Archipiélago vertical para niños
El archipiélago vertical es una idea que nos ayuda a entender cómo se organizaban las antiguas sociedades de los Andes. Imagina que cada comunidad era como una "isla" en un territorio, pero estas islas no estaban en el mar, sino en diferentes alturas de las montañas. Así, podían aprovechar los distintos productos que crecían o se encontraban en cada nivel, desde los valles cálidos hasta las cumbres frías.
Este concepto fue propuesto por el antropólogo John Murra. Él estudió cómo el reino Lupaca, cerca del lago Titicaca, lograba obtener alimentos, animales, materiales para artesanías y minerales de diferentes zonas ecológicas. Cada grupo de personas o comunidad se esforzaba por manejar estas distintas "islas" ecológicas para conseguir todo lo que necesitaban. Aunque estaban separadas por la altura, todas estas "islas" formaban parte de una misma organización social y económica, como un gran archipiélago conectado.
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Contenido
El Archipiélago Vertical: Una Forma de Vida Andina
Las civilizaciones andinas antes de la llegada de los europeos, especialmente en las tierras altas, no solían tener grandes mercados como los conocemos hoy. En algunas zonas de la costa de Perú y el norte de los Andes, sí existían comerciantes y un sistema de intercambio de productos, como el trueque (cambiar un producto por otro). Incluso usaban una especie de moneda sencilla, conocida como "hachas monedas".
¿Cómo Funcionaba el Control Vertical?
Sin embargo, la mayoría de las sociedades andinas de las tierras altas, como los quechuas y los aymaras, se organizaban en grupos familiares llamados ayllus. Estos grupos compartían el trabajo entre ellos a través de un sistema llamado mink'a. Este sistema se basaba en la idea de ayni, que significa reciprocidad o ayuda mutua. No usaban dinero.
Todos los miembros del ayllu debían contribuir con una parte de su tiempo de trabajo (a menudo un día a la semana) para proyectos de la comunidad. Esto incluía construir edificios, mantener caminos, cuidar los animales de todos o sembrar y cosechar las tierras que eran de propiedad común. Era una forma de "complementariedad ecológica", donde todos se ayudaban para aprovechar al máximo los recursos de las diferentes zonas.
La Importancia de la Reciprocidad
Algunos expertos creen que, aunque el modelo del archipiélago vertical es muy importante, el intercambio de productos entre diferentes grupos también pudo haber sido más común de lo que se pensaba. Sin embargo, la evidencia de esto en los registros antiguos no es tan clara. Lo fundamental es que, sin un comercio basado en dinero, las actividades económicas eran principalmente obligaciones de trabajo dentro del mismo grupo familiar.
Para que estos grupos fueran autosuficientes, necesitaban acceder a tierras adecuadas para diferentes cultivos o animales. Como los Andes son una cadena montañosa muy variada, con grandes diferencias de clima y lluvia, las comunidades creaban pequeñas "colonias" o enviaban grupos de personas por temporadas a diferentes zonas ecológicas. Esto era crucial, ya que solo un pequeño porcentaje de la tierra en los Andes es apta para la agricultura.
Las Zonas Ecológicas de los Andes
Desde la costa seca del oeste hasta las laderas húmedas del este que llegan a la cuenca del Amazonas, las comunidades andinas de las tierras altas aprovechaban cuatro zonas ecológicas principales:
Zona Quechua: Valles Cálidos
Esta zona se encuentra en valles relativamente cálidos y bajos, entre 2300 y 3200 metros sobre el nivel del mar. Comparte su nombre con el pueblo y las lenguas quechuas. Era ideal para el cultivo de maíz.
Zona Suni: Tierras Altas para Tubérculos
La zona Suni se eleva de 3200 a 4000 metros sobre el nivel del mar. Es perfecta para producir tubérculos y granos nativos como la quinua, la kañiwa y la kiwicha. Gracias a los muchos valles y microclimas de los Andes, los agricultores andinos desarrollaron miles de variedades de papas y otros tubérculos como la mashua, el ulluco y la oca.
Zona Puna: Pastizales Fríos
La zona de Puna está formada por pastizales altos y fríos. Es muy adecuada para el pastoreo de camélidos, como la llama y la alpaca domesticadas, y también la vicuña y el guanaco salvajes. Las llamas y alpacas se usaban como animales de carga, por su carne y por su lana. Las vicuñas y guanacos, aunque no domesticados, eran valorados por su lana fina. En la Puna se cultivaba poco, pero en el altiplano boliviano se usaban técnicas especiales de riego, como los waru waru, para proteger los cultivos de las heladas.
Zona de Montaña: Bosques Húmedos
Esta zona es húmeda y boscosa. Las poblaciones aquí no eran tan grandes como en otras zonas. Las plantas cultivadas en las áreas de montaña no eran generalmente alimentos. También se recolectaban plumas de colores brillantes de aves silvestres, como los guacamayos.
El Archipiélago Vertical en el Imperio Inca
El estado Inca cobraba sus impuestos a través de productos y trabajo comunitario, que era organizado por la nobleza local. Este trabajo se usaba para el ejército y para grandes proyectos públicos, como caminos, acueductos y almacenes llamados tampu y qullqa.
Impuestos y Trabajo Comunitario
Existían también grupos de "colonias" llamadas mitmaqkuna, que producían bienes para el estado y ayudaban a mantener la seguridad en las zonas recién conquistadas. Los yanakuna eran personas que tenían obligaciones de trabajo para los altos funcionarios del estado. Las tierras del Sapa Inca (el emperador), de la religión oficial y de las familias nobles a menudo se distribuían de forma vertical para poder acceder a una gran variedad de recursos.
Moray: Un Laboratorio Natural
Se cree que las terrazas de Moray eran como un laboratorio natural. Allí, los incas experimentaban para ver qué cultivos crecían mejor en diferentes condiciones. Las terrazas estaban construidas de tal manera que se podían crear distintos microclimas, con diferentes temperaturas y humedades, para cultivar una gran variedad de plantas.
Véase también
En inglés: Vertical archipelago Facts for Kids