen 6 naves unidas que ocupan 5.500 metros cuadrados. Están construidas con muros de piedra de hasta 60 cm de ancho. Las naves están medio enterradas para que la temperatura no cambie mucho. La mitad de la bodega se usa para envejecer los vinos y la otra mitad para prepararlos para la venta.
Ignacio Girona y Vilanova fue quien desarrolló las bodegas. Él era hijo de Ignacio Girona y Agrafel y nieto de Ignacio Girona y Targa. Ignacio Girona y Vilanova estudió ingeniería y agricultura en París. Influido por la forma francesa de hacer vino, decidió ampliar la pequeña bodega del Castillo del Remei. Fue a Burdeos para buscar lo necesario para su proyecto. Después de estudiar cómo se hacían los grandes vinos de Burdeos, trajo a un experto en vinos y a cuatro familias de agricultores. Ellos enseñaron y aseguraron la buena elaboración de los vinos en el Castillo del Remei.
Además de vinos, la bodega hacía un tipo de aguardiente, un licor de manzanilla muy conocido en la zona y un vinagre especial. Todos eran de gran calidad. Al principio, se plantaron 70 hectáreas de viñas. Las hileras estaban separadas 2,5 metros para facilitar el trabajo. Luego, las viñas se fueron ampliando. En esa época, la finca creció hasta 600 hectáreas.
Ignacio Girona empezó a envejecer los vinos en barricas de roble americano. El Castell del Remey fue una de las primeras bodegas de Cataluña en vender vino embotellado con su propia marca. Las bodegas, que ya tienen más de doscientos años, fueron diseñadas para hacer los mejores vinos. Se parecen a las bodegas tradicionales de Burdeos, donde el vino se hace y envejece con uvas de los viñedos de alrededor.
Entre 1889 y 1907, los vinos del Castell del Remey ganaron muchos premios, como:
- Medalla de Oro y Plata en la Exposición Internacional de Bruselas de 1887.
- Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Turín de 1902.
- Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Atenas de 1903.
- Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Budapest de 1907.
En 1921, después de que una plaga llamada filoxera afectara las viñas, Ignacio Girona y Vilanova construyó un anexo a las bodegas para hacer vinos blancos. También trajo cepas de cabernet sauvignon (para vinos tintos) y semillón (para vinos blancos). Fue uno de los primeros en usar estas uvas en España. Con estas variedades y las propias de la zona, la finca tenía más de 400 hectáreas de viñedos. Esto convirtió al Castillo del Remei en la bodega más grande de Cataluña en producir vinos de calidad y exportarlos a todo el mundo.
En 1923, murió Ignacio Girona y Vilanova. La bodega siguió adelante con el mismo entusiasmo gracias a su hermano Juan Girona y Vilanova. Consiguió la Medalla de Oro en la Exposición Universal de Barcelona de 1929. Juan Girona continuó mejorando la finca con máquinas y tecnología. Amplió la finca comprando propiedades cercanas y niveló los terrenos para el riego.
Juan Girona y Vilanova murió en 1950. La empresa dueña de la finca (Castell del Remey, S.A.) pasó a sus sobrinos. Durante esta época, la bodega fue perdiendo importancia. En 1982, la familia Cusiné compró la finca. A principios de los años 90, modernizaron la bodega para que solo produjera vinos de gran calidad.
La entrega del Canal de Urgel a los regantes
El 2 de noviembre de 1964, se celebró el centenario del canal de Urgel. Fue un evento público presidido por el ministro de Obras Públicas, Jorge Vigón. En este acto, el canal, que hasta entonces era operado por una empresa, pasó a ser gestionado por los agricultores que lo usaban. Fue la primera vez que algo así ocurría en España. Miles de agricultores de toda la comarca asistieron. Después de una misa y un canto en el santuario de la Virgen del Remedio, se celebró un banquete en las bodegas. Asistieron importantes personas de Lérida y los descendientes de la familia Girona, quienes impulsaron la construcción del canal.
En este evento, se decidió construir un monumento para recordar este acto y el trabajo de la familia Girona en la construcción del canal de Urgel. El monumento se colocaría en la plaza frente al castillo.